El Sindrome del Inmigrante: Despedida, adaptación y agradecimiento (Gustavo González Urdaneta)
El Sindrome del
Inmigrante: Despedida, adaptación y agradecimiento
Gustavo González
Urdaneta
Miami 22 abril
2022
Es pertinente
iniciar estas reflexiones aclarando que migrante, emigrante e inmigrante son
formas válidas y correctas para decir lo mismo: persona que deja un lugar para
establecerse en otro. Solo cabe señalar que el sustantivo emigrante pone
el foco en la persona que abandona su hogar, mientras que inmigrante
hace referencia a esa misma persona, pero desde la perspectiva de quien ya ha
llegado a su nuevo destino para radicarse en él. De modo más amplio, el diccionario
de la lengua española define migrante como "que migra", esto
es, "que se traslada desde el lugar en que habita a otro diferente",
definición general con la que es posible designar a todo aquel que se desplaza
de un lugar a otro.
Hay que ser muy
valiente para emigrar. No cualquiera se atreve a dejar su zona de confort para
emprender rumbo hacia lo desconocido. Es claro que nadie deja atrás a su
familia, su tierra, sus afectos, si no tiene una razón poderosa para hacerlo.
La inseguridad, la falta de empleo, los desastres, muchos de ellos generados
por el cambio climático. La migración debería ser una opción y no una
obligación. La migración es parte de la
historia de la humanidad. Este fenómeno siempre ha existido. No existe ningún
país en el mundo que no haya sido creado o transformado por el fenómeno
migratorio.
En los últimos
años, hemos sido testigos de grandes movimientos migratorios que han causado
situaciones de conflicto interno y en las relaciones entre los Estados; han
puesto a prueba la capacidad de la comunidad internacional para ofrecer
respuestas; y han generado un resurgimiento de la xenofobia y la
discriminación.
Todo comienza
con la emigración, que es propiamente la acción de salida y despedida de un
país natal. La principal causa de la inmigración es la búsqueda de mejores
calidades de vida y bienestar, además de factores políticos, sociales o
económicos con la firme esperanza de poder continuar o mejorar, a toda costa,
su desarrollo personal y familiar. La migración en sí misma no es un problema,
sino más bien una oportunidad y un derecho humano. Sin embargo, puede ser
considerada un problema cuando las personas deciden dejar su país de origen
porque éste no tiene la capacidad de brindar las oportunidades mínimas para
desarrollarse como seres humanos, tanto a ellos como a sus familias como es el
caso de muchos países de Latinoamérica.
Según la
estimación más reciente, en 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones
de migrantes internacionales, una cifra equivalente al 3,6% de la población
mundial. Tres de cada treinta personas, de las cuales prácticamente la mitad
son mujeres, viven fuera de su país de origen. El total estimado de 281
millones de personas que vivían en un país distinto de su país natal en 2020 es
superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica con creces la de 1970.
Los estudios
demuestran que los migrantes aportan desarrollo e innovación, tanto a sus
países de origen como a los países de destino. La mayoría de los países
occidentales se encuentran estancados demográficamente debido al envejecimiento
de la población y las bajas tasas de natalidad. Para impulsar y mantener el
crecimiento económico tendrán que contar con los migrantes. Por lo tanto,
apoyar una migración segura y ordenada es también apostar por el bien común de los
países desarrollados.
Es muy triste
dejar la tierra que nos vio nacer, nuestra familia y nuestros amigos, son
decisiones valientes motivadas por alguna razón particular para cada quien, lo
cual siempre comienza con la pesadilla de tener que empezar prácticamente de
cero, en un sitio que te es extraño a lo cual puede que se agregue un idioma el
cual puede que no domines. Toca acostumbrarse de nuevo a todo y mientras lo
logras permanece en ti una nostalgia a través de tus recuerdos que te retienen
en el pasado por los sentimientos de ausencia de todo lo que era tuyo, la
familia y las costumbres de tu pais que no puedes borrar de tu mente.
