Un bosquejo de perfil psicológico de Donald Trump (Gustavo González Urdaneta)
Un bosquejo de perfil psicológico de Donald Trump
Gustavo González Urdaneta
Miami 15 junio 2025
La personalidad de Donald Trump sigue suscitando inquietud entre los expertos de salud mental, en las redes sociales y en nuestras conversaciones personales. Un personaje que no pasaba desapercibido como simple ciudadano y mucho menos desde su primer periodo presidencial. Mi primer contacto con Trump (DT) fue en junio de 2015, cuando anunció oficialmente su candidatura para las elecciones de 2016, y se convirtió rápidamente en el favorito entre los diecisiete candidatos en las primarias republicanas. Sus rivales hacia el final suspendieron sus campañas en mayo de 2016, y en julio fue nominado en la Convención Republicana junto con Mike Pence como su compañero de fórmula. Su campaña recibió una cobertura mediática sin precedentes y gran atención internacional. Muchas de sus declaraciones en las entrevistas, en las redes sociales y en las manifestaciones de la campaña eran polémicas o falsas.
Cuando anunció formalmente su candidatura a la presidencia el 16 de junio de 2015, apenas un mes antes había cumplido mi primer año en Miami. En ese momento era un ignorante inocente e ingenuo en la política norteamericana. En esa época Trump dijo “Vamos a hacer a nuestro país grande de nuevo” —frase que se convertiría en su eslogan de campaña—, y también prometió que, si era elegido presidente, “será el mayor presidente de empleos que Dios haya creado”. Oyéndolo recordé a Hugo Chavez con su discurso populista y su retórica, según analistas críticos, ya incitaba a la violencia y muchos mítines terminaban en provocaciones entre ambos bandos.
Ya en ese entonces, Trump fue duramente criticado por conservadores estadounidenses. Su rival principal Ted Cruz acusó a Trump de no ser un conservador real, haber apoyado a candidatos demócratas y de haber estado a favor de posiciones liberales como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mitt Romney aseguró que en la campaña estaban en juego «el Trumpismo contra el Republicanismo» y acusó a Trump de mantener posiciones contrarias al Partido Republicando como supuesto racismo, xenofobia, intolerancia religiosa e incitación a la violencia. El senador republicano Lindsey Graham aseguró que Trump era un peligro para el partido y muchos otros lo criticaron abiertamente.
Los medios de comunicación de Israel manifestaron su preocupación de que Trump pudiera resultar vencedor. La prensa israelí lo describió como el peor candidato de la historia, antidemocrático, racista, misógino y xenófobo, señalando que, según las embajadas israelíes, Trump carecía de una política coherente en relación con el conflicto árabe-israelí. Los periódicos describieron su triunfo como una victoria del antisemitismo.
¿Sufre quizá algún tipo de trastorno psicológico? Su comportamiento histriónico, su narcisismo, su falta de empatía o su impulsividad generan desconfianza en muchos colectivos, incluyendo entre quienes trabajan a diario con él. Por otro lado, el poder que ostenta hace que, en caso de que las sospechas sean ciertas, su figura y sus acciones puedan constituir una verdadera amenaza para todo ser vivo del planeta. Desde que Donald Trump asumió su primera presidencia, no han dejado de publicarse varios informes sobre su salud mental. Sin embargo, es importante señalar que hacerlo nos lleva a más de un problema ético. En primer lugar no es lícito que los profesionales de las ciencias del comportamiento y la salud hagan informes sobre personas que previamente no se han sometido a ninguna evaluación rigurosa. “¿Hasta qué punto sus hipótesis tienen fundamento?” sería otra de las preguntas que habría que considerar si nos planteamos hacer un boceto psicológico del personaje. No va más allá de una apreciación sobre un personaje que actualmente desempeña por segunda vez la presidencia de los EEUU, donde ya llevo once años y seis como ciudadano.
