Vocación profesional y otros problemas de la juventud (Gustavo González Urdaneta)
Vocación profesional y otros problemas de la juventud
Gustavo González Urdaneta
Miami 30 marzo 2021
En días pasados una amiga me llamó para invitarme a participar en unas jornadas
de vocación y orientación profesional para alumnos de cuarto año de
bachillerato del colegio San Ignacio de Loyola en los cuales una gran mayoría
había manifestado interés en querer estudiar ingeniería eléctrica. Las razones
de invitarme eran evidentes: ignaciano e ingeniero electricista.
La invitación me capto enseguida por dos razones. Una
era, que no recordaba que en mi época, iniciándose la década de los’60, nadie hubiera
mostrado el mínimo particular interés ni preocupación por la carrera
universitaria que pensaba elegir y ahí incluyo a todo el mundo en mi entorno.
Ni profesores, ni mis padres, ni familiares ni amigos. Así fue hasta que les
comunique que iba a estudiar ingeniería eléctrica en la UCV, más adelante les
cuento. Tampoco era que yo la estaba esperando
ni necesitando pero, hoy en día, es todo lo contrario. La otra es que me atraía
de sobre manera el poder conversar con los alumnos, hoy de ambos sexos, en
edades entre 15 y 17 años sobre un tema que, hoy en día, después de 60 años que
me gradué de bachiller es cuando estoy consciente de la importancia de esa decisión
tanto en la vida personal, laboral e incluso socialmente.
Encontrar la vocación profesional no es fácil y elegir
mal el pregrado se ha vuelto cada vez más común entre los jóvenes y es
preocupación y materia casi obligatoria en todos los colegios e institutos de
bachillerato. Su importancia está más clara hoy en pleno siglo XXI dada la
penetración de la tecnología, la cultura de mente sana-en cuerpo sano y la
preocupación juvenil por el mundo en crisis que estan heredando con problemas
que no existían en los ’60: sobrepoblación, escasez de recursos, contaminación
ambiental, pandemias y etcétera.
Como anécdota debo contarles que la única persona que
recuerdo tuvo alguna curiosidad en nuestro futuro profesional fue nuestro
querido profesor de Biología, el Dr. Raphael Bredy, sobresaliente profesor y
médico, quien en una de sus últimas clases en quinto año de bachillerato quiso
saber quiénes iban a estudiar Medicina y nos pidió que alzaran la mano quienes
iban a hacerlo. Ahora caigo en cuenta que debió ser una gran mayoría pues es
una de las profesiones en la cual tengo más grandes amigos de esa época. Pero
la anécdota viene porque
yo no alcé la mano y Bredy,
con ese acento tan particular que tenía al hablar, acentuando la última silaba,
me dijo ¡Gonzaléz, como es que Usted no va a estudiar Mediciná!!! Tuve que confesarle la verdad, que no me
gustaba e iba a estudiar ingeniería y, además, eléctrica. Uno que se alegró de
mi elección y me felicitó
fue el profesor Vicente Alonso que nos dió matemáticas en quinto año y realmente me hizo fácil
pasar el primer análisis matemático en la UCV. Como fue esa eleccion, ya les
cuento. Es posible que hubo alguna encuesta pero no la recuerdo.
Había pasado diez largos años de mi vida (1951-1961) con los jesuitas, de hecho
formo parte de los Fundadores de Villa Loyola con el Hermano Bonet y las monjas
del Cristo Rey y fue la primera promoción de bachilleres que había empezado en
Villa Loyola. Creo que todos amamos nuestro colegio con todas sus facilidades:
campos de futbol por doquiera, piscina, centro de excursionismo, verbenas,
nuestra capilla con nuestra virgencita del colegio que todos guardábamos su
estampita en la cartera y hasta un cafetín inolvidable. Los profesores eran de
primera, tanto los externos como los padres y hermanos jesuitas. Todo era en
cierta forma paradisiaco pero yo no quería continuar bajo ese mismo entorno
restricto, lo cual sería así si me iba a la UCAB, quería conocer y respirar lo
que consideraba sería un ambiente realmente universitario como me imaginaba
seria la UCV. Mi padre me insistió que empezara en la UCAB y después pedía
traslado para la UCV. Le comunique todo lo anterior y la guinda era que iba a
estudiar ingeniería eléctrica y esa carrera no la había en la UCAB. Fue
simplemente una excusa pues los dos primeros años son comunes y sólo en tercer año entras a tu especialidad. Pero
funcionó y me gradué en la
UCV de ingeniero electricista en julio 1966. No existían ni la Metropolitana ni
la USB en Caracas. La eleccion de ingeniería fue natural pues estudie Ciencias
por elección natural: Se me daban más fácil las materias como física, química y
matemáticas y, en cierta forma, me daban cierta lata el resto. Tiene que ver
con eso que llaman habilidades y aptitudes sobre las cuales volveré más
adelante.
