El Lobby o Grupos de Presión norteamericano (Gustavo González Urdaneta)

 El Lobby o Grupos de Presión norteamericano

Gustavo González Urdaneta

Miami 24 marzo 2022

Estados Unidos es el país por excelencia de los grupos de presión. El poder de influencia de estos grupos es notorio en la toma de decisiones políticas. El tema del lobby en EEUU es muy interesante. En el sistema político estadounidense los grupos de presión o lobbies, se encuentran legalmente organizados, con acceso a la formulación en la toma de decisiones, influencia en las campañas electorales, el Congreso y la Casa Blanca. Las vías de influencia de estos grupos varían entre sí en diversidad, amplitud y efectividad.

La magnitud del impacto de los grupos de presión depende, en buena medida, del grado de diversidad y alcance de las vías de influencia, del nivel de organización, financiamiento y de la aceptación de sus intereses como si fueran intereses públicos; así también, del ejercicio de una efectiva actividad de cabildeo y de una débil oposición a sus propuestas por parte de otros grupos de presión. El lobby proisraelí se encuentra entre los grupos de presión con gran amplitud y diversidad de vías de influencia, hasta el punto de ser percibido como uno de los más poderosos e influyentes dentro del sistema político estadounidense. El grupo de cabildeo sionista en Estados Unidos se define como una "coalición de individuos y organizaciones que" tratan de influir en la política exterior estadounidense para apoyar a Israel y sus políticas.   

El origen del lobby, según me contaron, es bien simpático: cuando la creación de la república norteamericana, los congresistas no tenían sede y eran viajeros itinerantes de pueblo en pueblo, en condiciones de viaje bastante malas en cuanto alojamiento y comida, sin hablar de la necesaria movilización por caminos malos. Cuando llegaban a alguno de sus destinos, se reunían donde podían, tabernas, colegios, iglesias, sedes municipales y los ciudadanos de ese particular sitio se reunían a su vez en el lobby del sitio escogido para hacerle peticiones. Y si nació el término.

Los primeros antecedentes de los actuales grupos de presión en Estados Unidos (finales del siglo XVIII) fueron las asociaciones y grupos políticos que se organizaron con objetivos proindependentistas. Una vez lograda la independencia, el objetivo de las distintas clases y grupos políticos se centró en el debate constitucional. En las décadas de 1830 y 1840 surgieron algunas asociaciones religiosas y grupos antiesclavitud; en la década de 1860 surgieron otros como los artesanos, los grupos de granjeros (Grange), organizaciones fraternales y, posteriormente, entre 1880 y 1890, emergieron las asociaciones de negociantes. Sin embargo, no fue hasta el periodo comprendido entre 1910 y 1920 que esos grupos adquirieron las características que definen en la actualidad a sus homólogos: grupos formalmente organizados que ejercen cabildeo en los centros de decisiones políticas con el objetivo de hacer valer sus intereses.

El surgimiento de los grupos de presión en Estados Unidos estuvo marcado por actos de corrupción que condujeron al cuestionamiento de sus actividades. Sin embargo, los grupos no han podido ser eliminados legalmente, pues como se recoge en "La Primera Enmienda de la Constitución": "El Congreso no aprobará ninguna ley por la cual se establezca oficialmente una religión o se prohíba el libre ejercicio de alguna; se coarte la libertad de expresión o de prensa, o se restrinja el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y solicitar al gobierno la reparación de agravios" Por ello, los grupos de presión declaran "que ellos mismos constituyen un ejercicio de libre pensamiento, expresión, petición y reunión" 

Me contaba un amigo, que trabajando en New York trabó amistad con un alto ejecutivo de un banco venezolano de tendencias muy conservadoras. Este ejecutivo vive actualmente en Miami y continua trabajando en el mismo banco en una posición de mayor nivel. Él le conto lo siguiente: pertenece ahora a un grupo que hace lobby en Washington en asuntos bancarios y se reúne periódicamente con Representantes y Senadores en esa ciudad. Al terminar la reunión oficial se reúnen luego con el particular congresista fuera de The Hill, así llaman al Capitolio, y en el curso de la reunión le entregan un sobre con dinero. Está prohibido hacerlo en The Hill. Tanto el grupo lobista como el congresista estan obligados a declarar esos fondos. 

 

Sobre la actividad de estos grupos, y de la participación ciudadana en general, se produjeron fuertes debates en el período constitucional. James Madison, en el número 10 de El Federalista, afirmó que algunas de las calamidades de la sociedad de su época se encontraban en la influencia de los grupos o facción, como él los denominó: "estos efectos se deben achacar, principalmente si no en su totalidad, a la inconstancia y la injusticia con que un espíritu faccioso ha corrompido nuestra administración pública". Sin embargo, al mismo tiempo afirmaba: "pero no sería menor locura suprimir la libertad [de las facciones] que es esencial para la vida pública" 

El sistema político estadounidense es particularmente vulnerable a las presiones y/o influencias de los grupos de presión por varias razones. La primera de ellas es el carácter legal de los grupos de presión. Estos grupos no operan en secreto, salvo algún acto de soborno o incumplimiento de las normas legales que regulan su actuación, sino que actúan libremente en los pasillos del Congreso, en citas o eventos con el Presidente, en los medios de comunicación y en intercambios con el público en general.

