San Ignacio de Loyola, más excursiones y futbol Crónica Chat San Ignacio 1961 (V)


San Ignacio de Loyola, más excursiones y futbol
Crónica Chat San Ignacio 1961 (V)
Gustavo Gonzalez Urdaneta (Editor)
Miami, 5 agosto 2019

San Ignacio de Loyola, El Peregrino, era conocido popularmente como el hombre del saco, ya que vestía una simple túnica. Inició su peregrinaje a Jerusalén y en el camino, pasó por el monasterio de Montserrat y en 1522 bajó a Manresa donde vivió once meses, que fueron decisivos en su transformación espiritual. Según relata él mismo, fue en esta ciudad donde tuvo las experiencias místicas y espirituales que le inspiraron en la redacción de su obra principal, los Ejercicios Espirituales, un método de búsqueda de la voluntad de Dios, una ayuda para orientar la propia vida según Dios: "en todo servir y amar".
El Centro de Espiritualidad Cueva San Ignacio de Manresa es el "lugar fundacional" para la práctica de los Ejercicios Espirituales: en el mismo sitio donde Ignacio de Loyola vivió la experiencia que daría lugar al Libro de Ejercicios. De allí se deriva el nombre de nuestra Villa Manresa en Los Chorros donde muchos de nosotros hicimos nuestros primeros ejercicios espirituales.
Los Ejercicios Espirituales que escribió San Ignacio de Loyola, después de largos años de experiencia y reflexión, son una pedagogía para poder crecer en aquella manera humana de vivir que se inspira en Jesús de Nazaret y su Evangelio. Nuestro espíritu, para vivir de manera sana y plena, necesita también ejercitarse: un conocimiento detallado de uno mismo y un sentido práctico para crecer como persona y como persona solidaria. Esto vale para todo el mundo que quiera crecer humanamente, tenga las ideas o creencias que tenga.

Esta breve introducción nos da la apertura de contar las anécdotas individuales y/o colectivas de los Ejercicios Espirituales que formaron parte de nuestra educación ignaciana, no solo en Villa Manresa y Los Teques sino para algunos en San Javier del Valle en Mérida.
En la onda de las excursiones, Jose Pedro va poco a poco y tratando de respetar -si la memoria no lo impide- el orden cronológico. Por la época 1953-54, acabados los interclases, el P. Diaz Guillén que era el P. Espiritual de cuarto, quinto y cree que de sexto grado y dirigía la Cruzada Eucarística, organizaba los sábados en la tarde varias excursiones y/o paseos a unas cascadas que estaban en el Ávila justo detrás de donde está hoy la Universidad Monteavila. Se empezaba por el mismo sendero de El Edén (sitio al cual se referirá más adelante), se llegaba a un trecho que el pasto de lado y lado formaba una especie de galería porque era mucho más alto y el Padre decía: estamos entrando en la sierra de tigres y leones...y se caminaba cosa de 15 o 20 minutos hasta llegar a un salto de agua y unas piedras (parecido a Quebrada Quintero), allí tomaban agua friísima y el P. Diaz Guillen sacaba de su morral  una botella de miel y unas canillas y empezaba a preguntar: Quién quiere pan... quien quiere pan con miel...ese riachuelo era el que venía de más arriba cercano al Edén y más adelante nos contará otra anécdota jocosa cuyo protagonista fue el siempre recordado Rafael Ernesto Matos Sorondo (qepd), en una excursión posterior.... como siempre, los llevaba el bus del colegio y a las 5:00 de la tarde ya estaban de vuelta.

Nos comenta que siempre lamentó que los curas “se llevaran” al P. Diaz Guillén a Los Flores de Catia a la escuela que allí estaba o está y que es hoy de Fe y Alegría. Era un sacerdote muy piadoso, a quien le perdió la pista. Su amistad con el P. Tinoco de los Teques se debía a que fueron compañeros de seminario menor. Aprovechó para decirnos que el Seminario de Caracas por muchísimos años lo dirigieron los sacerdotes S.J. y hasta hace unos 20 años el P. Espiritual de los seminaristas mayores era el P. Leocadio Jiménez, exalumno Ignaciano y cree que el tercer jesuita venezolano. Tuvo la oportunidad de conocerlo y se distinguía por su cordialidad y su excelente buen humor.

