Venezuela: Aun una buena estrategia debe mirar los resultados Gustavo González Urdaneta


Venezuela: Aun una buena estrategia debe mirar los resultados
Gustavo González Urdaneta
Miami, 16 junio 2019

La usurpación no sale y la crisis avanza porque la oposición es incapaz de mantener su unidad, definirse claramente y de trazar un proyecto político en esa dirección, de pasar el mensaje y organizarse con eficacia, y de ganarse la voluntad de la gente. Por eso los socialistas, o socialistas disfrazados, ganan elecciones, como en Venezuela Chávez le ganó a Salas (1998) y en Honduras Zelaya le ganó a “Pepe” Lobo (2006). Y una vez los socialistas en el poder, es estúpido esperar que se comporten como no socialistas. Pero en cambio la oposición al socialismo sí ha sido capaz de dar golpes militares, como el 11 de abril de 2002 en Venezuela, y como el 28 de junio en Honduras. Aunque pretendan disfrazarlos y decir que no fueron golpes de Estado. Lo siento; en eso podemos no estar de acuerdo.

Porque el recurso a la fuerza es moralmente legítimo sólo bajo ciertas condiciones; y una de ellas es que hayamos agotado los medios pacíficos y la vía de la persuasión. De eso, en el caso Venezuela, no cabe la menor duda, pero, quienes defendemos el gobierno limitado de Juan Guaidó, no hemos logrado pasar el mensaje y organizarnos con eficacia, y de ganarnos la comprensión y la buena voluntad de la gente nacional e internacional.  “No hemos sabido vender nuestro producto”, se oye decir en los círculos de libertarios y liberales clásicos.

Un problema común en el ámbito público oficialista y de la oposición es, como dice un amigo, que no entienden lo que pasa, porque no pasa lo que entendían y que se aplica al caso que nos ocupa: Primero hay que identificar el problema. Como suele decir el mismo amigo: Mal identificado el problema, mal resuelto el problema. Y lo que es más importante: ¿Cuándo vamos a terminar de aprender? ¿Hasta cuándo?

Ignorancia es la falta de conocimiento o el defecto en el conocimiento de algún asunto; por eso ignorantes somos todos -y en gran medida- respecto al inmenso universo de temas y materias, salvo las poquitas que conocemos. Pero ignorancia no es lo mismo que estupidez. Estúpidos no somos todos; aunque todos nos comportamos a veces como tales.

Considerando que el conocimiento es el conjunto de hechos, información o conciencia adquiridos por un ser vivo a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica, o práctica de un asunto referente a la realidad, es evidente que, si algo hemos debido lograr en los últimos veinte años, es la acumulación de información elaborada y experiencias personales y colectivas que nos deben permitir tener respuestas, o certidumbres cognitivas mensurables a preguntas como: ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, Y tomar decisiones pertinentes y acordes al presente, evaluar las consecuencias posibles, adecuar nuestras actitudes y acciones y servir de guías para el accionar personal y colectivo, en el sentido de decidir qué hacer en cada momento. La información es poder. Entonces, ¿Qué estamos esperando? ¿Falta de decisiones? ¿O hay algo más que impide? Usemos el poder de la información.

Los antiguos ilustrados, consideraron la adquisición del conocimiento como el fin único de la vida, pues lo asociaban a la plenitud y a la felicidad del individuo. La ignorancia y conocimiento son conceptos opuestos que no pueden existir en sus extremos y todos somos parcialmente sabios o ignorantes. Albert Einstein dijo: "no todos ignoramos las mismas cosas".

El nivel de ignorancia o conocimiento puede variar de un individuo a otro y el conocimiento no siempre viene acompañado de la felicidad. Algunos de los genios y eruditos más brillantes de la historia, en lo personal fueron personas terriblemente infelices y frustradas y suele darse el caso contrario, en el que la ignorancia viene acompañada de la felicidad, de la despreocupación, porque algo que se desconoce no puede causar daño alguno. En lo que no hay duda, y es muy cierto, es que una sociedad ignorante en la que todos los miembros son influenciables, y en la que no existe unidad sino disparidad de opiniones, puede llevar a la misma a su autodestrucción.
Carlo M. Cipolla (1922-2000) fue un matemático ítalo estadounidense, especializado en historia de la economía, autor de una brillante Teoría de la Estupidez (en su libro “Allegro ma non troppo”, de 1988). El partía de un simple hecho: los estúpidos son irracionales y no tienen estructura, coordinación, estatutos, voceros ni manifiesto; pero, sin embargo, resultan casi siempre las personas más influyentes y determinantes. Y se preguntaba ¿Cómo puede ser esto? ¿Es que son tan numerosos? ¿O hay alguna falla en el conjunto de personas no estúpidas? Lamentablemente, los no estúpidos muchas veces nos comportamos como estúpidos: irracionalmente; he ahí el problema.

