Palabras huecas, discrepancia y frases recurrentes (Gustavo Gonzalez Urdaneta)

 Palabras huecas, discrepancia y frases recurrentes

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 19 septiembre 2021

Las palabras pueden servir para comunicarnos o para distanciarnos, según el uso que hagamos de ellas. 

Las palabras tienen volumen: hay palabras plenas de significado y también muchas palabras huecas. 

Cuesta, a veces, distinguirlas y calibrar su riqueza interior. Por eso nos cuelan tantas mentiras y nos llevamos desengaños. 

Hay una prostitución del lenguaje como la hay de los cuerpos.

La demagogia, la publicidad, la incultura… son el hábitat de las palabras huecas. 

Grandes palabras cuando están llenas, que se convierten en un nido de mentira y manipulación cuando se usan para otros intereses, como la ambición, la codicia o el lucro. 

Democracia, justicia, libertad, igualdad, verdad… palabras degradadas sin una realidad que las respalde y les de vida. 

Nuestra tarea es llenar las palabras que nos importan para que respiren y crezcan.

 Si no hay coherencia entre el dicho y el hecho, llevaremos una existencia falsa y estéril.

Si existiera un ranquin de significantes vacíos mucho me temo que la palabra “libertad” tendría un lugar de privilegio porque sus campos de aplicación, tratamientos históricos y significados culturales son tan amplios que cada cual podría aplicarla de una manera distinta en el plano individual, así como en el plano colectivo.

Las palabras huecas son las que no dicen nada; se escabullen tras la torpeza mediocre de los que creyéndose superiores se resbalan por las frases de sus ocurrencias sin razón, que no dan para más, apenas para acercarnos a definirlos con certeza. 

La palabra discrepancia procede del latín “discrepantia”, que es fruto de la suma de varios componentes de dicha lengua claramente diferenciados y así se denomina a un desacuerdo o una desavenencia que surge por una acción o por una opinión. 

También se denomina discrepancia a una diferencia que surge al comparar distintos elementos entre sí. Las discrepancias son habituales en el terreno de la política pero un ejemplo claro de discrepancia universal es la elaboración de un presupuesto de lo que se les ocurra.

Estoy totalmente comprometido en cualquier proceso de encontrar acuerdos entre partes pero en los cuales se mantengan los principios básicos de ética, respeto y justicia y los derechos constitucionales de los ciudadanos que rijan en cualquier país del mundo. 

El primer paso, en ese sentido, seria sacar a la luz las discrepancias y no hacer del consenso el bien supremo sin hacerlo también del disenso.

No hay que olvidar que la política consiste precisamente en gestionar los desacuerdos y uno de los elementos básicos de la democracia, que no existe en Venezuela, es el derecho a la discrepancia, vulnerado sistemáticamente por el régimen con las consecuencias que acarrea a quienes tratan de ejercer ese derecho. Discrepar es, en principio, pensar u opinar distinto de la manera de actuar o pensar de otra persona, por lo tanto, se suele entender como discrepancia, como ya lo mencionamos, cualquier falta de acuerdo entre dos o más personas.

Hemos llegado al caso de discrepancias dentro de la misma reflexión de un líder y no solo político sino de otros sectores de una sociedad funcional. 

Es común encontrar discrepancias cuando, por ejemplo, después de condenar criminalmente al régimen actual venezolano en todo sentido saltan a que debemos ir a elecciones con el mismo régimen y convivir con ellos. 

¡Quienpuede entender eso! 

Comparto con quienes estan cansados de oír palabras sin sentido de quienes invitan a participar de un fraude sin tomar en cuenta la realidad del país y a otros les confieso que es difícil aceptar un mal menor y transformar en esperanza creíble una realidad muy cierta, no aparente, basada en mentiras, engaños, humillación y resignación.

Tener un doble discurso ya es cosa común tanto del régimen como de la oposición venezolana.

En la situacion politica que estamos viviendo cada quien usa las palabras de acuerdo a su gusto, interés y conveniencia y se prestan a múltiples interpretaciones…… 

¿Qué quieren decir palabras como “pueblo”. “representantes” o “voluntad general” cuando cada uno las invoca para sustentarsu supuesta legitimidad o para descalificar al contrario…. 

¿Qué quiere decir “actuar con libertad”? si el régimen agrede, persigue y pone preso a todo aquel que no piensa como él…

¿Qué quiere decir “Usurpador” si las instituciones que rigen en convivencia con el régimen lo dan por bueno a pesar de las impugnaciones y dudas no solo internas sino a nivel internacional?