Las personas que piensan que son superiores o que padecen un complejo de superioridad realmente pueden tener una reacción a un profundo sentimiento de inferioridad. Este complejo fue identificado por primera vez por el psicólogo Alfred Adler quien desarrolló lo que se conoce como la teoria de la Psicología Individual. Según esta teoría, considerarse superior a los demás, indica que es muy probable que las personas estén trabajando muy duro para dominar ciertas habilidades y completar logros. Es decir, para camuflar un complejo de inferioridad, estas personas intentan exagerar sus logros o dejar mal a los demás para poderse sentir mucho mejor con ellos mismos.
El Efecto Dunning-Kruger (EDK) es un fenómeno psicológico que se observa con frecuencia en la vida cotidiana. Muchas veces, encontramos a personas que parecen creer que tienen un conocimiento o habilidades superiores a los de los demás, incluso cuando esto no es cierto. Esta percepción errónea puede tener consecuencias significativas en las relaciones interpersonales y en el entorno laboral. El EDK es un sesgo cognitivo que lleva a las personas a sobreestimar sus habilidades en áreas donde tienen poco conocimiento. Este fenómeno fue identificado por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger en 1999. Se basa en la idea de que las personas con menos competencias tienden a no reconocer su propia incompetencia.
Las personas que caen en este efecto suelen mostrar una falta de autocrítica y no son capaces de medir su propio rendimiento de manera objetiva. Esto los lleva a sentirse más capaces de lo que realmente son, lo que puede resultar en decisiones erróneas y en una sobreestimación de sus capacidades. Por otro lado, existen psicólogos que argumentan que las personas que se creen superiores pueden no estar intentando ocultar una baja autoestima. En cambio, estas personas opinan genuinamente que tienen más éxito que otras, aunque no haya evidencias que lo demuestren. Normalmente no se trata de sus profesiones sino de aficiones paralelas. Una persona que se cree más lista que los demás suele presentar varias características que la distinguen, por ejemplo, muestran una actitud de superioridad frente a los demás (arrogancia); tienden a justificar sus fallos sin aceptar críticas (incapacidad); no valoran las perspectivas de quienes tienen más conocimiento (desprecio) y suelen verse a sí mismos como más competentes de lo que realmente son (distorsión).
Entre las señales más comunes para bosquejar el perfil de la personalidad de Donald Trump, basado en la observaciones publicadas de lo que dice, lo que hace y lo que consigue, luce a nivel personal, sin ser exhaustivos, narcisista al mostrar una gran necesidad de admiración y poder, lo que se refleja en su ostentación de riqueza y su búsqueda constante de reconocimiento; es megalómano pues tiene una visión grandiosa de sí mismo y cree tener el poder y el derecho de cambiar la vida de los demás según sus propios deseos; es manipulador, conocido por su capacidad para manejar a las personas a través de discursos imprecisos y basados en ideas vagas; es autoritario, mostrando a una tendencia a actuar de manera autoritaria, como se vio en su trato hacia el periodista mexicano Jorge Ramos; es prepotente y arrogante pues, de verdad, se cree superior a los demás y trata a las personas con desprecio, especialmente si no comparten sus opiniones.
Desde otro punto de observación, ha sido misógino al realizar comentarios sexistas y ha sido acusado de tratar a las mujeres con desprecio; refleja racismo y xenofobia en sus declaraciones y políticas que han generado controversia por su contenido racista y xenófobo; le falta empatía pues basa sus ideas en prejuicios y estereotipos, lo que indica una falta de comprensión hacia las emociones y necesidades de los demás; es una persona claramente extrovertida que disfruta estando rodeado de gente y expresándose en eventos públicos; tiene una gran ambición y deseo de poder, lo que se refleja en su búsqueda constante de control y dominio. muestra una clara intolerancia hacia aquellos que no comparten sus opiniones, lo que se manifiesta en su discurso político. Emplea con frecuencia una actitud agresiva en sus discursos y en muchas ocasiones sufre de fanatismo pues defiende sus ideas con pasión exagerada, lo que puede generar conflicto entre grupos y personas. Algunos expertos también han señalado que Trump podría estar experimentando una "regresión gerontológica", un patrón de conducta en el que las personas mayores vuelven a exhibir comportamientos infantiles.