Y no es una
cuestión de que el país donde has ido a parar sea mejor o peor, es que
simplemente no es el tuyo, ni tú eres de él. Quizás hasta sea más bonito que el
tuyo mejores sus costumbres, más culta su gente, más cívica su sociedad pero no
es el tuyo; y que realmente no puedes estar seguro de que llegarás a sentirlo
tuyo. Es como creer que puedes borrar el pizarrón de tu vida y empezar a
escribirlo de nuevo, lo cual sin embargo no logrará borrar de tu mente lo ya
grabado pues está escrito en tu cerebro y constituye toda tu vida antes de
dejar tu tierra. En principio, al salir de tu pais entras en un túnel
migratorio donde al principio no ves ninguna luz al final.
Cuando uno se
muda a otro pais para comenzar una nueva vida, puede ser difícil saber por
dónde empezar. Desde las escuelas hasta el seguro médico y dónde vivir, todo
puede resultar muy abrumador. Además de los cambios culturales que vienen con
comenzar una vida en un nuevo país, existen una serie de trastornos y desafíos
que impactarán tu vida cotidiana.
El síndrome
del inmigrante es algo que afecta a muchas más personas de lo que nos
pensamos. También conocido como complejo de Ulises, este fenómeno
se da cuando una persona se siente fuera de lugar a causa de su migración hacia
otro país. Obviamente, todos los emigrantes vivimos situaciones
difíciles, pero esto no significa que necesariamente estemos padeciendo este
desorden.
El psicólogo y
catedrático Joseba Achotegui fue el especialista que inventó el término de
síndrome de Ulises. Haciendo referencia a la mitología griega, Achotegui citó a
este héroe porque pasó casi toda su vida surcando los mares y teniendo muchos
problemas para poder retornar a su patria. Ulises sirve como símbolo de la
eterna búsqueda y del exilio constante de tu país natal. Achotegui define este
síndrome como algo muy común en el siglo XXI, debido a la gran cantidad de
migraciones que se están llevando a cabo este siglo. La inseguridad e
incertidumbre de estas personas es la base de este síndrome.
El síndrome de
Ulises no es un trastorno psicológico. Se define más bien como un cuadro
psicológico en el que otras enfermedades derivadas sí que pueden darse. Algunas
de las manifestaciones de este síndrome son la depresión, la ansiedad y el
estrés postraumático. Se trata de una variante extrema del duelo migratorio
clásico.
El duelo
migratorio son reacciones habituales ante la migración, la nostalgia por lo
conocido, tensión ante las nuevas costumbres y la preocupación por el futuro.
No obstante, estas tensiones acostumbran a darse al principio de la estancia en
el nuevo país y no de manera permanente. Si estas sensaciones se dan de manera
recurrente o nunca llegan a irse es posible que estés sufriendo el síndrome de
Ulises.
Cuando nos vamos
de nuestro país, no perdemos solamente una cosa sino un conjunto de elementos y
vivencias. De este modo, no se puede reducir el duelo a un solo elemento.
Achotegui habla de siete pérdidas que el migrante experimenta al irse de su
país: Nostalgia y tristeza por la pérdida de nuestros seres queridos; abandono
de la lengua materna e inseguridad al afrontar un nuevo lenguaje; cambios
culturales; paisajes; estatus social; soledad por la pérdida de contacto con
los nuestros; dificultad de conocer a nuevas personas y seguridad.
Achotegui habla
del duelo migratorio como una sensación similar a la muerte de un ser querido.
La diferencia es que este duelo es parcial, ya que lo que se echa de menos
sigue existiendo y puedes volver a él en cualquier momento. Pero el dolor es
siempre recurrente, avivándose cada vez que se vuelve al país de origen o que
se recibe una llamada de casa. Este duelo afecta a la identidad, ya que cuando
nos vamos a vivir a otro país cambiamos completamente como personas. Este
cambio puede ser positivo, aportando madurez y fortaleza. Pero también puede
producirse lo contrario y desestructurar todas tus emociones y manera de ver
las cosas.