En las sociedades fracasadas, la “fracción sigma” (porcentaje de estúpidos) no necesariamente crece; pero en el resto de la población sí crece el número de infortunados idealistas y asimismo el de los bandidos o malvados, sobre todo entre quienes detentan el poder. Y los inteligentes son muy pocos e incapaces de orientar y encausar a los ingenuos, de contener a los estúpidos, y de vencer a los malvados; lo cual conduce a todos a la ruina. Por eso, me inclino a pensar que la crisis venezolana radica en la enorme hueste de estúpidos, conducidos por malvados que se apoyan en ignorantes incautos, tras los cuales se disimulan y atraen a los estúpidos. Y en que los inteligentes se comporten como estúpidos. El problema más grave pueda que no sean los castristas y las pandillas de delincuencia organizada, sino gran parte de los venezolanos. En gran medida porque la mayor parte de la estupidez venezolana procede de toda esa serie de cantamañanas que han reflexionado dos segundos y han decidido que, dado el quiebre del país, ellos son los llamados a enderezarlo. Y me refiero, en particular, a esos políticos corruptos de la vieja cúpula podrida que no son más que unas garrapatas chupa sangre. Menos mal que esto ya no es un problema de solo Venezuela, es un problema regional, continental, y global... pues de otra forma no salimos ni de vaina...  

Ahora bien, se puede ser ignorante por no disponer de los recursos necesarios para adquirir el conocimiento o porque nos dejamos llevar por líderes indecisos, no transparentes en su actuación y que responsabilizan de los hechos acontecidos a los oponentes reales o, peor aún, a los de su mismo entorno. Su ignorancia puede hacerles creer que tienen todo bajo control, y generarnos así una sensación ficticia de seguridad, pero que puede convertirse en miedo, uno de los más temidos adversarios del hombre. Esta emoción primaria del ser humano constituye el mejor mecanismo de manipulación social y se suele caracterizar por ansiedad, desconfianza, fobia, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento, sospecha, pavor y pánico patológico. Otra de las cuatro emociones primarias es, la tristeza, que se manifiesta por aflicción, autocompasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo, soledad, depresión y nostalgia. Tengo la impresión de que la desconfianza y el desaliento han hecho presa del pueblo venezolano por la ausencia de líderes capaces de tomar las decisiones que se requieren para lograr los objetivos que ellos mismos establecieron. Hasta cuando señores vamos a seguir hablando de diálogos y negociaciones; con los criminales no se negocia. ¿No han tenido ya suficiente evidencia de ello?

Es innegable e invaluable el avance obtenido desde que, en enero, Juan Guaidó fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional (AN) y posteriormente proclamado por el pueblo como su Presidente Encargado. Nos llenó de esperanza y entusiasmo el que hayan definido una estrategia contenida en un plan de acción conocido como el Plan País, aunque no estemos conforme con todo su contenido o, peor aún, la falta de contenido en un sector tan importante como la energía (hidrocarburos y electricidad) y en otros igualmente básicos, como la educación, para la reconquista de la democracia y la modernización del país. Antes reclamábamos el exceso de improvisación pues el improvisado no tiene otro remedio que comprar, como buena, la agenda de intereses de sus adversarios. El concepto tiene su refrán venezolano “Como vaya viviendo, vamos viendo” que popularizó el personaje de Eudomar Santos en la novela “Por estas Calles”. Que era lo que hizo la MUD en casi toda su existencia. Si algo critiqué, en el pasado, es la ausencia de estrategia, peor puede ser un exceso de burocracia en su implementación, como tengo la impresión actual.

