Privatización del sector eléctrico venezolano (VI): Financiamiento de Proyectos-Tipología de Contratación
Privatización
del sector eléctrico venezolano (VI): Financiamiento de Proyectos-Tipología de
Contratación
Gustavo
González Urdaneta
Miami
12 enero 2023
Hasta
hace pocos años el modelo de ingeniería y construcción, más conocido como IPC,
era el modelo contrato dominante en el sector de servicios por las empresas o
administraciones que tenían la necesidad de contratar infraestructuras para dar
servicio a sus clientes. Bajo este modelo, tanto la financiación para realizar
los estudios preliminares, publicar los documentos de precalificación y hasta
la adjudicación, cubriendo todas las disciplinas tanto técnicas, jurídicas y de
garantías, como la inversión o la operación de las plantas son asumidas por
estas administraciones o utilities.
El modelo
IPC (Ingeniería-Procura-Construcción), a medida que la tecnología
madura, sufre mayor nivel de competencia exigiendo un mayor control de costos
con unos márgenes más estrechos, por ello, estamos asistiendo a un cambio de
tendencia hacia el modelo de Asociación Público-Privado (APP) en el
sector servicios con un mayor grado de involucramiento de las empresas privadas
tanto en el riesgo financiero y técnico como el de operación. Si analizamos la
situación, podemos destacar cuatro factores que empujan al sector público y
privado a encontrarse para desarrollar la solución:
1. El
sector público tiene que atender una mayor demanda del servicio y con mayores
estándares de calidad, como consecuencia de un crecimiento de la población y
del progreso en los niveles de vida.
2. El
sector público está afectado por una crisis financiera y energética que deriva
en presupuestos cada vez más estrechos, menores niveles de inversión en
infraestructuras y mayor inversión en servicios sociales debido a una población
cada vez más envejecida.
3. El
sector privado está mejor cualificado para asimilar riesgos de una forma más
eficiente y con unas mejoras tecnológicas que permiten mayores niveles de
competitividad
4. El
sector financiero tiene un exceso de liquidez y busca nuevos nichos con mejores
retornos garantizados a largo plazo.
Todos
estos factores hacen que los sectores vayan adaptándose poco a poco a un modelo
de contratación público-privado que permita una distribución de riesgos más
repartida para así optimizar el proyecto. La metodología de financiación sin
recurso de proyectos (project finance) con sus diferentes variantes (BOT, BOOT,
BOO, BLT, etc.) se adapta muy bien a este escenario.
Se denomina “financiamiento de
proyectos” a aquella modalidad de financiación, circunscrita a un determinado
proyecto, cuyo reembolso se basa exclusivamente en los recursos generados por
el proyecto. Así, la fuente de repago son los flujos generados por el proyecto,
y la garantía de dicho repago viene representada únicamente por sus activos, ya
que los financiadores no tendrán recurso, o éste será muy limitado, contra los
promotores del proyecto; de ahí que a este tipo de estructura financiera se la
denomine generalmente “de recurso limitado”.
Con carácter genérico el concepto
jurídico de "financiamiento de proyectos” responde a la financiación de un
determinado proyecto de inversión o en concesión en mercados exteriores, del
que puede formar parte la ingeniería, suministro de equipamiento, construcción
y entrega de una planta industrial o una obra de ingeniería (como modalidades
de la exportación "llave en mano" o IPC), incluyendo normalmente
además la operación y el mantenimiento de este por un periodo de tiempo
determinado.
Las entidades financieras
prestamistas basan su decisión estratégica de intervención tomando como
referencia criterios económicos vinculados a la capacidad autónoma de
generación de recursos del propio proyecto. Los flujos de caja deben poder
hacer frente a la devolución del crédito y sus intereses, sin necesidad de que
el solicitante responda con otros bienes que no sean los involucrados en la
operación. Desde el punto de vista del interesado, éste no realiza ningún
desembolso durante el período de construcción o producción del bien y sólo
empieza a pagar cuando está terminado y empieza a utilizarlo. Recuerda: La gran
ventaja de este sistema de financiación es que por la forma en que se
estructura no figura el balance del promotor-cliente; es pura inversión de
riesgo privada
Debe de existir un contrato para
ejecución del proyecto “llave en mano”, es decir con un precio y plazo de
ejecución cerrado, su versión más habitual es en IPC con operación y
mantenimiento (Operation and Maintenance) del proyecto o un contrato de
suministro de materia prima, servicios, etc. (por ejemplo, de crudo para una
refinería de petróleo) o de venta de la producción/servicios que genere el
proyecto (p.e. tipo PPA-Power Puchase Agreement).
