La ciudadania Norte Americana: Una experiencia para contar (Gustavo Gonzalez Urdaneta)


La ciudadania Norte Americana: Una experiencia para contar
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 7 diciembre 2019

Hace unos años llegó a mis manos una reflexión de Eric Castellano Guy que titulaba “Tu viejo Guarda Ropa”, la cual iniciaba confesando que le parecía que había sido ayer cuando era joven, recién casado embarcándose en una nueva vida con su pareja y se preguntaba ¿Como llegué aquí tan rápido? ¿Dónde se fueron los años? ¿Adónde se fue mi juventud?

Eric recordaba bien haber visto gente mayor a través de sus años y pensaba que aquellas personas mayores estaban muy lejos de él y que ese invierno estaba tan lejos que no se podía imaginar cómo sería. Ahora caía en cuenta que sus amigos están retirados y volviéndose "grises", se mueven más lentos y ahora veía una persona mayor.

En esa época, para circular dicha reflexión a mis amigos, escribí un artículo que titulé “El Baúl de los Recuerdos” y les decía que de lo que si estaba seguro es que nunca he pensado que lo actual llegó muy rápido, ni me agarraba de sorpresa, nada que ver sino todo lo contrario.

Mi camino ha sido largo y muy lleno de vivencias inolvidables que si bien puedo echar algunas de menos lo hago sin ningún resentimiento en contra. Es cierto eso de que hay varias cosas que hubiera preferido no haber hecho, tampoco son tantas, pero no me arrepiento de ninguna Lo que realmente lamento es lo que aún no he hecho. Lógicamente, la edad nos trae muchas limitaciones y situaciones que antes no teníamos pero, si hemos disfrutado lo vivido, todo se acepta como algo inherente al tiempo feliz ya transcurrido. Ahora más que nunca, no tengo ninguna prisa para nada, como decía un gran amigo, “de la prisa, el cansancio”. Trato de pasarlo lo mejor que puedo sin hacer mal a nadie y dando gracias a Dios por nuestra salud.

Hoy en día, al abrir ese baúl, encuentro que hay eventos que definen etapas en nuestra vida. Casi todos los “primeros” dejan huella y constituyen recuerdos inolvidables. Por ejemplo, el primer día del colegio, la primera comunión, nuestra primera noviecita, el ingreso a la universidad, nuestra boda y el nacimiento de cada hijo. Uno tendería a pensar que alcanzada nuestra etapa como “senior” y llegado al descanso del guerrero, sólo nos resta disfrutar nuestras vivencias como abuelos hasta que el cuerpo aguante y punto. Pero no siempre es así.

Como dice Borges en una de sus reflexiones…” La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sinsabores…aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues hay errores irremediables…”

El proceso para la obtención de la ciudadanía de los EE. UU. para un inmigrante conlleva un tiempo largo y complejo, donde surgen varias interrogantes, como son: ¿Soy elegible para la naturalización? ¿Cuáles son los formularios y sus tarifas? ¿En qué consiste la revisión de antecedentes? ¿Qué debo estudiar para el examen de naturalización? ¿Cuáles son las etapas?

Les cuento, lo que me promovió a escribir este artículo son las vivencias que como cualquier inmigrante pasé para obtener la ciudadanía estadounidense por naturalización; el paso final para lograrlo es pasar el examen de inglés y educación cívica, conocido como la prueba de naturalización, que se hace en la entrevista con un funcionario del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). Esa la hice y aprobé el pasado martes 26 de noviembre 2019 a las 9:00 AM. Les cuento para ver si ayuda y orienta en algo a los que se inician.

En la sección de civismo, a los inmigrantes se les hará 10 de 100 preguntas sobre la historia y el gobierno de Estados Unidos, cuyos materiales de estudio, USCIS pone a tu disposición desde el principio. El solicitante debe contestar correctamente seis de las 10 preguntas. Debe llenar la forma N-400, ir a la toma de sus datos biométricos, realizar una entrevista-examen y jurar su lealtad a los EE UU.