Adicionalmente y, para cubrir parcialmente el tema del
título del artículo de “otros problemas”, de acuerdo con encuestas disponibles,
muchos de los problemas más frecuentes de la juventud son heredados de la
primaria al bachillerato, aun no superados y pueden servir de guía para
entender la necesidad de orientación que necesita la juventud: En la escuela
(rendimiento y comportamiento); en las relaciones familiares (padres
y madres); trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia); acoso escolar
(Bullying); acoso por Internet (saber usarla con seguridad); consumo de sustancias (información
sobre efectos de drogas); embarazos no deseados (información y métodos
anticonceptivos); depresión (pedir ayuda a profesionales); abuso
sexual (delito a denunciar) y accidentes de tráfico (ejemplo
y responsabilidad) son, entre otros, los problemas graves que acechan a los jóvenes.
En base a mi experiencia la mejor forma de combatirlos
es el ejemplo, la educación familiar, fomentar la responsabilidad, la
información, hablar, comunicarse para detectarlos en sus inicios y si
fomentamos una vida sana en nuestros hijos y nietos y les damos suficiente
información veraz y objetiva sobre las medidas para prevenir y/o reducir los
riesgos asociados a estos problemas.
Paralelamente, en cada época se presentan diferentes
necesidades sociales y problemáticas a resolver que dependen de la situación
global en diferentes ámbitos, como el social, cultural y económico. Hoy en día
los tres principales problemas que enfrentan los jóvenes, en base a la
información en las redes en todo el continente latinoamericano son la
violencia, el acceso a la educación y la falta de oportunidades laborales.
Evidencias confirmadas por el volumen de la diáspora venezolana a la cual se
suman, además de la inseguridad una fuerte falta de motivación, que representa
un gran obstáculo a la hora de vencer diferentes retos de la vida cotidiana. Y
en el caso venezolano hay que añadir la falta de calidad de vida.
Los resultados de la “Encuesta Nacional de Juventud 2013” del Instituto
de Investigaciones Sociales y Económicas (IIES), de la Universidad Católica
Andrés Bello nos dicen que la integración de los jóvenes, a través de dos de
los más importantes vínculos sociales como son la educación y el trabajo, es
ampliamente reconocida como uno de los aspectos a atender si verdaderamente se
quiere encauzar al país hacia una senda de desarrollo humano sostenido.
La Enjuve 2013 recogió datos importantes sobre las
principales problemáticas que afectan a la población joven de 15 a 29 años (1,7
millones), abordando el tema educativo, salud reproductiva, trabajo,
participación política, expectativas personales y sobre el país entre otros; p.
ej.: asistencia a centros educativos, 1 de cada 3 adolescentes (15-19 años) se
encuentra desescolarizado; casi 900.000. Entre las causas se encuentran:
iniquidades socio-económicas, brecha de género. En los hogares donde es más alta
la escolaridad promedio, sus miembros jóvenes tienen mayor probabilidad de
tener acceso y permanecer en el sistema educativo.
Otros problemas eran el acceso al estudio y al trabajo
de los jóvenes de ambos sexos (no trabaja ni estudia), está doblemente excluido
23%, casi 1,73 millones; y la reinserción educativa e inserción laboral de los
adolescentes, en los próximos años era, en esa época, el 80%. Otras
contrariedades: expectativa emigratoria (razones para emigrar) percepción de la
situación personal y del país en el presente, respecto al pasado reciente y en
el futuro; y apreciación sobre el encaminamiento del país, se percibía -en
general- que la situación del país estaba mal, esto representaba el 61% de los
encuestados.
