Adolfo Hitler a 75 años de su muerte (III): Segunda guerra mundial, algunas interrogantes y sombras sobre su personalidad
Adolfo Hitler a 75
años de su muerte (III): Segunda guerra mundial, algunas interrogantes y
sombras sobre su personalidad
Gustavo Gonzalez
Urdaneta
Una vez iniciado
el rearme alemán y anexionados Austria y Checoslovaquia, cuando el conflicto en
torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia el 31 de agosto de
1939, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial
(1939-45). Adolf Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación,
que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la
hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico
había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo,
había concluido un Pacto de no agresión con la Unión Soviética (1939),
acordando con Stalin el reparto de Polonia.
El moderno
ejército que había preparado Hitler obtuvo brillantes victorias en todos los
frentes durante los dos primeros años de la guerra, convirtiéndolo en dueño de
casi toda Europa; mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega,
Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia y Grecia (mientras que
Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y
países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).
La caída de
Francia, el vecino odiado -el verdugo de 1918- era una restauración del honor
para Adolfo Hitler. Paris firmó su rendición el 22 de junio de 1940, en el
bosque de Compiègne, dentro del famoso Vagón de Compiègne: la misma ubicación
geográfica y el mismo vagón de tren donde Alemania había firmado su rendición
veintidós años antes y humillado con el Tratado de Versalles (https://ramm1943.blogspot.com/2019/07/centenario-del-tratado-de-versalles.html. Era por lo visto, un pequeño capricho de Hitler, de
enorme valor simbólico. La humillación de la Primera Guerra Mundial (GMI) había
sido revertida. En 1944, el gobernador nazi de Paris Dietrich von Choltitz
alcanzó fama por desobedecer la orden de Hitler de destruir casi todos los
monumentos de París en caso de que las tropas germanas no pudieran conservar la
ciudad durante esta etapa final de la guerra.
El antisemitismo
de Hitler era un componente muy arraigado y esencial de su ideología, más allá
de los usos propagandísticos que pudo darle a lo largo de su trayectoria
política. Junto con el deseo de asegurar la hegemonía de Alemania en Europa y
la consecución de un espacio vital para su país, la eliminación de los judíos
era el tercer elemento que conformaba su ideología. A medida que la guerra
avanzaba para Hitler era esencial la deportación forzada de los judíos fuera
del Reich y eso derivó en el exterminio de todos los judíos europeos, una
operación conocida como la “Solución Final”. La idea no era nueva pero esta vez
tenia los medios. (Auschwitz: 75 años de su liberación, https://ramm1943.blogspot.com/2020/01/auschwitz-75-anos-de-su-liberacion.html)
Sólo la Gran
Bretaña de Churchill resistió el intento de invasión (batalla aérea de
Inglaterra, 1940); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la
invasión de Rusia (1941), respondiendo tanto a un ideal anticomunista básico en
el nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este
el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania. A partir de la
batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió, y las fuerzas
soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín
en 1945; simultáneamente, se reabrió el frente occidental con el aporte masivo
en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra
desde 1941), que permitió el desembarco de Normandía (1944).
El 20 de junio
de 1944, explotó una bomba en la sala de conferencias donde Hitler estaba
reunido con oficiales cercanos. La bomba estaba dentro de un maletín, debajo de
la mesa y justo debajo de él pero, aparentemente, en algún momento uno de los
presentes empujó el maletín y Hitler salió ileso. Cerca de cinco mil
sospechosos de estar en la resistencia fueron ejecutados por orden de un Hitler
furioso después del ataque.
Derrotado y
fracasados todos sus proyectos, Hitler vio cómo empezaban a abandonarle sus
colaboradores mientras la propia Alemania era acosada por los ejércitos
aliados; en su limitada visión del mundo no había sitio para el compromiso o la
rendición, de manera que arrastró a su país hasta la catástrofe. Un día antes
de su muerte se casó con Eva Braun en el bunker. Hitler se suicidó el 30 de
abril de 1945 en el búnker de la Cancillería donde se había refugiado, pocos
días después de la entrada de los rusos en Berlín. Tenía 56 años.
