Si hay algo realmente latinoamericano…es El Bolero (II): Desarrollo latinoamericano
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami 24 junio 2020
Después de Cuba
y México, fue Puerto Rico, la que más artistas trajo al mundo del bolero.
Este llegó a través de las giras artísticas de cubanos, que incluían en su
repertorio habaneras, danzones y boleros, pero se vio estimulado por la
constante migración a Nueva York, donde una gran cantidad de músicos encontró
trabajo en las recién nacidas industrias del disco y la radio, o en las
orquestas que animaban numerosos clubes nocturnos. Puerto Rico ha sido el
tercer polo de creación, interpretación y difusión del bolero, después de Cuba
y México. El más destacado de todos sus compositores es, sin duda, Rafael
Hernández, autor de “Lamento Borincano” o “El Jibarito”, como
también se le conoce, que constituye todo un himno nacional para Puerto Rico.
Entre los muchos boleros que dejó Hernández encontramos “Desvelo de amor”,
“Capullito de alelí”, “Cachita”, y “Preciosa”, obras que muestran las
características del bolero romántico, aunque también la lejanía por la
migración.
Fue el Cuarteto
Pedro Flores el que en la Isla del Encanto comenzó el despegue del bolero,
de ese cuarteto saldrían dos figuras destacadas del bolero latinoamericano: Charlie
Figueroa (Busco tu recuerdo) y Daniel Santos, sería este último, el
primer gran ídolo musical del bolero exportado de la isla Boricua tras el éxito
del bolero La despedida – ‘♫ Vengo a decirle adiós a los muchachos..♪.’-
(canción que fue censurada por el gobierno estadounidense en Puerto Rico
durante la Segunda Guerra Mundial porque desanimaba a las tropas
latinoamericanas al llenarlas de nostalgia). luego se producirá su vinculación
en Cuba con la Sonora Matancera de quien será un destacado vocalista
(siendo sus éxitos boleristicos: Dos gardenias, El Preso, Obsesión, El que
canta y En el juego de la vida. El cuarteto fue
creciendo hasta convertirse en la Orquesta de Pedro Flores, su principal
compositor, pero conservando su nombre original y vendrían una gran era de
éxitos (Perdón, Irresistible, Esperanza Inútil, Amor).
Más tarde la
carrera musical de Santos se vinculó a la ‘música del despecho’ y sus
interpretaciones alcanzaron un nivel melancólico que se inmortalizó con el
bolero “Yo no he visto a Linda”. Luego de Daniel Santos, en Puerto Rico
destacaron otros intérpretes como José Luis Moneró (Olvídame, No me
mires más así, Un Viejo amor), Bobby Capó, original cantautor quién
también fue vocalista de la Sonora Matancera (Piel Canela, En qué quedamos por
fin, Dormir contigo), Carmen Delia Dipiní, también vocalista de la
Sonora Matancera, logró sin embargo cosechar grandes éxitos fuera de esa
agrupación (Besos de Fuego, Para que lo oigas, Dímelo, Regálame un minuto, No
es venganza, Encadenados).
Virginia López, la de la voz suave y delicada (Cariñito azucarado,
Ya tú veras, Miénteme más, Extraño sentir, Siempre feliz ), Tito Rodríguez,
quizás una de las figuras más inmortales de Puerto Rico, muy conocido por ser
el músico de la ‘Charanga pachanga’, pero fue también uno de los mejores
intérpretes del Bolero latinoamericano en especial durante la década de los
sesenta (Inolvidable, En la Oscuridad, Cuando ya no me quieras, Hoja seca, Lo
mismo que a usted, Que te importa, Congoja, No vale la pena, Ya son las doce,
Condenado en la distancia, etc.).
Chucho Avellanet, fue quien en la práctica continúo el camino
romántico que inició Tito Rodriguez, convirtiéndose en uno de los mayores
difusores del bolero en los años setenta (Mil violines, Así, Desesperadamente,
Si no eres tú, Volveré, Toda una vida, etc.). José Feliciano, además de
ser un excelente guitarrista es quién ha mantenido a lo largo de su carrera un
perfil siempre firme hacia lo romántico (Amor gitano, La copa rota, Nunca
jamás, Señor bolero, Me has echado al olvido etc.), y Danny Rivera,
quién popularizó en los años ochenta ciertos auges bolerísticos (Madrigal,
Mujer abre tu ventana, Silencio, Ausencia, Piensa en mí, y Esperanza inútil).
