Crónicas Chat San Ignacio’61 (III) Gustavo González Urdaneta (Editor)
Centro de
Excursionistas Loyola (CEL) y otras anécdotas
Crónicas Chat
San Ignacio’61 (III)
Miami, 15 julio
2019
A raíz de las
dos primeras Cronicas, el compañero Agustin Coll nos decía que, ya que el grupo
está en una onda histórica, y teniendo tan buenos cronistas y recopiladores,
nos proponía, al igual como se hizo para los Seniors del colegio y los
Fundadores de Villa Loyola, ir recopilando las pequeñas historias particulares,
anécdotas y vivencias que cada uno tiene acerca de asuntos específicos
vinculados con nuestra trayectoria ignaciana. Los temas, a título de ejemplos,
que nos sugería, fueron:
1. Profesores:
Raphael Bredy Laforet, Angel Albalat Urmeneta, Miguel Yaber, Fanjul, Jacobo
Asensi,
Manuel Barroso, Vicente Alonso, Eduardo Aguilar Gorrondona, Roche, Aracelis de
la
Gándara,
etc.
2. Sacerdotes:
Hermano(a)s y personal administrativo: J.M. Salaverria, Francisco Arruza, Samuel
Petit, Gregorio Lanz, Julio Velilla, Igoa,
Pedro, Muskus, Lecumberri, etc.
3. Excursiones:
CEL al Ávila y al interior del país.
4. Deportes:
Futbol, beisbol, natación, atletismo, basquetbol, etc.
5. Fiestas y
celebraciones: Alí Rajame el Coco, verbenas, etc.
6. Religiosidad:
La Virgen del Colegio, misas, rosarios, primeros viernes, retiros espirituales,
clases de religión, etc.
7. La Banda
Seca: Sus desfiles, sus miembros, etc.
8. La
disciplina jesuíta: en todas las actividades que hacíamos esos años.
9. Los
compañeros ausentes: Aquellos que ya no están con nosotros y a los que le
hemos perdido
la pista, pero aun recordamos.
La lista, nos
indicaba, era meramente enunciativa; no pretendía agotar los temas ni los ejemplos
y cualquier sugerencia seria bien recibida.
Le contesté que
se me antojaba que podríamos continuar con el CEL y las excursiones en los
cerros de Caracas y en el interior: Galipán, Ño Tigrito, La Silla de Caracas,
Naiguatá; las haciendas en San Diego de los Altos, Humocaro Bajo; la Colonia
Tovar, Ocumare de la Costa, los Canales de Rio Chico, etc. En esa oportunidad
circule su propuesta en el chat y por correo para incentivar su inicio.
Un poco para
hacer historia hasta 1961, en honor al título de la crónica y en base a los
documentos consultados, en el año 1934 empezó la Sección Excursionista del Loyola
S.C. bajo la dirección del P. Feliciano Gastaminza. En el año 1938, el 13 de
octubre, en una excursión a Lagunazo se funda el Centro Excursionista Loyola.
Su primer director o asesor fue el P. José María Vélaz.
Lagunazo es el
punto de inicio de la parte central de la Fila Maestra que pasa por los picos
Oriental, Occidental y Naiguatá. Además, es una extensa explanada ubicada al
principio de la Fila Maestra justo detrás del Hotel Humboldt. Es un sitio muy
concurrido por excursionistas debido a las facilidades para acampar y a la
hermosa vista que ofrece. El nombre de Lagunazo se debe a que la gran explanada
para acampar que allí existe, posiblemente hace miles de años era una laguna de
origen glaciar, por supuesto actualmente no existe nada que se le parezca a una
laguna en el sitio.
Desde 1923,
Feliciano Gastaminza es, durante su magisterio, Prefecto de Mayores y profesor
de Aritmética en el recién fundado Colegio San Ignacio, donde se le recuerda, y
aparece, como gran impulsor de los deportes de fútbol y alpinismo y como
fundador del Club Loyola y de la revista EDASI. Ya de sacerdote regresó al
mismo colegio, actuando el primer año como padre Espiritual y otros ocho con el
cargo de Prefecto. El 4 de junio de 1945 fallecía en Caracas.
El Padre Vélaz,
chileno de nacimiento, llega a Venezuela en 1946 y en 1954 se le
envió a la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. El año siguiente, en
uno de los barrios más pobres de Caracas a escasos metros del Palacio
Presidencial de Miraflores fundó Fe y Alegría. En 1960 se retiró de la
Universidad Católica para dedicarse tiempo completo a Fe y Alegría, que en esos
momentos ya contaba con 6.000 alumnos de los barrios marginados de Caracas y
había comenzado a extenderse a Maracaibo y Valencia. Murió en julio 1985 en San
Ignacio del Masparro.
La revista EDASI
(Ecos de Alumnos San Ignacio) y su nombre, tenía entendido que fue idea del tío
de Jose Pedro, el Padre Pedro Pablo Barnola, el primer Jesuita venezolano.
Seguro que Jose Pedro nos puede aclarar el punto. EDASI, es la
institución más antigua del colegio, fue fundada en el año 1933 y desde ese
momento no ha dejado de cumplir su labor informativa y conmemorativa. Desde el
2010-2011está bajo la dirección del CESI (Centro de Estudiantes San Ignacio).