Hacia octubre 2024, más de 200 profesionales de la salud realizaron un perfil psicológico de DT, candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, advirtiendo que sufría de “trastorno de personalidad grave e intratable”, que lo hacía “totalmente inadecuado para el liderazgo” a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales, argumentando que el candidato republicano a la Casa Blanca era “una amenaza existencial para la democracia” en Estados Unidos. Y lo publicaron en una carta abierta.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría considera poco ético diagnosticar a individuos que no hayan sido evaluados personalmente por un psiquiatra, una prohibición conocida como la Regla Goldwater, sin embargo este grupo de médicos dijo que “durante muchos años, todos hemos observado miles de horas del comportamiento de Trump, reforzado por las observaciones de docenas de personas que han interactuado con él personalmente”.
La carta abierta que publicaron decía que “es fácil ver que Trump cumple con los criterios de comportamiento para el trastorno de personalidad antisocial”, usando la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM V), un texto fundamental que ayuda a los profesionales de la salud mental a definir y tratar los trastornos mentales. También decía que “Incluso un no médico puede ver que Trump muestra un patrón de vida de ‘incumplimiento de las normas y leyes sociales’, ‘mentiras reiteradas’, ‘desprecio imprudente por la seguridad de los demás’, ‘irritabilidad’, ‘impulsividad’, ‘irresponsabilidad’ y ‘falta de remordimiento”. Los profesionales argumentaron que el desorden que perciben en Trump “lo hace engañoso, destructivo y peligroso”.
La carta también afirma que Trump muestra signos de deterioro cognitivo y que debería ser sometido a “una evaluación neurológica completa”. Los firmantes de la carta son de todo tipo, desde profesores de la Universidad de Cornell hasta profesionales como un psicoterapeuta de Maryland, un enfermero de salud mental, un terapeuta sexual y un trabajador social.
Reconociendo que sus discursos son a menudo confusos e incluso incoherentes, los demócratas han tomado la medida poco convencional de alentar a los votantes a ver los discursos y mítines de Trump. Su exrival, la demócrata Kamala Harris, decía “Voy a hacer algo realmente inusual y los voy a invitar a asistir a uno de los mítines de Donald Trump porque es algo realmente interesante de ver. Verán que durante sus mítines habla de personajes ficticios como Hannibal Lecter. Habla de que los molinos de viento causan cáncer. Y lo que también notarán es que la gente empieza a marcharse temprano de sus mítines por cansancio y aburrimiento”. Me inclino por la carta abierta de los profesionales de la salud mental aunque coincido en que, realmente, vale la pena oír lo que dice cada día, y que además suele cambiar al poco tiempo, para darse cuenta de sus estrategias de mentalidad “comprador-vendedor”. Pero que son inaceptables e inaplicables cuando impactan y afectan a cientos de miles de seres humanos y sus familias, que se vieron forzados a salir de sus países para aspirar a una mínima calidad de vida. ¿Qué piensan ustedes de Donald Trump?
Que puesto al lado de Joe Biden o Kamala, Trump luce como un estadista regio e insuperable. En política como en todas las acciones humanas, las opciones son relativas y no hay verdades absolutas.
ReplyDelete¿Un megalómano, narcisista, manipulador, autoritario, prepotente y arrogante, pero donó todos sus sueldos como presidente a veteranos y otras causas, además de que utilizó su propio dinero para su campaña presidencial? ¿Estudios de personalidad firmados por profesores universitarios y otros profesionales sin conocerlo en persona?. Es política, y no hay duda de que no se puede derrotar a un mentiroso candidato demócrata con un candidato republicano «nice» y políticamente correcto, porque para detener el fraude electoral y la importación de votos hay que nombrar las cosas por su nombre. En suma, Donald Trump es el hombre adecuado para este momento histórico. Así lo hicieron saber sus electores. Es decir la mayoría.
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