Cumpliendo lo prometido, de ir descargando su gandola de recuerdos de las excursiones a medida que fuera organizando el coco, Jose Pedro nos cuenta otros episodios. Luego de esa primera excursión a El Encanto, y las excursiones de los sábados con el Padre Díaz Guillen a la cascada a merendar pan con miel, en las proximidades del cerro detrás de Villa Manresa, recuerda una excursión a una casa ubicada por los lados de los Teques, Carrizal o en sus alrededores, a la casa de la Familia Sosa. El Gordo Sosa estudiaba en el curso anterior al nuestro o dos cursos, y cuando llegaron encontraron la piscina vacía y un encargado de cuidar la casa, muy terco y negado a llenarla hasta que apareció el mismo gordo Sosa, quien vivía en una casa en la primera avenida de Los Palos Grandes, y le ordenó que la llenara. El hombre le hizo caso y se bañaron en una piscina que el agua les daba por las rodillas... el regreso siempre igual, autobús del colegio y rosario.

Continua José Pedro, con uno de los primeros lugares del cerro en las proximidades de Los Chorros, hoy día justo después, Cota Mil de por medio, donde está la Universidad Monteávila, que en esa época eran las instalaciones del Colegio de las monjas del Buen Pastor, donde comenzaba el camino a El Edén, no tan empinado de modo que, para los novatos en eso de subir cerro, como él y otros más donde me incluyo, no era fuerte. El camino llegaba a una especie de explanada o balcón con una vista de todo el Valle de Caracas, unas matas de mango que nunca vimos cargadas y a unos dos minutos, una quebrada, la misma del P. Diaz Guillen mucho más arriba, con un agua friísima. La excursión duraba un día. Al Edén fui por lo menos dos veces.
Ese mismo camino era el camino largo para la ascensión al Naiguatá, y era como casi la cuarta parte el camino a ese pico En una excursión posterior a la que nos cuenta JP, estudiábamos bachillerato, a Rafael Ernesto Matos (qepd) se le ocurrió bañarse en pelotas.  y vino un guasón que nunca supo quien fue le escondió la ropa. Matos Sorondo se presentó en el campamento en auténtico traje de Adán, porque sus partes pudibundas las cubría con una hojita de un árbol y con una soberana arrechera... Hasta aquí los relatos de hoy de JP, el próximo nos adelanta que será sobre Ño Tigrito y la cascada de Sebucán. Nos recuerda que el camino al Naiguatá, más corto, pero más empinado, era el del Pluviómetro, que se accedía directamente desde Petare, por donde está hoy la Santamaría. Con estos se despide JP, por los momentos.

Recuerdo varias excursiones del CEL para la Silla de Caracas y el Pico Naiguatá, a las cuales nunca me animé, y los cuentos eran que había unos bárbaros como Gerd Krentzien (qepd) que siempre llegaba primero y como si hubiera subido al Edén, de lo fácil que lo contaba. Se les agradecería a los que tuvieron la oportunidad de participar y disfrutar de esas experiencias, que se animen y las cuenten.

En estos días contamos con la incorporación activa al Chat de “El Chino” Basalo, después de un largo periodo de incesante búsqueda y espera, quien nos recordaba que el nombre de la hacienda era "La Mora", ubicada en San Diego de los Altos. Por cierto, lugar de nacimiento de Cecilio Acosta, que para la época en que estuvimos, la plaza del pueblo llevaba su nombre y posteriormente, durante la cuarta república, la cambiaron a plaza Bolívar, algo que siempre lamentó. Son muchos los años transcurridos y nos seria de mucha utilidad que quienes conservan la colección de los Edasi me enviaran copias de las fotos de fin de año desde segundo grado hasta cuarto año de bachillerato. Las de quinto año las tengo y se las he enviado a todos; si alguno no las tiene se las envío.