Eisenhower decía que en la preparación de cualquier batalla había encontrado que los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable.  Ahora bien, la estrategia no es consecuencia de la planificación, sino todo lo contrario, su punto de partida. El gran maestro Michael Porter dice que la esencia de la estrategia consiste en la elección de lo que no se debe hacer y, como bien lo expresa Sun Tzu, es básico conocer bien al enemigo y a uno mismo. La superioridad numérica no tiene ninguna importancia. En la batalla la victoria será para el mejor estratega. El futuro no se prevé, se prepara. En nuestro caso, el conocimiento del Usurpador y sus adláteres y del problema al cual nos enfrentamos, deben ser la base de cualquier estrategia y basta ya de improvisar y seguirle el juego al enemigo. El diálogo y la negociación no creo que están en el Plan País, pero, seguro que si en la agenda del enemigo.

Según Bonaparte, es necesario tomarse el tiempo para deliberar, pero cuando llegue el momento de la acción, deje de pensar y actúe. La estrategia es una mercancía, la ejecución, un arte. Según Churchill, aun la más bella estrategia de vez en cuando debe mirar los resultados. ¿Qué sentido tiene correr si vamos en la dirección equivocada? Hay un proverbio hindú que dice, nadie se ha perdido alguna vez en un camino recto. Algo que, después de 20 años, parece que ahora tuviéramos, la Ruta Guaidó, pero, ni está resultando tan recta y cada vez se asemeja más a una ruta de obstáculos. No lo vean como crítica, sino un consejo, de vez en cuando es bueno mirar los resultados. Usemos el poder de la información.

Miren algunas cifras aportadas por una encuesta de junio 2019 (Datincorp), según los cuales la mayoría de los venezolanos (56%) cree en la Ruta de Guaidó, sin embargo, Guaidó está descendiendo en las expectativas de los venezolanos. El 41% reconoce a Maduro como presidente constitucional de Venezuela (en febrero era el 34%), mientras que Guaidó es reconocido por el 36% (en febrero era el 49%). No obstante, la gestión de Maduro aun es rechazada por el 79% de los venezolanos y la mayoría absoluta (58%) considera que la situación del país será peor en los próximos meses, El 54% no considera posible una intervención militar internacional en Venezuela y el 66% de los venezolanos es pesimista respecto a las negociaciones entre el gobierno y la oposición.

No hay cifras respecto al apoyo internacional, pero se respira un cierto debilitamiento de este en los medios internacionales. Los pocos que se ocupan transmiten mensajes como el que “Maduro, todavía muy impopular, se beneficia del estancamiento político en el país”. Podría suceder que EE. UU., Brasil, Colombia y otros países marquen distancia. Aunque el caso venezolano pueda considerarse “único”, las desgracias de una sociedad – por horripilantes que sean – casi nunca han servido de base para que otras naciones acudan al rescate. Desgraciadamente así ha sido un poco la historia de la humanidad. ¡Preocupante! Por eso debemos saber si estamos solos.

En las últimas semanas ha salido en las redes sociales, con mucha frecuencia, un mensaje respecto a la Ley de Hanlon, la cual es bueno recordar hoy en día en tiempos de tanta estupidez: “No atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado casi siempre por la estupidez” y continuaba conque “En política, la estupidez suele ir unida a la ignorancia, que es, como advirtió Platón, la causa de la ruina de los gobiernos”. Lamentablemente, los malentendidos y la negligencia crean más confusión en el mundo que el engaño y la maldad. En todo caso, estos dos últimos son mucho menos frecuentes.

Mi referencia al “gobierno limitado” de Guaidó corresponde, en parte, a que no cuenta con el apoyo de los militares, es decir, no dispone de un ejército que aportar a la ayuda armada internacional que se requiere, definitivamente, para sacar al Usurpador, su cuadrilla propia y a todos los demás que tienen el país secuestrado. Aunque estemos de acuerdo que sin ayuda no hay vida, invocar el187.11 no soluciona nada si no tiene asegurado el apoyo internacional. En realidad, caería en el rango de estupidez, eso de pensar que ya no es por mi culpa pues está en manos del apoyo internacional. Desde lo de Cúcuta se vió claramente que los militares de alto rango no van a entregar a Maduro y sus cuarenta ladrones porque su negocio de Narcotráfico es muy jugoso.

