El Realismo Mágico Venezolano (GUSTAVO GONZÁLEZ URDANETA)
El Realismo Mágico Venezolano
El realismo mágico es un
movimiento literario que tuvo su origen en América Latina hacia la década de
1930, aunque alcanzó su apogeo entre 1960 y 1970, cuando coincidió con la
generación del boom latinoamericano. Fue el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri
quien acuñó el nombre de realismo mágico al movimiento, en un libro titulado Letras
y hombres de Venezuela, publicado en 1947.
En 1949, dos años después de que
Arturo Uslar Pietri acuñara el término realismo mágico, Alejo Carpentier
introdujo la noción de lo real maravilloso para referir la nueva literatura que
se gestaba en Latinoamérica. Con esto se apartaba abiertamente de cualquier
interferencia semántica con el concepto de realismo mágico europeo. Se apartaba
también del prejuicio según el cual esa nueva literatura habría sido una
interpretación latinoamericana del surrealismo.
El realismo mágico surge, según
Uslar Pietri, como contestación a una tradición literaria descriptiva e
imitativa que dominaba en Latinoamérica, como las corrientes del romanticismo
latinoamericano, el modernismo y el costumbrismo. Estimaba Uslar que esas
corrientes aún no lograban hacerse cargo del universo complejo de la realidad
latinoamericana mientras que el realismo mágico cuestionaba “la fantasía
escapista” de la estética modernista tanto como el pintoresquismo de la
literatura costumbrista. No consideraba el realismo mágico hubiera sido una
invención, sino más bien un reconocimiento, un “retrato de una situación
peculiar”. Un reconocimiento a futuro para la Venezuela en el 2024.
El realismo mágico es un tipo de
narrativa en la cual lo extraño y lo peculiar se presenta como algo cotidiano.
O mejor dicho, es una narración basada en la observación de la realidad, donde
tienen cabida singularidades, peculiaridades y extrañezas dentro de la
normalidad. Esa realidad tiene un nuevo contexto en nuestro pais Venezuela, en
cuya sociedad se comunican, enfrentan y alimentan mutuamente el pensamiento ideológico
del régimen y el pensamiento realista modernizador, fruto de un triunfo
aplastante de Maria Corina. Hoy en día, la cultura dominante de Venezuela
refleja una mezcla de costumbres indígenas y españolas, así como influencias
regionales caribeñas y andinas. Los venezolanos son a menudo descritos como
personas cálidas, acogedoras y abiertas . Generalmente están unidos por un
deseo compartido de justicia e igualdad.
El realismo mágico tradicional
parte de la observación de la realidad, incorpora el universo de valores
simbólicos de las culturas latinoamericanas, a las que reconoce como parte de
esa realidad sin apelar a una mirada vertical y normaliza las peculiaridades en
lugar de sustituir la realidad por un mundo fantástico o alterno. El narrador
no ofrece explicaciones sobre los acontecimientos insólitos, los personajes no
demuestran extrañeza ante los fenómenos insólitos. Valora la percepción
sensorial de la realidad, rompe la linealidad temporal del relato, expone
realidades yuxtapuestas y tiende a desarrollar ampliamente la metaficción. Todo
eso, o parte de ello, ha ido tomando cuerpo en el realismo mágico venezolano
durante las últimas dos décadas y
requiere de un nuevo vocabulario para sincronizar con los planes de la Venezuela
Tierra de Gracia.
Según Carpentier la
acepción del realismo mágico pictórico se refiere a la combinación de formas
tomadas de la realidad de tal manera que no se ajustan a la normalidad. “Aquí
lo insólito es cotidiano”, dice Carpentier refiriéndose a Latinoamérica. Así,
Carpentier define lo maravilloso como algo extraordinario, que no tiene por qué
ser ni bello ni amable. Empieza el debate entre el realismo mágico antes de las
primarias y lo real maravilloso y un nuevo vocabulario con una nueva oposición y
su Líder después del 22 de octubre.
Con fines comparativos y, para
poder entender el realismo mágico que ha vivido el pais durante los últimos 23
años, vale la pena recordar cómo era la República los años en que Venezuela era
conocido como 'el millonario de América' y cómo todo cambió tras el ascenso de
Hugo Chávez para pasar a vivir la crisis económica y humanitaria más dramática
de los últimos años. La situación en 1998 era de auténtico desastre y él pudo
presentarse como un salvador en medio de ese desastre porque los venezolanos ya
no creían en nadie de los partidos políticos tradicionales. Los venezolanos
decidieron confiar en un joven militar que había sido repentinamente famoso
tras liderar el golpe de Estado de 1992 que intentó derrocar sin éxito al
presidente Carlos Andrés Pérez. La historia de Venezuela no fue igual desde el
ascenso de Hugo Chávez tras ganar las elecciones de 1999, años después de los
motines del 27 de febrero de 1989, conocidos como el Caracazo.
