No tirar la toalla ante el Nacioncidio de Venezuela (I) Gustavo Gonzalez Urdaneta

 

No tirar la toalla ante el Nacioncidio de Venezuela (I)                                  

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 14 febrero 2021

 

En días pasados conversaba con amigos sobre un grupito de representantes de los sectores políticos- gobierno y oposición-, del sector empresarial, de la sociedad civil y representantes muy calificados de nuestra iglesia católica, llamando a diálogos y negociaciones, “sin ambages”, con el actual régimen y sus adláteres en un acto que podría entenderse como “Tirar la Toalla”. En su acepción más simple es desistir en un empeño o intento, como dándose por vencido a no darle, en nuestro caso, continuidad a los tres objetivos acordados con el pueblo venezolano: no a la usurpación, gobierno de transición y convocatoria a elecciones libres.

 

La expresión viene del boxeo y se refiere a un gesto que hace el entrenador de un púgil, cuando ve que su pupilo está al límite de sus fuerzas y no puede continuar. Arroja la toalla ante el árbitro y este detiene el combate y declara vencedor al contrario.

 

Explícito en las citadas declaraciones, tirar la toalla, en este caso, significa “dialogar y negociar”, con quienes nos han vencido en una pelea de veinte asaltos anuales, lo cual contradice los principios básicos de moral y ética, religiosos y derechos civiles constitucionales. Por principio, no podemos sino rechazar esta deshonesta postura por quienes se adjudican un derecho más allá de sus atribuciones. Los últimos veinte asaltos nos han demostrado que, con ese adversario culpable de “Nacioncidio”, no se puede dialogar, mucho menos negociar, hay que seguir luchando y hacer justicia. Jamás, tirar la toalla y, mucho menos, aplaudir. Me explico.

 

Pocos saben en cambio que la frase “tirar la toalla” tiene su origen en las termas romanas, lo cual era además un sitio de encuentro y reuniones donde poder urdir conjuras políticas o encontrar el amor de los más bellos de la caput mundi. Parece ser que ya en el siglo I d.C. se instaura una especie de ritual entre los jóvenes de ir a las termas en busca de fama y riquezas y los de mediana edad en busca de sus favores. Después que un joven recibía una propuesta, si estaba de acuerdo, dejaba caer la toalla con la que se había envuelto en señal que la aceptaba ante el aplauso general de los presentes.

 

Ya en el siglo II d.C. hay pruebas escritas de la expresión “linteum iactare”, tirar la toalla. En una termas en la actual Turquía se ha descubierto una placa donde se lee: “Hic Antinuos Hadriano linteum suum iactavit”, es decir, “Aquí fue donde Antinoo tiró su toalla a Adriano”, una placa que probablemente señala el inicio de la famosa relacion entre el emperador Adriano y el joven Antinoo. De esta forma, este dejar caer o tirar la toalla comenzó a verse como un gesto de “sumisión”, de “rendición” al conquistador, por lo que terminó adaptándose también al mundo del boxeo, a través del cual ha llegado hasta nuestros días. ¡Jamás, tirar la toalla y, menos, aplaudir!

 

La terminación “-cidio” proviene del verbo latino caedere, que significa 'matar' y etimológicamente procede del latín "-cida, -cidae" que significa "matar, cortar”. En español las palabras más comunes formadas a partir de este término son, por ejemplo: uxoricidio (muerte causada a la mujer por su marido); suicidio (acción y efecto de suicidarse); homicidio (muerte causada a una persona por otra); parricidio (muerte dada a un pariente próximo, generalmente padre o madre); fratricidio (muerte dada por alguien a su propio hermano), genocidio: exterminio de un grupo social, raza, etc.…, es decir, el sufijo "-cidio" indica "acción de matar, eliminar, exterminar". Así me imagino fue que un amigo derivó la palabra “Nacioncidio” para designar la destrucción de Venezuela por el régimen actual y sus adláteres. Los sufijos son los únicos de los morfemas que se unen a la palabra de forma posterior, al tiempo que poseen de forma exclusiva la capacidad de cambiar la categoría gramatical de la palabra a la cual se han unido.

 

Destrucción es un vocablo que se alude como la acción y resultado de destruir o destruirse, en reducir a trozos, cenizas o fragmentos algo material y ocasionar un grave deterioro o daño, deshacer o desbaratar algo que no sea material y también en malbaratar, derrochar o gastar la hacienda o el caudal. Hay doce sinónimos de destrucción: asolamiento, devastación, estrago, aniquilamiento, ruina, demolición, destrozo. catástrofe, desastre, desgracia, cataclismo, hecatombe. En ese sentido, “Destrucción” es un evento del mundo real, un desastre. Por ejemplo, “Destrucción de hábitat, proceso por el cual un hábitat natural es transformado en un hábitat incapaz de mantener a las especies. La ruina, asolamiento, perdida grande y casi irreparable”.