…. ¿Qué quieren decir conceptos obsoletos como” izquierda” y “derecha” cuando no se ven diferencias entre unos y otros y lo único en que coinciden es en acusar a los que no estan de acuerdo con ellos?

Una palabra con significado poco claro es” democracia”. Etimológicamente son dos palabras griegas las que componen democracia: "demos", que significa pueblo, y "kratos", que significa gobierno. Es decir, democracia significa el gobierno del pueblo. Una de sus acepciones, de acuerdo al diccionario, es un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes…

Pero la democracia va más allá de la perspectiva electoral, se entiende como un sistema que promueve y permite el respeto irrestricto de los derechos y libertades de las personas, la creación de oportunidades iguales para todos, la vigencia del Estado de derecho, la formación de valores de igualdad, tolerancia y respeto ...algo que no suelen tener muy presente los gobernantes.

El gobierno venezolano habla de amor, de paz. ¿Quién puede entender esas palabras? 

Un niño hambreado que no conoce otra cosa distinta a la mendicidad y al hambre desesperante ignora conceptos como amor y paz. Ignora qué significa realmente la justicia. 

Porque al tiempo que no pocos funcionarios llevan vida de jetsetters, él se levanta con hambre y se acuesta con más hambre. 

También con más odio en sus tripas. Cada día de su vida representa una lucha descarnada con su infame destino para encontrar algo qué comer. Porque a diario, en vez de amor, recibe desprecio. 

El desprecio es el alimento de la violencia y del odio. El desprecio es una constante en sus vidas depauperadas. En vez de paz, vive en una continua guerra de supervivencia.

T.S. Eliot nacio en Estados Unidos pero se trasladó a Inglaterra con 25 años y en 1925 escribió el poema “El hombre hueco” (The holow men); Somos los hombres huecos /, somos los hombres rellenos / apoyados uno en el otro / la mollera llena de paja…» Estaba harto de la vacuidad de la vida moderna, en la que los hombres y las mujeres vivían en la pura resignación, eran losmuertos-vivientes. 

Pero también consideraba hombres huecos a los políticos con sus medidas para la búsqueda del bienestar o la paz que conducían, inexorablemente, al fracaso.

La palabra estéril, incapaz de generar signos, y como dice Eliot, aunque quisiéramos ver un signo, esto se hace muy difícil ante la esterilidad del pensamiento y "la palabra dentro de una palabra incapaz de decir una palabra", tendrá que irse al destierro, buscarse sitio en el cuarto trastero del cerebro, donde va a parar lo inservible, los sonidos vacíos que aun retumbando son mudos, no nos llegan y desfilan por los caminos de la vaguedad, de la vulgaridad y del desencanto personal. 

Lo curioso es que después de más de noventa y seis años, todo esto nos sigue resultando familiar: leer a Eliot hoy nos hace experimentar el mismo nudo en la garganta y el mismo zumbido de oídos que debieron sentir sus lectores contemporáneos.

El efecto Dunning-Kruger es un fenómeno psicológico según el cual las personas con menos conocimientos tienden a sobreestimar sus cualidades mientras que aquellos más preparados seconsideran menos competentes de lo que son. 

En palabras de J. Kruger y D. Dunning de la Universidad de Cornell "los incompetentes sufren un doble agravio, ya que no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impidedarse cuenta de ello". 

Pareciera un efecto común en muchos de nuestros políticos de pacotillallenos de palabras huecas en su diario actuar. 

Todo esto encaja con la vieja máxima de Charles Darwin: «La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento».


En todos los años que llevó escuchando a los políticos me doy cuenta de que no han cambiado desde que éramos estudiantes universitarios, además de las palabras huecas y sus discrepancias seguimos escuchando las mismas frases recurrentes y, para quienes no captan el mensaje de fondo, como dice la expresión popular “para muestra un botón”.

Una muy común y hueca es eso de que “nadie está por encima de la ley”? 

Pues lo que en el fondo nos dicen es que solo están ellos mismos los cuales pueden incluir gente de otros partidos políticos ya que para eso existen los acuerdos políticos, los pactos y las mal llamadas concertaciones o mesas de negociación. 

Lo estamos viendo en las conversaciones que se llevan en Mexico.

 Otra frase muy ligada a la anterior es “No me temblará la mano para castigar a los culpables”, miedo da cuando el político en turno la utiliza, porque nos está avisando que sucederá todo lo contrario.