También es muy
normal que bajo este síntoma se cree una gran ambivalencia entre el país de
origen y el de destino. De cara al de origen, muchas veces se siente rabia por
haber tenido que emigrar y amor por todo lo bueno que le ha aportado y lo que
echa de menos. En cambio, el lugar de destino se suele amar por todas las
oportunidades que ofrece pero odiar porque no es tu lugar de nacimiento ni lo
que echas tanto de menos. No obstante, existen síntomas que definen el complejo
de Ulises: Tristeza crónica, desengaño;
soledad, culpabilidad, fracaso, tensión y nerviosismo. También suele
producirse falta de apetito, dolor de cabeza, desorientación e insomnio.
Según datos
recopilados por las Naciones Unidas, Estados Unidos tiene la población
inmigrante más grande del mundo, con 47 millones en 2015. Para los que acaban
de llegar, la novedad y los cambios pueden ser abrumadores. Pero hay ayuda
disponible, solo necesitas encontrarla. Muchas personas y grupos están listos
para darte una mano en esta nueva etapa de tu vida. Ese es el caso de “Nuevo
en US”, un directorio que te conecta con la ayuda que puedas necesitar.
Empezar de nuevo
en un nuevo país es un desafío en sí mismo. Hay seis principales desafíos que
enfrentan los inmigrantes cualquiera sea el pais que elijan como nuevo destino.
El primer desafío y, tal vez el más importante para su futuro en el nuevo pais,
es su estado legal de residencia. Por ejemplo, en EEUU el 14% de la
población nació en otro país. De ese total, 31 millones de inmigrantes están
regularizados, pero casi 12 millones no están autorizados a permanecer en el
país. De esos 11 millones unos 7-8 millones de ellos trabajan en la fuerza
laboral, sin beneficios.
El segundo es la
barrera del idioma, uno de los principales desafíos que enfrentan los
inmigrantes. Cuando no hablas el idioma del lugar en el que vives, cosas como
encontrar un trabajo, comprar comida e incluso conocer gente nueva se vuelven
increíblemente difíciles. Y si bien encontrar el tiempo para tomar clases para
aprender inglés puede ser otro desafío, hay recursos disponibles que pueden
satisfacer tus necesidades.
Además del idioma,
hacer realidad un futuro promisorio a menudo comienza con la construcción de un
puntaje crediticio. Es un proceso desafiante pero necesario en última
instancia si uno quiere obtener una hipoteca, sacar una nueva tarjeta de
crédito e incluso ser revisado a la hora de postular a un nuevo trabajo o
potenciales caseros.
Independientemente
de dónde uno viene, todos merecen tener acceso a los servicios de atención
médica. Hay algunos países que al tener la residencia permanente tienes
acceso gratis al servicio de salud y en otros se ofrecen dichos servicios para
la población de bajos ingresos pues en caso contrario los servicios médicos sin
seguro generalmente tienen un precio alto. Suelen haber algunos hospitales y
entidades que ofrecen servicios a un costo bajo o incluso sin costo. Además,
estos lugares suelen contar con traductores listos para ayudarte.
Conseguir ese primer
trabajo en un país nuevo puede ser difícil, especialmente por la
competencia a los naturales y al no estar familiarizados con el mercado laboral
local y, en muchos casos, sus credenciales académicas no son tomadas en cuenta.
Pero no temas; hay puertas a las que puedes llamar y personas dispuestas a
ayudarte. Desde asociaciones profesionales hasta cámaras locales de apoyo
laboral, hay muchas organizaciones dispuestas a echar una mano.