Estoy seguro de que en la Declaracion de los Derechos Humanos, se usa alguno de esos sinónimos para calificar como “crímenes de lesa humanidad” lo vivido en las últimas dos décadas por el pueblo venezolano y causado por el régimen actual.  Ustedes elijan cuales se aplican a lo que ha hecho al país el régimen chavista-madurista y sus socios y recapaciten si con gente así se puede dialogar y negociar. John F. Kennedy decía “No podemos negociar con aquellos que dicen, -lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable- “.

Teniendo presente la cita anterior de JFK me vino a la memoria, la tercera ley fundamental de Carlo Cipolla que dice: “Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”.

En noviembre 2018 escribí un artículo sobre “La estupidez y la prisa”, en él les decía que es curioso que exista incluso una teoría acerca del término que estaba abordando. El historiador italiano Carlo Maria Cipolla (1922-2000) fue, en concreto, la personalidad que desarrolló lo que se conoce como Teoría de la Estupidez. En el año 1988 fue cuando presentó ese conjunto de ideas acerca de esa “cualidad” que tienen algunos humanos. En ese sentido vino a dejar patente, por definición, que los estúpidos forman un grupo de los cuatro que existen a nivel mundial. Así, estarían aquellos además de los inteligentes, los desgraciados y los malvados. Cipolla expone en una breve obra, titulada "Allegro ma non troppo" las "Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana". A esa clasificación de los cuatro grupos hecha por Cipolla pertenecen, por definición, los que pretenden dialogar y/o negociar por ambas partes, gobierno y oposición. Que cada uno los ubique donde crea pertenecen.

Creo que, en general, todos podemos estar de acuerdo que seis son los grupos de secuestradores que tienen cautiva a la patria venezolana, a saber: 1) La Cuba castro-comunista; 2) El socialismo del Siglo 21 chavista-madurista; 3) El ELN; 4) las FARC disidentes; 5) Irán y 6) La Rusia putinesca. A este listado de sinvergüenzas, incluidos los militares, China y Turquía que lo sostienen en el poder, ahora se les ha unido un grupito dentro de la misma oposición, defendiendo, al menos algunos de ellos, intereses sórdidos personalistas. Su filosofía de vida es: Convivir con el régimen, así sea a punta de migajas, sin importarles nada que a diario mueren decenas de venezolanos por hambre, falta de medicamentos y asesinados por los cubanos represores infiltrados en la Guardia Nacional.

 

A todos los seis grupos, hay que sacarlos del país para recuperar la libertad y llevar a juicios a todos los que se han aprovechado del erario nacional en las últimas dos décadas y los responsables de llevar al país a la categoría de Estado Fallido con todas sus implicaciones. Los muertos necesitan defensores. Les dejo la pregunta ¿Cómo se pretende dialogar y negociar con los “desgraciados y malvados” que han causado el Nacioncidio? que incluye a todos estos adláteres, y seguro que nos quedamos cortos.

 

La estupidez es un problema feo sobre todo las actitudes necias y errores detestables que echan a perder tantos años de nuestra vida cotidiana, generando no poca angustia. Pero el asunto empeora todavía mucho más cuando halla ocasión de averiguar de qué manera las personas poderosas e influyentes deciden y actúan en lo relativo a temas que conllevan consecuencias a gran escala y largo plazo. Es habitual que atribuyamos la culpa de las malas decisiones a la perversidad intencionada, el egoísmo, la megalomanía, etcétera. Pero, en general, cualquier estudio atento de la historia y, en particular, de las últimas dos décadas en Venezuela, nos conduce a una conclusión invariable: la principal fuente única de errores terribles es la pura y simple estupidez. La Navaja de Hanlon lo resume con eficacia “No atribuyas nunca a la malicia lo que se puede explicar adecuadamente con la estupidez”. Concepto básico que confirmó Robert Heinlein “No subestimes el poder de la estupidez humana”.

