El Reino de Dios (Gonzalo Hernández Terife)
El Reino de Dios
Gonzalo Hernández Terife
Miami 14 junio 2024
Para la celebración de los primeros domingos del 1er Tiempo Ordinario la Liturgia de la Iglesia, en la Eucaristía, escoge lecturas dedicadas o relacionadas a grandes misterios de nuestra fe. Concretamente y en secuencia, a los misterios de la Santísima Trinidad, el Corpus Christi y el Reino de Dios.
Y debemos entender que en el Nuevo Testamento < mysterion> significa un secreto que está siendo, o incluso ha sido, revelado, que es también divino en su alcance, y tiene que ser dado a conocer por Dios a los hombres por medio de su Espíritu.
Las lecturas, tanto en el X como en el XI Domingo, están relacionadas, o dicho de otra manera, su enfoque es prestarle atención al tema del Reino de Dios. Así nos encontramos que en el evangelio de Marcos (4,26-29) se lee: “En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.”
Encontramos el porqué de esta manera de enseñar de Jesús en parábolas, en el evangelio de Mateo, cuando dice:
“Los discípulos se acercaron y preguntaron a Jesús: '¿Por qué les hablas en parábolas?' Y respondiendo El, les dijo: Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido.” Mateo (13:11)
” ¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!; ¡dichosos los oídos de ustedes, que oyen!' Yo se lo digo: muchos profetas y muchas personas santas ansiaron ver lo que ustedes están viendo, y no lo vieron; desearon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron.” Mateo (13:16-17)
Así pues Jesús va, poco a poco y en lo posible, revelando muchos de los misterios de Dios, y entre los cuales tenemos el Reino de Dios
Y nos preguntamos ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Cómo podemos entenderlo desde las lecturas bíblicas y doctrinales? Vamos a repasar algunos pasajes que nos ayudaran en ese propósito.
1 - Jesús trae el REINO DE DIOS a la tierra
"El Reino de Dios está cerca"
"Después que Juan fue preso, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva" (Mc 1, 15).
En la CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA IGLESIA del Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, leemos:
"Cristo, por tanto, para hacer la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el Reino de los cielos" (LG 3). Pues bien, la voluntad del Padre es "elevar a los hombres a la participación de la vida divina" (LG 2). Lo hace reuniendo a los hombres en torno a su Hijo, Jesucristo. Esta reunión es la Iglesia, que es sobre la tierra "el germen y el comienzo de este Reino" (LG 5).
2 - Y Todos los hombres están llamados a entrar en el Reino
Catecismo 543. Anunciado en primer lugar a los hijos de Israel (cf. Mt 10, 5-7), este reino mesiánico está destinado a acoger a los hombres de todas las naciones (cf. Mt 8, 11; 28, 19).
En el Evangelio de Juan encontramos la gran promesa de Jesús:
“No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Juan (14.1-4)
Para entrar en él, es necesario acoger la Palabra de Jesús
3 - Jesús es el REINO
Catecismo 547. Jesús acompaña sus palabras con numerosos "milagros, prodigios y signos, exorcismos y reviviendo muertos" (Hch 2, 22) que manifiestan que el Reino está presente en Él
Por la Cruz de Cristo será definitivamente establecido el Reino de Dios y se impone victorioso sobre el Reino del Mundo, de Satanás.
Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret nos dedica un capítulo a esta consideración, que lo denomina - El Evangelio del Reino de Dios- , en él expone toda una serie de interpretaciones referentes a cómo entender el anuncio de Jesús “el Reino de Dios está cerca”. Resumiendo, tomaremos los siguientes párrafos:
“Por ello ahora se tiende cada vez más a entender que con estas palabras Cristo se refiere a sí mismo: El, que está entre nosotros, es el «Reino de Dios», sólo que no lo conocemos (cf. Jn 1, 3 1.33).
…….el «reino» no consiste simplemente en la presencia física de Jesús, sino en su obrar en el Espíritu Santo. En este sentido, el Reino de Dios se hace presente aquí y ahora, «se acerca», en El y a través de El.”
4 - El Reino de Dios y la Iglesia
Catecismo 551. Desde el comienzo de su vida pública Jesús eligió unos hombres en número de doce para estar con Él y participar en su misión (cf. Mc 3, 13-19); les hizo partícipes de su autoridad "y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar" (Lc 9, 2). Ellos permanecen para siempre asociados al Reino de Cristo porque por medio de ellos dirige su Iglesia
En el evangelio de Mateo (16.18-19) Jesús enfatiza que su Iglesia, establecida y gobernada por El, prevalecerá siempre:
“Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.”