En el desarrollo
de la Trilogía Adolfo Hitler he encontrado, al menos, cuatro preguntas que se
han planteado casi todos los historiadores sobre Hitler teniendo como premisa
que Alemania es un país moderno desarrollado económica y culturalmente: ¿Como
pudo llegar Hitler al poder? y ¿Cómo pudo ejercerlo después? ¿Cómo y cuándo fue
capaz de mistificar toda una nación? Y ¿Fue él, como lo preguntó Ian Kershaw,
su biógrafo más prominente, una consecuencia natural de la historia alemana o
una aberración?
El Tratado de
Versalles del 10 de enero de 1919, fue un tratado de paz firmado por las
potencias europeas cuando terminó oficialmente la Primera Guerra Mundial (GMI).
El punto principal del tratado estipulaba que Alemania aceptaría toda la responsabilidad
por haber causado la guerra y que, en los términos de los artículos 231 a 247,
repararía el daño causado a las naciones de la Triple Entente.
Lo primero que
debemos tener en cuenta, es que los alemanes, después de la GMI, quedaron
completamente destrozados en su autoestima como nación, pues les habían vendido
el hecho de que eran la nación más preparada del mundo para esa guerra, y sobre
todo, para conquistar países y tener un imperio grande y poderoso. Esto, unido
a las reparaciones de guerra que la Sociedad de Naciones impuso a Alemania,
imposibles de pagar sin duda, hicieron que el complejo de inferioridad de los
alemanes les hiciera propensos a abrazar teorías como las hitlerianas, que
ponían el énfasis en su orgullo herido como nación, y además, les ofrecían la
salvación de la patria, y la construcción del añorado imperio, que las
veleidades imperialistas de principios del siglo XX habían hecho florecer en el
corazón de los alemanes.
Las condiciones
impuestas a Alemania incluyeron la pérdida de una parte de su territorio para
una serie de países limítrofes, de todas las colonias sobre el océano y sobre
el continente africano y una restricción al tamaño del ejército. Además,
Alemania también se había comprometido a reconocer la independencia de Austria.
En Alemania, el Tratado de Versalles, a
raíz del resultado de la GMI, provocó conmoción y la humillación de la
población, lo que contribuyó a la caída de la República de Weimar en 1933 y el
ascenso del nazismo como una defensa de los ideales nacionalistas.
La leyenda de “la
puñalada por la espalda” hace referencia a un mito social y a la teoría popular
de persecución y propaganda en Alemania durante el período de entreguerras
(1918-1939). Esta teoría atribuye la derrota de Alemania en la GMI a un
determinado número de asuntos internos domésticos, en lugar de a un fallo
geoestratégico militar. En especial, la teoría subraya que el pueblo alemán no
supo responder a la "llamada patriótica" en el momento crucial de la
guerra y que algunos "elementos" habrían "saboteado el esfuerzo
bélico" a propósito. Estos elementos luego fueron identificados por Hitler
como judíos e izquierdistas. Dicha leyenda se tiene como uno de los factores
más importantes para explicar el ascenso al poder de Adolf Hitler más adelante,
ya que gran parte de la base política inicial del Partido Nazi la componían
veteranos de la GMI y muchos de los que eran cercanos a esa interpretación de
la historia reciente alemana.
La República de
Weimar fue el régimen político y, por extensión, el período de la historia de
Alemania comprendido entre 1918 y 1933, tras la derrota del país en la GMI. El
nombre de República de Weimar es un término aplicado por la historiografía
posterior, puesto que el país conservó su nombre de Deutsches Reich (‘Imperio
alemán’). La denominación procede de la ciudad alemana de Weimar, donde se
reunió la Asamblea Nacional constituyente y se proclamó la nueva constitución,
que fue aprobada el 31 de julio y entró en vigor el 11 de agosto de 1919.