Hace ya cierto tiempo nos enteramos de que el Tite no se estaba sintiendo bien, pero sin más detalle, a través de una conversa de José Pedro con Gustavo Reyna, quien ya estaba en franco progreso del problema de salud que lo aquejaba y, en la misa por su total recuperación que se ofició en el colegio, éste le dijo a Luis Felipe que él estaba perfecto y Tite también…Posteriormente, fue el propio Tite quien nos contó la gravedad de lo que tuvo y que, afortunadamente, ya estaba totalmente bien y nadando sesenta piscinas diarias. Por lo cual todo el grupo les hizo llegar sus felicitaciones a ambos.

Concurrieron en estos días la perdida de dos personas que motivaron varios mensajes cruzados en el grupo, me refiero a Carlos Cruz Diez y a Carmen Victoria Perez. Ambos personajes muy ligados al vivir diario de nuestro país. Personajes muy diferentes pero muy queridos por haber formado parte de nuestra vivencia artística y cultural. Ambos se merecen nuestro respeto y oraciones por su descanso final. Su perdida son referencias a estas fechas.

Un comentario reciente entre el chino Basalo y Luis Felipe sobre la caza, me recordó algo que paso a contarles como introducción al mismo.  Los padres suelen ser casi siempre los grandes maestros y ejemplos de sus hijos. Al menos creo que fue, en general, nuestro caso. Siempre recuerdo de los míos que nos decían que uno, en la vida, debía siempre ejercer una profesión, conocer un oficio y tener una afición (hobby). No me fue fácil comprender eso pues no tenía claro cuáles eran las de ellos. En especial, los de mi mamá que no los comprendí hasta que me gradué, empecé a trabajar y me casé. Tal vez un poco tarde entendí, que lo que yo creía era el oficio de mi mamá era su profesión...” ama de casa”, pero no era “ama” sino “gerente del hogar”. Hoy en día veo claro porque un currículo está incompleto sino define los tres: profesión, oficio y afición. Suelo decir que soy ingeniero, maestro y lector y escritor por afición. Mi oficio ha sido transmitir lo que he ido aprendiendo. Las aficiones pueden ser varias y las sintetizaría en el arte y la cultura: habilidad y conocimiento. Los que quieran manden su perfil para incluirlo en su currículo.

Por la afinidad de hobby entre el chino Basalo con Luis Felipe, hablaron de la caza, supimos que Luis sigue siendo presidente de la federación de caza y nos contaba que este año no tuvieron autorización de uso porte deportivo y de caza, por tanto, este año, no ha salido. La resolución vence este próximo 27 de agosto y esperan hagan la excepción de los mismos; primera vez en la vida republicana de Venezuela, ni cuando Gómez.

Creo que todos coincidimos que la principal afición de los loyaltarras es el deporte y, entre ellos, el futbol. Una muestra es la vehemencia demostrada cada vez que alguno toca el tema. Ustedes han disfrutado de la descripción del Troco al hablar de un chute que hizo Gonzalo Hernández que sobrepasó las cercas y llegó al estacionamiento del centro comercial Mata de Coco. Del gran juego entre los sexto grados, que estoy recuperando los comentarios cruzados, pero a Angel Ignacio todavía no se le olvida la mano del Motilón Rodriguez, que no vió el árbitro, ¡el negro Planas y Luis Felipe alegando que mano fue la de Maradona! En fin….