El sexto desafío
es poder accesar al sistema educativo pero en la mayoría la educación
pública está abierta a todos. Inscribir a un niño en la escuela es obligatorio,
a menos que elija educarlo en casa. Para hacerlo, debes presentar prueba de
residencia—como un contrato de alquiler o factura de servicios
públicos—registros de vacunas, prueba de la edad del niño y sus registros de
escuelas anteriores. Adicionalmente una serie de escuelas y organizaciones
están listas para ayudar a los nuevos inmigrantes a dar un paso adelante y
desarrollar sus habilidades de idioma y profesionales.
En EE UU, el
movimiento “Un día sin inmigrantes” se hizo sentir el lunes 14 de febrero 2022
enfrente de la Casa Blanca, en la capital estadounidense. Decenas de personas
llegaron afuera de la mansión presidencial en Washington D.C. con un fuerte
mensaje para el presidente. “Queremos que de una vez nos den una reforma
migratoria y una ciudadanía para los más de 11 millones de inmigrantes que
vivimos aquí. Ya estamos cansados”, decían los manifestantes. El llamado de los
organizadores era sencillo: no trabajar, no ir a la escuela y no comprar, particularmente
de tiendas grandes, para mandar su mensaje.
Considera el
movimiento que el presidente Joe Biden, no ha hecho lo suficiente para
presionar al Congreso a que apruebe la reforma migratoria que prometió impulsar
como candidato. Otros llegaron a exigir un estatus de protección temporal (TPS,
por sus siglas en inglés) para ciertos países, y políticas migratorias más
humanas. Todo dentro del marco de una jornada en la que se esperaba que los
inmigrantes se hicieran sentir con su ausencia a nivel nacional. Las
manifestaciones se llevaron a cabo en más de 10 ciudades alrededor del país.
Una vez que has
logrado adaptarte en tu nuevo destino como inmigrante, piensa que has tenido la
suerte de vivir en un país con un idioma y cultura diferentes, con lo que esta
experiencia te va a enriquecer muchísimo y darle muestras de tu agradecimiento.
Como dice Borges en una de sus reflexiones…” La vida es bella con su ir y
venir, con sus sabores y sinsabores…aprendí a vivir y disfrutar cada detalle,
aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues suelen ser un
recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues hay errores irremediables…”
Al final, he
decidido que lo propio es lanzar una sencilla invitación a la reflexión. Os
invito a que penséis qué os ha traído la inmigración a vuestras vidas. Qué
personas han llegado a vosotros y se han convertido en parte de vuestro día a
día, o testigos de algunos buenos momentos, gracias a que una vez tomaron la
valiente decisión de hacer la maleta y salir de su casa. Seguro que a todos nos
viene a la mente un amigo, un vecino, en un compañero de trabajo o un familiar,
incluso. Yo creo que hoy se merecen que les demos las gracias.
Podría escribir cada uno un libro de muchas páginas de todo lo
vivido hasta hoy desde cuando tomamos la decisión de salir de nuestro pais y
nos replanteamos hasta donde sirve estar tan lejos de todos los que amamos. Una
vez adaptados al nuevo pais es un ciclo que cumplimos en nuestras vidas con
muchas cosas buenas por destacar por tantas enseñanzas que nos ha dado. Hoy
valoramos cuatro veces más las cosas. Aprendimos a vivir, a valorar la vida,
les aseguro que cada uno de ustedes hoy día es un mejor padre, un gran esposo y
un mejor hijo dándole todo el amor a su familia. Estar lejos ha sido una
escuela maravillosa que tenemos y recordaremos por siempre. No sabemos qué
futuro nos espera pero les aseguro que nunca bajaran los brazos y seguirán luchando
con mucha más fuerza, todavía queda mucho camino, la vida continúa.