El sector en el que se desarrolla
el proyecto debe ser de ingresos estables y predecibles, dentro de ciertos
parámetros. Debido a los fuertes importes de inversión y el característico alto
nivel de apalancamiento, los plazos de repago de la deuda suelen ser bastante
largos, de 8 a 15 años, aunque en ciertos sectores pueden superar con facilidad
los veinte/treinta y llegar a cincuenta años (i.e. concesiones públicas de
servicios). El ámbito de aplicación de esta herramienta de financiación es muy
amplio, beneficiándose de la misma, sectores tan diversos como el energético,
el químico, el ocio, las telecomunicaciones, las infraestructuras, los
servicios, etc.
Desde el punto de vista del
sector que promociona los proyectos, los más habituales son los siguientes:
·
Sector Privado: Química y petroquímica, plantas de producción
industrial; utilities, producción, transformación, transporte y/o distribución
de electricidad, agua, gas, etc.; telecomunicaciones; ocio y consumo, hoteles,
centros comerciales y de ocio, parques de atracciones.
·
Sector Público: infraestructuras de energía elecrica, transporte,
autopistas, puentes, túneles, aeropuertos, puertos, etc.; infraestructuras
medioambientales, plantas de tratamiento de aguas residuales, potabilizadoras,
desaladoras, plantas de tratamiento de residuos urbanos o industriales;
infraestructuras sanitarias, hospitales.; otras infraestructuras y servicios,
como cárceles, etc.
Atendiendo a las obligaciones de
la sociedad del proyecto, podemos clasificar los proyectos financiables de la
siguiente manera:
·
Build-Operate-Transfer (B.O.T.): Son proyectos generalmente organizados
por un determinado promotor (habitualmente la administración pública, aunque no
de manera exclusiva), el cual está interesado en que un tercero, llamémoslo
Concesionario Financiador Privado (CFP), se encargue de su construcción
(Build) llave en mano, de su operación (Operate) y que una vez pasado un
determinado plazo, comúnmente pactado de antemano, devuelva al promotor o a un
tercero designado por éste (Transfer) la operación y explotación del proyecto.
Esta fórmula se utiliza típicamente en casos como las concesiones públicas de
infraestructuras de transporte, energía eléctrica, etc.
Aunque puede usarse este esquema
en el sector privado, todavía está mucho más utilizado y desarrollado por las
infraestructuras del sector público. Cuando
se le entrega al promotor la propiedad, pasado el período concesional, se hace
a coste cero, ya que debería haberse amortizado y pagado deudas y retribuido al
capital e intereses durante el período de la concesión.
A modo de resumen podemos decir,
que el modelo BOT se está implantando debido a su nivel de acomodación de
riesgos entre las empresas privadas y los organismos públicos, generando una
relación de ganar-ganar para ambas partes. Los gobiernos reciben financiación
permitiendo que las arcas públicas no sufran de golpe una sacudida económica, y
por su lado, las empresas privadas consiguen estabilidad al construir y operar
las infraestructuras de una forma eficaz a largo plazo con ingresos predecibles
y recurrentes.
·
Build-Own-Operate-Transfer (B.O.O.T): La diferencia fundamental con el
B.O.T. es que el CFP mantiene, durante un período pactado con el promotor, la
titularidad de los activos del proyecto. Aunque los contratos BOOT se realizan
bajo el esquema de una concesión, sin embargo, ello no implica que sean lo
mismo. La diferencia viene dada desde los aspectos relativos a su naturaleza
hasta el destino de la propiedad. A diferencia de la concesión, en la celebración
del contrato BOOT el Estado transfiere la propiedad de bienes públicos al
privado, de tal manera que este último –al margen de las medidas de precaución
que tome para garantizar su inversión– se convierte en titular de un derecho
real: la propiedad. Por su parte, en el contrato de concesión la titularidad de
los bienes y disposición de estos siguen siendo del Estado contratante.