Las décadas de los años 50 a los
80, gracias a la renta petrolera, los venezolanos tenían el poder adquisitivo
mas alto de la región, según cifras del Centro de Desarrollo de la OECD. Según el sociólogo Tulio Hernandez “Venezuela
logró un gran desarrollo democrático en muy poco tiempo, gracias (en parte) a
la renta petrolera, pero no se logró convertir eso para consolidar una cultura
democrática, entonces la riqueza terminó intoxicándola, no fue una fuente para
un desarrollo armónico cuando tenía los recursos”. Dado que era un país que
dependía del precio del petróleo, sufrió una debacle cuando los precios se
desplomaron desde 1981 “y la economía venezolana se hundió junto con ellos”,
conforme señala el estudio "La economía venezolana en tiempos de
Chávez", de Mark Weisbrot y Luis Sandoval.
El desarrollo de la crisis global
del país, durante los últimos 23 años, ha sido ampliamente descrito en
articulos nacionales y del extranjero. Hemos sido noticia en todo el mundo y
varios medios de reconocido prestigio han dedicado números especiales a
describir la tragedia que viven los venezolanos. Seguir tratando de salir de
ella a través de diálogos y elecciones presidenciales es miopía intelectual y
geopolítica, ya lo he dicho en varios artículos previos. Venezuela está al
borde de un colapso total que puede succionar a otros allende sus fronteras y
el pueblo ha lanzado un SOS Venezuela a la participación internacional con las
elecciones primarias. Es evidente que la estrategia actual es el cambio de régimen.
A grandes males, grandes remedios.
Venezuela es el país más
endeudado del mundo. No hay otra nación con una deuda pública externa tan alta
como proporción de su PIB o de sus exportaciones, o que enfrente un servicio de
la deuda más alto como Venezuela proporción de sus exportaciones. El gobierno
está endeudado hasta la médula, no tiene ninguna capacidad de producción, todo
se importa pero no hay divisas y el sector privado no cuenta con los insumos
necesarios. El chavismo no desembocó en dictadura por error o casualidad; llegó
a la dictadura de manera deliberada y necesaria.
No voy a discutirles si el país
necesita agudeza, inteligencia y experiencia pero parafraseando a un político
que si era referente…Yo también tengo un sueño.... el sueño que algún día el
miedo de los políticos a perder sus “espacios” no les impida recuperar los
valores que permitan construir una nueva y mejor sociedad.
Ha habido una involución de los
valores políticos de nuestro país por sus antónimos, el mejor ejemplo es lo que
hemos visto en estos 23 años: Democracia por Tiranía; Justicia por Impunidad; Tolerancia
por Intransigencia; Respeto por Irreverencia; Honestidad por Corrupción; Producción
por Escasez; Bienestar por Miseria; Conocimiento por Ignorancia; Armonía por
Odio y Habilidad por Improvisación. Necesitamos un nuevo vocabulario para la
Venezuela, Tierra de Gracia. Ayúdennos a hacerlo realidad. Juntos podemos.
Debemos recuperar los 10 valores
más significativos que se han ido deteriorando en los venezolanos: El Respeto,
el Compromiso, la Tolerancia, el Profesionalismo, la Responsabilidad, el
Sentido de Pertenencia, la Confianza, la Equidad, la Solidaridad y la
Honestidad.
Un plan estratégico suele enfocarse sólo hacia la previsión y, en
algunas situaciones en base a diagnósticos deficientes por múltiples razones,
tratan de adivinar la evolución más probable de variables económicas
significativas, utilizando las técnicas más modernas y sofisticadas pero sin
una información que refleje la realidad, con una dependencia excesiva de la
experiencia. La experiencia puede en algunos casos ser peligrosa, ya que lo que
sucedió en el pasado no es probable que sea adecuado para una situación futura.
A pesar de contar con un equipo de trabajo de primera categoría y de vasta
experiencia en todos los objetivos estratégicos incluidos en un plan, nos
encontramos que fracasan por múltiples razones, tanto en su elaboración como,
posteriormente, en su implementación. Suelen fallar por su desenfrenado
optimismo y una idealización de la realidad.
Las faltas más comunes en su
elaboración son: Primero, la Falta de objetivos, la planificación no
puede ser efectiva si los objetivos no son claros, alcanzables y realizables,
la solución no es otra que establecer objetivos claros como parte del proceso
de planificación; segundo, la Falta de visión, por falta de información
veraz de la realidad que se está enfrentando y estar tan absortos en el
desarrollo de programas y proyectos que no son capaces de ver los planes más
globales. La falta de visión para ver la planificación como un proceso racional
requiere, a su vez, objetivos claros, conocimiento de alternativas, capacidad
para analizar las alternativas en términos de los objetivos buscados,
información y un deseo de encontrar la mejor solución posible. Tercero, la Falta
de recursos, tanto humanos como financieros. Los recursos son todo lo que
necesitas para completar un plan, la única solución es generar un plan realista
para la gestión de recursos por anticipado.
Venezuela ha sufrido de las tres
faltas más comunes en la elaboración de sus planes tanto en democracia como en
el autoritarismo actual. Lamentablemente, la falta de objetivos claros o
contrarios al bienestar público, pueden estar presentes en cualquier plan
estratégico. Los objetivos que inspiran y ayudan a motivar al equipo deben ser
viables. Si los objetivos del proyecto son demasiado ambiciosos, puede surgir
rápidamente la falta de cumplimiento de los plazos previstos. Los últimos
planes políticos de conocimiento público, no implementados aun en el pais, han
sido en esa dirección, producto tal vez del estado a que ha llegado la falta de
objetivos claros y de visión de la realidad...
GEGU/Miami
30.10.23
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