El 22 de
diciembre de 1939 fue coronado el Pico Bolívar por Jorge Alfonso R., Al.
Rodríguez, Carlos Ponte, Carlos Cojito Rodríguez, Arturo Sosa F., Roger
Antonorsi, Gustavo Maggi, Arturo Luján, César Anzola y los Padres Vélaz,
Arriortúa y Basauri, siendo juntamente con los alumnos del Colegio San José de
Mérida, los primeros jóvenes venezolanos en alcanzar la cumbre más alta de
Venezuela.
En la década de
los años 50 y 60 merece un lugar de honor el Hno. Samuel Petit, quien fue tutor
de algunos de nosotros en Cuarto Grado, gracias a su interés muchos de los
celistas conocimos el Ávila y más apartadas regiones de nuestra Patria. Al
final de la década de los 50 el CEL se institucionaliza. Se introduce la pañoleta
y la Promesa. Los Padres Sierra, Velilla y Urquijo son los que revivieron el
CEL con su empuje y organización. Varias fueron las excursiones que recuerdo
con Velilla que creo en esa época era aún Hermano. Para los interesados pueden
consultar el link: https://www.colegiosanignacio.com.ve/portal/csi/index.php/historia-cel.
Un poco para
cerrar lo referente a la historia del CEL, es imposible no mencionar al Padre
Pedro Galdós SJ, por cuanto me encontré con un artículo titulado “La Pasión por
las Cumbres” que no necesita ningún complemento, pero sí alguna aclaratoria por
parte del colegio sobre la paternidad del CEL, y, que transcribo su primer
párrafo:
“Pedro Galdós,
S.J., alias “Perico”, es el fundador del Centro Excursionista Loyola (CEL).
Para él la formación extraescolar es tan importante como la académica. Las
enseñanzas que ofrece el excursionismo y el conocer Venezuela los identifica
más con el país y los hace más ignacianos. Galdós considera que el CEL ha sido
para él la labor más gratificante. Oficiar misa en el Ávila o en Las 5 Águilas
con muchachos llenos de tierra, que comparten tienda, comida, enseres y el agua
caracterizan la personalidad de este jesuita que ama ante todo la naturaleza.
Los celistas sienten a Dios en la naturaleza, y las enseñanzas que reciben no
son nunca pasajeras. Ellos conocen la realidad venezolana palpándola y no sólo
a través de los textos, es tan cierto la peculiaridad del celista que después
de graduados y con familia conforman el CEL Senior”.
Me inclino por
creer que el origen del CEL es el descrito y su precursor, debió ser, el Padre
Feliciano Gastaminza en 1934 y que el Padre Pedro Galdós, quien llegó al
colegio en 1964, fue/es asesor y promotor del CEL como se menciona en una
entrevista que le hace Andres Guevara en el 2006 y para quienes estén
interesados en conocer más en detalle pueden leer en el siguiente link:
Hasta la fecha
no se han recibido anecdotas sobre las actividades del grupo SIg’61
relacionadas con el CEL. Recuerdo varias excursiones en las que participé, pero
no estoy seguro si eran promovidas por el CEL o por nuestros tutores o nosotros
mismos.
Uno de los
paseos que con más claridad ha perdurado en mi mente hasta hoy, fue una o dos
excursión-campamento que hicimos a la Colonia Tovar a la casa de los Jahn,
enfrente de la plaza, la escuela y la iglesia. Estaba en el centro de la
colonia. Las carpas las poníamos en los jardines, pero había varios que dormían
en hamacas y chinchorros en los pasillos alrededor de la casa. No se nos
permitía dormir dentro de la casa, pero si visitamos su interior a escondidas,
que más adelante les cuento.
Hay varias cosas
que perduran en mi mente. La primera, es que la carretera de acceso a la
Colonia aún estaba en construcción o en mantenimiento, el caso es que nos
encontramos con obreros en el camino porque una parte había que hacerla a pie
pues los rústicos en que íbamos no podían pasar con tanta gente adentro.
Recuerdo haberle preguntado a uno de los trabajadores que adonde iba esa
carretera y me contestó algo que jamás se me olvidó ¡Al país de irás y no
volverás! Seguro era para meternos miedo, pues después supe que esa carretera
la había construido Gomez con los presos. No sé si ese era el caso ya en
nuestra época.
La segunda, es
la historia propia de la Colonia que todos ustedes ya se la saben. Esa época
debió ser cuando estábamos en la segunda parte de la primaria y en la época de los
Hermanos Petit e Igoa quienes fueron grandes promotores del CEL. La colonia
tenía pocas casas y se decía que la mayoría de las familias eran cruces entre
ellas mismas por su aislamiento. Había algunos personajes raros. En ese tiempo
no había prácticamente turismo. Había muchos sitios que visitamos, entre ellos
recuerdo un molino de agua que no estoy seguro para que lo usaban. Recuerdo que
una vez nos pusimos a hacer prácticas de tiro de puñal a un árbol y nos regañaron,
en mal español, unos alemanes porque estábamos “ordeñando” el árbol pues salía
una especie de leche del árbol. Era el sitio donde estaba el hotel Selva Negra,
fundado en 1938, que tanto éxito tuvo después.