·
Build-Own-Operate (B.O.O.): En este caso, el CFP mantiene la propiedad y
no transfiere los activos a un tercero, motivado principalmente porque la vida
de los activos coincide aproximadamente con el plazo necesitado por el FCP para
repagar la deuda y remunerar a los accionistas. Es también habitual en aquellas
instalaciones de operación compleja y de carácter muy técnico. Un ejemplo de
este tipo de estructura son las concesiones administrativas para plantas de
tratamiento de aguas (purificadoras, desaladoras, etc.), o parques eólicos.
*Build-Own-Operate-Maintain (BOOM):
Este tipo de contrato es igual al que se acaba de exponer, pero además se le
exige al contratista que mantenga el proyecto por su cuenta
* Build,
Operate, Own, Maintain and Transfer (BOOMT): en el contrato BOOMT
convergen los elementos fundamentales de un financiamiento de prouyectos que
permiten desarrollar grandes proyectos, incluyendo la ejecución, la
financiación y la posesión del proyecto hasta la restitución de este. Bajo esta
modalidad, en un solo contrato, un tercero, creado bajo una figura jurídica
específica que hemos llamado CFP, se obliga a realizar todas las actividades de
las etapas señaladas (Construir, operar, mantener, poseer y
transferir/restituir) y buscar los mecanismos y/o suscribir los contratos que
requiera para tal fin.
En términos prácticos, un
contrato BOOMT, es un acuerdo de voluntades para la financiación y ejecución de
un proyecto, que a su vez garantiza viabilidad y rentabilidad en el tiempo. Las
siglas BOOMT, más que una estructura económica, son las obligaciones que
permitirán alcanzar el objetivo esperado por las partes intervinientes. Por lo
tanto, su naturaleza de contrato y su estructura económica son inescindibles.
Pese a que esta estructura no es exclusiva del sector público, sí es el sector
más beneficiado con su uso, puesto que ha obtenido recursos del sector privado para
la ejecución de grandes obras de infraestructura, que le retornan al Estado
como un activo, sin necesidad de incurrir en grandes costos o endeudamiento a
costa del erario.
* Design-Build-Operate (DBO):
En un proyecto de Diseño-Construcción-Operación el sector público es quien
financia la construcción de nuevos activos. El sector privado se encarga de
diseñar, construir y operar el activo para cumplir con los outputs
establecidos. Comúnmente, la documentación de un DBO es más sencilla que la de
un BOT o una concesión, ya que no hay documentos financieros y usualmente
consiste en un contrato de obras civiles, además de un contrato de operaciones,
o una sección añadida al contrato de obras civiles que cubra un acuerdo de
operaciones. El operador no toma ningún riesgo financiero bajo este tipo de
acuerdo, y usualmente recibe una suma como pago por el diseño y la
construcción, y otra por el período de las operaciones de la planta.
·
Build-Lease-Transfer (B.L.T.): En este caso, el CFP básicamente
construye y gestiona el arrendamiento del activo, pero no tiene la titularidad de
este ya que, una vez construido, éste es cedido a un tercero (la sociedad de
leasing) que lo adquiere pagando básicamente el precio de su construcción a
cambio de ser el beneficiario de las cuotas de leasing. De esta manera, la
titularidad del bien le es transferida al arrendatario pasado un cierto plazo,
ya pactado, y coincidiendo con el pago de la última cuota (valor residual) de
leasing. Considerando que la fuente de repago de la deuda son las cuotas de
leasing, y que su pago está contractualmente pactado por el arrendatario,
podríamos decir que un esquema de BLT no es exactamente de project finance. Los
activos financiados a través de BLT suelen ser de un valor económico elevado:
aviones, cárceles, hospitales, equipos industriales, etc.
*Build-Own-Lease-Transfer
(BOLT): Es un método de contratación no tradicional de financiamiento de
proyectos, mediante el cual un cliente del sector privado o público otorga una
concesión a una entidad privada para construir una instalación (y posiblemente
también diseñarla), ser dueño de la instalación, arrendar la instalación al
cliente, luego al final del periodo de arrendamiento transferir la propiedad de
la instalación al cliente.
*Design-Build-Finance-Operate-Maintain
(DBFOM): Este modelo de alianza combina el diseño y la responsabilidad
de la construcción con la operación y el mantenimiento. Los proyectos bajo esta
modalidad son desarrollados por el sector privado en un solo contrato con un
aseguramiento financiero del sector público. El sector público mantiene el
dominio y la supervisión constante de la obra.