Una breve introducción para fijar un inicio a mi proceso de ciudadania. Hace unos años, el difunto Chávez empezó a amenazar con cambiar el pensum escolar para introducir desde temprana edad la ideología que quería implantar en el país. Eso alertó a las mamás y muchas empezaron a considerar un plan B para irse del país. Así empezó mi peregrinaje a la obtención de la ciudadania norteamericana. Opté por aplicar a una visa que ya conocía por intermedio de un amigo que ya la había solicitado y obtenido.  Eso lo hice desde Venezuela y me tomó un año y medio. Se puede hacer en seis meses estando en EE UU. Fue tan largo que al final terminé viniendo solo.

Una vez otorgada la visa tienes seis meses para ir y poner en regla los papeles pues sino toca volver a empezar. Así que el 11 de mayo 2014 me vine a Miami con esa idea y volver a Venezuela. Lo primero es esperar a recibir la tarjeta del seguro social, me llegó en dos semanas a mi dirección y la tarjeta de residencia permanente (green card) que llegó al final del primer mes. En ese tiempo ya has empezado a preocuparte que hacer respecto a vehículo, licencia de manejar, impuestos, contador, servicio médico, seguro médico y para de contar. Uno tras otro fue demorando un regreso que nunca se ha dado.

Por esas vueltas que da la vida estoy en Miami desde el 2014. Les anticipo que me trajo la bendición de un reencuentro con mis amigos ignacianos de toda la vida. Varios de ellos habían pasado en EE. UU. casi la mitad de su vida y eran ciudadanos norteamericanos desde hace rato. Otros, como yo, apenas iniciábamos esa ruta hacia la ciudadania.

Los primeros pasos, como ya mencioné, demandan tres documentos claves en este país: la tarjeta de residente permanente (green card), la tarjeta del seguro social y la licencia de manejar. Sin ellos no puedes hacer nada.  La licencia es el primer examen que toca pasar: una prueba teórica frente a un computador y la práctica. Para la teórica hay que aprenderse de memoria el Manual del Conductor de Florida del año en que aplicas. Tiene 9 secciones y la versión en inglés, 102 páginas en el 2014. En la prueba practica hay que tener presente una serie de reglas que aquí son básicas como es poner la señal de cruces en cada vuelta/retroceso que vayas a realizar, respetar los “stop”, las velocidades permitidas, los semáforos, los pasos de peatones y tener siempre la documentación personal y del carro al día. Hay una tarjeta “azul” para los discapacitados que para mí es más importante que la green card. Te permite parar en cualquier parte con solo colgar la tarjeta en el espejo interior y es por cinco años renovables.

La ruta a la ciudadania está enmarcada dentro de un periodo de cinco años para poder optar a la misma bajo dos restricciones estrictas: Permanencia y Continuidad. Es decir, uno puede pedir la ciudadanía cuando cumpla 5 años con el Green Card siempre y cuando hayas tenido presencia física de al menos 2.5 años (6 meses de permanencia por año en promedio); otro requisito es no haber pasado periodos superiores a 6 meses continuos fuera de USA. Esta es la primera decisión que debes tomar. Si tienes intención de aplicar a la ciudadania a los 5 años de haber entrado, lleva un registro continuo de tus viajes fuera del país con las fechas de salida, entrada y días pasados. Y ve acumulándolos para no incumplir las cláusulas de permanencia y continuidad. Es más, sácale copia y archiva las páginas del pasaporte donde estén los sellos. Es casi seguro que después de cinco años, no te acuerdes de nada y hasta hayas usado más de un pasaporte. Que fue mi caso.

En EE. UU., cualquier trámite oficial requiere llenar una Planilla (Form), que en el caso de la ciudadania es la N-400, la cual te permiten entregar desde 90 días antes de cumplir los 5 años. Una vez entregada debes pasar por dos etapas antes del acto de juramentación. Los lapsos entre ellos varían, pero puede totalizar hasta seis meses desde que entregas la planilla, te toman los biométricos y la entrevista. Tomar los biométricos no ocupa más de unos minutos mientras que la entrevista puede tomar alrededor de una hora. Un consejo, jamás faltes ni difieras una cita pues las reprogramaciones en este país las castigan. La entrevista apenas la hice el pasado 26 de noviembre. En mi caso me tomó una hora llegar desde mi casa hasta la oficina de USCIS en Kendall que fue donde me la fijaron. A muchos amigos era a distancia a pie.