Catecismo 553. Jesús ha confiado a Pedro una autoridad específica: "A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; El poder de "atar y desatar" significa la autoridad para absolver los pecados, pronunciar sentencias doctrinales y tomar decisiones disciplinares en la Iglesia.
5 - Carta magna del Reino de Dios
Pues bien, Jesús abre su discurso en el Sermón de la Montaña anunciando el Reino de Dios con las Bienaventuranzas, la solemne proclamación del proyecto de felicidad plena y eterna que Él nos traía. Es un programa desconcertante y en radical oposición a lo que observamos en el mundo
. El Papa Pablo VI decía que “quien no ha escuchado las Bienaventuranzas, no conoce el Evangelio; y quien no las ha meditado, no conoce a Cristo”.
El Sermón del monte es como la “Carta magna del Reino”, el núcleo más esencial del mensaje de Jesucristo.
6 - Reino de Dios como una semilla
En el evangelio de Marcos (4,26-29):
El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra
La Semilla es la PALABRA, el AMOR DE DIOS, JESUCRISTO MISMO, EL ESPIRITU SANTO. Crece por sí sola, pero nosotros debemos, como obligación o participación: ABONAR, CUIDAR, PONER AGUA, PODAR, FUMIGAR
Y lo hacemos cumpliendo con los MANDAMIENTOS, con los SACRAMENTOS, con ORACIONES Y AYUNOS, para que el AMOR de Dios sembrado en nuestros corazones den los FRUTOS, agradables ante Dios.
Mateo (5.19) “Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.”
7 - La Voluntad de Dios
Jesús estando en su agonía de Getsemaní, pronuncia una determinación fundamental para nuestra salvación: “No se haga mi voluntad sino la tuya” Lc 22, Jesús “se entregó a sí mismo por nuestros pecados [...] según la voluntad de Dios” (Ga 1, 4).
La voluntad -como valor- consiste en hacer lo que tenemos que hacer, lo que debemos hacer, sin dejarnos vencer por las dificultades, pero, respondiéndole a Dios, al igual que lo hizo Jesús: Hágase tu Voluntad
La Voluntad en el Catecismo
Catecismo 2822. La voluntad de nuestro Padre es “que todos los hombres [...] se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Tm 2, 3-4).
Catecismo 2824. En Cristo, y por medio de su voluntad humana, la voluntad del Padre fue cumplida perfectamente y de una vez por todas. Jesús dijo al entrar en el mundo: “He aquí que yo vengo [...] oh Dios, a hacer tu voluntad” (Hb 10, 7; Sal 40, 8-9).
Hacer su Voluntad
En un episodio que recoge del evangelio de Marcos, Jesús nos invita a hacer la Voluntad de Dios. Ante una multitud enorme y el llamado de su atención por los discípulos debido a la presencia de sus familiares, dice:
Catecismo 2825. Jesús, “aun siendo Hijo, con lo que padeció, experimentó la obediencia” (Hb 5, 8). ¡Con cuánta más razón la deberemos experimentar nosotros, criaturas y pecadores, que hemos llegado a ser hijos de adopción en Él! Pedimos a nuestro Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo para cumplir su voluntad, su designio de salvación para la vida del mundo. Nosotros somos radicalmente impotentes para ello, pero unidos a Jesús y con el poder de su Espíritu Santo, podemos poner en sus manos nuestra voluntad y decidir escoger lo que su Hijo siempre ha escogido: hacer lo que agrada al Padre (cf Jn 8, 29):
8 – Reino de Dios y la Redención
Jesús “se entregó a sí mismo por nuestros pecados [...] según la voluntad de Dios” (Ga 1, 4). “Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo” (Hb 10, 10).
En virtud a su Sacrificio por nuestra Redención, que Jesús realiza en la Cruz, se podrá cumplir lo expresado por El mismo: <En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre>. (Mc 3,34)
9 – Venga nosotros Tu Reino: reino de Amor
Cuando en la Oración del Padre Nuestro pedimos que venga su Reino, estamos pidiendo que venga Cristo y todo su Reino, su vida, sus intereses, sus amores a mí. Que se realice el Reino en cada uno de nosotros, como expresaba Orígenes. En otras palabras, estamos pidiendo ver, pensar, actuar y ser como Cristo y así hacer realidad sus palabras "el Reino de Dios está entre ustedes" (Lc. 17, 21).