La tercera era
la propia casa. Por dentro era tétrica pues no encontramos, ni queríamos,
prender la luz, si es que la había. Nos manejábamos a punto de linternas y
afuera con las famosas lámparas de excursión Coleman. Una noche nos
escabullimos de los curas y un grupo nos aventuramos a recorrer la casa por
dentro, de hecho, los que estaban en los pasillos exteriores ni se enteraron o
se hicieron los locos. Lo más espectacular era una especie de ático tipo
estudio donde había una calavera encima de un escritorio y muchos otros
especímenes propios de un científico y una placa con el nombre de Alfredo Jahn.
Después me enteré,
por un vecino de El Rosal que se llama igual y es descendiente, que Alfredo
Jahn (1867-1940) cursó estudios de ingeniería militar en Alemania, se graduó de
ingeniero en la Universidad Central de Venezuela, institución donde fue alumno
del doctor Adolf Ernst, quien lo indujo a interesarse en las Ciencias
Naturales. Jahn, a lo largo de su vida reunió un herbario de más de 1.200
plantas. El Herbario Nacional de Caracas conserva su colección. Además, fundó y
presidió la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela
(1933), y fue miembro de la Academia Nacional de la Historia. Todo un
personaje, de quien nos enteramos sin buscarlo, en uno de nuestros paseos.
Puede que mi anécdota no sea muy fidedigna, pero así la recuerdo.
Una vez con el
Hermano Velilla fuimos a Ño Tigrito y me fue malísimo porque Velilla nos castigó
a varios y nos hizo mudar la carpa a un terreno en declive, lejos, y nada plano
así que pasamos una noche de muerte y amanecimos con dolores en todo el cuerpo.
La verdad es que no estoy seguro porque nos castigó, pero no debió ser por nada
bueno. Creo que tuvo que ver con los morrales o la comida.
Nunca me perdí
una excursión a la hacienda de los Basalo Yanes, padres de Ricardo (a) El Chino
-nuestro compañero por varios años-, que tenían un atractivo particular, no
solo por su infraestructura sino por lo bien que la pasábamos. Voy a abusar de
la memoria así que cualquier error u horror, por favor, pásenlo por alto en
beneficio de los gratos recuerdos que allí disfrutamos.
La hacienda
quedaba en San Diego de Los Altos y, tal vez no se acuerdan, pero en San Diego
de Los Altos, nació el ilustre escritor, periodista y exponente del humanismo
Cecilio Acosta; es un pueblo cercano a Los Teques y, tal vez, una parada
obligatoria en los paseos a San Antonio de los Altos o a la fábrica de Arte
Murano que visite varias veces estando ya en la universidad. La verdad es que
el pueblo tenía sus encantos, recuerdo la plaza, la iglesia y la vegetación
particular con el colorido propio de los Bucares en sus calles y plazas.
La casa, típica
de una casa-hacienda mirandina, tenía unos ventanales muy grandes en su sala
principal que daban a la calle y la convertíamos en dormitorio más dos o tres
cuartos con literas a lo largo de un corredor que llegaba al comedor y la
cocina. No me acuerdo de los baños, pero sí de la explanada que daba hacia los
cerros de la hacienda. Recuerdo una especie de puente colgante que nos permitía
pasar a los cerros y, a uno en particular, bien inclinado, pero de espesa
vegetación por la cual nos deslizábamos en cartones y era toda una diversión cada
vez que íbamos. No estoy seguro si contábamos con la aprobación de los curas
que nos acompañaban.
Uno de los
eventos de más interés era el apareamiento de los caballos con sus parejas. A
esa edad era todo un espectáculo. Creo recordar un incidente con un disparo
perdido con un rifle de balines donde uno salió mal parado y tremendo lio con
los curas que nos cuidaban; en las noches nos reuníamos a echar cuentos en la
sala principal. Tal vez varios se recuerden de otros detalles que agregar a
futuro.
Siempre pensé
que habíamos ido una vez de campamento al litoral central, no estoy seguro si
fue a Ocumare de la Costa, Higuerote o Rio Chico, el día en que peleó Betulio
Gonzalez su título Peso Mosca. Hablando con Roberto M llegamos a la conclusión
que no pudo haber sido pues esa pelea fue en los ‘70. De todas maneras, se las
recuerdo porque fue tan famosa y no se me olvida pues, lo que, si sucedió, fue
que la oí por radio y estaba acampando en el litoral central.
Esa noche de la
añorada década del 70, el maracucho Betulio defendía su título y Miguel Thoddé
narraba emocionado las acciones con su inconfundible voz. Los radioyentes no
podíamos ver la pelea, pero escuchábamos la narración, y por momentos hubo
interferencia por el satélite, así que Thoddé quiso animar al público y después
de narrar numerosas combinaciones de golpes, con el famoso, “pega Betulio, pega
Betulio” ... cuando regresó la señal, Thoddé bajo el tono de su voz y dijo,
“cayó Betulio”, el gran boxeador había sido noqueado. Esta contradicción impactó tanto a los venezolanos,
que en el programa humorístico El Show de Joselo le dedicaron un sketch.
