La Privatización del Sector Eléctrico Venezolano (II): Beneficios y limitantes del sistema interconectado nacional
La
Privatización del Sector Eléctrico Venezolano (II): Beneficios y limitantes del
sistema interconectado nacional
Gustavo
González Urdaneta
Miami
2 enero 2023
Un
poco la idea de esta saga sobre la privatización, como ya se hizo en el primer
artículo, es recordar y darnos cuenta de la necesidad de volver a considerar
pautas y criterios desarrollados durante los cuarenta años de la democracia que
aún siguen vigentes y que requieren revisión a la hora de estar pensando en una
apertura a la participación privada. En esas cuatro décadas muchos fueron los
documentos y articulos que se publicaron y que hace falta volverlos a traer a
una discusión abierta. Tuve la oportunidad de ser miembro activo de los comités
en los cuales se desarrollaron y firmaron los dos contratos de interconexión y
gran parte de las ideas y temas a considerar son productos forjados durante la
época en que se desarrolló el sistema interconectado actual. Poco se ha
adelantado en los últimos 23 años.
La
puesta en servicio del embalse y la planta de Gurí representó una fecha clave
en la evolución de la industria eléctrica venezolana. Con la interconexión, el
sistema eléctrico venezolano da un salto cuantitativo y cualitativo. El
aprovechamiento de los recursos hidrológicos del Caroní crea las condiciones
para atender un crecimiento sostenido de la demanda con una energía abundante y
barata. Pero, a la vez, el tendido de redes de alto voltaje que lleva la
energía del Caroní a todo el país va creando por primera vez hacia un sistema
nacional unificado donde no existían sino sistemas regionales incipientes. En
lugar de tener muchos agentes actuando cada uno en su zona de influencia, se
impone una visión de conjunto y la necesidad de definir de nuevo las relaciones
entre todos ellos. Por esta razón, tenemos que volver a observar ese momento
cuando por primera vez se planteó el problema-clave que ahora, frente a un
proceso de privatización, vuelve a surgir y hay varias limitantes que aun,
después de más de 50 años quedan por solucionar: ¿qué tipo de coordinación debe
existir entre los actores de un sistema interconectado?
La
economía venezolana tiene un elevado contenido energético, nuestra ventaja con
respecto, por ejemplo, a la Unión Europea, es que nuestros recursos son
abundantes considerando la cartera total de combustibles disponibles. Sin embargo, el Mercado Eléctrico Venezolano
(MEV) presenta ciertas características, en su oferta de electricidad que
requieren particular atención a la hora de analizar la apertura al sector
privado, por ejemplo:
1.Un
alto componente hidráulico con un único embalse de regulación trianual;
2.El
régimen especial de reserva, por parte del estado, del desarrollo futuro de los
grandes recursos hídricos, Caroní, Paragua y Caura;
3.La
dudosa contribución de un parte térmico con muy alta indisponibilidad y
obsolescencia y muy ineficiente;
4.La
dudosa competencia de las instalaciones térmicas futuras ante la actual
incertidumbre del sector gasífero y la no existencia de un mercado libre de
“energías primarias”; y por último
5.El
desarrollo insuficiente de la red con grandes restricciones de transmisión que
originan altos costos de generación con combustibles líquidos.
Estas
características de la oferta de generación son la base de las reglas mínimas
particulares que debemos considerar para diseñar el futuro de la seguridad del
suministro, por ejemplo:
(i)Incorporar
la energía eléctrica como un elemento prioritario en la política energética a
futuro del país y en particular en el desarrollo de la industria del gas;
(ii)La
confiabilidad del suministro a largo plazo requiere la presencia de unidades
térmicas cuya función principal sea proveer reserva y disminuir el riesgo de
racionamiento en años secos, debiendo crearse incentivos al respecto; y
(iii)El
desarrollo de una red de transmisión nacional sin restricciones que a su vez
minimice las necesidades de energía redespachada.
Hasta
la fecha de la estatización total del Sector Electrico Venezolano (SEV),
las empresas de electricidad usaban el sobreequipamiento como una forma de
seguro, pasando el costo a los clientes y manteniendo también suficiente
capital disponible para manejar las obligaciones financieras rutinarias. Usar estos métodos tradicionales de la
gerencia de riesgo para hacerle frente a un mercado competitivo y volátil de
energía eléctrica es sin embargo el equivalente de apostar la casa en un
negocio.
La
interconexión entre varias empresas eléctricas suele generar los siguientes beneficios:
1. Genera economías
de escala, al permitir la construcción de plantas de mayor tamaño y más
económicas;
2. Mejora
el factor de carga, los valles y los picos de las demandas se compensan,
la curva se aplana y, por consiguiente, las inversiones necesarias para
enfrentarlas.
3. Reduce
el volumen de la Reserva necesaria (capacidad de generación excedente
para hacer frente a necesidades de mantenimiento, fallas y contingencias) y, en
consecuencia, las inversiones requeridas en generación.