Otra de las razones se refiere a las costosas campañas electorales que en Estados Unidos exigen de amplias y diversas fuentes de financiamiento, cuestión ésta que aprovechan los grupos de presión para influir en los candidatos. También habría que agregar la limitada representación de los partidos políticos para encausar los diversos intereses sociales, cuestión que los grupos de presión saben aprovechar.

Para lograr influir en los diversos centros de decisiones políticas, los grupos utilizan el cabildeo: lobbying como vía de acceso a las decisiones políticas. El término cabildeo a menudo contiene una carga peyorativa y, con frecuencia, es asociado con acciones ilegales, actos corruptos y resquebrajamiento de valores morales en los políticos y administrativos. Esta animadversión hacia la actividad del cabildeo no es infundada, pues en la historia de los grupos de presión y su relación con el poder político, no son pocos los casos en que los políticos han sido influidos por estos grupos mediante métodos ilegítimos.

Algunos escándalos relacionados con  los lobistas han capturado la atención del público y ha engendrado preguntas sobre la medida y profundidad de la influencia que tienen los lobistas en la Hill. La investigación federal que se realizó al lobista Jeremy Abramoff, en referencia del caso del Casino, reveló que en algunas legislaciones se daba un modelo sistemático de campañas de donaciones y de regalos ilegales a cambio de votos favorables. El 3 de Enero de 2006, Abramoff se declaró culpable de varios delitos graves como conspiración, fraude y evasión de impuestos; a partir de aquí una serie de oficiales electos, lobistas y asesores del Congreso, salen también implicados en escándalos mostrando el nivel de integración de los lobistas en la estructura de Washington D.C. Estos lobistas no solo ejercían influencias en la Hill, por medio de campañas de donaciones y relaciones personales con los miembros del Congreso,  sino también utilizaban su poder para poner resistencia a cualquier esfuerzo para disminuir su papel.

Según versados en la materia, las dos principales características del sistema político norteamericano que condicionan la organización y las actividades de los grupos, son indeseablemente el federalismo y [...] la separación de poderes. En consecuencia los grupos de presión en los EE. UU. concentran sus esfuerzos en los poderes legislativos, ejecutivos y en la Suprema Corte de Justicia.

El Congreso es lugar clave en la influencia de los grupos, allí se toman muchas de las decisiones políticas que les conciernen a sus intereses. Aunque la presentación de los proyectos de leyes (bills) concierne solo a los Senadores y Representantes, los grupos de presión intervienen en su redacción y, muchas veces, brindan información detallada sobre el tema a tratar que no poseen los legisladores. Cuando esto sucede no puede hablarse de presión política por parte de los grupos, sino, más bien, de una confluencia de intereses. 

El 8 de junio, de 1789, James Madison obsequió al Congreso con doce enmiendas para la Constitución, diez de las cuales se convirtieron en la Carta de Derechos. La primera de estas enmiendas afirmaba que el Congreso no podía  prohibir con una ley el derecho de presentar peticiones al Gobierno para dirigir quejas. Uno se preguntaría si Madison se alegraría del entusiasmo con el que se ha aceptado esta cláusula.  Hoy en día Washington D.C. tiene más de 17.000 lobistas federales que luchan para influenciar a los legisladores, para sostener o rechazar legislaciones y, en algunos casos, hasta para proponer nuevas leyes 

Muchos piensan que la ley aprobada para controlar la influencia de los lobistas es más un incordio para ellos que una verdadera amenaza a su trabajo. Cuando se le pregunta si esta ley efectivamente tiene efectos sobre la natura del lobbying a Dennis Thompson, profesor en la Harvard Kennedy School, contesta que «los Asadores hacen menos negocios, pero los demás no muchos menos». Los millones de dólares que gastan los lobistas cada año para influenciar a los legisladores han sido dirigidos de otra forma pero no eliminados. Se han disfrazado como fondos recaudados, actividades caritativas y seminarios subvencionados para la industria; todos estos actos sirven para canalizar el dinero desde el interés privado que representan los lobistas a los fondos de los oficiales electos.   

El poder ejecutivo, y dentro de este el Presidente, constituyen fuente de acceso clave de los grupos de presión por varios motivos. El Presidente posee iniciativa legislativa, dirige la burocracia de la Casa Blanca, ejerce su prerrogativa presidencial de nombramiento y juega un papel fundamental en la formación de la opinión pública nacional.  