Este período,
aunque democrático, se caracterizó por una gran inestabilidad política y
social, en el que se produjeron golpes de Estado militares y derechistas,
intentos revolucionarios por parte de la izquierda y fuertes crisis económicas.
Además, el emperador Franz Joseph en Austria reinaba sobre varias etnias y
grupos nacionalistas entre los cuales había resentimiento, angustia separatista
y sospecha. Los alemanes se sentían una minoría, extraños en su propia tierra y
los judíos causaban una envidia particular en el imperio austro-húngaro. La
inestable política alemana de la república de Weimar y toda esta combinación
provocó el ascenso de Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista. En esa
época, Viena surgió como la primera capital antisemita de Europa. La ciudad
natal adoptiva del joven Hitler.
Alemania, que
gracias al Plan Dawes había logrado remontar en parte la crisis de posguerra,
fue una de las economías más afectadas por la depresión de los años treinta. La
retirada de los créditos bancarios que percibía de Estados Unidos, que habían
contribuido a la reconstrucción de su tejido económico, se saldó con la quiebra
de innumerables empresas. Los bancos alemanes cerraron sus puertas durante
varias jornadas en julio de 1931 ante el temor de una avalancha de clientes
desesperados por disponer de sus ahorros. Ese mismo año uno de los bancos más
importantes de Austria, el Kredit Anstalt, quebró y sus cuentas representaban
el 70% de los fondos bancarios del país. Le siguieron muchos más.
La República de
Weimar se enfrentó al problema del desempleo (6 millones de parados en 1936) y
a una creciente tensión social expresada en virulentas protestas, alentadas
tanto desde la izquierda como desde la derecha. La carencia de un imperio
colonial propio (Alemania había sido despojada de sus dominios a raíz de la
guerra) impidió la creación de un espacio comercial integrado que hubiese
paliado en parte los efectos de la recesión. Ante la imposibilidad de hacer
frente a las indemnizaciones de guerra impuestas por los vencedores, el
presidente americano Hoover, en un intento por evitar el colapso de la economía
germana, concedió en 1931 una moratoria de un año en los pagos. La iniciativa
resultó totalmente inútil, pues el sistema bancario alemán no pudo evitar el
desplome.
Alemania logró
salir de la crisis gracias a la intervención del Estado, totalmente controlado
a partir de 1933 por los nazis. Éstos encararon la depresión poniendo el acento
en la creación de empleo, la inversión en infraestructuras públicas y un enorme
desarrollo de la industria de armamentos.
Adolfo Hitler
tenía sin duda mucho talento para la demagogia, una gran facilidad de palabra y
habilidad para aprovechar los puntos débiles de sus adversarios con una
capacidad extraordinaria para explicar problemas complejos usando explicaciones
simplistas y que llegaban fácilmente al público iletrado e ignorante. Por otra parte, era un autodidacta sin la
menor experiencia de gobierno. El aura de líder que tenía Hitler, se basaba en
estas características principalmente, y sobre todo, en que encarnaba el sentir
propio de la Alemania media: era un joven de clase media, que había fracasado
en casi todo lo que se había propuesto en la vida pues no había sido un buen militar
durante la GMI, ni tampoco pudo demostrar sus dotes como pintor, así como no se
adaptaba a ningún trabajo que se proponía realizar. Los alemanes lo veían como
la encarnación de lo que ellos mismos querían llegar a ser: pasar de fracasados
a triunfadores, por los mismos defectos que tenían, sin casi llegar a hacer
ningún esfuerzo. Adolfo Hitler es un personaje que aún hoy en día, despierta
los sentimientos de repulsión, resentimiento e incluso fanatismo.
A partir de 1933
tuvo que interactuar con una maquinaria de gobierno y con círculos
acostumbrados a gobernar. Una realidad es que Adolfo Hitler pasó gran parte de
su vida tratando de borrar los pasos de su pasado y engañando a los
historiadores y por eso comenzaron a hacerse múltiples preguntas cuando surge
el hombre fuerte en Alemania que sumergió al mundo en una guerra devastadora y
llevando al genocidio a judíos, gitanos y otros grupos. Fue nombrado Hombre del
Año por la revista Time en 1988.
