Evangelio (Jn 8, 1-11) correspondiente al próximo Domingo (6/4/2025) 5to de Cuaresma [C]: : La hipocresía social

 

A continuación, podrán leer nuestro comentario al Evangelio (Jn 8, 1-11) correspondiente al próximo Domingo (6/4/2025) 5to de Cuaresma [C]:

:


La hipocresía social

El relato del Evangelio de esta semana comienza indicándonos que Jesús se había dirigido al Monte de los Olivos, situado como a 1 Km. de la ciudad de Jerusalén, separado de ella por el valle del Cedrón. Allí acostumbraba pernoctar y este lugar va a ser mudo testigo de varios de los últimos acontecimientos de su vida. Por allí va a pasar Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén (Mc 11, 1); allí elaborará su discurso sobre el fin del mundo (Mt 24,3); también hacia acá se dirigirá con sus discípulos después de la última cena (Mc 14, 26).

Al amanecer se hizo presente nuevamente en el Templo para enseñar al pueblo que acudía para oír su mensaje. Los escribas y fariseos le traen a una mujer que ha sido sorprendida en adulterio, la cual iba a ser apedreada siguiendo lo dispuesto por la Ley de Moisés. Le preguntan a Jesús su opinión al respecto, para ponerlo a prueba y encontrar un motivo para acusarlo; pero Él les responde: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Al oír estas palabras, los acusadores se van retirando avergonzados. Entonces, Jesús le dice a la mujer: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”.

Jesús le ofrece su perdón a la mujer, pero al mismo tiempo le invita a no pecar más. El perdón de Dios no anula la responsabilidad, sino que le exige conversión. Jesús sabe que "Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva". En aquella sociedad machista, como ocurre todavía hoy en algunos países, se condena a la mujer porque ha deshonrado a la familia; pero se disculpa con facilidad al varón. Jesús no soporta la hipocresía social representada en ese episodio, donde la justicia y la compasión están ausentes. Antes que condenar a la mujer, le anima a iniciar una vida más digna. En los tiempos actuales donde la violencia doméstica contra la mujer parece ser una conducta cada vez más frecuente, incluso en países desarrollados, este Evangelio tiene especial vigencia.

Comentarista: Agustín Coll

La hipocresía social

El relato del Evangelio de esta semana comienza indicándonos que Jesús se había dirigido al Monte de los Olivos, situado como a 1 Km. de la ciudad de Jerusalén, separado de ella por el valle del Cedrón. Allí acostumbraba pernoctar y este lugar va a ser mudo testigo de varios de los últimos acontecimientos de su vida. Por allí va a pasar Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén (Mc 11, 1); allí elaborará su discurso sobre el fin del mundo (Mt 24,3); también hacia acá se dirigirá con sus discípulos después de la última cena (Mc 14, 26).

Al amanecer se hizo presente nuevamente en el Templo para enseñar al pueblo que acudía para oír su mensaje. Los escribas y fariseos le traen a una mujer que ha sido sorprendida en adulterio, la cual iba a ser apedreada siguiendo lo dispuesto por la Ley de Moisés. Le preguntan a Jesús su opinión al respecto, para ponerlo a prueba y encontrar un motivo para acusarlo; pero Él les responde: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Al oír estas palabras, los acusadores se van retirando avergonzados. Entonces, Jesús le dice a la mujer: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”.

Jesús le ofrece su perdón a la mujer, pero al mismo tiempo le invita a no pecar más. El perdón de Dios no anula la responsabilidad, sino que le exige conversión. Jesús sabe que "Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva". En aquella sociedad machista, como ocurre todavía hoy en algunos países, se condena a la mujer porque ha deshonrado a la familia; pero se disculpa con facilidad al varón. Jesús no soporta la hipocresía social representada en ese episodio, donde la justicia y la compasión están ausentes. Antes que condenar a la mujer, le anima a iniciar una vida más digna. En los tiempos actuales donde la violencia doméstica contra la mujer parece ser una conducta cada vez más frecuente, incluso en países desarrollados, este Evangelio tiene especial vigencia.

Comentarista: Agustín Coll











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