¿Cuáles son los problemas que afectan a los jóvenes en Venezuela identificados
con mayor frecuencia?: La falta de oportunidades de trabajo, inseguridad
pública, escasez de alimentos y situación de pobreza. Los jóvenes consideran
que el país está encaminado en la dirección equivocada. Por tal motivo, acerca
de las razones para emigrar del país, el 73% de los encuestados considera entre
las más importantes las siguientes: mejorar económicamente, para realizar
estudios, conseguir empleo o mejorar el actual, inseguridad ciudadana, y/o motivos
familiares. Una de las principales conclusiones de la Enjuve -2013 es la
siguiente: “se requieren esfuerzos sostenidos de inversión social, en programas
integrales que contribuyan a mejorar el capital educativo de estas nuevas
generaciones de jóvenes cuantitativamente más numerosas, para que sean
cualitativamente más productivas y contribuyan a potenciar el desarrollo del
país”.
Para comprender qué afecta a los jóvenes de hoy en día
se deben tener en cuenta los valores y las prácticas culturales de estos, como
también su manera de socializar, sus relaciones y su visión respecto al
presente y futuro.
Ya les conté porque estudié ingeniería eléctrica. Muy sencilla. Pero ahora debemos
hablar de que nos puede ayudar realmente en esa eleccion. Antes de escoger
carrera --lo cual significa tomar una opción de vida y laboral para el resto de
la existencia--, es necesario buscar una asesoría profesional de psicólogos y
consejeros que puedan ayudarle a tomar la decisión más adecuada y conveniente. Según
especialistas en educación vocacional, se deben tener en cuenta dos aspectos
principales para orientar la vocación profesional de quienes van a escoger
carrera. Uno son los aspectos individuales del estudiante y, otro, los elementos
sociales y del entorno.
En cuanto a los aspectos individuales,
sostienen que “no basta con que el joven tenga interés en una carrera y que se
identifique con ella, porque su decisión de estudio no sólo tiene que ver con
elegir una carrera sino con lo que quiere hacer como proyecto de vida laboral”.
Se trata de que a partir de esos intereses y del conocimiento adecuado de sus
habilidades, potencialidades y competencias el muchacho tome una decisión
consecuente con eso. En esta parte suelen ayudar los colegios y sus psicólogos
que dan algunas claves de conocimiento a los estudiantes.
Un problema que afecta a muchos jóvenes y en el que
inciden varios factores: la influencia de los papás de querer un hijo egresado
de cierta universidad y con una profesión específica, la presión social por
graduar bachilleres en cuanto salen del colegio y, en muchos casos, el problema
se ahonda cuando los orientadores se limitan a entregar los resultados de una
prueba, pero no generan un espacio de análisis en el que los estudiantes puedan
articular sus intereses, aptitudes y la dimensión valorativa. Poco de esas
facilidades estaban disponibles en mi época.
Las únicas pruebas que recuerdo del colegio fueron
unas pruebas de IQ que nos hizo el psicólogo a quien llamábamos “Uge” por uno
de los personajes de la televisión de esa época. Eso, si mal no recuerdo, fue
mucho antes de tener que tomar ninguna decisión de que profesión elegir.
Aparte, me enteré de esos resultados
porque nuestro cura tutor me lo dijo, varios años después, no recuerdo que esos
resultados fueran públicos. Lo cual tiene cierta lógica. En cualquier caso
fueron mis exquisitos diez años
ignacianos los que me ayudaron a definir mi vocación profesional. No había ninguna
jornadas realizadas al respecto en los últimos años. Hoy en día los recursos son muy diferentes y deben
aprovecharlos.