Como vemos, las
razones de que los alemanes se echaran en manos de Hitler son más complejas de
lo que creemos y, aún siguen siendo válidas las dudas planteadas por los
historiadores, de las cuales he tratado de transmitir algunas entre líneas, en
la trilogía, incluyendo algunas apreciaciones. Algunos consideran que la
sociedad alemana era propensa al nazismo por su idiosincrasia. Eso es muy
simplista.
Es indudable la
influencia de la personalidad de Hitler en los acontecimientos cruciales de una
forma decisiva y es visible el concepto de “autoridad carismática” de Max Weber,
entre Hitler como líder y la percepción suya de sus “seguidores”, que lo
proyectaban como la personificación de su salvación. Pero, igualmente,
incidieron las circunstancias derivadas de la derrota en la GMI, la
inestabilidad política de la república de Weimar, la crisis de 1929 y la crisis
cultural. En cualquier otra época, seguramente Hitler habría seguido siendo un
Don Nadie.
La dictadura de Hitler tiene el carácter de un
paradigma del siglo XX y encendió una alarma de como una sociedad puede sumirse
rápidamente en una barbarie equivalente al colapso de la civilización moderna.
Mostró de lo que somos capaces. Aun así, el cómo y por qué Hitler pudo acabar
galvanizando esa sociedad requieren un análisis detallado……es un ejemplo
clásico del aforismo de Karl Marx de que “Los hombres hace su propia
historia…pero… bajo circunstancias dadas y heredadas”.
En conclusión,
podemos llegar a decir que se dieron una serie de causas concatenadas para que
Hitler se hiciera con el poder, y sobre todo para que lo conservara durante
tanto tiempo, incluso llevando a su país a una guerra contra casi todo el
mundo, una guerra que, según algunos, estaban condenados a perder de antemano.
Adicionalmente,
hay cuatro puntos que quiero destacar:
El primero es
que, hoy, cuando el cénit de Hitler ha pasado, continúa siendo uno de los
personajes en la historia más estudiado no sólo por historiadores sino también
por médicos, psicólogos, artistas, sociólogos e incluso arquitectos;
El segundo, es
que la sombra de Hitler continua advirtiéndonos lo que puede pasarle a una
nación sumida en la desesperación y caos cuando la ambición de poder y la
arrogancia de los políticos -de unos y de otros- no las logran controlar;
Tercero, que ninguno de nuestros líderes políticos
actuales tiene la autoridad carismática para que los proyectemos como nuestra
salvación y muestran una especie de miopía intelectual que es una seria
limitación de la democracia y el debate político que le es inherente;
Ergo, la
recuperación de nuestra libertad y vuelta a la democracia depende de nosotros
mismos y, dadas nuestras limitaciones, del apoyo internacional que nos ayude a
recuperar a un país secuestrado por mafias. No nos engañemos.
FELICITO AL AUTOR
ReplyDeleteEXCELENTE ARTICULO
ARTICULO HISTÓRICO, PEDAGÓGICO
ReplyDelete¡EXCELENTE!
ARTICULO HISTÓRICO,PEDAGÓGICO
ReplyDelete¡EXCELENTE!
Gustavo, con una pluma cada vez elaborada, nos pinta en una apretada sintesis la carrera de un hombre que marco la primera mitad del siglo XX y cuyas huellas continuan reverberando en el mundo actual.
