Resistencia Civil (I): Un Vistazo en el Mundo (Gustavo González Urdaneta)

 

Resistencia Civil (I): Un Vistazo en el Mundo

Gustavo González Urdaneta

Miami 26 diciembre 2021

 

En el siglo pasado, hubo movimientos populares que lograron derrocar a regímenes opresores mediante estrategias no violentas, resistir la ocupación militar y conseguir la vigencia de los derechos humanos, libertad y democracia en muchas partes del planeta. La resistencia civil fue clave para terminar con el apartheid en Sudáfrica y la ocupación siria del Líbano. Ayudó a lograr grandes avances en los derechos de las mujeres, los derechos civiles y los derechos laborales en los Estados Unidos. Fue usada para oponerse a la ocupación extranjera en Dinamarca y en Timor Oriental, y desempeñó un papel decisivo en la India para ganar la independencia de Gran Bretaña. La resistencia civil ayudó a derrocar a los dictadores en Filipinas, Chile, Indonesia y Serbia, y a invalidar elecciones fraudulentas en Europa del Este

 

Antes de empezar el vistazo mundial es pertinente recordar ciertos mitos y restricciones que prevalecen en ambos movimientos civiles: Desobediencia y Resistencia. Primero, mucha gente piensa que las protestas son la principal actividad de los movimientos de resistencia civil. Se han identificado más de doscientas tácticas de acción no violenta. Toda una variedad de boicots, huelgas, negarse a pagar los alquileres, impuestos y aranceles, peticiones, desobediencia civil, ocupaciones pacíficas y bloqueos y desarrollo de instituciones paralelas son algunos ejemplos de otras tácticas de resistencia civil. Segundo, muchos creen que si el movimiento no tiene un líder carismático no puede tener éxito. Sin embargo, el movimiento contra el apartheid en Sudáfrica tuvo grandes victorias mientras su líder estaba en la cárcel, sin contacto con el movimiento. Los movimientos resistentes y representativos se organizan de manera tal, que si sus dirigentes resultan anulados, pueden seguir funcionando bajo la dirección de nuevos líderes.

Tercero, hay la creencia de que en una dictadura, como la venezolana, la resistencia civil no puede funcionar. Por ejemplo el general Augusto Pinochet de Chile, fue considerado como uno de los dictadores más brutales del mundo, y muchos pensaron que la resistencia civil no sería suficiente para removerlo. Pero ese movimiento fue clave. Pocos hubieran sospechado que el dictador serbio Slobodan Milosevic, apodado “el asesino de los Balcanes” podría ser derrocado por presiones no violentas. En el 2000 cientos de miles se manifestaron para que Milosevic se fuera del poder. Al final Milosevic no tuvo más opción que renunciar. Aunque no exista la certeza de que la resistencia civil tenga éxito, también es cierto que todas las opciones probadas en Venezuela tampoco lo han tenido.

Cuarto, es de esperar que en una dictadura, el régimen use la violencia en algún momento. Históricamente, esto casi siempre terminó por ocurrir. Sin embargo, el hecho de que el adversario use la violencia no significa que el movimiento de resistencia civil haya fracasado. Como ya se citó, los movimientos de resistencia civil cuentan con distintas maneras de reaccionar y enfrentar la represión violenta, para debilitar su efectividad o para hacer que sus resultados se vuelvan contra el opresor y que “el tiro le salga por la culata”.

Hay ejemplos de acciones de resistencia civil, como Filipinas en 1986, Chile en 1988, Serbia en el 2000 y Ucrania en el 2004, donde los miembros de las fuerzas de seguridad desertaron pasándose hacia la oposición, reduciendo o eliminando de este modo la capacidad del régimen para reprimir. Estas deserciones fueron el fruto de esfuerzos deliberados y de largo plazo realizados por los movimientos de resistencia para romper las lealtades que ataban a los miembros de las fuerzas de seguridad al régimen.

Exponer la represión al mundo, así como difundirla dentro del país mediante imágenes y textos, son acciones que hacen que el uso de la represión sea más costoso para el adversario que para el movimiento que la sufre. El resultado puede ser pérdida masiva de apoyo público e internacional para el gobierno que la aplica. Tal fueron los casos de Desobediencia y Resistencia Civil, respectivamente, de la Consulta Popular (plebiscito) del 16 de julio de 2017 y la juramentación de Guaidó como presidente interino (institución paralela) el 23 de enero de 2019.