Tenía que ser así pues cuando en 1951 llegamos a Villa Loyola, aguas abajo no existían sino campos que se fueron usando para beisbol y futbol, pero, si mal no recuerdo, llegaron a ver más de una docena de campos de futbol…creo que hasta quince. Que confirmen los propios. Otro recuerdo que no me abandona, al salir de Villa Loyola, a mano derecha había lo que me dio por llamar “escuela de equitación” pues había caballos y veíamos que asistía gente como a tomar clases de equitación. Pocas veces he tocado este tema y me gustaría que alguno me lo aclarara pues no duró mucho y supe muy poco. No se me olvida nunca pues en 1951 recién entrado a Villa Loyola, el grandote de Gilberto quiso “caribear” al “maracuchito” obligándolo a ir a ver los caballos. Fue la primera vez que me (nos) mandaron a presentarnos ante el Padre Bonet. No pasó de un buen regaño y empezó la amistad con el gran Gilberto hasta hoy día que nos encontramos en Miami. Creo que cuando pasamos a cuarto grado en 1953, al primer edificio del San Ignacio de Chacao, ya no existían esos caballos, o tal vez fue después y ya no me enteré.

Hay evidentemente temas recurrentes que aun creo no están claros del todo, al menos para este editor. Por ejemplo, ¿Cuantas veces perdimos la copa? Según Luis Felipe le responde a Troconis, sólo perdimos en quinto año en la final con cuarto año que fue cuando le pasó el incidente por querer desfilar con las madrinas y no con la banda. Pero después Angel Ignacio nos comentaba que, según recuerda, perdimos en cuarto con los de quinto año, o sea al revés de lo anterior, y que durante nuestro quinto año perdimos también el juego contra los de segundo año, y lo recuerda muy bien porque su hermano formaba parte de ese equipo. Hasta aquí, perdimos dos veces o tres, depende pues hay dos versiones.
La cosa se complicó pues, no se quien dijo, que nosotros en cuarto le ganamos a quinto y mencionaba que ahí jugaban Bobby Pocaterra (qepd), Riorzac, Piquito. Planas, Baez ...y el arquero era un moreno, que no recordaba el nombre y citaba a Marcelino Oraá. Eso era una mezcolanza pues creo que Oraá era hasta catire y Angel Ignacio aclaró que, de ese equipo de quinto año, contra el que perdimos, recordaba a Javier Baez, Monagas, Oswaldo Ferro (qepd), Guillermo Planas y que Bobby jugaba con Manuel Lopez Contreras y Pico Páez Pumar y ellos iban dos años delante de nosotros. Creo que iban tres pues con ellos estaba mi hermano. Recuerda AIg perfectamente lo contentos que estaban los de quinto año pues se iban como campeones y, más aun, que nos habían derrotado después de dos campeonatos y estaban reconcomidos. Esto parecería concluir que perdimos dos veces.

En ese momento comenzó el affaire del “portero” pues Angel comentó que el arquero moreno tenía apellido Acosta y que recordaba que vivían en El Paraíso, lo cual fue aclarado por Roberto Martin pues Ricardo Acosta, el citado arquero, lo casó a él como Jefe Civil de la parroquia La Vega y era hermano de Aquiles “Popea” Acosta. Mas adelante, Troconis y Armando Enrique informaban que eso no podía ser pues Ricardo Acosta estaba en esa época en Mérida con ellos, y por ahora…eso no se ha aclarado. La dinámica de este medio de comunicación sobrepasa en velocidad a nuestros recuerdos. También puede ser enredo del editor y, si es el caso, lo perdonan.

Abro paréntesis, para recordar todos los cumpleaños de los dos meses anteriores. Empezó con Manolo Sanz “Pinito” el 12 de junio y en ese mes le siguieron Oscar Garcia Mendoza el 16 y Gustavo Reyna el 17. En julio empezó el 9 con Luis Felipe, Oswaldo Carrillo el 21 seguido de Angel Ignacio el 22 y terminó con Andy Duarte el 24. También hubo varios con nietas de grado, Luis Felipe y Freddy, celebramos el día del abuelo y Victor Marquez y Beatriz cumplieron 53 años de matrimonio, al igual que yo de ingeniero, el mismo día. El 31 de julio es el día de San Ignacio de Loyola y, por lo tanto, felicitamos a todos los Iñigo. En agosto no hay nadie registrado, pero en septiembre cumpliremos nueve, regalitos de las navidades.