ReplyDeleteAdemas deja preguntas inquietantes sobre como ese vagabundo de Viena llego a dirigir una potencia como Alemania. Parafraseando a Ortega y Gassett, el hombre y sus circunstancias y en esto Hitler tenia la mesa servida; pero no podemos descartar la participacion activa, entusiasta, de la clase dirigente. Cuando Hindenburg muere Hitler consigue que el Ejercito le preste juramento personal de lealtad, a cambio de ello previamente habia acabado con los 'colectivos' de la epoca, fuerzas activas, organizadas, que lo ayudaron en su asalto al poder. En el plano estrategico impuso su voluntad a la larga y orgullosa tradicion prusiana. Pudo haber acabado con las fuerza expedicionaria britanica en Dunkerke, pero no lo hizo, permitiendo que esta regresara a Inglaterra, Esta es una incognita historica, representada en el vuelo solitario de Rudolf Hess a aquel pais, cuya mision jamas se supo. De haber suministrado recursos belicos a Rommel en Africa del Norte este podria haber derrotado a Montgomery en El Alemein y tal vez llegado a los campos petroliferos de Baku. La derrota y rendicion en Stalingrado fue para Churchill el momento en que la ventana de la Historia giro. Y en el terreno de lo que pudo haber sido y no fue y ha sido objeto de novelas de ficcion, el encuentro del ejercito japones con el aleman en algun sitio del Sureste asiatico.
En cuanto al antisemitismo, este ha sido un mal europeo desde mucho tiempo atras. En la ciudad de Ausburgo las persecuciones y asesinatos de judios eran practica corriente, como en muchas partes de Europa. En Portugal llegaron a quemar vivos a judios refugiados en una iglesia. Hitler tenia el terreno abonado y Alemania miro hacia otro lado. La logistica que requirio la matanza de 6 millones de judios, gitanos, homosexsuales, era imposible esconderla.
En el area belico-cientifica los avances alemanes fueron impresionantes: gasolina sintetica, cohetes, inicio de vuelos supersonicos. Von Braum, llevado a USA, declaro una vez que su unica obsesion era llegar a la Luna, no le importaba con quien. En su mesianismo Hitler jamas estuvo solo.
De: Henrique Benedetti
ReplyDeletePara: Factótum Ignacianos-Gustavo Gonzalez
Tema: Trilogía de Adolfo Hitler a 75 años de su muerte
Excelente artículo. Y 100% de acuerdo con la conclusión. Vengo de una familia de economistas, pro libre mercado, pro-liberalismo y pro-US de abuela alemana y de un padre fanático de la WWII.
Hay algunos detalles que no mencionan los articulos que eran temas de sobremesa en mi casa.
1 El asesinato de Francisco Fernando de Austria en Sarajevo por un Servio, termina endeudando a Alemania por varias décadas. Los Alemanes tenían que pagar los daños al resto de los países, cuando ellos no habían causado la guerra.
2 En el periodo entre guerras, Alemania paso por una crisis económica donde afloro una izquierda radical. Los principales líderes de izquierda eran judíos. Así como también lo fue Marx y Engels. De hecho, en Berlín ocurre una suerte de enfrentamiento entre grupos políticos, tipo nuestras marchas, que dejo muchos muertos. Así, que en la sociedad judía había dos bandos claramente definidos: Banqueros y izquierda radical.
3 Como se monta Hitler? Pues muy fácil. Fue todo un Chavez. El charlatán que decía lo que la gente quería escuchar. En lugar de echarle la culpa al imperio, se la echo a los judíos. Exalto el nacionalismo, violo los límites del tratado de paz que eran injustos para Alemania (WWI) y le dio un segundo aire a la sociedad Alemana.
4 Hay que evaluar algo que la humanidad calla. Y creo que deberíamos estudiar profundamente.
Quitando la locura, lo absurdo de esa guerra. ¿Cómo pasa en pocos años Alemania de una crisis con hambrunas a ser una potencia que trata de dominar al mundo? Ese brinco de no comer a tener una industria de avanzada con equipos y tecnología de punta. Es como decir que Haití pasa a ser más importante que USA.
Para mí, el fenómeno muestra dos dilemas:
1 ¿Por qué deben morir millones de personas para que luego el resto de la humanidad haga algo?
2 ¿Qué medidas tomaron los asesores de Hitler para llevar a los muertos de hambre a ser la primera potencia del planeta en tan solo una década?
Ojo, Hitler una gran vergüenza para la humanidad. Espero que mis cuestionamientos generen reflexiones. Un abrazo.
