Soltero, casado, viudo y divorciado: Realidad versus Comedia


Soltero, casado, viudo y divorciado: Realidad versus Comedia
Gustavo Gonzalez Urdaneta
19 abril 2020

En el 2015 en México se puso en escena una obra de teatro que retrata los diferentes estados civiles del hombre de una forma divertida y su punto de vista hacía las mujeres. Toca puntos muy importantes en la relación de pareja, la posición del casado hacia su mujer, el soltero y el miedo a comprometerse, el divorciado que esta confundido por la rutina, y el viudo como le cuesta trabajo volver hacer su vida.

La obra es muy divertida, pues si bien son cuatro actores con cuatro estados civiles diferentes: soltero, casado, viudo y divorciado, cada uno en la obra tiene 4 personalidades diferentes, el apático, el indeciso, el inocente y el mujeriego en cada estado civil. De repente se ve a un viudo mujeriego, luego un viudo inocente y así, en comedia. No hay duda de que es una comedia y entretenida pues, eso, en la realidad no suele darse. ¿O sí?

El mensaje de esa comedia es la posición del hombre hacia la mujer y su punto de vista hacía ellas y lo importante de la realidad es que te das cuenta de que la realización del ser humano no es necesariamente estar con alguien, puedes estar solo y pasártela muy bien pero al final de la vida es siempre más bonito estar en pareja así se llamen “cuaima” y” cuaimo”.

La diferencia es que cuaima es una sola, siempre la misma, original, mientras que cuaimos hay como una docena de acepciones, tal vez las mujeres consideran que el más común es el “cuaimo mix”: cambia su tipo como el camaleón, según la ocasión.  Como muy bien lo presenta John Gray en su clásico “Los hombres son de Martes, las Mujeres son de Venus”, al conocerse se enamoran, sufren amnesia y se les olvida que vienen de dos planetas diferentes y, afortunadamente, la mayoría de los casos se compaginan muy bien y celebran sus bodas de oro, de diamante…hasta que el cuerpo aguante. Como mis compañeros ignacianos que en su mayoría ya celebraron sus bodas de oro y van para las de diamante….

Valga recordar que la soltería y la viudez no están bien vistas dentro de las comunidades nahuas, la dualidad es un concepto muy particular de la filosofía azteca, todo hombre y toda mujer necesitan un compañero o una compañera, cuando muere una pareja se piensa que es necesario volver a encontrar otra, en el trabajo y las conversaciones se necesitan dos personas. La mujer es igual al varón en derechos y obligaciones, “ome” es el concepto del número dos y se ve expresado en sus deidades ancestrales como Ometecuhtli y Ometecihuatl. Los Nahuas son un grupo de pueblos indígenas de México y El Salvador, también presentes en Guatemala, Honduras y Nicaragua. Las culturas azteca y tolteca fueron de la etnia nahua.

Aparte de la monogamia, existe igualmente la poligamia que puede ser tanta poliginia (un varón con múltiples mujeres) o poliandria (una mujer con múltiples varones). En la mayoría de los países occidentales es mal vista y hasta penada la poligamia, pero en muchos otros países, alrededor de 47, esta práctica no solo es aceptada, sino que es legal. Aunque no está reconocida legalmente, en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá, principalmente habitadas por mormones, se permite la poligamia. Actualmente ningún país de la Unión Europea admite la celebración de un enlace bígamo o polígamo al amparo de sus respectivos marcos legales e incluso es penada en algunas naciones. 

No hay duda de que a lo largo de la vida podemos ir alterando nuestra titularidad civil en el mundo, ya sea porque lo decidimos o porque nos lo decidieron, pero pocas personas en la actualidad serán de una u otra manera y vivirán de uno u otro modo. Por eso cabe la pregunta ¿ser o estar? Uno no es ni casado, ni soltero, ni viudo o divorciado… ni vivo distinto, pienso diferente y requiero cosas y relaciones diversas dependiendo del estado civil que estoy atravesando. Y es que el estado civil no es una manera de ser sino una forma de estar, en un lugar, en un tiempo, con uno mismo, con alguien o con los demás.