Volviendo a las reminiscencias futbolísticas ignacianas, nos contaba Troconis, que creía que el mejor gol hecho por uno de los nuestros, y si lo está leyendo debe acordarse, fue en un juego en el campo del Colegio detrás de la Capilla, arco sur, Infantil B, nosotros contra Champagnat. En el cual, su arquero casi pifia un saque de portería y la pelota le cae a Freddy Lazo que estaba en la media luna del área grande, para la pelota con su singular maestría y sin pensarlo dos veces va el cañonazo imparable para la portería del Champagnat.

A raíz del comentario anterior, Leonardo Mateu comentaba que, a pesar de haber compartido cinco años con el Troco, casi a diario, los primeros tres, idas y venidas a la UCAB de Jesuitas, muy ignaciana, y teniendo momentos familiares y profesionales con él y su familia en la urbanización Pan de Azúcar en Carrizales, le da mucha nostalgia el no haber podido ver ni un gol ni jugada de Jose Antonio , ya que cuando él era “grande”, Leo no había llegado aún al colegio y, cuando ya llegó, el Troco estaba en el San José de Mérida. Ironías de la vida y se despedía de todos, y en particular de José Pedro y José Antonio, como dirían sus amigos de la infancia en España: “me cachis la mar sala” para ver si Armando y José P conocían la expresión.