Hoy en día hay instrumentos estandarizados para
trabajar la orientación profesional. Con ellos se explora la personalidad del
muchacho, su historia personal y lo que se llama el ‘genograma de profesiones’,
que es el historial familiar de carreras y ocupaciones de abuelos, padres, tíos
y hermanos que puede ser determinante en la elección del muchacho. También hay
pruebas de evaluación de intereses, vocaciones, actitudes, aptitudes e
historial del colegio. Nada que ver con nuestra época. Para bien de nuestros
nietos.
Lo segundo que debe analizarse en el proceso de
escoger carrera son los aspectos sociales y del entorno. En nuestra
época todos queríamos ir a la universidad y las carreras de preferencia eran
medicina, ingeniería y derecho. Siempre pensé que llegaría a haber una
sobresaturación de ellas, sin embargo, con la pandemia actual estamos escasos
tanto de personal como de infraestructura.
Hoy en día hay ofertas técnicas y tecnológicas que son
más apetecidas por las empresas y pueden tener mejores posibilidades laborales
que una carrera universitaria. Esta realidad es parte del entorno que debe
valorarse y vale la pena que los jóvenes tengan conocimiento del mercado
laboral, que conozcan cuáles son las áreas de mayor desarrollo, las que generan
mayor empleabilidad y cuáles son las exigencias que ese mercado les impone en
cuanto a calificación de la mano de obra. No obstante, deben tener mucho
cuidado porque no siempre suele ser el más acertado. Hay muchos que quieren
estudiar ingeniería industrial sólo porque de esa manera pueden trabajar más
fácil “en cualquier cosa”.
En ese aspecto deben tener presente que cualquiera sea
la carrera que elijan, para avanzar en el desarrollo profesional deben tener conocimientos
de administración de empresas, los cuales se adquieren con el tiempo y el
desempeño laboral pero si lo que quieren es tener la facilidad de “trabajar en
cualquier cosa” lo mas acertado seria seguir la carrera de administración y/o
complementar tu carrera profesional con algún tipo de posgrado en el área
administrativa. Cuando mis dos hijos iban a entrar a la universidad conversamos
largamente sobre que carreras elegir. Personalmente no influí para nada en sus
preferencias pero si les conté en detalle toda mi experiencia con la ingeniería
eléctrica y creo que ellos mismos decidieron que esa no estaba en sus opciones.
Ambos estudiaron Administración.
Una dificultad adicional consiste en que el sistema
académico actual no evoluciona a la velocidad que necesita la sociedad pero algunas
organizaciones, debido a que no existen carreras específicas, acuden a pruebas
de actitud y a estudiantes recién licenciados, y en algunos casos en 2º o 3r
año de carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas).
Cuando hablamos de profesiones de futuro es imposible
no pensar en sectores potentes que generan empleo, pero ¿los sectores actuales
existirán dentro de una década? Es evidente que vivimos en una época de cambio
de la historia de la humanidad y la tecnología ha penetrado en todos los campos
de forma que las empresas necesitan generar lideres que lleven a cabo la
transformación digital de la empresa.
Estos son algunos avances tecnológicos que están
transformando y transformarán el mundo del empleo: Especialista en Big Data; nanomédico;
marketing de las startups; ciberabogado; desarrollador de aplicaciones móviles;
desarrollador de aplicaciones realidad virtual; técnico en impresión 3D;arquitectura
BIM (Business Information Modeling); diseñador de órganos 3D; técnico en
nanobots; diseñador de UI (Diseño de interfaz de usuario);.diseñador UX (Diseño
de experiencia de usuario); operario de robots; chef de Impresión 3D y Jefe de
e-CRM (Electronic Client Relationship Management).
La única ventaja que tuve en mi caso fue que estaba
totalmente convencido que mi destino era ser ingeniero electricista y, esa
seguridad, convenció a mis padres. Y aquí estoy, cumpliendo 55 años de
graduado. Hoy en día, si bien las condiciones son muy diferentes, prevalecen
los mismos principios de formación escolar y educación familiar.
Gustavo, aunque algo largo, excelente. Nuestros jovenes necesitan mucho asesoramiento para sus carreras.
ReplyDeleteSaludos
Gustavo, aunque algo largo, excelente. Nuestros jovenes necesitan mucho asesoramiento para sus carreras.
ReplyDeleteSaludos