En esta estructura DBFOM, la
entidad gubernamental celebra un acuerdo con una parte del sector privado en
virtud del cual asigna a esa parte todas las funciones del proyecto. Esto
incluye diseñar, construir, financiar, operar y mantener el proyecto. A cambio
de asumir estas obligaciones, la parte del sector privado tiene derecho a
recibir, durante un período específico, honorarios de los usuarios finales del
proyecto o pagos del gobierno en forma de pagos de disponibilidad o peajes
sombra. Al final del período, el control operativo se transfiere a la entidad
gubernamental. Esta estructura es preferida por muchas entidades
gubernamentales porque: asigna la mayoría de los riesgos del proyecto al sector
privado, y pueden construir un proyecto para el cual pueden no tener la
capacidad financiera, técnica u operativa.
En resumen, el Promotor consigue de esta manera hacerse con la propiedad de un bien, sin tener que realizar ningún desembolso, a cambio de ceder su explotación al CFP durante un período tal que permita a ésta generar los flujos suficientes como para remunerar convenientemente a sus inversores y hacer frente al repago de la deuda externa. La titularidad de dichos activos dota al CFP, así como a sus financiadores e inversores, de una garantía adicional, sin la cual en ciertas ocasiones la estructura de financiamiento de proyectos podría no ser viable.
Las Fuentes de Financiación son
siempre la parte más difícil de estas estructuras ya que por su propia
naturaleza el nivel de apalancamiento de este tipo de proyectos es alto y
porque hay que buscar los inversores en los mercados financieros de capital de
riesgo. Lo principales recursos provienen de fondos propios, capital y equity;
deuda senior y subordinada; fuentes de financiación y prestamos locales e
internacionales de diverso tipo (instituciones multilaterales, créditos a la
exportación, créditos de proveedores, créditos sindicados, cofinanciaciones,
etc.); fondos de inversión; emisión de pagarés, obligaciones y bonos.
A modo de conclusión sobre los
distintos contratos expuestos, es necesario recordar que, en el pasado la
mayoría de los proyectos ejecutados por el Estado se realizaban con recursos
propios, posteriormente, con el surgimiento de grandes contratistas y la
necesidad de contar con el privado, aparecen estas figuras contractuales del
BOT hasta el BOOMT, que permiten la ejecución de proyectos, compartiendo como
característica común en estos contratos el otorgar al operador los derechos a
largo plazo de usar todos los activos de la empresa de servicio público,
incluyendo la responsabilidad de todas las operaciones e inversiones.
Durante décadas, el fracaso de la
privatización en los sectores del agua, la energía, el ferrocarril y la salud
ha dejado claro en todo el mundo que aquellos que promueven la privatización
bajo el BOT ofrecen falsas promesas. En el contexto de la actual crisis
económica, los gobiernos se encuentran cada vez más presionados para encontrar
respuestas rápidas a preguntas difíciles sobre el mantenimiento de los
servicios públicos y la financiación de infraestructura. Cuanto más se
prolongue la crisis, más aumentará la presión para encontrar respuestas, pero
también aumentará el riesgo de olvidar las causas principales: la codicia, la
desregulación y la corrupción. Dada la situacion financiera, energética y de
personal técnico en Venezuela, la modalidad BOOMT luce como la más indicada
para la mayoría de las rehabilitaciones que hay que hacer a todo lo largo de la
cadena del negocio electrico.
Otro factor que ha contribuido
notablemente a la expansión de estos contratos ha sido la creciente
participación privada -bancos comerciales, en especial Bancos Multilaterales
para el Desarrollo o MDB (Multilateral Development Banks) como el Banco
Mundial, Banco Europeo de Inversiones, entre otros, en la financiación de
grandes obras, en particular de infraestructuras. En este tipo de proyectos,
principalmente y según sus necesidades se usan desde el BOT (Build, Operate and
Transfer), al BOOMT (Build, Own, Operate, Maintain and Transfer) y dadas sus características
especiales, se requiere, en todas, una total asunción del riesgo por parte del
constructor no sólo en la concepción, ejecución y puesta en marcha de la obra
sino también en la explotación de esta.
“No puedes tener
éxito en un negocio sin tomar riesgos. Así de simple” Adena Friedman
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