Pasar de un estado civil a otro es una evolución poco pacífica pero sí pausada, que requiere reconocimientos externos y acomodos internos. Sin duda imperan las reglas sociales y la necesidad de los demás de ser esto o ser lo otro, pero toma su tiempo la transformación interna que integra todas las experiencias vividas, con sus sabores y desencantos. No hay que olvidar que el tiempo siempre tira pa' lante, no se puede regresar, y aun continuando nuestra aventura de vida, siempre queda algo de nostalgia, mucho de aprendizaje, suficientes recuerdos y con suerte bastantes cosas que agradecer.

Si bien es cierto que uno solo puede tener un estado civil, la experiencia de la vida no es así, uno nunca deja de llevar a cuestas lo que fue y lo que vivió, aparte de sobrelaparse las vivencias y experimentar muchos “deja vu”; están los hijos, las amigas, las ex y las next, uno mismo se la pasa saltando roles, sumando y dividiendo responsabilidades, aprendiendo, integrando, entendiendo, conjugando….Es común en divorciados pensar que todo lo anterior terminó e incluso querer convencerse de que ¡nunca lo fue! Muchos viudos permanecen esposos de por vida y quienes regresan a la soltería piensa que ¡casados nunca más!

Hay personas que consideran que no se debe mantener contacto con quienes se ha estado sentimentalmente unido y no entienden ni le ven explicación lógica que otros conserven esas amistades. Pienso totalmente diferente, tal vez sea porque siempre he llevado a feliz término mis relaciones y mi amistad ha continuado con ellas toda la vida. Las relaciones de pareja no son nada fácil pero el balance debe ser positivo aunque hayan terminado. Siempre hay cosas que agradecer, como en casi todo, hay sus excepciones.     

El divorciado no se convierte nunca en soltero. Si la ex esposa del divorciado muere, él seguirá siendo divorciado, no viudo, ya que el vínculo ya se había disuelto con la sentencia de divorcio. Si uno está separado de hecho y su exesposa muere, no se convierte en viudo, porque en realidad estaba casado. La mera convivencia no genera un nuevo estado civil matrimonial. Son concubinos o convivientes, como los llaman ahora. Si Ud. estuvo casado y una sentencia decretó la nulidad de matrimonio, entonces sí, Ud. vuelve a ser soltero, como si el matrimonio nunca hubiese existido. Son poco frecuentes los casos donde se tramita una nulidad de matrimonio. Para finalizar, cuando Ud. se divorcia y se siente "soltero" es sólo una metáfora que simboliza la libertad, la falta de compromiso afectivo, pero no es su nuevo estado civil. Lo que si es cierto es que la vida continua y es un regalo pero…hay que saberla vivir.

Vivimos en una sociedad que prácticamente nos obliga a estar casados. Tener pareja, casarse y luego tener hijos es considerado el patrón normal de comportamiento. Cuando alguien no tiene pareja (y además no la necesita para sentirse realizado) la gente de su alrededor comienza a cuestionarse el motivo de este hecho: "¿Por qué está soltero? ¿Por qué no quiere estar con nadie?". De hecho, en la época de nuestros abuelos cualquier muchacha que llegara a los 30 años sin casarse recibía el mote de “solterona”; mi generación tenía prisa para todo, estabas loco por graduarte para empezar a trabajar, querías trabajar para casarte y tener una familiar, luego de vuelta a estudiar posgrado y tener más hijos. Cuando te dabas cuenta estabas en la mitad de los 30 con diez años de casados. ¡Para que tanta prisa! Afortunadamente, la siguiente generación prefirió la convivencia hasta estar seguros de que realmente podían ser parejas y se casaban a la edad en que nosotros ya teníamos posgrados, 2-3 hijos y algunos ya divorciados.