Hubo otras
excursiones al litoral y por eso no preciso bien los sitios. En otra, acampamos
en la playa y había muchos cangrejos, de hecho, una noche durmiendo en la carpa
me pasó uno por encima de la cara y me quedé paralizado al abrir los ojos y ver
tremendo animal. Afortunadamente ni me moví y paso por encima sin ningún otro
daño que el tremendo susto. Una vez fuimos a una hacienda en Humocaro, para la
cual no fue fácil conseguir los permisos familiares pues en la zona había
algunas guerrillas. Espero que estas anecdotas les aviven recuerdos a otros y
nos las complementen.
Como continuación de las crónicas anteriores, nos
contaba Julio Klein que tanto Pablo Hernandez Mantellini , como él mismo ,
entraron en segundo grado en Jesuitas, venían del colegio de Monjas con la
capilla más bella de Caracas y que fue parcialmente " amputada " para
el paso de la Av. Baralt, y en tercer grado se quedaron en Jesuitas con el Hno.
Diaz de Cerio , autor de los libros “Nociones
Elementales y Ejercicios Prácticos” para niños de Primer Grado y también para
los de Segundo y cree que de Tercero. Ambos
llegaron a Chacao para el cuarto grado, con el Hno.Tobia, es decir, no son Seniors
ni Fundadores de Villa Loyola, como varios habían preguntado. Por cierto, Klein
vive en la isla de Margarita; casi “Ñero " luego de 26 años por la Isla.
Nos contaba Troconis una anécdota famosa, al menos
para los que jugaban futbol en esa época, sobre la fortaleza del “chute” de
Gonzalo Hernandez Terife. En un partido, en segunda categoría, Loyola vs no
recuerda quien, nos pitan un penalty a favor nuestro, en el arco oeste del
campo del colegio. Gonzalo lo pateó, con tal fuerza que el balón fue a caer de
aire, en el estacionamiento del edificio Mata de Coco, hoy del Seniat. ¡Pedazo
de patada! Lo que no dijo fue si ganamos.
En estos días, le dimos la bienvenida a Juan Garrido
al Chat y supimos que en Amazon están disponibles dos publicaciones suyas
"Razón y refrán en Sancho Panza" y "La relación democrática
Estado-Sociedad". Roberto K le dio la bienvenida a Juan, a este chat, pues
estuvieron “pupitre al lado” durante tantos años. Muchos saludaron y celebraron
el ingreso de Juan. Osorio fue quien le preguntó a Juan si tenía el Diploma de
Senior, pero Juan no lo tiene ni recuerda dónde puede estar.
Troconis, a raíz del comentario de Julio Klein, se
enteró que habían seguido algunos alumnos de los primeros grados en el edificio
de Jesuitas, ya funcionando Villa Loyola (VL), pues él creía, como muchos hasta
la fecha, que en segundo grado habían migrado todo primer y segundo grado a VL,
y que después iban llegando los grados superiores a medida que se construían
las edificaciones
No fue así, de
hecho, hay unos cuantos Seniors que siguieron en Jesuitas hasta que tuvimos
cuarto grado en Chacao y ahí nos unimos los que venían de Jesuitas y los que bajamos
de VL al primer edificio construido en Chacao, aguas abajo de VL. Cuando se fundó VL, no había sino hasta segundo
grado, el tercer grado lo hicimos los que entramos en segundo en 1951. Y de
allí salimos de VL a cuarto grado. Confirmaba Roberto K, a Angel Ignacio, que
era verdad lo que dije, la primera promoción en Chacao de VL, fue la de los que
pasaron de Jesuitas a Chacao a cuarto grado y los que veníamos de Villa Loyola
A raíz del comentario del chute de Gonzalo, Angel
Ignacio Osorio, preguntó que quien se acordaba lo que le pasó a Gonzalo
Hernandez en la pista de la cancha grande en una carrera de atletismo. Troconis
Berti le contestó que lo de Gonzalo Hernandez fue en unas fiestas
rectorales, en la carrera de relevos de 4x100. Cree que fue en segundo año, los
relevos fueron : Salió Jose Hildebrando Riera (Poncherita, se acuerdan de él)
quien le pasó la posta a JA, él no recuerda a quien se la pasó y éste se la
entregó a Gonzalo quien corría durísimo, pero llegando ya a la tribuna, se le
empezaron a salir las bolas del short, y se puso nervioso, tratando de
guardarlas, se distrajo y cree que fue el equipo de tercer año, quien al final
ganó y perdimos por culpa de las bolas de Gonzalo Hernández. Osorio comento
“JA, te recuerdas al pelo el incidente de Gonzalo Hernandez”. Recuerdo muy bien al gran Poncherita, todo un
personaje. Nos contó Jose Pedro que, Jose Hildebrando Riera Lozano (a)
Poncherita, se graduó con él en 1966 con Victor Rubio, Gustavo Roosen et al.