Quinto, para ganar no es necesario persuadir al núcleo duro del régimen, es necesario lograr convencer a algunos de los que lo apoyan. Cuando sus fuerzas de poder empiezan a debilitarse, llega el momento en que no podrá controlar el desenlace y se ve forzado a negociar la transición hacia un nuevo orden. La resistencia civil no siempre tarda mucho en tener un impacto. Aunque el movimiento Solidaridad llegó al poder casi diez años después de haber sido organizado, la oposición en Filipinas por otra parte tardó unos pocos años en organizarse para derrocar al dictador, Ferdinand Marcos. Lo que determina el éxito de la resistencia civil no es el tiempo que transcurre sino el hecho de que el movimiento mantenga la unidad y sea estratégico en sus acciones con una disciplina no violenta.

Nadie ha dicho que será fácil ni que el cambio con la resistencia civil vendrá de la noche a la mañana. Los 22 años nos parecen una eternidad y se percibe como si no pudiéramos hacer nada. Este no es un predicamento exclusivo de nuestro tiempo ni de nuestro país. La historia nos indica hacia la dirección de aquellos que se sintieron exactamente igual. Gente común que, oprimida por la injusticia, tomó medidas para desafiar a los que tenían el poder.

 

Es nuestro derecho, y obligación moral, protestar por situaciones políticas, económicas o sociales injustas. Muchos de los derechos que damos por sentados surgieron como resultado de la protesta: los derechos humanos, los derechos de las mujeres, los derechos de los trabajadores. Lograr el cambio siempre ha sido difícil, pero se puede lograr.

 

Existen muchas prácticas históricas ligadas a lo que hoy día denominamos la resistencia civil no violenta, así como una literatura que apunta elementos a la misma. Se pueden destacar las aportaciones pioneras de Étienne de La Boétie con su Discurso sobre la servidumbre voluntaria -en torno a 1548 que va a ser muy influyente en autores de los siglos posteriores, incluso del XX. La teoria politica de no violencia tiene, de alguna manera, su origen en el norteamericano Henry David Thoreau y su Desobediencia Civil y en los escritos libertarios de León Tolstoi. Ambos casos influyeron poderosamente en la gran figura de Mohandas Gandhi. Recogiendo las enseñanzas y aportaciones de Ghandi, los trabajos de Gene Sharp pretenden sistematizar los métodos no violentos en relación con planes de estrategia en campañas para la resolución de conflictos, en The Politics of Nonviolent Action (1973), teorizando sobre las fuentes del poder y la desobediencia de las masas.

 

El establecimiento del apartheid en Sudáfrica generó resistencias. El Congreso Nacional Africano (ANC) adoptó primero métodos no violentos, con huelgas, boicots y campañas de desobediencia civil. Desde la clandestinidad, el ANC optó por la lucha armada. En 1964, su líder, Nelson Mandela, fue condenado a cadena perpetua por "sabotaje". Las sanciones internacionales contra Sudáfrica se iban acumulando: exclusión de los Juegos Olímpicos, expulsión de los órganos de la ONU, embargo sobre armas.... Nelson Mandela quedó libre el 11 de febrero de 1990, tras 27 años de cárcel. Un año y medio después se abolió el apartheid. La transición democrática fue laboriosa. En abril de 1993 el país estuvo a punto de sumirse en una guerra civil y en abril de 1994, Sudáfrica celebró las primeras elecciones multirraciales, pasando página del apartheid. "Por fin libres", exclamó Nelson Mandela al ser electo presidente.

 

La dictadura de Ferdinand Marcos en Filipinas duró 21 años y llegó a su fin gracias a una rebelión del ejército que logró derrocarlo un 25 de febrero de 1986. Filipinas vivía la peor crisis económica de su historia. Marcos prometió terminarla aplicando un gran ajuste económico. Eventualmente sustituyó el sistema parlamentario por las asambleas de ciudadanos. Su gestión se caracterizó por ser ofensiva y autoritaria al instaurar la 'ley marcial'. Con las Fuerzas Armadas a su favor no fue complicado someter al Congreso para así poder ser reelegido eternamente. Su dictadura hundió al país en la pobreza, contabilizando además miles de muertos, torturados y encarcelados durante los años de ley marcial. El saqueo del país, valorado en cerca de 10.000 millones de dólares, llegó a formar parte del Libro Guinness de los Récords como el mayor robo jamás ocurrido dentro de un Gobierno,

 