En cinco años sobra el tiempo para prepararse para la última etapa que es la entrevista con un funcionario de inmigración quien, al final, será quien te dé el pase o nó a la ceremonia de juramentación. Acto que me toca el 6 de diciembre así que no circularé este articulo hasta esa fecha para incluir la experiencia de la juramentación. Cada uno puede invertir esos cincos años como mejor les parezca en prepararse pero, siendo prácticos, mi consejo es, apréndanse de memoria y utilicen los tres instrumentos que usé:  la audioguía con las 100 preguntas-respuestas, la planilla N-400 y mis horas diarias en Tv sin subtítulos. Les recomiendo montar la audioguía en el celular y oírla cada vez que puedan, sobre todo en los viajes largos por tierra y no mientan en la planilla y estén seguros de cada respuesta que pongan. Si necesitan ayuda, búsquenla. Lo de la Tv es una actividad al final de cada día así que una hora diaria ayuda. En Miami es uno de los pocos sitios donde puedes oír hablar en inglés. A mi me resultó, aunque muchos amigos se molestaban pues en las noches no les atendía. Pero, rinde frutos.   

Paso a contar mi experiencia en la entrevista pues fue muy distinta a la que me han relatado un montón de amigos. Le pedí a un amigo que me acompañara para tener con quien comentar y conversar. Lo primero que me di cuenta, mientras esperaba me llamaran, era que algunos entrevistadores se les notaba que eran hispanos al momento de llamar a su próximo cliente por su nombre latino pero había otros pocos que parecían no hablaran español. Y le comenté a mi amigo: ¡Voy a que a mí me toca uno que no sabe ni papa de español! Dicho y hecho pero eso no fue lo grave sino el trato, la actitud y falta de cortesía del funesto “tipejo” que me tocó pues no merece lo llame de otra manera. Lamentable en mi caso, pues suelen ser amables y muy corteses.

Mientras me guiaba hasta su escritorio me puse a conversarle en inglés, con el mejor acento british que recordaba, como para dejar sentado esa parte de la prueba: la oral. Ni pendiente, casi ni me contestó. Su físico no lo identificaba como norteamericano pero tampoco lucia como hispano. Tenía pinta como de marroquí, árabe, no negro pero si marrón.  A llegar a su oficina si se soltó a hablar pero con una entonación monótona y casi inaudible de lo bajito que lo hacía. Lo primero que me pidió fuera que sacara los originales de todas las copias de los documentos que se anexaban a la aplicación. Por cierto, nunca los miró o no me di cuenta y si pudo darse cuenta de los que no estaban. Esa es una teoria mía deducida en base a algunos eventos que se dieron.

Desde el inicio me vi obligado a pedirle que hablara más alto pues no le oía bien. Al pedirle cualquier aclaratoria me contestaba, como enojado, que ya me lo había dicho. Esa fue su actitud permanente, un trato seco y rudo, ningun signo de cortesía sino siempre como harto de tener que aclarar cualquier detalle que le solicitara. Así que desde el comienzo caí en cuenta que me había tocado “un típico empleado público” muy seguro del poder de su cargo y que la entrevista no se perfilaba nada favorable. Me dio las instrucciones de cómo íbamos a operar y empezó con que me identificara con mis datos personales, mi dirección, teléfonos, es decir, todos los primeros datos de la Forma N-400 incluyendo mi fecha de entrada al país. Me preguntó que si quería estuviera mi abogado y le dije que no. Puede ser que por otras razones de peso valga la pena su presencia y, con un testigo, además abogado, el trato está asegurado.

Les aclaro que cuando empecé el trámite busqué la planilla N-400 en Internet y la llené por mi cuenta. Es totalmente factible hacerlo uno solo pero mis particularidades me originaron varias dudas así que decidí pedirle a mi abogado si podía ayudarme. Ese es un consejo, ante la duda, busca un profesional que te ayude a minimizar los riesgos de equivocación para no empezar con un mal pie. Este es el país donde cualquier error que cometas puede ser indicio de mentira y suministro de información falsa. Aquí puedes insultar en público a un oficial si te trata sin educación ni cortesía pero ¡Jamás! mentirle.

