La paradoja del mundo real y el colapso de la sociedad contemporánea (I) (Gustavo González Urdaneta)

 La paradoja del mundo real y el colapso de la sociedad contemporánea (I)

Gustavo González Urdaneta

Miami 10 abril 2024

 

 

El colapso social es una quiebra a gran escala o una decadencia a largo plazo de la cultura, las instituciones civiles y/u otras características principales de una sociedad o civilización, de forma temporal o permanente. Los factores más comunes que contribuyen al colapso de la sociedad son: medioambientales, sociales y culturales. Las posibles causas de un colapso social incluyen catástrofes naturales, guerras, pestilencias, hambrunas, colapso económico, disminución o exceso de población, migraciones masivas y sabotajes por parte de civilizaciones rivales.

 

La quiebra de las instituciones sociales y culturales es quizás la manifestación más común del colapso. Mientras que el colapso social ha sido anteriormente considerado como el punto final de una civilización, el fenómeno es solo una descripción del proceso de cambio de dicha civilización. El colapso social ciertamente no es un proceso social benigno. El colapso social ha sido recurrente a lo largo y ancho de la historia y es un aspecto que puede aguardar a cada sociedad humana establecida. Hay quienes visualizan un posible colapso de la sociedad contemporánea y otros que, paralelamente, nos interesa la paradoja de la sociedad contemporánea.

 

Si asumimos el «mundo real» y no la «realidad» como un sistema complejo tendremos que aceptar la integración entre contrarios, absurdos y opuestos, problemática que resulta paradójica. Por eso, para entender este mundo complejo de hoy, por más que resulte paradójico, habrá que asumir eso que muchas veces no cuaja, eso que hay. La complejidad, el comportamiento de las sociedades contemporáneas y los múltiples elementos que las integran son paradoja. En ver de escarbar en el uso del término hay que asimilar que toda paradoja es parte inclusiva del sistema complejo del mundo. Lo paradójico se contrapone al saber racionalizador de la modernidad que todo lo busca comprender a través de la simplificación y jerarquización. Lo no asimilable, lo confuso, lo irreconciliable se remite, más allá de estar directamente relacionado con el significado de sí mismo, a la incapacidad de comprender lo otro. Aprender a vislumbrar el mundo real desde la paradoja con esta postura, no resulta paradójico sí se asume la posibilidad de interrelacionar lo imposible.

 

Para quienes les interese el tema del colapso social les puede interesar el libro Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen originalmente publicado en 2005 en inglés (Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed) por Jared M. Diamond, profesor de geografía en la Universidad de California, Los Ángeles. El libro de Diamond trata sobre colapsos sociales que incluyeron un componente ambiental y en algunos casos, contribuciones de cambios climáticos, vecinos hostiles y socios mercantiles, aparte de una serie de preguntas y respuestas sociales. Diamond trata de promover que los lectores aprendan de la historia.

 

En todo el mundo suenan campanas de alarma, desde Laos hasta Pakistán, del Líbano a Argentina enfrentan problemas, no solo por los aumentos de precios derivados de la invasión rusa de Ucrania, sino por los indicios de una próxima recesión mundial y un estado de estanflación global. Muchos de los países coinciden en tres factores: altos niveles de pobreza, afectación en sus finanzas tanto por factores internos como externos y altos niveles de deuda.

 

Las penurias provocan manifestaciones de protesta y el aumento en las tasas de interés de los préstamos a corto plazo para enfrentar la crisis hace que suba una deuda externa que cuesta cada vez más pagar. Más de la mitad de los países pobres tienen dificultades para cumplir con esos pagos, según la ONU. Algunas de las peores crisis se registran en países devastados por la corrupción, guerras civiles, golpes y otras calamidades. Revisemos brevemente algunas naciones que según la ONU estarían en riesgo de enfrentar una nueva crisis económica.

 

Sri Lanka se declaró en “bancarrota” en julio 2022, mientras el país sufría su peor crisis financiera en décadas, dejando a millones luchando para comprar alimentos, medicinas y combustible y las calles estaban llenas de manifestantes violentos que se enfrentaban a la policía. Argentina, con pocas reservas, una alta inflación y la devaluación frente al dólar podría repetir el “Corralito” de 2001 cuando casi cuatro de cada diez argentinos son pobres y millones sobreviven gracias a comedores populares y programas de ayuda estatales. Líbano sufre una combinación tóxica: se desploma su moneda (la lira libanesa), escasean todos los productos, tiene una inflación del 211 por ciento y creciente hambruna, donde se registran largas colas en las gasolineras, hay cortes de electricidad y la clase media está diezmada. además viene de una larga guerra civil y su recuperación se ve obstruida por un gobierno inoperante y ataques terroristas.