También algunos miembros
del mundo de la Salsa puertorriqueña han interpretado con cierta regularidad el
Bolero, podemos señalar a Hector Lavoe y Cheo Feliciano ‘el
ratón’, además debemos señalar al salsero contemporáneo Gilberto Santa Rosa
como un excelente fusionador del bolero con la salsa, ya que su interpretación
de ‘ salsa romántica’ más que una fusión balada-salsa es a nuestro entender una
combinación salsa-bolero, pues la interpretación de Santa Rosa dista mucho de
la tradicional salsa erótica.
De los tríos
puertorriqueños, al igual que el caso mexicano, su gama es extensa y
preferimos destacar tan sólo: a Los Tres Reyes, integrado por el ex
miembro de los panchos Hernando Avilés (Ódiame, Engañada, Jacaranda, Que nadie
sepa mi sufrir) y El Trio San Juan, integrado por Jhony Albino (Cosas
como tú, El diluvio, Ten fe corazón, y Siete novias de Amor).
De las orquestas
puertorriqueñas debe destacarse indiscutiblemente la Orquesta de Rafael
Muñoz, pionera del Bolero en Borinquen, que con su vocalista José Luis
Moneró obtuvo sonoros triunfos (Lo siento por ti, Malditos celos, Perfume
de gardenias, Campanitas de cristal, etc.), también los compositores Pedro
Flores y Rafael Hernández crearon sus propias orquestas, acompañando
a destacados intérpretes como Daniel Santos y María Luisa Landín en la
ejecución de sus composiciones. Otra de las grandes orquestas fue la de Tito
Rodriguez, la cual con su sabor característico, interpretó muchos boleros a
un estilo tropical (Nunca, Un cigarrillo, la lluvia y tú, Si te contara, Santa,
Piénsalo bien, etc.). También la orquesta del famoso percusionista Tito
Puente sirvió de acompañante a grandes figuras del bolero como Rolando
Lasserie y La Lupe.
En Venezuela
el pionero del bolero fue el cantautor Lorenzo Herrera quién además de
interpretar géneros folclóricos y pasodobles, hizo popular el bolero mediante
la radio que fue, como en toda América Latina, la principal impulsora del
bolero. La primera mujer venezolana que se dedica profesionalmente a cantar
boleros fue Graciela Naranjo, aunque también destacaron Lilia
Castillo Bustamante y Eduardo Lanz.
En nuestro país
el bolero fue muy aceptado desde la llegada del Trío Matamoros en 1933,
pero se consolida con la llegada del Cuarteto Caney, que incluye como
cantante a Hilda Salazar; este grupo cubano, con su vocalista,
revolucionan el ambiente musical al ser Hilda la primera mujer que en Venezuela
cantó con una orquesta de baile. A su salida, el puesto estelar es ocupado por
la joven Elisa Sotelo, luego Flor Díaz, Graciela Naranjo y
Ada Alba.
Posteriormente
se fundan las primeras orquestas integradas por músicos venezolanos, que en su
mayoría también componían las canciones que interpretaban. Surgen excelentes
boleristas como Rafael Galindo, Maristany Marco Tulio, Leo
Rodríguez, aunque también voces más versátiles que igual cantaban
guarachas, merengues, boleros y todo lo que estuviera de moda, como Manolo
Monterrey, Lorenzo González, Carlos Torres y Alci Sánchez.
Cada 2 de
julio, en recuerdo a la fecha del fallecimiento de Felipe Pirela, se
celebra el Dia nacional del Bolero. A Pirela se le conocía como “El
bolerista de America “y como solista interpretó: Un solo camino, Únicamente tú,
Entre tu amor y mi amor, Sin ella, Sombras nada más, etc. De sus compositores
han surgido, entre muchos otros, los boleros de categoría universal “Motivos”
de Ítalo Pizzolante, “Escríbeme” de Guillermo Castillo
Bustamante y “Vida Consentida de Homero Parra. En mis años en
Valencia, Carabobo tuve oportunidad de conocer al colega Pizzolante y después
de un almuerzo en Puerto Cabello nos invitó con un gran amigo, Jose Puchi, a su
casa y entre canto, trago y canto nos contó que una amiga en diciembre 1965 lo
había invitado a su cumpleaños y como no le tenía regalo, se sentó y le compuso
y luego se lo cantó: “Motivos”. En 1973, la Rondalla Venezolana la
incluye en su primer álbum y se convirtió en el más difundido del disco. En
1998 su composición “Mi Puerto Cabello” fue declarado himno nacional de su
ciudad.
