Reflexiones en el día mundial de la Filosofia (Gustavo González Urdaneta)
Reflexiones en
el día mundial de la Filosofia
Gustavo González
Urdaneta
Miami 18
noviembre 2021
El 18 de
noviembre se celebra el día mundial de la filosofía, como es costumbre cada
tercer jueves de ese mes, y hay quienes se preguntaban cómo sería el mundo hoy
sin filosofía. La intención de ese cuestionamiento es reivindicar la
importancia de una disciplina que, a pesar del ninguneo al que es sometida en el
sector educación, es cada vez más necesaria para orientarnos en una realidad cambiante
y en permanente crisis.
Hace ya dos años
largos, conversaba con una amiga sobre este tema y le decía que, en un sentido
amplio, todos somos filósofos y hemos desarrollado nuestra propia filosofía en
la vida: un punto de vista, una opinión sobre el mundo, una idea de cómo
debería vivirse. En un sentido más restringido, es un estudio técnico del
pensamiento y conocimiento humano.
Una de las cosas
básicas que nos enseña la filosofía es a cuestionar, a no aceptar las cosas sin
profundizarlas y por eso siempre he creído que deberían enseñarla desde la
primaria. Hay que enseñar a los niños a pensar y cuestionar como parte
intrínseca de su educación y personalidad y no sólo esa curiosidad espontánea
de la infancia pues esa se pierde en la vida por diferentes motivos.
Escribía Pío
XII, anticipándose a su tiempo: ‘Es de suma importancia formar cuidadosamente
el sentido crítico de los jóvenes, a la edad en que se abren a la vida cívica y
social. No ciertamente para halagar el gusto por la crítica a la que dicha edad
está excesivamente inclinada, ni para favorecer su espíritu de independencia.
Se trata de enseñar a pensar y vivir como hombre, en un mundo en que los medios
de difusión de las noticias y las ideas han adquirido una fuerza de penetración
tan apremiante. Saber leer un periódico, juzgar una película, criticar un
espectáculo, saber, en una palabra, conservar el dominio del juicio y de los
propios sentimientos contra todo cuanto tiende a despersonalizar al hombre,
esto se ha convertido en una exigencia de nuestro tiempo’. Profecía luminosa.
La trampa de la
superficialidad en que hemos caído se nos ha convertido en un hueco negro
(black hole) cuya densidad se ha visto incrementada por tres tendencias
mundiales: la globalización(diversidad), la revolución digital(conectividad) y
el peso del tiempo en nuestras decisiones(velocidad). La sinergia entre ellas
aumenta la complejidad y la incertidumbre que nos llevan a optar por lo rápido,
lo simple y lo fácil, es decir, lo que no nos cuesta tiempo, ni reflexión ni
esfuerzo. El peligro de la superficialidad. Antónimo de filosófico, considerado
como el conjunto de razonamientos y reflexiones encaminados a explicar las
causas, relaciones y finalidades últimas del hombre y el universo.
La primera
obligación de un filósofo es saber de qué habla y la primera regla metodológica
es la claridad conceptual: los trabalenguas, los rompecabezas, las aporías y
los problemas eternos son, seguramente, indicios de que aún queda trabajo por
hacer en cuanto a la formulación de las preguntas y la delimitación del rango
de las respuestas. Hay actitudes y actuaciones que se deben evitar a toda
costa. A mi modo de ver son dos: la charlatanería y la irrelevancia.
Hay que concentrarse en lo que
podemos hacer, hace que estemos más alertos y activos, ya que no hay mañana. El
mañana empieza hoy. No es lo que podemos hacer en un futuro lleno de flores y
arcoíris. Es lo que podemos hacer en este imperfecto presente, en donde se
mezclan malezas con flores salvajes, y en donde a menudo cae un chaparrón. La
ansiedad es parte normal de la vida y todos nos preocupamos por cosas como los
problemas de salud, dinero o los problemas familiares. Sin embargo, las
personas con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan extremadamente o
se sienten muy nerviosas por éstas y muchas otras cosas, incluso cuando hay
poca o ninguna razón para preocuparse. No les es fácil a las personas con el
trastorno de ansiedad generalizada controlar su ansiedad y mantenerse
concentradas en las actividades diarias.
Por un lado, las nuevas
tecnologías nos instan a buscar, pero no a reflexionar. Internet desincentiva
el pensamiento profundo. Internet consigue que nos desentendamos del
pensamiento crítico acerca de lo que está haciendo internet, porque dedicamos
todo el tiempo a los placeres, a picotear informaciones o interactuar
socialmente. Por otro lado, vivimos “prisioneros” de la manipulación de los
políticos, intelectuales y líderes religiosos respecto a la interpretación del
mundo en que vivimos, el cual, lógicamente, es imperfecto. Platón consideraba
que “socialmente vivíamos escondidos entre las sombras”. Eso nos impide ver o
discernir pues estamos “encadenados” a las ideas falsas de otros y las propias,
incluyendo la superficialidad. Consideraba Platón que la fuerza de la filosofía
nos empuja a salir de la caverna. Cuando abrimos nuestra mente al “mundo
exterior y libertario”, nos integramos al paraíso de la verdad y, volvemos a
comunicar, lamentablemente ni nos escuchan, ni nos entienden, Un círculo
vicioso.
Cuando se tiene una herencia cultural
de complicación, ser sencillo es un verdadero reto, a sabiendas de que enfocarse
en una sola cosa es la clave para conseguir lo que se quiere. Siempre me ha
fastidiado el quejarse y no aportar soluciones y eso es lo más frecuente.