Mucho se habla hoy en día de la cantidad de divorcios que hay en la actualidad y de que cada vez menos gente quiere casarse en estos tiempos. Según el Eurostat (la oficina de estadística europea), en España hay cada vez menos matrimonios, pues han caído hasta un 56% en los últimos 50 años. Esto demuestra la complejidad de las relaciones amorosas. Si miramos a nuestro alrededor, seguro que todos conocemos a personas que van de relación en relación y son incapaces de pasar tiempo consigo mismas. Parecen tener pánico a estar solas. Hay quienes nunca se han divorciado porque no saben vivir solos o, simplemente, por comodidad pues se acostumbraron a estar casados y no saben ni freír un huevo ni hacer un arroz decente. En el caso de las mujeres, su independencia económica ha traído una mayor capacidad de decisión sobre la vida en pareja y/o a asumir y aceptar convertirse en madres solteras. Hubo muchas en nuestra generación que se casaban para salir de su casa, algunas les fue bien, otras cayeron en la alternancia y al final encontraron lo que llamo su “paz espiritual” solas o en pareja.

He tenido amigas que desde los 15 años siempre han tenido parejas y que reconocen no haber desarrollado una serie de habilidades necesarias para ser feliz. Tenían miedo a la incertidumbre, necesitaban estar acompañadas pues no tenían capacidad de liderazgo ni la autoconfianza para superar retos sin la ayuda de nadie. De hecho, en casos extremos esto requiere asistencia psicológica, es lo que se conoce como “Anuptafobia”, miedo irracional a quedarse solo. Este tipo de fobia puede darse tanto en hombres como en mujeres, siendo mucho más común en estas últimas por presiones sociales​.

Existen muchos tipos de fobias que la gente puede experimentar. Una de las fobias más curiosas es la fobia a estar enamorados o “Filofobia”. Este problema de ansiedad puede tener un efecto en la vida social y emocional de la persona que lo sufre. En casos graves, el filofóbico puede no solamente evitar amores potenciales, sino que puede dejar de relacionarse con compañeros de trabajo, vecinos, amigos y familiares. El acto de enamorarse puede ser una de las experiencias más increíbles que podemos sentir los seres humanos, pero para un filofóbico, puede convertirse en una situación que le produce una terrible sensación de malestar y niveles altos de estrés emocional y físico. La Filofobia puede ser altamente incapacitante, y en casos severos puede conducir a una situación de aislamiento social. Este tipo de alteraciones es capaz de generar un efecto de bola de nieve que termine por generar problemas emocionales y relacionales derivados.

Esto nos lleva a que hay personas que temen entregarse, enamorarse o establecer relaciones personales fuertes. Únicamente viven relaciones sin compromiso, hablan poco de sí mismas, evitan mostrarse como son, ponen una “barrera infranqueable” para no sentirse vulnerables, tienden a establecer relaciones simultáneas por el mismo miedo que tienen a ser abandonadas y sus relaciones son una montaña rusa de emociones con subidas y bajadas constantes. En psicología y psiquiatría existen diferentes opiniones respecto a este trastorno. Pero parece ser que lo que desencadena la Filofobia es un sentimiento intenso de un fracaso en una relación pasada que no se ha superado. Esta escuela de pensamiento sostiene que el paciente que sufre de Filofobia tiene heridas de un divorcio o un proceso de desamor doloroso que hace que evite cualquier situación potencial de ser lastimado de nuevo por un enamorado. Otros profesionales piensan que la Filofobia nace de un miedo intenso a ser rechazados.

El miedo al qué dirán, forma parte de esos comportamientos que los psicólogos entienden como sesgo interpretativo, es esa angustia silenciosa a ser juzgados, a que se hagan determinadas ideas sobre nosotros. “El qué dirán” es una sombra de doble filo que siempre ha existido en todas las sociedades pero que no debe coartar nuestro derecho a ser felices. Cuando una persona tiene un alto grado de ansiedad hay una gran posibilidad que este trastorno desencadene patologías de tipo vasculares, ya sea un ACV o, en otros casos, un infarto. He tenido amigos, hombres y mujeres, que jamás se han atrevido a divorciarse por culpa del qué dirán. No vale la pena. Nuestro equilibrio personal es lo primero, al igual que nuestro equilibrio psicológico.

Muchas veces, la presión social exige el matrimonio y tener hijos, el temor a ser etiquetado como “solterón” o “solterona” o la dependencia emocional y económica llevan a las personas a estar junto a otra persona, las obliga a tener pareja. Muchos individuos piensan que así que serán más felices, cuando en realidad no es así. Al menos eso es lo que parece indicar un estudio reciente.