Es hasta la
década de los cincuenta cuando Venezuela podrá contar con un ídolo popular ‘de
exportación, Alfredo Sadel –Alfredo Sánchez Luna- joven tenor que “...
poseía extraordinarias condiciones vocales y físicas que hacían delirar a las
mujeres. Denominado, con razón, el ‘Tenor Favorito de Venezuela’, fue el primer
artista venezolano en arrastrar masas y provocar la histeria de multitudes al
más puro estilo ‘hollywoodense’...” En sus inicios, como había varios artistas
con su mismo apellido, se le ocurrió adoptar uno artístico tomando del suyo
“sa” añadiéndole la desinencia “del” por Carlos Gardel
Es necesario
destacar el papel que ha jugado la Rondalla Venezolana para aun estar
presente. La Rondalla Venezolana es una “... agrupación de guitarristas
organizada por Luis Arismendi, quien desde los años setenta en adelante se
convirtió prácticamente en una institución del mundo musical romántico
venezolano, cosechando grandes éxitos musicales propios y en acompañamiento de
artistas invitados en los años ochenta ...”
En la actualidad
el bolero venezolano ha quedado en manos de un grupo de damas respetables que
se han consagrado a la recopilación y reinterpretación de los grandes clásicos;
entre ellas se encuentran Floria Marquéz, Toña Granados, Devorah Sasha,
Nancy Toro, Esperanza Marquez, Delia, Mirna, Mirtha, Rosa Virginia y María
Teresa Chacin entre otras. En su monografía sobre el Bolero en America
Latina, el margariteño Eladio Rodulfo Gonzalez cita, al menos, a cincuenta y
cuatro cantantes venezolanos.
Ecuador tiene en su historia del bolero a tres intérpretes de
amplísima popularidad: Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas y Patricia González,
y uno de los mejores tríos de toda América: Los Embajadores. Jaramillo
es el más claro exponente del bolero de despecho, representante del
bolero del Cono Sur, relacionado con la cantina, la rocola, las clases urbanas
marginadas de Hispanoamérica. Su voz comienza escuchándose en ambientes
etílicos de bar y sueño, pero luego fue aceptada como una de las más
genuinamente populares del bolero, sobre todo del bolero de despecho que él se
encargó de popularizar por todo el Continente.
Argentina se ha caracterizado por ser la cuna del tango, pero
también ha dado cabida al bolero de una manera destacada. El bolero comienza a
llegar al Cono Sur durante los años treinta, en las voces de José Mojica,
Juan Arvizu y Pedro Vargas. El tango estaba en la cúspide, sobre todo con
su mejor exponente, Carlos Gardel, quien también grabó boleros como “Por
tus Ojos” y “Cuando tú no Estás”; al morir Gardel, dejó el puesto vacante para
que el bolero, influido por el tango, pudiera ser aceptado plenamente,
constituyéndose una modalidad específica para Sudamérica.
Los años dorados
del bolero contaron con cantantes argentinos excepcionales como Leo Marini
y Hugo Romaní. Dentro de las cantantes argentinas, dos de ellas se han
destacado en la interpretación de boleros: María Marta Serra Lima y Libertad
Lamarque. Maruja Pacheco es la única compositora argentina
internacionalmente conocida. También destacaron en el género Daniel Riolobos
y Chico Novarro. Palito Ortega, compositor de la Nueva Ola,
compuso boleros de primera categoría como “Hola, Soledad”, “Lo mismo que usted”
y “Sabor a nada”. Alberto Cotez compuso “En un Rincón del Alma” y “Un
cigarrillo, la lluvia y tú”, boleros que han sido cantados por otros, pero las
mejores interpretaciones se deben a él mismo. El bolero sigue teniendo un lugar
en Argentina
En Colombia
el bolero también ha estado presente, aunque más como consumidor que como
productor. Aunque es también en estas tierras donde más se ha estudiado a éste
género. ... El mejor libro sobre la historia de esta música “Cien años de
boleros”- es obra de un colombiano, Jaime Rico Salazar. Otro
investigador de la música popular, Hernán Restrepo Duque, publicó “Lo
que cuentan los boleros”. El propio Premio Nobel Gabriel García Márquez
es una autoridad en la materia.