El mismo Jose Pedro nos contaba que cuando cumplieron
20 años, como no aparecía Victor Rubio, la UCAB lo dio por muerto y le rezaron
como tal en la misa. Por la profesión de Victor de ganadero, nunca paraba en
Caracas y se le había perdido la pista de la casa de su mama donde vivía.
Y un día Poncherita le dice: ¡Chico!, que impresión,
porque estaba yo subiendo por las escaleras del Edificio Pajaritos (el de los
Tribunales -que algunos llaman Tribumales) veo a Victor bajar y creía yo por un
instante que era un fantasma y solo me salió decirle: ¿Pero Victor, tu estas
vivo?
Continua, José Pedro Barnola: Un tiempo después
acompañando a un amigo que le debía plata a un cliente, apareció Victor Rubio y
yo como delegado de la promoción aproveche para fijar los datos de localización
de Victor... Pero el cuento no acaba allí porque yo entregue todos los datos de
Victor en la secretaria de la UCAB y cuando cumplimos los 30 años, cual fue
nuestra sorpresa que la UCAB en la misa lo dio nuevamente por muerto... Y ahí
yo tire la toalla.,.
José Pedro Barnola solía ver al Ponchera si no a
diario al menos una o dos veces por semana. Nos contaba que desde hace algunos
años tenían un amigo que intercedía por ellos en Cielo. A todas estas, Troconis
con la duda, le pide a Jose Pedro que continúe la anécdota… ¿Que pasó para el
40 aniversario, o ciertamente para el 30 si había fallecido? Pero Jose Antonio
se recuerda y exclama y pregunta… ¡Ah Caramba!, ¿Poncherita también acompaña a
otros compañeros en la Luz del Señor? José Pedro le aclara… No, Ponchera estaba
vivo cuando cumplimos 40 y fue de las últimas veces que nos vimos. Y Victor
debe andar por ahí vendiendo y comprando ganado. Hoy en día el amigo Poncherita
ya no nos acompaña (qepd).
Nos cuenta JPB que el papa de Victor, Benito Rubio
maracucho de oro como Victor, era abogado y había sido un excelente juez civil
de familia en Caracas. Lo asesinó una chica profesional de la diversión de
nombre Moraima Blanco hija de Eva Blanco la artista de TV al parecer por una discusión
de los "honorarios" de la chica. Eso fue cuando estudiaban segundo o
tercero de carrera; el Dr. Rubio al parecer era muy parrandero.
No sé si fue el recuerdo del Dr. Rubio o pensando en
el grupo, pero JP se mandó a echarnos un cuento sobre un “perro viejo, un
leopardo y un mono” que les copio pues nos deja una buena moraleja. De hecho,
estas crónicas están basada en anecdotas que son cuentos cortos. Uno más para
la Memoria SIg’61 para nuestros hijos y nietos:
” Cierto día un perro, ya viejo, salió a cazar
mariposas. Después de un rato largo se dio cuenta de que se había perdido. Dio
vueltas y vueltas tratando de hallar el camino cuando, de repente, vio que un
joven leopardo corría en su dirección con la visible intención de pegarse un
buen almuerzo.
El viejo perro se dijo: " ¡Oh, oh! ¡Ahora sí que
estoy perdido!". Viendo alrededor suyo algunos huesos, se puso rápidamente
a roerlos, dando la espalda al leopardo que se aproximaba cada vez más. Cuando
éste estaba a punto de abalanzarse sobre él, el viejo perro exclamó en voz
alta:
"¡Bien, este leopardo estaba realmente delicioso!
Me pregunto si no habrá otros por aquí ". Al escuchar eso, el joven
leopardo interrumpió su ataque, miró al perro con miedo y sigilosamente huyó espantado.
"Uf!", suspiró el leopardo "faltó
poquísimo; ¡el viejo perro casi me come!"
Mientras tanto, un mono, que había presenciado toda la
escena desde una rama cercana, se dijo que podía utilizar la situación,
negociando con el leopardo lo que sabía a cambio de protección. Por lo tanto,
partió ligero a alcanzarlo, pero el perro cuando lo vio correr a toda velocidad
detrás del leopardo se dio cuenta que algo iban a tramar. El mono alcanzó al
leopardo y le contó todo lo que sabía, pidiéndole que a cambio de tan
interesante dato lo protegiera. El joven leopardo se enfureció y le dijo al
mono:
"Ven aquí, mono, monta en mi lomo y vas a ver lo
que le va a ocurrir a ese viejo inútil que se cree inteligente”.
El perro viejo vio al leopardo que se acercaba a toda
velocidad con el mono montado en sus espaldas y se inquietó de verdad: "Y
ahora qué hago? ...Pero en vez de huir, se sentó de nuevo de espaldas a sus
agresores haciendo una vez más como sí no los hubiera visto y en el momento en
que se aproximaron lo suficiente como para oírlo dijo: "¿Dónde estará el
mono ese? Hace una hora que lo envié a buscarme otro leopardo y hasta ahora no
volvió"
Moraleja: No hay que desestimar a los viejos. ¡La edad
y la sabiduría que se adquiere con ella siempre triunfan ante la juventud y la
fuerza...!