Un estudio, llevado a cabo por Bella DePaulo, doctora en psicología de la Universidad de California, contó con datos de más de 800 investigaciones de los últimos 30 años, con la conclusión de que los solteros poseen un mayor sentido de la autodeterminación, que es esencial para el propio desarrollo personal. Estos resultados van en contra de la creencia popular de que casarse te hace más feliz y eso es lo que persiguen muchas personas y muestran que los solteros se sienten más autorrealizados a nivel personal y la autosuficiencia y la autodeterminación les resulta beneficioso, pues experimentan menos emociones negativas y son mental y emocionalmente más fuertes.

Esto no quiere decir que debas permanecer soltero para siempre, para evitar la infelicidad. Simplemente hace referencia a que estar soltero tiene sus virtudes. Cada uno es libre de tomar la decisión que quiera, y es posible ser feliz en pareja. Según este estudio, sin embargo, muchas personas dejan de lado una parte de ellos mismos para satisfacer a su pareja, algo que al final parece hacerles menos felices. Se puede estar en pareja si uno realmente no tiene miedo a la soltería y ha encontrado en la otra persona a alguien que le complementa y que le respeta tal y como es. Eso es lo que se conoce como amor maduro.

A lo largo de nuestra vida podemos enamorarnos alguna vez, y en ocasiones las personas incluso se enamoran varias veces. Pero el primer amor puede ser un amor tan intenso que la locura puede adueñarse de nosotros. Ahora bien, tras recuperar la cordura, la experiencia de este primer amor fallido puede permitirnos vivir el siguiente amor de otra manera; de una forma más madura.

La idea de que el primer amor es el único y el más importante de nuestra vida es una creencia errónea. El primer amor puede ser inolvidable, y ojala así sea, pero eso no quiere decir que sea el único amor de toda nuestra vida. Si la vida nos lleva al divorcio o, lamentablemente, a la viudez, a querer también se aprende, y para que una relación funcione, también hay que aprender a hacerla funcionar. Si lo acabas de dejar con tu pareja y sientes que nunca más vas a volver a amar con tanta intensidad, no te desesperes. Se puede volver a amar y mejor.

Por suerte, los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación y podemos aprender de las experiencias pasadas. El primer amor suele ser un amor irracional en la mayoría de los casos (aunque no siempre). Y a pesar de que suele ser una experiencia enormemente gratificante al principio, el sufrimiento que deja puede ser una de las situaciones más desagradables que nos toque vivir en esta vida. Pero como cualquier crisis existencial, el aprendizaje de esta experiencia puede hacernos crecer enormemente como personas y nos puede permitir descubrir el amor maduro.

El amor maduro es el que perdura, porque a pesar de que la llama del amor irracional puede ser muy intensa, se disuelve en su propio fuego. El amor maduro es un amor que se alimenta de la comprensión, del respeto por parte de los dos miembros de la pareja. La relación amorosa madura es libre y se basa en la comunicación y la negociación. Este amor no nace, se construye a través del tiempo y se cuida. Perdura porque es el verdadero.

Hay tristezas que se llevan por dentro y en ellas guardamos los recuerdos de los seres queridos que ya no nos acompañan. Me refiero en este caso a la pareja que nos convierte en viudos, Es difícil no reflejar de alguna forma esas pérdidas, siempre hay algún indicio en nuestra cara, en lo que decimos o en esa mirada perdida y desenfocada por estar viajando a través de nuestras memorias. No debemos privarnos de esos recuerdos pues lo que puede alejarse en el tiempo sigue vivo en la intensidad de nuestros sentimientos internos.

Traer a tu memoria los recuerdos de su figura e imagen te brinda la oportunidad de revivir los años compartidos y agradecer la suerte de tenerla siempre presente. Seguro que su presencia te da la permanencia de ese sentimiento de familia que ambos fundaron y compartieron. Esos recuerdos son parte de la fuente de juventud que te permite seguir adelante. Cada uno lleva su propio mundo en la cabeza y no es fácil consolar a nadie en esa ocasión tan especial. Lamentablemente, los finales son comienzos también, y uno solo sabe que avanza, lo mejor es dejar que todo siga y facilitar que el agua de esta corriente, que es la vida, siga su curso e ir encontrando nuevos límites a nuestra capacidad de convivir con nuestras tristezas y alegrías.