Hemos terminado
un ciclo en nuestra vida que lo recordaremos siempre. Gracias Dios por regalarnos
tanta vida, tanto amor, sabemos que siempre estarás a nuestro lado y nos
proteges en todo. Estamos agradecidos al país que nos acogió en su seno, a Dios
y a todos los amigos que nos ha dado. Recordamos
a cada uno de los que de una y otra manera han estado a nuestro lado, en las
buenas y en las malas. Gracias y les deseamos igualmente una gran vida a todos,
mucha suerte.
En mi caso, entre
las cosas que tengo que agradecer por haber emigrado es el haberme permitido el
reencuentro y actualización de comunicación con mis compañeros ignacianos con los
cuales, en su mayoría, había perdido contacto y hoy en día, después de ocho
años hemos logrado comprobar que la amistad no se trata de quién llegó primero,
ni de quién te conoce más tiempo sino de quién llegó y nunca se fue. Esa es la
Amistad verdadera. Uno de ellos fue quien me solicitó este artículo. Otro agradecimiento
lo hice al jurar como ciudadano norteamericano que, en mi caso, fue el viernes
6 de diciembre de 2019 a las 7:30 am.
“Cualquier largo
viaje empieza con un pequeño paso” Lao Tse
“En griego
antiguo la palabra que se usa para designar al huésped, al invitado, y la
palabra que se usa para designar al extranjero, son el mismo término: xénos”
George Steiner
Gustavo, como siempre, estupendo artículo, muy bien razonado y mejor escrito. Los q , aunque no hayamos emigrado, pero si hijo y nietos, lo podemos apreciar en toda su dimensión y lo q no nos ha pasado, por no haber emigrado, lo sentimos como propio por el contacto con el hijo y nieto. Solo me contenta el saber q están muy ho mejor q aquí, los nietos estudiando y el hijo trabajando, aunque no en su área, es arquitecto de la UCV, con postgrado en el Politécnico de Madrid, pero está bien en Argentina.
ReplyDeleteDe nuevo Gustavo mis gracias y felicitaciones por hacernos vivir todo lo allí descrito.
Abz.
Gustavo. Lo leí con cierta tristeza, no porque pertenezca al grupo de inmigrantes sino como madre de una. A nosotras, quienes por decisión propia o por las razones que sean quedamos en los países de origen nos duele el alma cuando pensamos en esos hijos y esos nietos que están lejos, que están creciendo sin poder verlos o abrazarlos en cumpleaños o graduaciones.
ReplyDeleteEsa es otra realidad que ha tocado vivir a quienes quedamos atrás. Ser huérfanos de esos importantes y necesarios afectos
La migracion ha estado presente a lo largo de toda la historia humana. Emigra quien no esta satisfecho en la tierra que lo vio nacer. Las razones son multiples, violencia, fenomenos naturales, escacez de recursos, represion, temor al futuro y en algunos, aquellos que quieren saber que hay detras de las montañas, mas alla del horizonte. Nunca sabremos que motivo a los primeros humanos que abandonaron Africa para esparcirse por el mundo.
ReplyDeleteVenezuela siempre fue un pais que recibio con una sonrisa y los brazos abiertos a migrantes de todos los rincones del mundo. Ahora los migrantes venezolanos necesitan visa para acceder a paises hermanos y muchos de ellos, tal vez la mayoria, se lanzan a transitar dificiles caminos dejando atras sus raices, con la esperanza de encontrar una vida mejor.
Y aparece el desarraigo, siempre presente, la perdida, que las realizaciones en tierra extraña aminoran un poco. La segunda generacion no lo experimentaria integrandose a la cultura que la recibio.
Hoy en dia la mayor parte de los migrantes pasa a la categoria de refugiados y la tragica guerra en Ucrania demostro un doble estandard, refugiados de primer orden, refugiados de segundo orden.
Y si las predicciones de los estudiosos del Cambio Climatico se cumplen, por desidia, interes o indiferencia de actores publicos y privados, ya sea por accion u omision, la oleada de refugiados huyendo de condiciones insostenibles de vida podria ser incontenible.