De allí pasó a la prueba escrita usando una pantallita digital fija con su lápiz para escribir sobre ella. Me dictó la primera frase “We have one hundred senators”. Empecé, pero me di cuenta de que por limitación física no podía escribir manteniendo la mano en el aire pues tendía a apoyarla en la pantalla y lógicamente la manchaba. Limpió la pantalla y me pidió tratar de nuevo y me pasó lo mismo. Así que simplemente le dije que no podía, que si podía imprimir la hoja y me permitiera escribir con la hoja sobre la mesa. No le gustó mucho pero lo hizo, escribí la primera frase sin ninguna duda pues en EE. UU. hay 100 senadores, dos por cada Estado. Escribí la segunda frase que me dijo “Alaska is the largest state”  y con eso dió por terminada la prueba escrita. Me mandó a leer varias frases que fue poniendo en la pantalla pero a la tercera que leí sin ningun problema y mi mejor acento, se acabó también la prueba de lectura. Las frases correspondían a respuestas a las cien preguntas de la audioguía. Importante saberlas y haberlas pronunciado en voz alta hasta que las digan como debe ser. Acostúmbrense a buscar la entonación correcta de cada palabra que no estén seguros de cómo debe decirse. En Internet encontraran unas cuantas herramientas útiles para mejorar la pronunciación. 

De allí pasó a las diez preguntas de las cien que tiene la audioguía que uno se estudia. Cuando iba por la sexta que vio me las sabia al caletre, no continuó y pasó a revisar en detalle la información que había respondido a las preguntas de la Forma N-400. Pero, si fallan alguna, continuara hasta las diez pues tienes que acertar al menos seis. Cualquier falla puede pesar en la evaluación final.

Allí, en la N-400, se concentró el resto del tiempo. Les insisto, no digan ninguna mentira pues su real objetivo es detectar si uno sabe y está seguro de la información suministrada. Así que no mientan. Me he casado tres veces así que me pidió los nombres de mis dos primeras esposas, sus fechas de nacimiento, de los matrimonios y divorcios de los dos primeros. Me las sabias de memoria pero para ganar tiempo, le dije que no estaba seguro y me permitiera calcularlas, solo por bajar la tensión. No le dije nada pero me imagino su idea era ver si había mentido al ponerlas en la planilla. En el caso de la tercera, mi planilla daba la posibilidad de marcar “separado”, que es la realidad, sin embargo, me regañó porque ese estado civil no existía aquí. Así que me dijo, entonces, ¿Es esta usted casado o soltero? Lógicamente, casado pues no le vi razón a decirle que había marcado “separado” pues la planilla lo tenía como opción.

Me preguntó los nombres y fechas de nacimiento de mis dos hijos y todo bien hasta que llegó a mi ocupación actual que en la planilla había escrito que era “Retirado como Consultor”. Me pidió la fecha en que empecé a ser consultor y le dije que coincidía con la fecha en que el gobierno compró la Electricidad de Valencia que fue el 10.07.2007. Allí se detuvo averiguando que era la empresa, cual era mi cargo y el periodo que había estado allí. Cosas que no estaban en la planilla. Entonces, me preguntó por qué había puesto que la fecha era el 2017 y no el 2007.

Allí si me le tranqué y le dije que eso era “impossible” pues la fecha la tenía muy clara y que en mi copia decía que era el 10.07.2007. Me pidió que le mostrara mi copia y lógicamente no la tenía pero le insistí que la fecha que él decía no podía ser. El hombre se trancó y me decía, molesto, que allí enfrente en su pantalla tenía tres copias de ella y en todas decía 10.07.2017. Lo contradije seriamente y estuve a punto de pedirle que me dejara verlas pero preferí mantener actitud positiva y no contradecirlo más. Mi gran sorpresa fue que después de insistir en mantener enfáticamente que yo había escrito 2017 y no 2007, me dijo…. “so, you have been working twelve years as consultant”. Me rei y le contesté “yes, from 2007 to 2019”. Defiendan lo que estén seguros y no esta demás llevar una copia firmada de la N-400.