Agradecido a los amigos que han contribuido con sus comentarios a destacar algunos puntos particulares de Hitler y papel histórico en el siglo XX. Como bien lo cita Don Mario, el papel de “Führer” y el poder de Hitler sólo fue posible gracias al menosprecio, los errores, la debilidad y la colaboración de otros. La autoridad de Hitler era decisiva, pero las iniciativas que él aprobaba procedían en gran parte de las veces de otros. Algo que es evidente, sin caer en el error de suponer que era una marioneta de la clase “gobernante”, es que Hitler habría seguido siendo una nulidad política sin el patrocinio y el respaldo que obtuvo de círculos influyentes de Baviera.
ReplyDeleteFueron decenas de banqueros, industriales y hombres de negocios quienes entregaron una petición firmada al presidente Hindenburg en la que le pedían que nombra a Hitler como canciller y Hitler se convirtió en canciller de Alemania y, en 1934, cuando muere el presidente Hindenburg, Hitler asumió el poder absoluto. Inmediatamente, como igual destaca Don Mario, hizo que todas las fuerzas armadas hicieran un juramento de lealtad no a Alemania, sino a Adolfo Hitler.
El amigo Benedetti pregunta como hizo Hitler en menos de una década para recuperar la economía alemana tan golpeada por el Tratado de Versalles y sus secuelas. En esa área se movió entre bambalinas del nazismo, Hjalmar Schacht, un banquero de éxito, ministro de economía talentoso, astuto y engreído que facilitó el ascenso de Hitler al poder moderando la inflación de la Alemania prebélica y obrando el milagro económico que avaló al Reich.
Schacht quiso frenar el afán expansionista de Hitler tras regenerar la economía alemana entre 1934 y 1937 apostando por la dominación económica de Europa frente a la militar. En cuatro años Schacht había resucitado la comatosa industria germana con un programa de rearme financiado por el Estado, hasta que pudo exhibir músculo económico ante Hitler. Convenció a Hitler de la necesidad de convertir a Alemania en una potencia económica que dominara Europa a través de del comercio. Todo cambia cuando Schacht cae en desgracia y Hitler solo tiene oídos para Goering y los generales que hablan de expansión y dominación militar y no económica y comercial. Schacht le decía a Hitler las verdades que no quería oír, pero Hitler, enamorado de su propia imagen, se creyó su propia propaganda. Los aduladores le llegaron al alma y Hitler prefirió la guerra.
Les recomiendo ver la serie Babylon Berlin por Netflix.
De: Mensajes por WhatsAsapp
ReplyDeletePara: Factótum Ignacianos-Gustavo Gonzalez
Armando Manzi, UCV’66
Excelente artículo Gus, en Venezuela tenemos una experiencia muy importante con la dictadura-tiranía que nos gobernó desde 1948 hasta 1957. Lamentablemente la sociedad venezolana se cansó de los partidos políticos con lo cual se hizo el harakiri al fulminar la base esencial de la vida democrática.
Hector Trejo, UCV’66
Muy bueno, un tema fundamental para la recuperación de la Ciudadanía y la Democracia en nuestro país, y su consolidación.
Cuando uno se detiene en el desafío que Víctor Hugo, plantea en Los Miserables, no se trata de la miseria de la pobreza económica, se trata de la miseria que produce la falta de Justicia, de dónde se derivan todas las corruptelas que terminan con lo humano.
Ricardo Rivas, UCV’66
Lo leí completamente y estoy plenamente con las conclusiones al final del mismo: sin verdadera justicia seria barrer la basura para echarla debajo de la alfombra.
Kaled Yorde
Felicitaciones sinceras por su excelente artículo, categoría A-1. No tiene desperdicio. Muy interesante y aleccionador.
Victor Marquez, SIg’61
Gustavo, excelente artículo. No se pueden olvidar esos crímenes. Como dices todo Auschwitz debe tener su Nuremberg. Desgraciadamente ni el Vaticano parece entender nuestra tragedia.