Venezuela:¿Justicia,Venganza y Reconciliación?(Gustavo Gonzalez Urdaneta)

Venezuela: ¿Justicia, Venganza y Reconciliación?
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 8 mayo 2019

 Noticias recientes en las redes sociales han venido reflejando algunas opiniones sugiriendo la posibilidad de permitir la participación del partido oficial del actual régimen y de sus miembros en las próximas elecciones generales que se convocarían una vez destituido el usurpador y transcurrido el gobierno de transición. Comparto un comentario leído recientemente ¿Imaginable un Konrad Adenauer o un Willy Brandt invitando a Goebbels y a Hitler a participar en la primera elección que se celebrase en Alemania después de abril de 1945?

De acuerdo con esas sugerencias no habrá tampoco un Nuremberg venezolano, juicio que me imagino esperaría con agrado la mayoría de los venezolanos. Ambas inquietudes me llevaron a conversar con ustedes sobre el título de este artículo.

La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, escrita por Shakespeare entre 1599 y 1601 y ambientada en la Dinamarca medieval, aborda el tema de la venganza. Hamlet y esa Dinamarca medieval tienen mucho que enseñarnos sobre la necesidad de un sistema de administración de justicia independiente.

 El chavismo empezó un ciclo de violencia en Venezuela, como el que Claudio empezó en Dinamarca. Esta violencia se concretó en utilizar el poder para perseguir a los adversarios políticos y desgraciarles la vida, y en disfrazar a unos gánsteres en empresarios y hacerlos millonarios. Esto fue posible porque se le metió las manos a la justicia. Los jueces estaban sometidos al poder político y los chavistas, como Claudio, estaban por encima de la ley. Hamlet nos enseña que en un país donde la administración de justicia está en manos de criminales, todo está perdido.

¿Cuál es la diferencia entre venganza y justicia?
Primeramente, encontramos una diferencia etimológica, en tanto la palabra venganza proviene del latín vindicare (‘vindicar’), que guarda relación con vindex, vindic (‘vengador’), mientras la palabra justicia proviene del latín iustitia (pues los romanos no poseían el concepto de las letras j y c). Es así como el Diccionario de la Lengua Española (DLE) les define de la siguiente manera: Venganza es la satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos y Justicia es un principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. En pocas palabras, la justicia es más amplia que la venganza y la venganza es considerada una forma más primitiva de búsqueda de compensación.

Otros argumentos, en torno a la temática justicia versus venganza nos dicen que la justicia es impersonal, imparcial y social, puesto que busca establecer un balance dentro de la sociedad mediante la aplicación de castigos o penas a quienes infringen la ley. En cambio, la venganza es personal y parcial, motivada por emociones que buscan una satisfacción personal de la(s) persona(s) afectada(s).