En general nos han educado para creer que debemos casarnos para “vivir felices y comer perdices”, pero al fin y al cabo, disfrutar de la vida es cuestión de mentalidad. Ni es obligatorio tener pareja, ni es delito estar soltero. Hay que saber convivir y disfrutar la vida bajo cualquier estado civil. El estado civil no es una manera de ser sino una forma de estar, en un lugar, en un tiempo, con uno mismo, con alguien o con los demás.   

Comments

  1. Eres todo un experto….me gustaria disfrutar de esa obra de teatro mexicana…
    Gracias por compartir!
    Liliana.

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  2. Agradable y refrescante articulo de un hombre con mucha experiencia en la materia,
    quien deberia compartir sus experiencias !!
    Coincido en todo lo que escribe Don Gustavo, exepto cuando dice que el Hombre aprende de sus pasadas experiencias.
    Diria que escacisimos mortales lo hacen.

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  3. Mi querida Lilian, muchas gracias por tus palabras y fantástico que hayas disfrutado el contenido del artículo. La verdad es que la comedia mexicana la han representado diferentes productores y compañías de teatro en muchas partes del país y varios amigos locales me llamaron la atención en su debida oportunidad. Hasta el año pasado aun andaba dando vueltas por todo México.

    Mi querido Don Mario, solemos interpretar el concepto de experiencia en “como hacer algo” (conocimiento procedimental) en lugar de “qué son las cosas” (conocimiento factual). Hoy en día llega incluso a verse como una rémora para adaptarse a lo nuevo, para comprenderlo y manejarlo. Por ello debemos preguntarnos …la Experiencia ¿Sirve de algo?
    Para ello, hay que considerar dos palabras clave: el saber y el conocimiento. Respecto al primero, es importante entender que en cualquier aspecto de la vida la experiencia no consiste en saber, sino en “saber qué es lo que hay que saber”. Si no, podemos llegar a la paradoja de la cultura inconexa, que sabiendo más, sepamos menos. En cuanto al conocimiento, se ha tergiversado su verdadero sentido porque, desligado del “saber” de la experiencia, es un valor que funciona solo por acumulación, bajo la premisa de que “cuanto más sabes, más sabes”.
    La verdad es que sin una capacidad crítica de cierto nivel, la gente suele ceñirse a lo que les dice, por ejemplo, Google, para saber lo que quieren y se suelen encontrar con la paradoja citada de la cultura inconexa y en vez de usar el saber propio que enriquece se rigen por las reglas del mercado que convierte en estorbo todo lo que no precisa. Así que el problema hoy en día ya no es si la gente basa sus decisiones en su experiencia, sino que dada la sobreabundancia informativa, llegan a creer que no la necesitan y…poco la usan!

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  4. Don Gustavo ha tocado un tema muy interesante y muy actual: informacion, conocimiento sabiduria. Estamos en la era de la informacion inmediata, descontextualizada, la informacion de la biblioteca Google y en un nivel, diria hasta mas peligroso, la proveniente de redes sociales donde poco existe la verificacion de la informacion, la fuente, el contexto y que apela a nuestras emociones primarias y a esa tendencia muy humana de creer lo que queremos creer, lo que apela a nuestras experiencias y posiciones ante el mundo. La manipulacion de la informacion esta en manos de profesionales que consiguen crear patrones de conducta, verdades cuasi absolutas, que aceptamos con poco o ningun analisis.
    Y la situacion empeorara con la AI: por ejemplo, la aparicion de videos de personajes publicos dando declaraciones, indistinguibles del personaje real.
    Muchos estudiosos del tema hablan de la civilizacion post-verdad y la amenaza que esto representa para la gobernanza.
    El tema es de tal magnitud que en todas los paises avanzados sus cuerpos de Inteligencia tienen departamentos especializados en separar la paja del grano. Siempre ha sido asi, pero
    con herramientas mucho mas primitivas.
    A brave new World.

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