El primer bolero
colombiano se titula “Te amo”, y fue escrito por Jorge Añez, en
los años veinte. Sin embargo, la figura estelar del bolero colombiano es mucho
más reciente, se trata de Jaime R. (Rudesindo) Echavarría, destacado
ingeniero químico, economista, intérprete, pianista y compositor nacido en
Medellín en 1923. Entre sus canciones figuran “Yo nací para ti”, “Noches de
Cartagena”, “Serenata de amor”, “Bienamada”, entre otros, que son parte del
patrimonio cultural popular colombiano y latinoamericano.
A pesar de estar
alejado de la zona caribeña, Chile fue uno de los que más artistas
ofrendó al bolero, sobre todo en lo que se refiere a intérpretes. El bolero
llegó a Chile desde México, por ello esta desprovisto de influencias caribeñas,
con cantantes como Alfonso Ortiz Tirado, José Mojica, Agustín Lara, Pedro
Vargas, Elvira Ríos y Juan Arvizu. En particular, Agustín Lara marcó
la historia de la música chilena, porque en una visita a ese país se quedó más
de lo previsto debido a deudas de juego que pagó actuando en el casino de Viña
del Mar.
El pionero de
este género fue el Indio Araucano - Osvaldo Gómez -, con canciones como
“Te odio y te quiero”, “Un viejo amor”, “Cuando muere la noche”, “Amor se
escribe con llanto”, entre otras.; pero el más famoso fue Lucho Gatica
(Luis Enrique Gatica Silva), que gracias a una suave voz aterciopelada y un
buen físico cautivó al público latinoamericano. Recientemente Miriam
Hernández, cantante romántica chilena, está interpretando boleros-baladas
de Armando Manzanero como “Huele a Peligro”. En Chile el bolero siempre ha
estado presente debido, sobre todo, a su estilo actual y moderno, a su cercana
relación con la balada, producto de su desarrollo histórico, y a su amplia gama
de cantantes, que han contribuido a que se mantenga en el gusto del público.
La República Dominicana también ha
contado con una gran cantidad de cantantes y compositores de boleros. De entre
éstos últimos habría que mencionar a Mario de Jesús Báez, - que para
efectos artísticos, suprime su apellido -, quien ha desarrollado casi toda su
carrera desde México. Es autor de canciones como “No toques ese disco”,
interpretada por la Sonora Matancera; “Ya lo pagarás”, y “Ya tu verás”, que le
entregó a Virginia López; “Y”, “Ese bolero es mío” y “Que se mueran de envidia”,
éxitos de Javier Solís, entre otros muchos. En 1975 recibió el Guaicaipuro
de Oro en Caracas por sus éxitos tanto como compositor que como
intérprete.
Rafael Bullumba
Landestoy dejó boleros como “Pesar”, grabado por dos
intérpretes clásicos del género: Toña la Negra y Daniel Santos. Son suyos otros
temas como “Carita de ángel”, “Sin necesidad” e “Incomprensión. Vivió en
Venezuela durante la dictadura de “Chapita” Trujillo. Luis Kalaff,
autor de música bailable pero también de boleros como “Amor sin esperanza”,
“Cuando vuelvas conmigo” y “Aunque me cueste la vida”, que grabó el mejor
intérprete dominicano, Alberto Beltrán, el famoso Negrito del Batey;
también cantó otros boleros como “Ignoro tu existencia”, “El 19” y “Todo me
gusta de ti”.
Alcí Sánchez es otra destacada cantante de boleros; fue vocalista
de la orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys, donde cantó su mayor
éxito “Evocación y Pesar”. Más recientemente el cantautor Juan Luis Guerra,
interprete de la Bachata-bolero ha cosechado varios éxitos dentro de este
subgénero dándole gran popularidad con canciones como “Cuando te beso”,
“Coronita de flores”, “Palomita blanca” y “Te regalo una rosa”, “Como abeja al panal”
...♫ cuando yo llego a tu puerta, llega la abeja al panal… ♫
Prácticamente no
hay país latinoamericano que no tenga que ver con el bolero. En Costa Rica,
Ricardo Mora Torres es autor de más de cien boleros, varios de los
cuales han tenido éxito internacional como “Noche inolvidable” y “Por qué me
engañas”. Su compatriota, el cantautor Ray Tico, se hizo famoso en
México y Estados Unidos durante los años cincuenta, con éxitos como “Allí donde
tú estés” y “La Habana”. Panamá no cuenta con intérpretes famosos del
bolero pero sí con compositores como Carlos Almarán, autor de “Historia
de un amor”; Avelino Muñoz compuso “Maldición Gitana” e
“Irremediablemente solo”. Arturo “El Chino” Hassan escribió “Mi último
bolero” y “Soñar”; y Ricardo Fábrega es autor de “Taboga”, “Aquella
melodía”, “Bajo el palmar”, “Noche tropical” y “Cuando lejos de ti”. Aunque a Rubén
Blades se le conoce como salsero intelectual grabó los boleros “Noche de
Luna”, “Vete de mí” y “Hastío”.