Con toda seguridad, tras conocer varias sentencias muchos pensarán que se ha hecho justicia y otros que todo se ha tratado de una gran venganza. Entonces, ¿no será que la venganza es un deseo humano por impartir justicia? Hay una ligera y delicada línea entre ser justos o vengativos; entre tomar venganza y movernos incitados por una conducta primitiva que nos invita a dañar a alguien que nos hizo daño o hacer justicia y actuar buscando el Bien que es un derecho: “dar a cada uno lo que le corresponde”. El punto por destacar aquí es que la “reparación” adjudicable a la Justicia es imposible. Lógicamente imposible. El daño que el crimen produce no puede ser compensado. La pretensión de que la Justicia sostenga esa equivalencia degrada a la propia Justicia a la lógica de la venganza.
¿Existe la venganza justa? Como sabemos el ansia de venganza (¿o justicia?) inició la célebre Guerra de Troya por el rapto de Helena, la mujer de Menelao, por Paris y la violación, por parte de este último, de principios fundamentales dentro del mundo griego: la amistad y la hospitalidad. Tenemos también que la venganza constituye el motor de Hamlet cuyo padre, asesinado por su hermano Claudio, exige a su hijo que lo vengue. ¿Sería justo ese proceder de Hamlet, esto es, venganza por honor? Tenemos el caso del protagonista de la novela El Conde de Montecristo, Edmundo Dantés, quien inicia un plan de venganza que, a la larga, no logra completar puesto que consigue hacer las paces consigo mismo y sus enemigos. De igual forma podemos preguntarnos sí, de haber perseverado en su plan de venganza, ¿habría estado actuando justamente Edmundo Dantés?
En cierta forma, esta clase de venganza no es una mera reacción visceral e irracional puesto que, si bien es obsesiva, está muy cuidadosamente planificada y el odio bien gestionado.  Así, tenemos distintas clases de venganza, esto es, motivadas por distintas causas y, claro está, no todas deben terminar con alguien fallecido, de manera que la venganza busca una suerte de reestablecer el equilibrio por medio de una pena retributiva. Por ende, la venganza no es necesariamente irracional, visceral, no necesita terminar con la muerte de alguien y no es equivalente a la Ley del Talión.
Respecto a la Ley del Talión, tenemos el caso de sí los violadores de DD. HH. durante la dictadura de Chávez y Maduro podrían tener el derecho a un indulto por razones humanitarias. Con toda seguridad, las víctimas de estas personas se niegan a este beneficio. A partir de este caso, ¿podemos decir que las víctimas de estos violadores de DD.HH.  estarían actuando vengativamente? O, por el contrario ¿es un mínimo de justicia lo que estas personas piden? El 98% de las denuncias por violaciones de los derechos humanos de jóvenes manifestantes contra el régimen de Nicolas Maduro en Venezuela quedan sin investigar y no llegan a ser juzgadas, según declaró recientemente Liliana Ortega, directora del Comité de Familiares de Víctimas. La impunidad no es tolerable.
Pocas cosas hay más estimulantes que las preguntas: ¿Qué es y qué busca la venganza? ¿Qué características tiene la justicia y qué busca? ¿Puede haber una venganza justa? ¿Puede haber una justicia vengativa? ¿Acaso la justicia no es venganza? ¿Acaso el derecho penal no justifica la misma? ¿La justicia es justicia desde siempre o sólo ha sido venganza?
Algunas explicaciones habituales nos señalan que la venganza es emocional e irracional, que opera al margen de la ley y busca la “justicia” equilibrando la balanza. Al operar al margen de la ley, puede convertirse en un círculo vicioso de violencia.  Por otro lado, tenemos que la justicia sería racional, legal y lógica, y busca “darle a cada cual lo que le corresponde”. La justicia busca, por medio de la aplicación de la ley, juzgar y castigar a una persona. La venganza, en cambio, busca dañar y perjudicar a una persona para así quedar “iguales” (ojo por ojo diente por diente). La pena de muerte, por ejemplo, sería considerada como un acto de venganza y una reliquia bárbara del pasado y es por ello por lo que en la mayor parte de los países se ha abolido.
"No queremos venganza, pedimos que se haga justicia". Esta expresión, y muchas equivalentes, se han escuchado a menudo, pero muchos filósofos creen que esta descalificación de la venganza se basa en un doble equívoco. En primer lugar, desconoce el hecho de que la justicia que se pide ya incluye la venganza. En segundo lugar, presupone una valoración moralmente negativa de la venganza como tal, que conviene matizar.

¿Deberíamos considerar como un acto de venganza el castigo a los responsables de los sucesos de Puente Llaguno, la masacre de El Silencio, del 11 de abril de 2002 donde hubo 19 muertos y 127 heridos, ciudadanos venezolanos en su mayoría opositores a Hugo Chávez? ¿Acaso las 124 autopsias practicadas en Venezuela a los estudiantes muertos que dejaron los 128 días de protestas pacíficas desde el primero de abril de 2017 deben quedar impunes? En esa oportunidad Luis Almagro aseguró que lo que estaba ocurriendo en Venezuela era una “masacre” a manos del “dictador Maduro”.

¿Debemos considerar como venganza el deseo de que no queden impunes las muertes producto de la escasez de alimentos y medicinas, así como en los hospitales por los apagones en los últimos años?  ¿Puede considerarse como venganza el querer se castigue y recuperen los dineros sustraídos por personeros del gobierno en todos los casos de corrupción y, en especial, los que han originado la caída de las dos empresas mas grandes del sector energía (PDVSA y Corpoelec)? ¿Puede considerarse venganza el que no quede impune el asesinato de Oscar Perez y su equipo?

Originariamente, el castigo al autor de un acto criminal respondió al sentimiento primordial de la venganza que anidó en los agredidos y sus allegados. Pero el deseo de vengar la ofensa recibida cambió de naturaleza cuando ellos, en lugar de satisfacerlo directamente, reclamaron ante un juez. Cuando esta reclamación se volvió obligatoria, nació el Estado.   

En nuestros días, la justicia va de la mano con la ley, en otras palabras, la justicia es siempre y en todas partes justicia legal. Desde el punto de vista del Estado no puede haber justicia al margen de la ley, de manera que no existiría la justicia subjetiva o el hacer “justicia con la propia mano”. En suma, la justicia es un monopolio del Estado.

La aplicación de castigos por parte del Estado se muestra como un acto de impartir justicia, mientras que conductas similares llevadas a cabo por particulares se consideran crímenes. La venganza es desterrada al descampado de la barbarie, a estadios primitivos de la evolución humana, pero sin embargo siempre está presente en la mente de los individuos civilizados en los reclamos que como víctimas de delitos formulan a las instituciones democráticas.