Cuando un político es señalado de corrupción, siempre es producto de la “persecución política”, lo que nos está queriendo decir es que él puede ser corrupto, violar la ley, ser prepotente pero no se le debe decir nada porque todos los señalamientos son con la mala intención de afectar su intachable carrera política. 

Cuando se trata de la inseguridad es muy común oír “Se trata de un caso aislado” que las autoridades la usan para que podamos captar que en realidad está sucediendo por todos lados y de forma constante. 

Cuando se dice que a los políticos no les importa sino “cuidar sus espacios” no se estan refiriendo al sueldo sino que efectivamente sunegocio está en las facturas que cobra usando empresas fantasmas, los bonos secretos, las gratificaciones especiales que recibe por aprobar cierta ley y ese jugoso aguinaldo que nadie más recibe.

Cada vez que tenemos la oportunidad de asistir a una sesión plenaria de la Asamblea Nacional, todos salimos con ideas muy claras de la personalidades de nuestros políticos y de a lo que en realidad se dedican. 

En vez de parlamento podríamos llamarle guardería de adultos ya que el presidente se limitaba a mandar callar a aquellos que no tenían la palabra. Pero, lejos de esto, los políticos se dedicaban a “insultarse” unos a otros con un lenguaje más o menos formal y la única contestación que se daba en todas las respuestas se podría resumir fácilmente en “más de lomismo”. 

Las respuestas y las preguntas realizadas tenían tal cantidad de adornos que se perdía la idea principal, por no decir que las ideas se tergiversaban hasta tal punto que ni siquiera se contestaban, se iban por las ramas y respondían a lo que ellos querían.

Viendo todo esto, no es de extrañar la apatía del pueblo venezolano ante la política, ya que ese lenguaje tan elaborado no es fácil de entender, pero cuando lo analizas, te das cuenta de que no dicen nada y en realidad se aplauden y abuchean cuando ellos lo creen conveniente. 

Se suponen que deberían trabajar para los ciudadanos, pero, lo que hacen es trabajar para ellos mismos, sin importarles que detrás de las cifras del continuo caos del país hay personas y no números.

Trabajan para ellos mismos, para los partidos, pero lo disimulan demasiado bien, ya que nos alimentan con palabras huecas y frases recurrentes que nos dan esperanza, cuando en realidad, lo único que nos reflejan es su sempiterna incompetencia y conducta impropia en el recinto parlamentario. 

Claro que hay excepciones, pero son muy pocos y la mayoría hace rato que ya no nos acompañan.

Todos recordamos la pelea en la Asamblea Nacional de Venezuela que tuvo lugar el 30 de abril de 2013 en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, después de que se le negara por segundasesión ordinaria consecutiva el derecho de palabra a los diputados opositores que desconocieran los resultados de las elecciones presidenciales de 2013 y al candidato oficialista Nicolás Maduro como presidente. 

La trifulca resultó en al menos 11 diputados heridos.

En agosto 2020 escribi un artículo sobre los políticos motivado por dos citas de Sir George Bernard Shaw, que expresan satíricamente la razón por la cual los ocupantes de cargos políticos–a cualquier nivel- deben tener un tiempo limitado en su gestión de gobierno y porqué eligieronesa profesión: “Los políticos son como los pañales, deben ser cambiados con frecuencia y por la misma razón” y “La política es el paraíso de los charlatanes”.


El teatro televisivo en que se ha convertido el parlamento en las últimas dos décadas es algo que desprestigia la credibilidad de las clases políticas, que como decía Shaw " la política es el paraíso de los charlatanes ", y ya sabemos cuál es el fin de éstos, hablar, hablar sin decir nada. 

Pueden tirarse horas y horas, incluso días, hablando para finalmente sacar la conclusión de que en realidad no han dicho nada. 

Eso sí, su dialéctica es pomposa, llena de palabras huecas, y revestida de frases recurrentes que suelen sonar a música celestial de cuerda que hasta el espectador se las llega a creer. 

Pero en estas ocasiones, la charlatanería es muy peligrosa, porque se ha convertido en un concurso para ver quien la dice más gorda, sin pensar en las consecuencias, ¿o sí? Mientras los sabios piensan, los necios gobiernan. ¿Y estos son los que cuidan de nuestro presente y diseñan nuestro futuro? 

¡Que Dios no coja confesados! 