Traigo eso a colación pues recibí un chat exhortando a la acción basado en: ¡Señores de la Oposición, el Poder es para ejercerlo! Tiene razón en que los Chavistas, jamás piden permiso, simplemente hacen lo que quieren, ¡Ejercen el Poder! Les recordaría lo ya citado ¡Información es Poder!

No incluiría en ese poder algo que no se tiene como es un ejército, sino a ejercer el Poder que, si tiene, y dejar sentado, de una vez por todas, la negativa clara e irreversible a cualquier tipo de dialogo y negociación. Nada bueno puede salir tratando con hampones. Quienes piensan que la negociación evitara la violencia, eso es una ilusión, la violencia ya existe y no tenemos forma de sacarla sin intervención extranjera. ¡!Por favor! No pedimos que nos invadan, sino que nos ayuden a sacar a los que ya tienen secuestrado el país. Que hay riesgos, claro que sí, pero el mayor riesgo es la destrucción del país y ese ya está en pleno desarrollo. Desde el 2018, Sir Alan Duncan, ministro de Estado para las Américas del Reino Unido, calificó al país como Estado Fallido. No son palabras que se puedan tomar a la ligera. Y no es cualquier cosa considerar como “Estado Fallido” a un país. Lo dijo un ministro británico y antes de los últimos acontecimientos. Da pena, y no ajena, sino como venezolano.

Es inadmisible ir a negociar en un país que no ha reconocido a Guaidó como presidente, habiendo cincuenta que si lo reconocen. Hay que dejar claro que no se pueden hacer elecciones libres hasta no sacar al usurpador y restablecer las instituciones que se requieren para lograrlas. Hay que ejercer mayor presión y sanciones internacionales para lograr que entre la ayuda humanitaria requerida, y no como eufemismo de invasión. No opino sobre la propuesta de Diego Arria de nombrar ministros sin carteras, pues dudo mucho de lo que puedan lograr, ni sobre cuál es el objetivo de Guaidó y su equipo a reaccionar a tanta estupidez que circula. Hay que hablarle claro al pueblo venezolano y que lo acepte el resto del mundo si en realidad quieren ayudar. A ver, si de una vez por todas, los analistas, politólogos y políticos chupa sangre se abstienen de ofrecer espejismos y varitas mágicas tratando de compensar el verbo y la fuerza de un régimen sin escrúpulos.

La peor situación es vivir en incertidumbre, como está el pueblo venezolano y, hasta la fecha, un punto de estímulo y aliciente es el liderazgo aún de Guaidó, pero no sabemos que pasará a medida que nos acerquemos al término establecido para la presidencia de la Asamblea Nacional y como podría afectar el liderazgo actual de Guaidó como presidente encargado. Seamos realistas, las estrategias paralelas de la oposición verdadera y el régimen de Maduro nunca convergen, como bien lo plantea Carlos Blanco. Ni el Usurpador va a renunciar ni los militares le van a pedir la renuncia y, dado que la intervención extranjera no está aprobada, olvidémonos de sacar al Usurpador, por ahora. Frase muy peligrosa de decir por su largo plazo implícito. Y ese es el primer objetivo de la camisa de fuerza que, según Diego Arria, se puso Guaidó. Si tienes que cambiar de camisa, hazlo, pero seamos claro, dejemos a un lado el sectarismo partidista y pensemos en el país. Parafraseando a lo que Churchill decía en su época, el problema con los políticos es que no quieren ser útiles, sino importantes. ¡Por Favor!

Son los resultados, Juan Guaidó, lo que debes revisar y mostrar al país. Se te reconoce el cambio logrado en apenas seis meses, pero, ya somos grandes, exigimos la verdad. Queremos saber si estamos solos o no. No te contagies ni te dejes influenciar. No lo entiendas como critica a ti, pero, has como decía Churchill, “aun la más bella estrategia de vez en cuando debe mirar los resultados”. Y no solo liberaría a Venezuela, sino que ésa sería tu mayor publicidad como Líder.


Comments

  1. Magister dixit. Es el mejor analisis sobre el tema,  de todo lo que he leido en los uiltimos 20 años. Muchas gracias Gustavo.

    J.P.BARNOLA

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  2. Gustavo Enrique 

    En las relaciones, que importante es reconocer el intelecto y el como se plasman las ideas.