La idea de destacar este binomio pregunta-respuesta es, lo ya citado, uno de los objetivos de ellos es descubrir si uno ha mentido en su aplicación. Si te agarran en una, toda la planilla entra en duda. Aquí puedes meterte con el presidente, su esposa y su familia, pero sin mentir. Lo interesante es que este es un país de inmigrantes y una gran parte de los funcionarios de inmigración también lo son y, en mi caso, muchos hispanos. Con el único que hablé en ingles fue con el examinador, hasta los guardias hablaban en español.

Hay una pregunta sobre las organizaciones, club y asociaciones con las cuales has tenido relacion y si aun mantienes contacto con ellas, que hay tener cuidado pero no omitirlas y decir la verdad. En mi caso yo puse tres asociaciones profesionales, una en Venezuela que es el Colegio de Ingenieros, otra muy conocida en EE. UU. que es el IEEE y otra, CIGRE, en Francia que son instituciones relacionadas con ingeniería eléctrica. Sobre ellas me advirtió mi abogado que me preguntarían, de que se trataban y si seguía estando activo, que es mi caso. Y así fue.

Cuando les toque llenar la mencionada N-400 se darán cuenta de que hay cincuenta preguntas sobre información personal adicional cuyas respuestas normales son 43 “no” y 7 “si”. Cualquier diferencia en esa proporción de si/no seguramente pone en tela de juicio la posibilidad de éxito. El funcionario, en mi caso, se paseó por más de la mitad de esas preguntas para averiguar si había sido comunista, estado preso, vendido armas y/o drogas, recibido entrenamiento militar y pare usted de contar. Son preguntas que, normalmente, la respuesta a todas es “no”. De allí pasó a las preguntas que corresponden prácticamente a la juramentación referidas a tu lealtad a los EE. UU., tu defensa de la constitución y las leyes así como tu disposición a trabajar por el país si el mismo lo requiere. Las cuales son “si” obligatorios, de otra forma no creo logres juramentarte. Con ellas dió por terminada la entrevista. Me mando a guardar todas las evidencias que creo nunca vio y me entregó una hoja participándome que había aprobado la prueba completa, inglés y cívica, y me felicitaba por estar favorecido de mi pase a la juramentación. Preguntó ¿Tiene algo que quiera decir? Si, darle las gracias por todo……con mi mejor sonrisa. Mi consejo final, conserva una actitud positiva y ten fe en que la entrevista saldrá bien si vas bien preparado.

Me tocaba esperar la carta en la cual te fijan la fecha de la juramentación que, en mi caso, es el viernes 6 de diciembre a las 7:30 am. Esa espera la utilicé para conversar con varios que estaban en lo mismo y a todos les había ido 180º diferente a mí. Aparentemente me saqué la lotería con el mío. Lo cómico es que, al final, averigüe y su apellido es latino.

La Ceremonia de Juramentación de la ciudadania se llevó a cabo el viernes 6.12.19 en la oficina de Kendall de USCIS, la misma donde presenté el examen de inglés y cívica con una diferencia de diez días. El acto dura alrededor de una hora, una vez iniciado, pero en total no pasa de hora y media. A las 9AM ya estábamos afuera con el Certificado.

Consta de cinco etapas: canto del himno nacional, un video sobre el país, la Juramentación, un video con las felicitaciones de Donald Trump y la entrega del Certificado de Naturalización. Al final, el Maestro de Ceremonias leyó una lista de los 27 países participantes indicando la cantidad de aplicantes por cada uno. Del total de 144 eran 67 cubanos y 10 de Venezuela con 25 países más con baja participación. Los más numerosos fueron 5-6 países latinoamericanos pero con 6 a 16 personas. Para la elaboración del Certificado hay que entregar el Carnet de Residente Permanente (Green Card), el cual lo retiene la administración de inmigración. Ya no se necesita pues pasamos al estatus de ciudadanos.

Ellos te entregan un sobre con algunas indicaciones de gestiones posteriores como la inscripción al registro de votantes, (se puede llenar allí mismo después del acto) la aplicación del pasaporte y la actualización y registro del certificado de naturalización ante el Seguro Social.   

Espero que mis vivencias puedan serle útil a algunos y. por esta oportunidad, no me resta más que desearles feliz navidad y que el 2020 sea realmente un año espectacular. LQM.

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