 

Amigos invisibles de la red, en el nivel más bajo de la pirámide de Maslow estan las necesidades fisiológicas y de seguridad, si alguien tiene esos niveles vacíos es el pueblo venezolano. Nadie tiene duda que cuando la estupidez se combina con otros factores, los resultados son devastadores, como ocurre en el caso venezolano. Son muchas las situaciones en que la necedad humana ha sido el origen de la serie de hechos que combinados han complicado y complican cada día más la situacion de “necesidad y escasez” y “dolarización” en que vive el pueblo venezolano. Esto ha llevado a algunos amigos, al menos hasta antes de este artículo, a pensar en que la solución es “que venga quien venga pero que nos saquen de esta situacion”. Aparentemente no importa si el país se lo apoderan otros países, como los ya citados en los seis grupos, que ya lo tienen secuestrado, con tal de cambiar …estan dispuestos a “tirar la toalla” a favor de quienes han provocado el Nacioncidio de nuestro país.

 

Nuestro futuro se construye a partir de las decisiones que tomamos en el presente, por eso es importante serenarnos para escoger las opciones que nos ofrece la actual situación y, elegir las que sean provechosas tanto para nosotros mismos como para las personas implicadas en las circunstancias, tratando dentro de lo posible, evitar que alguien salga perjudicado. Me sorprende la escasa atención critica a estudiar un tema tan importante, pero no conozco ningun grupo que tenga presente la ciencia de la estupidologia y su impacto en las decisiones que afectan a toda Venezuela. Fue Frank Kafka quien aconsejaba “Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas”.

 

Tenemos un refrían que nos dice que “La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla”; el tenerlo presente me ha llevado a abusar de la paciencia de mis lectores recordando algunos hechos que nos han llevado a la situacion actual de penuria que vive el país.

 

El proyecto chavismo-madurista se ha ido ejecutando en medio de una tensa lucha por el poder, contradicciones, antagonismos y crisis económica. En efecto, está presente una sociedad que se ha ido denominando “democrática”, es decir, defiende la democracia que, según su perspectiva, se ha perdido en manos del chavismo-madurista, sociedad que ejecuta acciones para impedir que el gobierno se consolide: Un golpe de estado; un paro petrolero; elecciones desde presidenciales hasta parroquiales, referéndums; reformas constitucionales; parlamentarias y pare usted de contar.

 

Antagonismos entre buenos y malos, ricos y pobres, leales y desleales, patriotas y apátridas. Además, una profunda crisis económica por los altos índices inflacionarios, estatización de la economía y depresión del sector privado productivo por el control de cambio de divisas y expropiaciones a empresas privadas, que en el 2014 agudizó el desabastecimiento de los productos de primera necesidad en el país. La sociedad venezolana en su historia republicana no ha formado parte de la hechura del Orden Social, siempre el poder ha impuesto el Orden; lo que nos revela otro importante déficit que es el de ciudadanía, que coloque al Poder Ciudadano, como Poder Público. Sólo tengan presente que el único “árbitro” para tirar la toalla es el pueblo venezolano.

 

Un poco para cerrar esta primera parte y, como-abre-boca, para situarnos en los inicios y causas del Nacioncidio del país, recordemos que una de las crisis de mayor impacto en la economía venezolana es la crisis energética, producto de la destrucción de los sectores electrico e hidrocarburos. Es oportuno indicar que muchos países se han desarrollado sin petroleo como Japón y España pero ninguno sin electricidad.

 

El deterioro inicial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) fue el despido masivo de alrededor de 20.000 trabajadores de la industria por Chavez en el 2003 a raíz del paro petrolero. Se espera que el país que hace una década era el mayor productor de América Latina, que ganaba alrededor de 90.000 millones de dólares al año por las exportaciones de petróleo, obtuvo alrededor de 2300 millones para fines de este 2020, menos que la cantidad total de remesas que los migrantes venezolanos que huyeron de la devastación económica del país enviarán a casa para mantener a sus familias.   

 

Cuatro años más tarde, en el 2007, Hugo Chavez estatizó y compró, a través de PDVSA, lo que quedaba del sector privado electrico y se crea CORPOELEC integrando en esa Corporación las catorce (14) empresas existentes para el momento. Lo que se llama un arroz con mango. Hoy en día el sector electrico tiene una capacidad instalada de generación de 36.732 MW, de los cuales solo el 27.2 % (10.00 MW) está disponible para cubrir una demanda alrededor de 13.000 MW, lo que obliga a un racionamiento diario de varias horas continuas en diferentes ciudades del país. Vale le pena mencionar que la demanda máxima en las dos últimas décadas se dio en el 2013 y fue de 18.696 MW, a partir de allí empezó su declinación hasta solo poder satisfacer 10.000 MW hoy en día.

 

 

 

  

 

 

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