En este momento es que Troconis nos cuenta que Ricardo Acosta, fue su compañero en el San José de Mérida, al igual que Armando Enrique, y lo llamaban "Popy”, así que no podía ser el arquero del equipo que antes citamos. Igual confirmó que Bobby Pocaterra, mucho mayor que nosotros, estaba y jugaba para el equipo de quinto año cuando estábamos en segundo y lo recuerda muy bien porque fue el primero que le metió una plancha desde la rodilla hasta el pie; en esa época se jugaba sin canilleras, hoy en día son obligatorias. Tremendo jugador, nos comentaba que formó con Carlos Eduardo Gomez una formidable media cancha de la Vinotinto, también Miguelito Nucete, que venía de La Salle. Aclaraba que el portero del cuarto año era Nelson Geigel (qepd) y en ese equipo jugaban Pico Páez Pumar, un jugador muy fino y goleador, el negro Luis Planas, Hriorzac, etc. Les recordaba que esa clase, la de Bobby, Nelson y mi hermano, hizo el quinto año en Jesuitas y salían graduados en Biología, Física y Matemáticas y Filosofía y Letras, que para nuestro tiempo se fusionaron en Ciencias y Humanidades.,
Continuó JA que, del tercer año, cuando nosotros estábamos en segundo, recordaba a Xavier Baez, con quien jugó mucho después en diferentes categorías hasta que se fue a vivir a Margarita; a Oswaldo Ferro (qepd) quien fue mi compañero de tesis en ingeniería eléctrica en la UCV; a los Monagas, Manuel Azpurua y muchos otros.
En respuesta a Leonardo, nos decía el Troco que cuando regresó de Mérida, jugó en el juvenil del Loyola, ya estando en primer año, y luego jugó en todas las categorías del Loyola, desde la primera hasta super veteranos, se retiró en el 2008, es decir a los 65 años, y ciertamente metió muchísimos e importantes goles, pues era muy rápido y pateaba bastante bien con ambas piernas y, a pesar de su tamaño, metió muchos goles de cabeza. No era tan hábil como José Luis, el motilón, ni tan fino y claro como Freddy, pero si más efectivo de cara al arco contrario
Continua Troconis Berti, hablando de goles, se recuerda de dos que sirven como anécdotas. En el Infantil B, jugando en el campo del Dos Caminos, que era de tierra, lloviendo, y si ganábamos, asegurábamos el campeonato, al minuto  30 del segundo tiempo, jugaban 40', yendo 1 a 1 (en otra ocasión, más adelante, dice que iba 0-0), cometen un faul a favor nuestro , más o menos cerca del área del delantero central. Freddy se encarga de patearlo, con aquel balón de cuero, mojado que pesaría unos cuantos kilos, se la centra y el entró de cabeza y metió el gol, el cual ni vió pues cayó de bruces medio noqueado después de haber cabeceado esa piedra. Los internos del colegio del Dr. Bustamante, que tenían rodeada la cancha, se metieron y tuvieron que salir corriendo para el autobús que estaba estacionado afuera y de allí viene la anécdota del padre Olave que se comentó hace ya algún tiempo en un artículo del blog Factótum Ignacianos titulado “¿Se acuerdan del Padre Olave”?
Un poco para que sirva de fácil referencia, transcribo el comentario de Lorenzo Fernandez respecto a ese partido:
“Fue un partido duro que finalmente ganamos. Yo jugué de portero. Concluido el encuentro, caemos en cuenta que han cerrado el portón y se disponen a agredirnos. Ello comienza con lluvia de piedras que tratamos de evitar. Al instante aparece la figura imponente del P. Olave (espero lo recuerden en su dimensión física), para hacer frente a la agresión. Animados por esa actitud, hicimos frente común hasta que alguna autoridad del club Los Dos Caminos intervino y entonces concluyó el enfrentamiento”.
El amigo Gonzalo Hernández, en esa misma oportunidad, nos dejó el siguiente comentario:
Yo tuve la ocasión de estar en el juego que con tanta "vivencia" cuenta Lorenzo Eduardo. Éramos jugadores del equipo infantil B y luego en A, que ese y otros años terminamos invictos en los campeonatos contra La Salle, Dos Caminos, San Agustín, San Bernardino, Santo Tomás…. entre otros. Ha sido un recuerdo perdurable para mí.  Y de lo que ya él contó debo agregar que luego, al finalizar la cayapa recibida de decenas de 'valientes doscamineros", abrieron el portón y se nos permitió salir de la encerrona, algunos golpeados, y pudimos montarnos en el autobús del colegio que nos llevaría de vuelta a Chacao. Ya montados en el bus se acercaron unos exaltados guapetones (mayores que nosotros) del Dos Caminos que insistían en golpearnos y nos retaban desde afuera para pelear en el ring de boxeo en la calle.......y es allí que interviene Olave....se baja del bus y se enfrentó a los "valientes" retadores y los desafió si había alguno dispuesto a pelearse a puños con él...... pero ninguno se atrevió y se fueron como perritos con la cola entre las piernas. Regresamos con la victoria deportiva y con otra mas no planificada, gracias a Olave”.
Para cerrar el ciclo de tres protagonistas y comentaristas, les copio lo expresado por Jose Antonio Troconis de esa experiencia futbolística:
“Para completar un poco la anécdota de Lorenzo aquí narrada, les comento que el padre Olave nos dirigió, creo que estábamos en Infantil B, pues el infantil C lo llevó el Hno. Igoa, de grata recordación. El colegio de los Dos Caminos estaba situado en lo que hoy es el Centro Comercial Millenium, entre la avenida Rómulo Gallegos (en esa época aún no estaba construida) y la avenida Miranda, era principalmente internado, el campo era pequeño, pero para nuestra categoría era suficiente, totalmente de tierra y jugar allí era muy difícil, pues los internos se paraban al lado de la raya del campo y permanentemente nos lanzaban piedritas. El partido referido por Lorenzo fue particularmente muy duro, pues quien ganara prácticamente quedaría campeón de ese torneo. También jugaba en el equipo, que se le pasó a Lorenzo, Bernardo " ladrillo" Briquet (qepd) muy buen inside derecho. El asunto es que íbamos 0 a 0 en el segundo tiempo, cuando en un faul de ellos, cerca del área, Freddy Lazo lo chuta y me lo centra, yo entro de cabeza y anoto el gol. Loyola 1, Dos Caminos 0. A partir de allí arreciaron los insultos y las piedras hacia nosotros. No recuerdo que se hubiera anotado otro gol, creo que así terminamos. No más pitó el árbitro el final del partido, los internos se nos vinieron encima y nosotros corrimos hacia la puerta que daba a la calle que hoy es la Avda. Rómulo Gallegos, la cual habían cerrado, pero el padre Olave se encargó de abrirla y pudimos salir, cuando nos estábamos subiendo al autobús que nos llevaría al colegio, vinieron a agredirnos varios de ellos, bastante mayores que nosotros ( tendríamos 13 ó 14 años, a lo mucho) y es allí cuando el padre Olave, subiéndose las mangas de la sotana, se baja del autobús y enfrenta a los dos camineros, los cuales cuando vieron a esa fortaleza humana que los paraba, no les quedó otra que  dar la vuelta y entrar al colegio. También hubo participación (algo tardía) de las autoridades de ese colegio. Gracias al padre Olave, nos salvamos de haber recibido una golpiza o al menos unas pedradas”.
La segunda anécdota de Troconis se refiere al partido final del interclases entre su 6B del padre Echave y 6C, cree que del padre Andueza, no recuerda bien. Este es el famoso y controvertido juego entre los sexto grados que mencioné antes. En el 6C jugaba de centro defensa Ángel Ignacio, recuerda que el portero era de apellido Perera, se jugó en el campo que quedaba justo arriba del edificio de los grados, hoy en día sería el field del campo de béisbol. Ese juego, nos cuenta, había despertado mucho interés y expectativa, ganaron 1 a 0, en una jugada que Ángel Ignacio descuidó al Troco y en un rebote de media volea Troco metió el gol.
Lo controvertido, según cuentan, es que después se complicó porque José Luis, aparentemente sacó con la mano el que hubiera sido el empate de 6C, y muy educaditos ellos se le fueron encima al árbitro, que era un estudiante de segundo año, cuentan que tuvieron que entrar los curas a apaciguar los ánimos. Después decían que al árbitro le gustaba la hermana de Freddy y por estar viéndola a ella no vió la mano de Motilón. A Troconis no le consta lo de la mano. Ese es el célebre juego que Angel Ignacio no olvida y aun discute. Oigamos sus opiniones.
Angel Ignacio le dice a Luis Felipe:” Te doy los detalles de ese famoso partido de futbol. Que lo recuerdo como si hubiese sucedido ayer. Final entre el sexto de Andueza y no recuerdo quien era el Cura de tu equipo. Yo era el capitán del sexto grado de Andueza. Como anécdota, te cuento que no tenía arquero porque el titular Pablito Hernández presentó problemas. Conseguí, imagínate, al gordo Sergio Perera, lo entrené y total fue nuestro portero titular para el partido. Arbitro, el Negro Planas. El gol para decidir el partido, lo metió nuestro recordado José Luis Rodríguez con la mano, que Dios lo tenga en su gloria. Planas no la vió a pesar de que fue muy notable. Total, perdimos el Campeonato. Que arrechera. Ahora lo recordamos como uno de nuestros agradables momentos de nuestra vida colegial. Recibe un gran saludo. Angel Ignacio”.
Luis Felipe le contesta a Angel Ignacio: “Nosotros; creo que el cura era Echave y recordaba ahora, después de tu anécdota, que fue un gol que sacó José Luis con la mano y Planas decía que había sido de cabeza. ¡El que lo metió con la mano fue Maradona!”. Aún no están de acuerdo. Según Angel, con Luis Felipe jugaban Bernardo, Jose Luis, Freddy, Pinito y Troconis, entre otros que recuerda. Para él solo recuerda al chino Limardo y Perera. Luis Felipe se recuerda que medio colegio asistió a ese partido. Tenían pendones y consignas. Bastantes muchachas. Fue todo un acontecimiento.
Troconis le responde a Angel Ignacio: “Recién ahora estoy leyendo tu narrativa de ese célebre partido, que yo recuerde ganamos (6B), 1 a 0 y el episodio de la mano, fue cuando José Luis sacó un tiro a gol del chino Limardo que hubiese sido el empate de ustedes (6C). Lo que no me cuadra es porque motilón estaba en la defensa pues él era delantero”.
Según Troconis, en el EDASI de esa época hay un reportaje de ese juego. Ha podido haber sido entre abril a junio de 1956, si alguien tiene los Edasi, sería bueno que lo buscara. Lo último que recuerda Troconis es que fue un tiro libre o corner que cabecearon y fue a la esquina derecha del arco. Él no llegó y JL estaba ahí. Si fue mano o no, él no la vió, estaba en el aire. Según LF, “pegó en el borde del palo, esa es la pura verdad, lo demás es leyenda. JL era de baja estatura y esos arcos eran de madera de sección cuadrada y altísimos. Razón por la que el hermano Igoa se empeñó en hacerlo arquero”. Siguen sin estar de acuerdo. Creo que el tema sigue abierto.