Al final JPB solicitaba que, si no envías esto a cinco
"ancianos", en el mundo habrá cinco personas menos que sonreirán. Y
dejaba constancia que: no estaba insinuando que eres uno de los
"ruquetes", sólo se y pienso que hay algunos que son más jóvenes que
otros. Roberto Martin, con dos de sus acostumbrados dichos, decía…! ¡¡¡Perro
viejo late echaooooo!!! ¡Mas sabe diablo por viejo que por diablo! Es nuestra buena
acción diaria.
Juan Garrido informo a los que están en Caracas que cuando
quieran lo pueden llamar para ponerse de acuerdo y obsequiarles su última
publicación "Venezuela: integración nacional y democracia en el siglo
XXI" y a los que estamos fuera que le avisemos cuando haya alguien con
quien enviarla.
Volviendo al cuento anterior de Riera, Roberto M
comentó que Poncherita hizo un postgrado en Francia en Derecho Laboral y recordaba
que trajo un Mercedes Benz de allá y él lo llevó a la aduana de La Guaira a
retirar el carro que había llegado por barco. La última que lo vio estaba con
Germán Mendoza Ferrer en el Diamante Grill de los Hermanos Zamora. Por mi parte
comenté que hacía rato que andaba buscando a Germán Mendoza y nadie me ha
podido dar señas de él. Él trabajó en Cadafe unos años en mi época, pero salió
antes y le perdí la pista. Si alguien tiene alguna idea, por favor, que me pase
el dato. En realidad, no recordaba que German y Poncherita fueran cercanos,
pero Roberto M me afirmo que eran panas. JP agrego que sus encuentros con
Poncherita eran o en los Tribunales o el Metro. Algunas veces almorzaban o
tomaban café en las proximidades de los tribumales.
JPB me contaba que creía que German Mendoza era
fundador de Villa Loyola, lo cual es totalmente cierto, entró en segundo grado
B en 1951 y se graduó en 1961 con el grupo de Ciencias. Ya está inscrito en la
lista respectiva. German entró conmigo en la UCV y curso ingeniería eléctrica,
pero se graduó en 1967 o 1968, no estoy seguro. Muchos años después entro en
Cadafe y llegó a Director de Operaciones, pero salió mucho antes que yo y le
perdí la pista.
¡Tuvimos la oportunidad de felicitarnos el Día del
Padre!🎼🎉🍾🥂👏🙏🎁🎂🍀💰🎭🙅♂
Disfrutamos de una lluvia de Felicitaciones en el
Chat, entre todos, por el día del Padre y celebramos los cumpleaños de Oscar
Garcia Mendoza y del tocayo Gustavo Reyna por quien además hubo una misa en el
Colegio por su total recuperación. ¡Que
Dios bendiga al Grupo y a nuestras familias! ¡A los cumpleañeros, mucha salud y
larga vida! 🎈🎉🍾🎊🤗🎼🎉🍾🥂🍀🎁🎷🎂🎹🙅♂👏🎭
Victor Esteban extendió sus Felicitaciones a todos sus
compañeros padres con su respeto a sus progenitores que hicieron tan buen trabajo
y, le decía, creo que sí, que hemos hecho un buen trabajo y, en gran parte, por
la educación ignaciana y el ejemplo de nuestros padres QDLB 🙏
Leonardo Mateu nos recordaba que a “Poncherita” le
gustaba el béisbol y, según recordaba, era zurdo, era pitcher y jugó con ellos en
el equipo. Aclaraba que no era tan bueno como Roseliano Berrizbeitia y Luis
Felipe Luciani, pero hacía un buen trabajo. Recordaba que, ante la ausencia de pitcher,
Eduardo Bello -subido de clase- también pichaba, aunque su posición era segunda
base.
JP recordaba a Poncherita como cátcher y muy bueno,
aunque yo recuerdo que el cátcher era Rodolfo Bartha quien, por cierto, les
decía, era un dibujante extraordinario como Roberto K. De ambos aprendí un poco
de ese arte. RB te podía dibujar cualquier carro de esa época y diseñar uno
nuevo y RK era muy creativo con su 3D. Dos artistas en nuestro tiempo. Paz a RB
y Roberto K fue y debe seguir siendo una excelencia en el área de publicidad.
No sé si ya esté retirado. Troconis no recuerda a Poncherita como cátcher sino
como pitcher. Troconis precisa que Bartha, además, era tremendo ciclista y creía
que esgrimista también. Nos recuerda JP que el papa de Bartha era aristócrata húngaro
y profesor de esgrima en la Escuela Militar y en el equipo nacional de esgrima
en todas las especialidades masculino y femenino. Nos recuerda Luis Felipe que
el pitcher era él y que Rodolfo Bartha y Poncherita eran cátcher.
Nos recomendaba Luis Felipe que, según su internista,
la canela sube la tensión arterial. Y él todos los días le pone a la fruta del
desayuno yogurt, miel y canela. Nos decía Leonardo Mateu que siempre le dijeron,
según recuerda, que cuando a alguien le bajaba la tensión le frotaban canela en
el cuerpo.