Al inicio Ferdinand Marcos tuvo el apoyo popular. Su régimen perseguía y acusaba de corrupción a cualquier autoridad que le hiciera frente. Sin embargo, la verdadera corrupción crecía en el interior del régimen autoritario donde sus amigos militares eran los beneficiados. El 21 de agosto de 1983 es asesinado Benigno Aquino cuando regresaba a Filipinas de un exilio voluntario en EE.UU. Su muerte levantó a las masas del letargo de casi dos décadas de ley marcial. Corazón Aquino tomó la posta y se presentó como candidata en las elecciones de 1986. Como era de esperarse Marcos ‘ganó’ por una estrecha diferencia. Sin embargo, el dictador no pudo celebrar su victoria porque el ejército le dio la espalda y nombró a Corazón Aquino presidenta. La gente salió a las calles para apoyar a los soldados rebeldes. Marcos abandonó el país a cambio de salir con su esposa Imelda y sus familiares. Tenía 72 años cuando murió el 28 de setiembre de 1989, unos tres años y medio después de haber iniciado su exilio en Hawái.

 

La resistencia civil no violenta puesta en práctica en la Polonia de los años 70 y 80 del siglo XX tuvo una dimensión muy destacada, tanto que, desde nuestra perspectiva, es un factor ineludible para comprender las causas de la desintegración del Socialismo Real en el país centro-europeo. La pluralidad de formas de acción no violentas, desde las protestas simbólicas hasta las organizaciones paralelas al estado, posibilitó un empoderamiento de la sociedad civil, que tomó la apariencia del Sindicato Solidaridad. Esta organización heterogénea, formada por un gran número de plataformas civiles de distinto cariz, alcanzó un poder social que con posterioridad le otorgó un papel clave en la disolución del régimen socialista y en la conformación de la nueva Polonia democrática.

 

Augusto Pinochet, fue Presidente de Chile entre 1973 y 1990, gobernando como dictador tras el derrocamiento del presidente democráticamente elegido, Salvador Allende, en un golpe de Estado.

Solo a tres semanas de su nuevo cargo como Comandante en Jefe en 1973, nombrado por el presidente Salvador Allende, primer líder marxista elegido democráticamente en el mundo, Pinochet jugó un papel central en el golpe patrocinado por la CIA contra el presidente en septiembre de 1973. El objetivo del golpe era "liberar a Chile de la opresión marxista". El ataque culminó con el suicidio del presidente Allende. Antes del golpe, Chile había tenido una larga historia de país democrático en el que prosperaba el Estado de Derecho.

 

Pinochet fue entre los años 70 y 80 uno de los pilares del “Plan Condor”, el sistema de represión coordinada de las dictaduras del Cono Sur que le costó la vida a más de 100.000 personas según los organismos de derechos humanos. Hay quienes aseguran que Pinochet habría sido el “gestor ideológico” de dicho Plan.

 

La resistencia armada en Chile fue un conflicto asimétrico que comenzó con el golpe de Estado de 1973, y terminó en 1990 con el inicio de la transición democrática. Los principales grupos, que en mayor o menor medida, promovieron formas de resistencia armada en la época eran el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Algunos eventos claves fueron, el intento de establecer una guerrilla en Neltume entre 1980-81, impulsado por el MIR, la Internación de armas de Carrizal Bajo en 1986 y la fallida emboscada a Augusto Pinochet del FPMR el mismo año. Después del retorno a la democracia en 1990, la mayor parte de los grupos armados fueron desmovilizados.

 

En 1998 el general Pinochet viajó a Londres para ser operado de la espalda y fue puesto bajo arresto domiciliario por las autoridades, a petición del Gobierno español, pero en el 2000 el gobierno británico revocó ese fallo por razones médicas y el general regresó a Chile. En el 2004 Pinochet fue puesto bajo arresto domiciliario en espera de juicio, pero murió de un ataque al corazón en 2006, antes de los procedimientos judiciales completos se pusieran en marcha.

 

Haji Mohammad Suharto militar, dictador de Indonesia y su segundo presidente, cargo que ocupó durante 31 años, desde el derrocamiento de Sukarno en 1967 hasta su renuncia en 1998. Bajo su administración de «Nuevo Orden», Suharto construyó un gobierno fuerte, centralizado y dominado por los militares. La capacidad de mantener la estabilidad en una Indonesia extensa, sumada a una postura anticomunista, le otorgaron el apoyo económico y diplomático de Occidente durante la Guerra Fría. En 1997, la crisis financiera asiática tuvo graves consecuencias en la economía y sociedad indonesia y en el régimen de Suharto. Su reelección en 1998 desató protestas y disturbios en todo el país, ahora conocidos como la Revolución Indonesia de 1998. Desacuerdos dentro de su propio partido y los militares finalmente debilitaron a Suharto

