EL DESPOJO (CUENTO) (ALEJO URDANETA)
EL DESPOJO (CUENTO) (ALEJO URDANETA) (El segador / Millet) EL DESPOJO ¡Mira! Ya va oscureciendo. Otra vez vuelve la noche y se lamenta un mortal y hay otro que sufre con él. Tiritando bajo las estrellas del otoño, año tras año se inclina más profundamente la cabeza. GEORGE TRAKL (Austria) Despaciosa y certera la mano de Pedro Burguillo. Afilado el machete, vuela entre la maraña de mosquitos para trozar la maleza, o para desbrozar el matorral y permitir que la cosecha sea buena. Así se lo ha dicho Andrés Díaz: que la limpieza sea completa y pueda justificar el salario que le paga generosamente (Hazlo así, Pedro Burguillo. Con precisión y firmeza. Al término de cada semana tendrás la paga. Limpia bien, Pedro Burguillo; que no quede matorral ni zarza). El brote es rebelde y hace sudar a Pedro Burguillo. El sol se prende de su espalda negra, más negra que la sombra del barranco. El tiempo de la espesura es lento y se mide con el batir del aire cruzado por la seca vio