Lo que es para mí sentarme a
escribir, puede ser para otra persona salir a trotar, o pintar, hacer yoga, o
lo que sea. La verdadera esencia del “tiempo para ti mismo”. La verdadera
esencia del tiempo para uno mismo es hacer algo que involucre disfrute, algo
que nos guste hacer. Algo que nos ayude a encontrarnos a nosotros mismos. En estos días se están
escribiendo capítulos que no se olvidarán jamás, Como dijo Francis Bacon, uno lee,
no para contradecir y confundir, ni para creer y dar por sentado, ni para tener
conversación y labia, sino para sopesar y considerar.
El nombre
Filosofia proviene de los vocablos griegos filein (“amar”) y sofía
(“sabiduría”), tendríamos que concluir que se trata del amor al saber, de la
pasión por comprender, o algo semejante. Una cosa es el amor por saber y
otra lo que se conoce como el Sindrome de Fausto que es un complejo entramado
de síntomas psicopatológicos definidos esencialmente por la “bulimia
intelectual”. Está relacionado conceptual y culturalmente con "la sed de
saber" o "el hambre de conocimientos", modismos populares muy
sugerentes para comprender la naturaleza de la enfermedad en examen. La amarga
lamentación de Fausto, en el primer acto de la obra de Goethe, ha servido para
dar nombre al síndrome.
Los sujetos que
lo padecen poseen un deseo inmoderado o compulsivo de leer, estudiar y penetrar
en todos los saberes humanos sin obtener de sus investigaciones ninguna
gratificación existencial, antes bien y por contra, relatan una angustia
profunda y continuada, sumada a una sensación de hastío vivencial que les
mantiene sumidos en una importante desazón. Sucede con frecuencia que al
conversar con un ilustrado enfant terrible nos encajona en un monólogo
fastidioso sin importarle su audiencia pues su única ambición consiste en dejar
constancia de lo mucho que sabe y que esta al día en todo lo que ocurre en el
mundo. Con frecuencia cuesta entenderles pues pretenden sentar cátedra con un
vocabulario bien enredado. Si no puedes explicar de forma sencilla, es que no
lo has entendido (A. Einstein)
El propio
Pitágoras definió a los filósofos como un tercer tipo de personas, distinto de los que gustan actuar y ganar reconocimiento, y también de
los que gustan comerciar y ganar lucro. Por el contrario, los filósofos sólo
aspiraban a observar y entender.
Hoy, en el día de la Filosofia, parece muy importante
hacer una distinción entre la filosofía como espacio de saber y la filosofía
como actitud ante el mundo. Si bien es verdad que resulta difícil separar la
una de la otra, lo cierto es que en nuestra actualidad existe una tendencia a
hacer desaparecer la filosofía como espacio de saber, por un lado, y como
actitud o forma de estar en el mundo, por otro. Lo que más preocupación produce
es que se viene cultivando una cierta estigmatización del pensamiento crítico
como sentido común de época.
“No puedo enseñar
nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar” Sócrates
La filosofía de hoy ha ampliado sus objetivos. Desde que la finalidad filosófica era alcanzar el concepto o idea de lo que es el “SER” o entidad esencial, ha variado la búsqueda hacia una realidad que tiene al hombre como finalidad de su estudio, y al decir hombre estamos hablando del mundo como realidad en la que el ser humano existe, que nos dice que el hombre está allí, presente de cuerpo y alma para que podamos tratar del “Existencialismo”.
ReplyDeleteLa religión introdujo en el estudio de la filosofía su participación activa, para que pudiésemos decir: Filosofía Cristiana en los términos de Tomás de Aquino.
El Cristianismo procede de la Fe y la filosofía se apoya en la razón. No habiendo una razón cristiana, no podríamos hablar de filosofía cristiana. Filosofía y Cristianismo son tesis completamente distintas, por su objeto y por sus métodos. La filosofía debe ser libre, autónoma e independiente de la Fe. La noción de un Dios Creador ha generado principios de una especulación racional de carácter filosófico.
Para mi la Filosofia no es un amor al conocimiento, como se desprende del origen de la palabra.
ReplyDeleteY ciertamente no sabria definirla. A nivel que podria llamar operativo, consiste en el arte de pensar con sentido critico, tratando, con harta dificultad, de encontrar de esa elusiva realidad que nos permea y modela. Estoy convencido que la misma debe ser parte importante de cualquier curriculum y en esta epoca de redes sociales, que llegaron para quedarse y que como toda empresa humana es ambigua, es funadamental. Y pensar con sentido critico es la capacidad de hacer preguntas, de no aceptar verdades reveladas, a pesar de que tal vez la repuesta a tales preguntas no nos haga felices.
Comentario corregido.
ReplyDeletePara mi la Filosofia no es un amor al conocimiento, como se desprende del origen de la palabra;
ciertamente no sabria definirla. A nivel que podria llamar operativo, consiste en el arte de pensar con sentido critico, tratando, con harta dificultad, de encontrar esa elusiva realidad que nos permea y modela. Estoy convencido de que la misma debe ser parte importante de cualquier curriculum y en esta epoca de redes sociales, que llegaron para quedarse y que como toda empresa humana es ambigua, la Filosofia como arte del pensar, es fundamental. Y pensar con sentido crítico es la capacidad de hacer preguntas, de no aceptar verdades reveladas, a pesar de que tal vez la repuesta a tales preguntas no nos haga felices