 

Turquia presenta un deterioro de las finanzas del gobierno y un creciente déficit comercial y de cuentas de capital, tiene una alta inflación (del 73.5 por ciento), una deuda que crece y tasas de desempleo altas. Egipto tiene una baja en sus reservas y una abultada deuda externa y su población ya soportaba un ambicioso programa de reformas que incluye severas medidas de austeridad, como recortes en los subsidios del combustible, el agua y electricidad. Afganistán padece una grave crisis económica desde que los talibanes asumieron el poder, tras el retiro de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN. La ayuda extranjera se suspendió casi de inmediato, hubo sanciones, se interrumpieron las transferencias bancarias y se paralizó el comercio ya que numerosos países se negaron a reconocer al nuevo gobierno.

 

Laos tenía una de las economías que más rápido crecían antes de la pandemia. Pero su deuda aumentó significativamente y, al igual que Sri Lanka, trata de renegociar su pago. Sus reservas extranjeras equivalen a menos de dos meses de importaciones, según el Banco Mundial. La devaluación de su moneda, el kip al 30 por ciento, complica más las cosas. Zimbabue padece una inflación superior al 130 por ciento y se teme una reedición de la hiperinflación del 2008, en que llegó a 500 mil millones, e hizo que su moneda fuese una de las más devaluadas del mundo y terminó adoptando otras divisas como el euro o el dólar. La economía ha sido azotada por años de desindustrialización, corrupción, falta de inversiones, bajas exportaciones y una deuda alta.

 

Birmania presenta una economía agravada tras el golpe militar que conllevó sanciones económicas de varios países como Estados Unidos y la Unión Europea. Más de 700 mil personas se fueron del país o fueron desplazadas de sus hogares por los conflictos armados y la violencia política. La situación es tan incierta que el Banco Mundial no hizo pronósticos para Birmania del 2022 al 2024. Pakistán tiene una crisis política que agravó las finanzas del país tras el derrocamiento del gobierno del primer ministro Imran Khan, la rupia paquistaní se devaluó un 30 por ciento en el último año y las reservas equivalían a dos meses de importaciones. El Salvador, Ghana y Túnez, estan en la cuerda floja pues cuentan con niveles de deuda superiores a los que pueden pagar en sus bonos, lo que los vuelve vulnerables al incumplimiento de sus pagos en caso de una crisis económica global, esto sumando al riesgo de estanflación mundial.

 

La mayoría de los participantes en la Encuesta Global de Percepción de Riesgos (GRPS) 2022-2023 eligieron: Crisis de suministro de energía; Crisis del costo de vida; Inflación creciente; la crisis de suministro de alimentos y los ataques cibernéticos a infraestructuras críticas, como los principales riesgos para 2023 con mayor impacto potencial a escala global. La pobreza en América del Sur prevalece en la mayoría de sus países. Los que presentan mayores índices de pobreza por población son Surinam , Bolivia y Venezuela. Los recientes cambios políticos en la región han llevado a mejoras en algunos de estos países. En general, la mayoría de las economías sudamericanas han intentado abordar la pobreza con regulaciones económicas más estrictas, inversiones extranjeras directas y la implementación de políticas microeconómicas para reducir la pobreza.

 

En Venezuela, a partir de 2011, las estadísticas oficiales de ingresos muestran que la tasa de pobreza total en el país se sitúa en el 31,9%. De este grupo, el 23,3% corresponde a pobreza relativa y el 8,6% corresponde a pobreza absoluta. Un informe de las Naciones Unidas estimó en marzo de 2019 que el 94% de los venezolanos vivían en la pobreza. Para 2021, el 94,5% de la población vivía en pobreza según sus ingresos según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), de los cuales el 76,6% vivía en pobreza extrema, la cifra más alta jamás registrada en el país.

 

“Todo el mundo tolera lo absurdo y lo falso porque se va insinuando subrepticiamente, mas no lo verdadero y rotundo, porque es excluyente”

Johann Wolfgang von Goethe

 

 

 

 

 

...

Comments

Popular posts from this blog

Comunicación al Fiscal del Ministerio Público

La Corrupción en el Sector Eléctrico (I): Los Casos más graves (Gustavo González Urdaneta)

Las relaciones entre hermanos y familiares (Gustavo González Urdaneta)