    Tu ( tus ) escrito excelente; después de leerlo y releerlo, llego a la conclusión que; no tenemos salida, a menos que los HdP de los militares que detentan el poder se le volteen AL USURPADOR, lo cual puede ocurrir o no y “ como vamos viendo vamos viviendo “.

    Todo tiene un final, pero el cuando ?. La dictadura del Benemérito feneció, porque se murió; Perez Jimenez, había una unión entre las organizaciones civiles, gremios, universidades, los partidos políticos que renacían, la Iglesia etc., y dieron al traste; pero las Fuerzas Armadas no eran tan corruptas; igual en Chile. 

    Los Castro tienen 60 años en el poder y se eternizarán; los cubanos se han acostumbrado a la dádiva y al sobrevivir y vamos por ese camino, aparte de que ha habido una corrupción sin medida en todos los órdenes y la sigue habiendo. 

    Te pregunto y como has seguido esas presentaciones con relación a la reconstrucción que llaman “  PLAN PAÍS “; son realmente HONESTOS; muchos de ellos no se han enriquecido de manera grotesca en estos últimos 20 años. Ese es el gran problema, NOS HEMOS CORROMPIDO ( ni tú ni yo y tantos como nosotros ) EN TODOS LOS ORDENES.

    Creo que no veré el reverdecer de la TIERRA DE GRACIA, la miseria nos arropa y nos vamos acostumbrando a ella, los que ( sin ánimo de crítica ) todavía seguimos en Venezuela:

    -. Hay luz,  chevere, tengo TV y/o puedo leer; regreso el internet, puedo trabajar; se fue; llegará. 

    -. Hay agua, se lleno el tobo en la bañera y me baño con totuma, baje los WC y corro a llenar las 12 garrafas de 5 Lts, para tener agua.

    -. Me llego la pensión, se la regalo a Gustavo mi mensajero ( la cobra por mi y para el Y NO SOY MEJOR QUE LOS DEMÁS ) 

    -. SOMOS POBRES DE SOLEMNIDAD 

    Que de cosas NO !!! mi querido amigo.

    Armando Enrique 

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  3. Gustavo Enrique 

    En las relaciones, que importante es reconocer el intelecto y el como se plasman las ideas.

    Tu ( tus ) escrito excelente; después de leerlo y releerlo, llego a la conclusión que; no tenemos salida, a menos que los HdP de los militares que detentan el poder se le volteen AL USURPADOR, lo cual puede ocurrir o no y “ como vamos viendo vamos viviendo “.

    Todo tiene un final, pero el cuando ?. La dictadura del Benemérito feneció, porque se murió; Perez Jimenez, había una unión entre las organizaciones civiles, gremios, universidades, los partidos políticos que renacían, la Iglesia etc., y dieron al traste; pero las Fuerzas Armadas no eran tan corruptas; igual en Chile. 

    Los Castro tienen 60 años en el poder y se eternizarán; los cubanos se han acostumbrado a la dádiva y al sobrevivir y vamos por ese camino, aparte de que ha habido una corrupción sin medida en todos los órdenes y la sigue habiendo. 

    Te pregunto y como has seguido esas presentaciones con relación a la reconstrucción que llaman “  PLAN PAÍS “; son realmente HONESTOS; muchos de ellos no se han enriquecido de manera grotesca en estos últimos 20 años. Ese es el gran problema, NOS HEMOS CORROMPIDO ( ni tú ni yo y tantos como nosotros ) EN TODOS LOS ORDENES.

    Creo que no veré el reverdecer de la TIERRA DE GRACIA, la miseria nos arropa y nos vamos acostumbrando a ella, los que ( sin ánimo de crítica ) todavía seguimos en Venezuela:

    -. Hay luz,  chevere, tengo TV y/o puedo leer; regreso el internet, puedo trabajar; se fue; llegará. 

    -. Hay agua, se lleno el tobo en la bañera y me baño con totuma, baje los WC y corro a llenar las 12 garrafas de 5 Lts, para tener agua.

    -. Me llego la pensión, se la regalo a Gustavo mi mensajero ( la cobra por mi y para el Y NO SOY MEJOR QUE LOS DEMÁS ) 

    -. SOMOS POBRES DE SOLEMNIDAD 

    Que de cosas NO !!! mi querido amigo.

    Armando Enrique 

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