Guatemala es patria de Dolores Aghian, compositora de
uno de los éxitos de José Feliciano, “Pecado Mortal” y Ricardo Arjona
conocido como “El Trovador de America con “Señora de las cuatro décadas”, “Realmente
no estoy tan solo”, “Canta corazón”, “Abrázame”, “Contigo aprendí”; Cesar de
Guatemala (César Rodas del Valle) con “Mi plegaria”, “A escondidas”, “Sufro
tu ausencia” entre otros. . De Bolivia
es Raúl Shaw Moreno, que fue primera voz del trío Los Panchos y formó parte de
otros grupos como Los Tres Caballeros y el quinteto Los Peregrinos; él también
compuso “Cuando tú me quieras”, “Nuestro ayer” y “Lágrimas de amor”. En Nicaragua
nació Gastón Pérez, autor de “Sinceridad” que hizo famosa Lucho Gatica y en El
Salvador Pancho Lara, autor de “Sobre la playa”. Perú aportó a la
música popular el bolero” Cantinero”, así como figuras emblemáticas tanto en la
composición como en la interpretación. Pedro Otiniano fue llamado el “El
Ruiseñor del Amor” y en su repertorio por temas como “Toda una vida” y “Vida de
mi vida” y grabó más de 600 boleros y cantó en portugués, español y japonés.
Brasil, que no comparte el mismo idioma, sí forma parte de
esta patria común con el bolero, aportando compositores como Ary Barroso,
autor de uno de los boleros más extraordinarios de todos los tiempos “Risque”
(Borra) interpretado por Lucho Gatica, Olga Guillot y Bob Toledo; Lupicino
Rodríguez compuso “Venganza”, gran éxito de Los Tres Ases; Dolores Duran,
autora de “La noche de mi amor”, “Castigo” y “Qué quieres tú de mí”, ésta
última interpretada por su compatriota Aldemar Dutra; y Raúl Sampaia,
autor de “Quien yo quiero no me quiere”, que canta el popular Miltinho.
Junto con Miltinho y Aldemar Dutra, hay otros dos grandes cantantes de boleros
en Brasil. Uno es Nelson Ned y Don Octavio Henrique, que ha lanzado
varios discos de boleros clásicos y tangos abolerados.
Famosos de la
samba y la bossa nova han cantado boleros como Caetano Veloso, Joao
Gilberto, Gal Costa, Chico Buarque, María Bethania y Simone. Roberto Carlos y
Nelson Ned han compuesto e interpretado canciones que están más cerca del
bolero que de la balada. De los ‘50 a los ‘70 estuvo en su apogeo Maysa
Matarazzo con sus dos álbumes “Convite para ouvir Maysa I-II (Invitación
para oír a Maysa I y II)” y en 1970 lanzó su álbum “Ando só numa multidão de
amores (Ando sola en una multitud de amores)”, el mejor de su carrera, aunque
no tuvo el éxito de ventas esperado. Muy decepcionada, se volcó a la actuación.
Qué lástima!
Chile, a pesar de estar alejado de la zona caribeña, este
país Andino fue uno de los que más artistas ofrendó al bolero. Fue El Indio Araucano
– Osvaldo Gómez – el pionero del género dejando piezas inmortales como: Te odio
y te quiero, Un viejo amor, Cuando muere la noche, Amor se escribe con llanto,
etc. Su sucesor sería el Gran Lucho Gatica – Luis Gatica – quien,
gracias a una suave voz aterciopelada (de crooner, en términos de jazz), y un
buen físico cautivó al público latinoamericano. Su consolidación se dio cuando
conquistó artísticamente a México, Cuba y España (son sus grandes éxitos: La
Barca, Contigo en la distancia, No me platiques, Sabor a mí, Y…, Amor mío, Tú
me acostumbraste, Bésame Mucho, El Reloj, No niegues que me quisiste,
Sinceridad, No puedo ser feliz, entre otras). Recuerdo a Mona Bell (Ana
Nora Escobar) con la canción Telegrama ganó en 1959 la primera edición del Festival
Internacional de la Canción de Benidorm
Después de la
‘era Gatica’ se destacó el Trío Los Hermanos Arriagada, quienes
intercalando el Bolero con la Balada lograron su puesto en el mundo del bolero
(Poema, Pecado, Qué cosas te hice yo, Sigamos pecando, Esta tarde vi llover,
Quisiera, Mar y cielo, Un mundo diferente, etc.). Finalmente, los sucesores de
esta agrupación serían Los Angeles Negros, conocidos en el mundo de la
balada de los años setenta, que versionaron boleros y grabaron piezas románticas
(Angelitos negros, Usted, Esta noche la paso contigo, etc.), en la actualidad Miriam
Hernández es la cantante romántica chilena del momento, interpretando
boleros-baladas de Armando Manzanero (Huele a peligro).