¿Por qué ocurre esto? Porque el castigo, entendido como la retribución merecida por un mal producido, comparte la misma estructura que la venganza. En ambos casos se inflige un daño a quien ha realizado un acto incorrecto o cometido una injuria, con el deseo de que sepa la razón por lo que está sufriendo. Para muchos autores estas similitudes no pueden borrar la radical diferencia conceptual que separa la venganza del castigo, que constituye el principal presupuesto para poder considerar moralmente injustificable la venganza mientras se mantiene abierto el debate sobre las distintas vías por las que se podría justificar el castigo.

No obstante, se dan casos como en Venezuela, de situaciones de “justicia legal injusta”, es decir, sistemas legales corruptos o que violan los DDHH y que se sirven de la “justicia” (o venganza por medios legales) para eliminar a cualquier persona que amenace el orden existente. En pocas palabras, legalidad no es sinónimo de legitimidad, de manera que no existiría justicia en estos casos, sino que, más bien, es un acto de venganza disfrazada de justicia. Bajo el manto de legalidad pueden cometerse los más atroces crímenes.

Es imperativo para el gobierno de transición, enfrentar las encrucijadas que plantean los dilemas propios entre justicia, venganza y reconciliación por los crímenes cometidos por el Estado y las organizaciones políticas durante el régimen chavista-madurista, así como un posible privilegio en el corazón de las lógicas de perdón y reconciliación dentro esa zona gris de colapso entre víctimas y victimarios cuyas figuras principales son los colaboradores y los vengadores.

Partiendo de la premisa de que la Justicia transicional implica siempre un compromiso entre el castigo, la verdad y la reconciliación, deben establecer un modelo de justicia transicional, edificado sobre el primado de la verdad y del perdón en lo que atañe a los habitantes de las zonas grises, pero así mismo, sobre la justicia (el castigo) a aplicar a los planificadores y gerentes de la barbarie y crisis que vive el pueblo venezolano. Confiamos que, como en el Crimen y Castigo de Dostoievski, la justicia actúe en Venezuela y no se quede con las manos cruzadas.


¡Cero a la impunidad y a la amnistía y completa inhabilitación política a los personeros del régimen desde 1999!



 Bibliografía
1.      Pablo Bonornino, ¿Existe una diferencia conceptual entre venganza y castigo?, Universidad de Vigo, Proyecto DER2016-74898-C22-R, 2016
2.      Jan Doxrud, “¿Justicia o Venganza?” Liberty and Knowledge, July 15, 2018
3.      Agnes Heller, Beyond Justice, March 1990
4.      John Rawls, A Theory of Justice, September 1999.
5.      Augusto Klappenbach, “Apología de la venganza”, El País-Opinión, Marzo 1999
6.      Ivan Orozco, “La postguerra colombiana: Divagaciones sobre la venganza, la justicia y la reconciliación”, Kellogg Institute, Working Paper#306,
                       May 2003
7.      Oscar del Brutto, “Hamlet, venganza y manos en la justicia”, elcato.org, Agosto 2018
8.      Victor Ibarra, “La condena de la venganza privada tras la justicia punitiva-Contraste y continuidad entre La Orestíada de Esquilo y el derecho hegeliano”, Ideas y Valores, Abril 2015





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NOTA:
Esto es un resumen del mismo autor que lo motiva e incentiva a escribir este excelente  y muy realista artículo.

............. anexo un artículo para nuestro blog cuya idea me surgió al leer en ciertos medios que había gente, por cierto ignacianos, sugiriendo que al PSUV y sus directivos, se les debería permitir participar en las elecciones generales que se proponen realizar una vez sacado el Usurpador por el gobierno de transición.

De allí derivé que es posible también a futuro no se considere o se niegue la imperiosa necesidad de realizar un Nuremberg Venezolano para aplicar justicia a todos los planificadores y gerentes de la barbarie y crisis que ha padecido el pueblo venezolano en las últimas dos décadas. De allí a aplicar la Ley de Amnistía y hacer borrón y cuenta nueva, habría solo un paso. ¡Y aquí, no ha pasado nada!

Eso es imperdonable como es intolerable la impunidad de todos los crímenes y violaciones de los derechos humanos que ha cometido el régimen chavista-madurista y que se repita el error de Rafael Caldera de indultarlos sin inhabilitarlos políticamente. No solo hay que hacer justicia sino impedir que vuelvan estos asesinos, corruptos, narcotraficantes, mal nacidos...............


Comments

  1. Yo soy muy basico. Sin leyes no hay una sociedad. Por ello el incumplimiento de la ley esta asociado a una pena. Tu quieres un cambio?? Solo hay una via : Un juicio y castigo al delincuente.

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