En la oportunidad en que se hable de la Banda es necesario alguno recuerde la cronología de los directores de la misma. Pues existen algunas lagunas. Al irse el Hno. Tobia en 1956 que era el director de la Banda vino otro antes del P. Ignacio Huarte... no era el P. Cayetano Garicano. JPB pide auxilio por la desmemoria en esto y eso que tiene una memoria tan prodigiosa que Luis Felipe le dijo ¡Caramba, JP! ¿¿¿Que estás tomando tu...???¡Caracha negro, que memoria!
LF, nada extraordinario, le contesta JP, lo que ocurre es que hay una paradoja en los seres humanos que es que los recuerdos de infancia y primera juventud pasan como una película, quizá con algunos cortes, sobre todo lo que ha sido adverso o desagradable. Pero, por el contrario, me preguntas que fue todo lo que hice el martes pasado...y la cagada, no te acuerdas ni la décima parte.
No tengo seguro quien le respondió a José Pedro, lo de la banda, creo fue el tocayo Reyna, quien mencionó que cree que entre Tobia y Huarte vino Andueza. Y a mí me aclaró que, efectivamente, fueron tres secciones de sexto grado, de una de las cuales formó parte quien fue entonces Maestrillo Echave, quien posteriormente salió de la CSJ, se casó y posteriormente, enviudó. La última vez que lo vió fue en una Misa por Pancho Villalba, fallecido algunos días antes. JAT confirma que fue el padre Andueza, pues él entró a la banda en sexto grado, por lo tanto, no conoció al Hno. Tobia, como director de ella.