Muchas veces, en numerosísimas ocasiones, Cristo ha atendido esta solicitud de sus fieles orantes, pero es conveniente resaltar dos de ellas. Son dos apariciones, del mismo Jesús Resucitado ante dos monjas, para establecer a través de ellas su Amor Misericordioso, en un mundo que se alejado de El,
A Santa Margarita María de Alacoque el Sagrado Corazón, le revela la profundidad de su amor por los hombres, amor hasta el extremo de dejarse traspasar, consumir, llegar hasta los mayores sufrimientos. Este amor del Corazón de Jesús se convierte en misericordia cuando toca al hombre. La misericordia, es el amor del Corazón de Dios, que toca la miseria, pecado, fragilidad. Al tocar a los hombres, se convierte en misericordia.
“Mi Corazón se alegra de este título de Misericordia” (300)
10 – La eternidad del Reino de Dios
Según nuestras creencias Dios es eterno, por tanto es fácil y evidente concluir en la eternidad de su Reino.
Pero más allá de esa simple deducción, también podemos hacer el racionamiento soportados en los documentos de las Escrituras y la Doctrina de la Iglesia, en los cuales podemos leer los siguientes párrafos:
El libro del Génesis
Este libro narra en forma literaria la creación del mundo, el tiempo, el espacio, la materia y al ser humano, y comienza con frases como:
- En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra.
- Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno.
- Así estuvieron terminados el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos.
- El Séptimo día Dios tuvo terminado su trabajo, y descansó en ese día de todo lo que había hecho.
- Este es el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.
Lo cual está muy bien recogido e interpretado en el Catecismo.
Catecismo 291. "En el principio existía el Verbo [...] y el Verbo era Dios [...] Todo fue hecho por él y sin él nada ha sido hecho" (Jn 1,1-3). El Nuevo Testamento revela que Dios creó todo por el Verbo Eterno, su Hijo amado. "En él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra [...] todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo y todo tiene en él su consistencia" (Col 1, 16-17).
Catecismo 294. (…..) El fin último de la creación es que Dios, «Creador de todos los seres, sea por fin "todo en todas las cosas" (1 Co 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad» (AG 2).
El Credo
Entendemos que el Dios Todopoderoso, eterno e infinito, decidió (según los científicos hace aprox. 14 mil millones de años) la creación del universo y todo cuanto fue creado, tal como afirmamos en el Credo:
"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.”
Y afirmamos también que Jesucristo vino a este mundo y:
“resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre. y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.”
El Antiguo y el Nuevo Testamento
Daniel (7.27) “Entonces la realeza, la autoridad y la grandeza de todos los reinos que están bajo los cielos serán dadas al pueblo de los santos del Altísimo; su reinado es un reinado eterno y todos los poderes le servirán y le obedecerán'.”
Isaías (40.28) “¿Acaso no lo sabes, o no lo has oído? Yavé es un Dios eterno que ha creado hasta los extremos del mundo. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia no tiene límites.”
2 Pedro (1.11) “y se les facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús.”
El libro del Apocalipsis
Apocalipsis (1.8) “Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, Aquel que Es, que era y que ha de venir, el Todopoderoso.”
Apocalipsis (11.15). Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.
11 - En el Juicio a cargo de Poncio Pilatos
Leamos el pasaje que recoge el evangelio de Juan, en el que Jesús mismo confirma su reinado.
Juan (18.29-37)
“Entonces Pilato salió fuera, donde estaban ellos, y les dijo: '¿De qué acusan a este hombre?'
Le contestaron: 'Si éste no fuera un malhechor, no lo habríamos traído ante ti.
Pilato les dijo: 'Tómenlo y júzguenlo según su ley. Los judíos contestaron: 'Nosotros no tenemos la facultad para aplicar la pena de muerte.
Con esto se iba a cumplir la palabra de Jesús dando a entender qué tipo de muerte iba a sufrir.
Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: '¿Eres tú el Rey de los judíos?'
Jesús le contestó: '¿Viene de ti esta pregunta o repites lo que te han dicho otros de mí?'
Pilato respondió: '¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los jefes de los sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?'
Jesús contestó: 'Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá.
Pilato le preguntó: 'Entonces, ¿tú eres rey?' Jesús respondió: 'Tú lo has dicho: yo soy Rey. Yo doy testimonio de la verdad, y para esto he nacido y he venido al mundo. Todo el que está del lado de la verdad escucha mi voz.”
Comments
Post a Comment