 

En mayo 1998, miles de estudiantes tomaron el Parlamento Indonesio como las hormigas se apoderan de un pastel y en salas, pasillos, terrazas, escaleras, corredores, tejados, balaustras y cúpulas miles de estudiantes celebraban el principio de la derrota de Suharto. Los corros que todo lo llenaban eran un arcoíris, cada uno con los estudiantes de una universidad y cada universidad con sus chaquetillas de uniforme: rojas, verdes, amarillas, violetas, grises, azules. Todos seguían el ritmo de las cancioncillas que cantaban los estudiantes. «Uno, dos, uno, justicia para Suharto. Uno, dos, uno, Suharto debe caer, Uno. dos, uno, Suharto a la cárcel». O la que puede ser el himno de esta revolución de las sonrisas, un pegajoso estribillo: «Suharto dimisión y la familia también». El 21 de mayo renunció al poder. Fue remplazado por su vicepresidente.

 

Volviendo a los mitos y restricciones enumerados al principio, el sexto seria, después de los 22 años del régimen de Venezuela, una pregunta obvia para todos ¿Cómo podemos ganar? Tendremos más posibilidades de ganar si el movimiento de resistencia civil o su campaña desarrolla la unidad nacional, una planificación cuidadosa y una disciplina no violenta.

 

La unidad es de importancia primordial porque los movimientos de resistencia son poderosos cuando representan la voluntad y el compromiso de la mayoría. Si al movimiento le falta unidad, o si la causa no está clara o provoca dudas, muchos preferirán no participar. La planificación es esencial porque la resistencia civil es una confrontación entre el movimiento y su adversario. La organización y la estrategia son necesarias para moldear y dirigir las fuerzas conducidas por el movimiento. La disciplina no violenta es necesaria porque la violencia cometida por miembros del movimiento socava la efectividad de la resistencia, provocando y justificando la ofensiva represiva. Además, cuando el movimiento de resistencia toma parte en la violencia, frecuentemente pierde la participación de la gente que no quiere arriesgarse a la violencia.

 

En un conflicto basado en la resistencia civil, la causa del movimiento—libertad, derechos o justicia - beneficia a todos, y las acciones del movimiento, que radican en el coraje y el compromiso de la gente común, puede encontrar el apoyo de muchos de los defensores del sistema existente así como aquellos que quieren el cambio del régimen

 

“Las dictaduras nunca son tan fuertes como creen que son, y la gente nunca es tan débil como cree” Gene Sharp

 

“La primera causa de la servidumbre voluntaria es la costumbre” Étienne De La Boétie

 

 

 

  

 

 

 

Comments

  1. CESARISMO DEMOCRATICO
    La creencia de Laureano Vallenilla Lanz es que hay que crear primero el progreso, luego vendrá la legalidad. Dicha legalidad no solo es diferida sino que, además, es descalificada su función de asegurar el liberalismo político. El autor establece que los de su pensamiento van dirigidos “contra la constitución democrática y contra el régimen representativo y federal imperante en Venezuela”.
    En esa actitud antiliberal es clara la referencia al cesarismo, pero la conjunción con el término “democrático” es lo que resulta contradictorio. ¿Cuál es el significado de este oxímoron?
    ¿Qué se entiende por “cesarismo”?
    El término tiene una referencia histórica: el gobierno absoluto de Julio César. Este es solo el origen del término. Es necesario determinarlo conceptualmente. Tal vez la mejor caracterización sea la del pensador marxista italiano Antonio Gramsci: «el cesarismo expresa siempre la solución arbitraria, confiada a una gran personalidad, de una situación histórica y política caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectivas catastróficas».
    Gramsci distingue entre dos tipos de cesarismos. Unos son progresistas, como los representados por Julio César y Napoleón I. El cesarismo es progresista cuando su intervención ayuda a las fuerzas innovadoras a triunfar. Otros son regresivos, como los de Napoleón III y Bismarck. Es regresivo cuando su intervención ayuda a triunfar a las fuerzas retrógradas.
    El cesarismo de Vallenilla Lanz se ubica en una posición intermedia entre progresivo y regresivo. La función del autócrata reside en la necesidad de encontrar el equilibrio deseable entre civilización y barbarie. El dictador es el punto de encuentro entre la intelectualidad y el analfabetismo. De la misma manera, vincula dos universos políticos: el de los institucionalistas que aspiran a la obediencia a la constitución, y el otro, el de quienes desconocen el aparato legal.

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