Mis queridos Amigos, siempre me ha parecido sano leer todo aquello que nos hace pensar y reflexionar tanto sobre el pasado como el hoy, el mañana y más si es expresión de quienes han compartido una parte tan formativa como nuestro caso. El camino ha sido largo y muy lleno de vivencias inolvidables que si bien podemos echar algunas de menos lo debemos hacer sin ningún resentimiento en contra. Lo que realmente lamento es lo que aún no he hecho.
Lógicamente, la edad nos trae muchas limitaciones y situaciones que antes no teníamos, pero, si hemos disfrutado lo vivido, todo se acepta como algo inherente al tiempo feliz ya transcurrido. Ahora más que nunca, tratemos de pasarlo lo mejor que podamos sin hacer mal a nadie y dando gracias a Dios por nuestra salud.
Mis queridos Amigos, ustedes perdonen las controversias originadas por culpa del Editor, trato de preservar al máximo lo expresado por cada uno, pero, mantengan la idea y exprésenlas a la menor oportunidad. Estas crónicas se nutren de lo que comentamos a diario y contribuye más la espontaneidad que el silencio. Lo que no se expresa no deja huella. Mi sincero agradecimiento a todos los participantes en el Chat que, de una forma u otra, conforman la identidad del Grupo San Ignacio ’61 y que colaboran en construir la Memoria de este. Mi agradecimiento muy especial a Roberto Martin y a Troconis por facilitarme copias de sus archivos del Chat pues tenia un vacío de una semana en el mío.


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