Comparto la opinión, de varios amigos norteamericanos y extranjeros, de que el lobby es uno de los sistemas más perversos de la gobernanza norteamericana que arroja mucha sombra sobre su democracia. Me cuentan los locales que se han hecho muchos intentos para abolir esa práctica, pero la resistencia de congresistas, lobistas y grupos de interés lo ha impedido. Coincido con ellos de que eso no cambiara y podría esperarse que nunca. Uno de los aspectos más importantes, el financiamiento de las campañas electorales, deriva fundamentalmente del perverso sistema de lobby, ahora agravado por el anonimato de los donantes, que permite a grupos de poder adelantar sus particulares agendas. Veo muy difícil que ese sistema cambie, al menos en el corto plazo, y mucho menos en las elecciones de Noviembre próximo. 

Los lobbies más poderosos son el del Petróleo aliado con la Industria Automovilística y, qué duda cabe, el poderosísimo lobby pro-israelí que muchos dicen condiciona la política exterior norteamericana.  El lobby proisraelí se destaca por su presencia activa en el Congreso y Ejecutivo estadounidense. Durante la administración de Barack Obama el grupo de presión proisraelí tuvo un papel fundamental sobre la disposición de decisiones, pero, al mismo tiempo encontró ciertos límites a su influencia. La evidencia de los límites del lobby proisraelí, a pesar de las presiones ejercidas, se puso de manifiesto en la no intervención por parte de Estados Unidos en Irán y su incapacidad para contener el acuerdo nuclear entre ambos países.

Algunas referencias recogidas entre amigos. Un libro que describe en profundidad el poder del lobby petrolero es “Prívate Empire: Exxon-Mobil and American Power”, de Steve Coll- dos veces Premio Pulitzer - y en cuanto al lobby proisraelí: “The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy”, de John J. Mearsheimer & Stephen M. Walt, académicos de las universidades de Chicago y de Harvard respectivamente. Otro lobby muy poderoso es el de la Big-Pharm, que vela por los intereses de la Drug Industry. Tengo una referencia sobre ese sector “The Truth about the Drug Companies: How they deceive us and what to do about it” de la Dra. Marcia Angeli cuya lectura está en curso. En cuanto a mi sector electrico, mi gran amigo y consultor John Andrew Jack Casazza (qepd) me recomendó leer “ Reinventing electric utilities: Competition, citizen action and clear power” por Edward Smeloff et al., lo cual hice hace unos cuantos años.

“La corrupción y la hipocresía no deberían ser productos inevitables de la democracia, como sin duda lo son hoy” Mahatma Ghandi



Comments

  1. La gobernanza en los EEUU presenta serios problemas no solo en cuanto al accionar de grupos de presion que adelantan su particular agenda y particularmente de aquellos con sobrados recursos financieros que les permiten condicionar la politica federal y estatal, aquella incluso a nivel de politica internacional. Los ejemplos abundan y son harto conocidos. Ademas la votacion presidencial indirecta y la escasa representatividad de los elegidos, Presidente, Senadores, Representantes, debido a la forma como la poblacion de los estados y los votos electorales para la Presidencia estan estructurados. Otro problema de marcada importancia lo constituye la Corte Suprema de Justicia, cuyos miembros son elegidos de por vida y que, paradojicamente sus orientaciones se han partidizado. El Presidente propone su candidato y las Camaras de Senadores y Representantes deciden su nominacion. La ultima seleccion de un miembro a este cuerpo fue en los ultimos dias de la Administracion Trump y su aprobacion se hizo con una
    premura muy distinta a la que se le aplico a un nominado en la Administracion Obama. La actual nominada por la Administracion Biden esta siendo interpelada en el Congreso y algunas de las preguntas que se le han hecho revelan no una busqueda de capacidad juridica sino un sesgo partidista. Lamentablemente aparecio un tema muy delicado con un "Justice" que ha llevado a considerar la necesidad de establecer un codigo de etica para dicho cuerpo judicial.
    Las conclusiones que puedan sacarse de estas consideraciones se dejan al juicio del lector.

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  2. De: HECTOR TREJO

    Excelente articulo Gustavo.
    Creo que forma parte de la condicion humana , de mejorar decisiones en equipo ,con mejor información. Guardando las distancias ,te cuento que en mi equipo de fútbol infantil C ( niños de 10 - 11 años de edad ) ,4 de nosotros ,nos reuníamos con el Capitán del equipo ,para decirle ,antes de su reunion con el DT en cada juego , quienes estaban en la mejor forma para competir.Ese era nuestro lobby.
    Claro esta ,que la misma condicion humana, deforma lo moralmente aceptable ,y alli es donde se cuelan intereses en contra de lo correcto,proliferando todo tipo de corruptelas.
    Lo importante ,es que artículos como este tuyo,llaman la atencion , sobre las debilidades de la Democracia.
    Abrazo.
    Héctor

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