En manos de quienes está este país, o quizás, ¿tenemos los ciudadanos, el gobierno, el parlamento y los políticos que nos merecemos? 

Todo es posible, viendo la mesa de México ya no lo dudo. ¿Nos

estaremos convirtiendo en los muertos- vivientes a que se refería 

Eliot hace casi un siglo?

A la mayoría de los políticos los podríamos llamar el Messi del jeroglífico oral pero hay quienes se empeñan alguna vez hacer de Groucho Marx para explicarnos algún concepto que les parece gracioso. 

Para muestra otro botón. Un alto representante del gobierno venezolano, Roy Chaderton Matos, generó controversia en las redes sociales en marzo 2015 al comentar que las balas atraviesan más rápido las cabezas de los opositores que las de los oficialistas, ya que aquellas están “huecas”.

“El sonido que produce una cabeza escuálida es mucho menor, es como un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca. La bala pasa rápido, pero eso se sabe después que pasa el proyectil”, añadió el experimentado diplomático, quien fue el ministro de Relaciones Extranjeras del 2002 al 2004, durante el gobierno de Chávez. 

Chaderton también fue el embajador del gobierno deChávez en Colombia, México, Francia, por lo que sus comentarios causaron indignación viniendo de un diplomático con más de tres décadas de experiencia.

Entender esta palabrería es imposible, uno naufraga en la duda de saber si se trata de una intención disimulada, oculta, es simplemente ignorancia o una tomadura de pelo. 

En el fondo es igual porque nunca pasa nada, como el soneto de José Hierro que acaba así: «Qué más da que la nada fuera nada / si más nada será, después de todo, / después de tanto todo para nada».

Ahora bien, la política no son los señores que prometen de todo, no cumplen, nos mienten y engañan y se envilecen con tal de ganar voto, es mucho más profunda que las propuestas, que la guerra sucia y los carteles, la política es un ideal y una forma de vida. 

Un gobierno no tiene que hacer intentos ni promesas. Tiene que conseguir proyectos para beneficio de sus ciudadanos y el país. 

Es hora de que los políticos se dejen de tanta palabrería y busquen soluciones reales para la sociedad. 

Bertrand Russell escribió que un político para triunfar en democracia requiere la actitud del científico, que considera que la verdad no es nunca totalmente alcanzable, pero eso no le impide luchar por ella.

 Esta capacidad de moverse entre la realidad y la utopía sin caer en el

dogmatismo o en la fantasía es lo que hace al verdadero político.

La transformación de nuestros partidos en organizaciones porosas y creadoras de atmósferas y entornos de libertad y participación pasa por una profunda reconversión organizativa. 

Hay que hacer un reset total. Los partidos políticos se mueven con un ADN cada vez más alejado de la realidad de nuestra sociedad. Jerarquía organizativa, frente a autoridad meritocrática.

Centralismo radial, frente a redes distribuidas. 

Consignas políticas, frente a creatividad política.

Cultura analógica, frente a realidad digital. 

Modelo vertical, frente a sociedad horizontal.

Liderazgo unipersonal, frente a liderazgo coral. 

No hay tiempo que perder. La discrepancia no es el problema. El miedo, la inacción, la envidia, el recelo… sí que lo son.

“El precio de desentenderse de la política, es ser gobernado por los peores hombres” Platón

“Jóvenes, haced politica, porque si no la hacéis se hará igual y posiblemente en vuestra contra” José Ortega y Gasset


“La politica es un asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos” Charles de Gaulle

“No comparto tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla”  Voltaire

Comments

  1. Finalmente agregaría un refrán de mi abuela calabozeña,' " Estoy tan echa a la pena desde que mi bien perdí, que el mal me parece bien y el bien es mal para mi".

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  2. Gustavo: felicitarte es poco por el mensaje y las enseñanzas que nos trasmites tan didácticamente en este excelente artículo que nos remites. En efecto, es una clase de ética del comportamiento que todo ser humano debe asumir, lo cual conduciría al desarrollo de una sociedad. Igualmente nos instruyes muy acertadamente al valor del silencio en casos específicos y nos adviertes del peligro de la manipulación del lenguaje que usan muchos políticos, para lograr sus objetivos. En pocas palabras, nos dejas muy claro esa máxima que dice: ¨obras son amores y no buenas razones¨, es decir, actúa conforme hablas y piensas y habla y piensa conforme actúas. Recibe un fraternal abrazo y que Dios te bendiga en union de tu bella familia

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