De España se
puede señalar a la agrupación los Churumbeles de España, que en voz de
su principal cantante Juan Legido, interpretaron destacados boleros
morunos (Dos Cruces, El inmigrante, Camino verde, etc.), igualmente la gran Lola
Flores dedicó en su extenso repertorio boleros con un particular sello
personal (Limosnas de Amores); Julio Iglesias (Me olvidé de vivir, No me
vuelvo a enamorar, La noche del olvido, etc.) , conocido cantante español, ha
versionado muchos boleros; y el conocido Tenor Plácido Domingo
interpreta en su repertorio con regularidad piezas románticas de Agustín Lara y
Ernesto Lecuona.
Sorprendentemente
para muchos, el bolero también conquistó los Estados Unidos,
destacándose las traducciones de piezas del español al inglés como por ejemplo
You Belong To My Heart (que sería el bolero Solamente una Vez de Agustín Lara),
popularizado en USA por el cantante mexicano-americano Andy Russell,
asimismo piezas como Te quiero Dijiste, Tres Palabras, y Amor amor amor, serían
traducidas como The Magic is the moonlight, Whithout you, y Love love love,
respectivamente. Cantantes de la talla de Mario Lanza, tenor lírico,
Frank Sinatra cantante de jazz y Nath King Cole cancionero
romántico, interpretaron el conocido Bolero de Consuelo Velásquez, Bésame Mucho
como Kiss me Much, dándole mayor difusión al bolero. Los Beatles, interpretaron
en los años sesenta un bolero: Bésame Mucho, pero por supuesto en inglés y al
más movido estilo de Rock.
Alrededor de
toda América aparecen orquestas que han tocado boleros como la de Don
Américo y sus Caribes, en Argentina, o las orquestas tropicales
venezolanas, que hicieron época en los años cincuenta y sesenta que también
dejaron una buena colección de boleros como es el caso de la Billo’s Caracas
Boys y la Orquesta de Aldemaro Romero. Fueron también destacadas
aunque no muy conocidas internacionalmente las orquestas de Luis Alfonso
Larrain, la de Pedro José Belisario, la de Ulises Acosta, y Los
Melódicos.
La aparición de “Romance”
en 1990, marca el resurgimiento del bolero, de una agonía interminable; muchos
cantantes contemporáneos habían grabado canciones o discos completos dedicados
al bolero, pero es hasta que Luis Miguel lo interpreta cuando se logra
que abuelos y nietos suspiren juntos al escuchar boleros como “Usted”, “La
puerta”, “Cuando vuelva a tu lado”, “Inolvidable” y “La mentira”.
Posteriormente, y gracias al éxito de este disco, Luis Miguel grabó “Romance
II”, en el que siguieron apareciendo boleros viejos con sonidos nuevos,
arreglos con bajo y batería, que le dan un nuevo sonido al bolero.
Es precisamente
ese sabor a tiempo lo que hace del bolero una de nuestras instituciones
culturales más consistentes y el hecho de que ahora el bolero no sea
precisamente un género musical que arrastre masas, es sin duda un hecho
positivo ¿por qué? Porque el bolero se ha convertido en un género íntimo, es
decir una música del recuerdo, que nos evoca un algo o un alguien, una
felicidad o una tristeza y aunque está en nuestro colectivo – nuestra cultura
latinoamericana – está también dentro de nuestro ser, ya sea la mente y el
corazón. Está el Bolero dentro de cada uno que lo hace propio. En definitiva el
Bolero es la forma como América Latina canta su lado más humano: el del Dolor y
el Amor.
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