A raíz de los partidos de futbol femenino, JP decía
que el día que las mujeres aprendan a jugar futbol bien -no lejano- nos
jodimos, nos ganaran siempre y Alvaro Rotondaro estaba totalmente de acuerdo
con él. Les decía que se dejaran de sueños, ellas nos superan en casi todo. Y
salió la pregunta obvia ¿A que no adivinan en qué no?
Según Luis Felipe Luciani, en el tango, “bailando,
mandamos los hombres...Las damas hacen el paso, que uno le marca y agregaba que
podemos mear en 360 grados y abajo y arriba. Claro ayudados con la otra mano”. 🤣🤗. ¿Según Roberto K, tomando cerveza 🍺? ¿Serán más rápidas?
Nos mostraba Roberto M una foto de un camión vendiendo
arepas en Calgary, lo cual confirma lo que decía JP que ya se ve a la arepa
mundialmente compitiendo, y con ventaja, con la tortilla mexicana y, es verdad,
como comentaba Roberto M que a cualquier país que vayas, veras las criollitas.
Aquí en Miami hay varios negocios llamados Arepazos que son venezolanos.
En relación con
las crónicas y la Memoria SIg’61, proponía Andy que sería oportuno averiguar si
hay disposición y factibilidad para apoyar algo así como idea/proyecto y la disponibilidad
a participar para desarrollar los temas de las crónicas y la Memoria SIg y que contáramos
con él. En realidad, como la hizo a un grupo pequeño hasta no definir si es
factible, la mayoría se estaría enterando en esta oportunidad. Planteaba la
posibilidad de que nosotros pudiéramos establecer-a tiempo completo- un
sitio/secretaria con apoyo de personajes del grupo 61-64 de graduandos para
hacer “nacer” todo esto... Cuenten conmigo cualquiera sea la propuesta final.
Se cruzaron
algunos comentarios sobre ese tema. Armando Enrique citaba que, según él
supiera, aun nos acompañan, mi querido Padre Julio Velilla quien me castigaba
casi a diario después de clases, Manuel Barroso, uno de sus hijos fue compañero
de su hijo en el Liceo Los Arcos, el Padre Olave a quien hace poco más de un
año visitó en Azpeitia (Loyola). No estaba seguro si Jacobo Asensi, a quien vió
hace dos años en el Centro Comercial de La Tahona y se tomó un café con él, la
esposa y la Sra. que lo cuida. Tiene dos hijos con un negocio de servicios
odontológico en Miami; uno de los hijos es odontólogo y el otro administrador y
encargado del negocio. Mencionó a Eduardo Aguilar G, a quien visitó igual hace
como dos años en su casa de la Alta Florida-Conjunto La Montaña; piensa que hoy
debe estar un poco retraído por lo de la memoria, y que guarda gratos recuerdos
de él. Era el Guardameta del Loyola en aquel glorioso campeonato de La Segunda
de Ascenso y su profesor de Historia de Venezuela en Cuarto Grado en la Esquina
de Jesuitas. Siguió recordando que hay un Padre Baquedano en el colegio de los
Jesuitas en Pamplona, España, hermano del P. Baquedano que murió recientemente,
que estuvo en Venezuela. El Padre Sierra que vive retirado en casa de una de
sus hermanas en Madrid y que hizo una labor fuera de serie en las escuelas de
Fe y Alegría en Barinas. Y hasta aquí sus recuerdos. Alberto Montero nos dijo, que,
de los nombrados, aún viven Asensi y Velilla.
Andy nos contó
que, entre muchos Ignacianos con amistades, hijos, esposas y demás Loyaltarras,
estuvo en la verbena reciente en el
colegio y se encontró con dos sorpresas, una al ver mucho concreto en lo que
antes eran jardines para el futbol y pelota arreada y la otra, le agradó
muchísimo encontrar compañeros de clase, a la vez que veían a sus hijos y en
casos muy pequeños también conociendo a unos nietos...esa parranda duro hasta
la noche...! Nos contaba que pudo pasar un verdadero ambiente ignaciano en lo
que para él en una época era “Villa Loyola” caminando por detrás de los
autobuses que se paraban en el acceso a la calle de tierra, los puntos de
escape en el Pedregal, y las casas de la familia Caballero, Perez Luna, y otros
Ignacianos loyaltarras comiendo de todo en la verbena, ¡¡con más de 450
personas…Ahora es que falta más presencia...!!
Continuó Andy,
aprovechando que hay un grupo que vivimos en Miami y sus alrededores, a ver si
se podría darse/programar una reunión y reunirnos un grupo ...consideraba que
el haber estado en Chacao en la apertura de Villa Loyola y del San Ignacio en
Chacao, es algo que no tiene copia; visualiza que ya pronto tendremos
universidades más grandes cerca de esos campos de concreto....
Demás esta decir
que nos encantaría y en los últimos cinco años hemos tenido la visita de varios
compañeros: Roberto Martin, Alvaro Garcia, Luis Felipe, Nelson Socorro, Pablito
Hernandez, Oswaldo Carrillo, Manolo Sanz Pino, Alberto Baez Duarte, Andy
Duarte, Raul Curiel, Raul Aldrey y Alvaro Rotondaro. Me perdonan si se me
olvidan algunos. Entre ellos, hay varios que nos han repetido la visita y
algunos más de dos veces. Hay unos que se han mudado reciente a Florida, como
Javier Jaso, Armando Perez Monteverde, Luis Enrique Palacios y otros a Miami
como Oscar Garcia Mendoza y Eloy Anzola. Sigamos hablando y el tiempo nos
brindara la oportunidad de vernos de nuevo. ¡Seguro!
A todos los
invitó a unirse y participar en el Chat SIg’61, en cuyo espacio, mientras
tanto, conversamos a diario y mentemos el contacto con 37 compañeros. Aprovecho
para animarlos a participar en el chat en cualquiera de los temas sugeridos por
Agustin o que espontáneamente surjan y que han dado material ya para tres crónicas
y, mantener el entusiasmo aportado hasta ahora y que con toda seguridad nos
brindaran grandes momentos de eso que llaman “Recordar es Vivir”. Creo que, sin
buscarlo, se está dando el sueño del proyecto al inicio cubiertos los dos temas
extremos de la Memoria Ignaciana ‘61: Villa Loyola (1951) y la Fiesta del Año
(1961). Hay mucho que contar de esa década. Esta abierto el derecho de palabra
y de tema.
En su
incorporación al Chat nos envió Juan Garrido sus felicitaciones y les daba gracias
a todos, particularmente al Editor-agradecido- y a los que suministraron tanta
información extraordinaria. Nos comentaba que “Dicen que recordar es vivir y es
verdad, pero también a esta edad de tres cuartos de siglo para vivir hay que
recordar, dando gracias a Dios por tantos y tantos beneficios recibidos. Reciban
un gran abrazo y para los que están en Caracas y quieran conversar para seguir
recordando y viviendo con la mayor salud mental posible y les envío mis
teléfonos. Me encantará encontrarme con quienes compartí los mejores años de mi
vida”. Mil gracias, Juan, se te quiere mucho, miles de recuerdos de los años
compartidos y las tantas veces que estudiamos juntos.
Una gran alegría
me dio el amigo Carlos Gamez Arevalo (a) Pirulo, de quien tenía un tiempo sin saber
de él y, en esta oportunidad, aparte de sus lindas palabras sobre las crónicas
en el Factótum Ignacianos, me envió la Lista del Segundo Grado B de Villa
Loyola, su grado, la cual nos ayudó mucho en seguir completando los Fundadores
de Villa Loyola. Lamentablemente no tenía la del Segundo Grado A, donde estábamos
el resto de VL. Según JPB, la nuestra se la sabe de memoria el Tite Oteyza
quien seguramente nos ayudara a escribirla. Ojalá alguno me pueda enviar las
fotos de los dos segundos grado en VL del Edasi.
Por cierto, hemos
continuado construyendo las listas de Seniors del Colegio (13) y Fundadores de
Villa Loyola (26) de nuestra promoción ‘61 y quienes comparten, a la fecha,
ambas credenciales son: Carlos Gámez, Jose Pedro, Roberto K, Juan Garrido, Gustavo
Roosen y otros, que lamentablemente, ya no nos acompañan: Christian Pagazani,
Gustavo Perez Olivares y Néstor Gonzalez Acuña.
En esa
oportunidad Carlos me contó, algo que no sabía, que la casa de Villa Loyola era
originalmente del abuelo de Alfonso Vidal Yanes, su compañero en segundo B, a
quien recuerdo con mucho cariño y luego nos vimos en la UCV pues también es ingeniero
electricista, aunque se graduó en Ohio. Les contaba que la esposa de Carlos fue
una de las dos ingenieras más bellas de nuestra época, la otra se casó con uno
de mis compañeros de promoción, como debía ser. Pura broma.
Tal vez para
abrir la ventana a conversar de nuestros profes, nos contaba Jose Pedro sobre
uno de los más querido, que Dios lo tenga en su gloria, el Dr. Vicente Alonso,
extraordinaria buena persona, padre de nuestro amigo y compañero Jose Luis. Nos
contaba JP, que el Dr. Alonso, con infinita paciencia, por allá en 1959, dado
que JP tenía una base muy mala, en un mes de clases particulares, le creó una
buena base de Aritmética y Algebra, e hizo que esas disciplinas para él, más
que unas materias de estudio fueran unos extraordinarios pasatiempos. Nos
contaba “Hice todos, todos, los ejercicios de los libros de Aritmética y de
Algebra de Baldor. Y sus enseñanzas de Trigonometría,
plana y esférica, me han sido muy útiles en mi pasatiempo de Astronomía”. Sería
interesante oír otras historias en relación con nuestros profesores que entiendo
existen, aparte de las vivencias diarias en clases, pues recuerdo que varios
recibieron clases particulares.
Mis queridos
compañeros, les agradezco las contribuciones que han aportado para las tres
crónicas que llevamos a la fecha, pero, como se pueden imaginar, las Memorias
de un grupo requieren no solo participación de sus integrantes sino poner lo
mejor de cada uno en recordar hechos de hace ya 58 años y una gran creatividad
para llenar los espacios que la memoria no cubre. A veces lo importante no es
lo que se dice, sino cómo y para qué se dice.
¡Hasta la
próxima………………Amigos!
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