4. Permite
una operación optima económica de los medios de generación (mezcla
óptima entre hidroelectricidad, generación a gas, fuel-oil, o carbón). Estos
beneficios redundan en una muy significativa reducción de los costos
Una
de las mayores fallas en las sucesivas políticas públicas de
coordinación para el sector ha sido la incoherencia del sistema de precios y
el fracaso de los sucesivos intentos para corregirlo. Nunca se ha logrado
definir la necesaria curva de indiferencia gas/agua, aspecto clave de un
sistema de menor costo. Ninguna reforma del sector, ni ningún mercado mayorista
eléctrico, puede producir los efectos esperados si no existe una coherencia
en la determinación de los precios tanto del gas, como de los combustibles líquidos
y de la hidroelectricidad. La experiencia demuestra que no se trata de
un problema fácil de solucionar, puesto que refleja la multiplicidad de los
intereses en juego y de los centros de decisión dentro del aparato del Estado.
No faltaron políticas sectoriales, pero sí la capacidad de unificarlas.
Además,
la optimización del sistema interconectado no se podrá lograr sin una
mejora significativa de las restricciones de transmisión, de suministro
de gas y de disponibilidad de las plantas térmicas. Tareas nada sencillas, no
solamente por el volumen de inversión requerido, sino por la tremenda
resistencia del sector a los cambios, Para no mencionar sino el tema de la
transmisión, la reforma institucional, por la creación de una empresa nacional
transmisión, quedó paralizada a pesar de que en la Memoria del FIV 1998 se
puede leer: "se puede resaltar como un logro significativo en este año las
iniciativas de las empresas Cadafe; Edelca y Enelven para la conformación de la
Empresa Nacional de Transmisión que a partir del primero. de enero de 1999 tiene previsto el inicio de
sus operaciones". Nunca se creó la citada empresa y es un elemento clave
para la apertura de privatización en la generación y la distribución.
Queda
por preguntarse si el Sistema Interconectado Nacional (SIN) ha alcanzado
la estabilidad y sostenibilidad necesarias. Se han logrado muy buenos
resultados en términos técnicos, pero ¿se ha logrado la sostenibilidad
necesaria para este tipo de emprendimiento de largo plazo? A pesar de haber
cumplido 54 años, el SIN padece varias debilidades que cuestionan su viabilidad
económica y el requerido proceso de reforma del sector las hace aún más
evidentes.
Cada
época ha tenido su cuadro propio de restricciones de transmisión. Lo
ilustraremos con la situación imperante en 2002 en la que únicamente el área
metropolitana de Caracas, la isla de Margarita y la zona de Guayana estaban
exentas de este tipo de problemas. Para el Occidente existía un nodo de
congestión, pues cuando la línea de 765 kV no está disponible, podía
presentarse racionamiento en horas pico de hasta 600 MW en Maracaibo. También
existían otros nodos de congestión hacia los Andes, Falcon, los Llanos, en el
litoral de Barlovento y en Oriente. Hoy en día el límite de exportación desde
Guayana esta limitado a 8,000 MW principalmente por la alta indisponibilidad térmica
en Centro-Occidente. Estos problemas afectan la confiabilidad del servicio y
ocasionan racionamientos cuando la indisponibilidad de las plantas
termoeléctricas
no
permite contrarrestar el efecto de las fallas de la interconexión.
A
los anteriores aspectos, hay que añadir un problema identificado desde hace
algunos años, la determinación del precio del agua. Cuando los sucesivos
gobiernos hablan de la optimización de los recursos energéticos del país,
hablan más bien de la mayor sustitución posible del petróleo (bien transable)
por la hidroenergía renovable y hoy en día no exportable. Para ellos, entre
mayor sea la proporción de hidroelectricidad, mejor.
El
conocimiento del “valor del agua” a nivel del sistema para cada
horizonte de programación (anual, mensual, semanal y horaria) tiene un gran
impacto económico para el país y, por lo tanto, es un problema de primera
prioridad. Los ingresos en un ambiente competitivo deberán determinarse
mediante estrategias de mercado que reduzcan los riesgos a través del balance
adecuado entre contratos con Empresas de Distribución y Grandes Usuarios y su
capacidad de pronóstico de la evolución de precios en el corto plazo.
El
objetivo de la estrategia de descomposición propuesta es optimizar el “valor
del agua” en el sistema a partir de la minimización de los costos de operación,
en cada horizonte de estudio, y del análisis probabilístico del comportamiento
de las afluencias. Dicha estrategia se implementa a través de la concatenación
de los costos terminales del agua. El uso óptimo del agua se obtiene cuando se
equilibran los valores presentes y futuros del agua.
Sin
embargo, la estructura óptima de un sistema eléctrico nacional nunca
podrá alcanzarse, por consideraciones técnicas en el caso particular de nuestro
sistema, con un ciento por ciento de hidroelectricidad, sino que, por el
contrario, se requiere de una mezcla de tecnologías y de fuentes energéticas
para lograr, no sólo la mejor combinación económica posible, sino para cumplir
con los criterios de confiabilidad y seguridad del sistema nacional.
Hay
que tener en cuenta que el agua que se turbina también tiene un costo, debido a
la alternancia hidrológica de años secos y lluviosos. Por su parte, las
variaciones en la demanda generan periodos de punta, es decir, la necesidad de
una capacidad de generación usada solamente algunas horas al día, por oposición
a una capacidad usada de manera continua, para atender la demanda
"base", o semicontinua (semi base):la estructura de costos de la
energía hidroeléctrica la hace adecuada para suplir la demanda base y cuando
existe agua excedentaria -la demanda de punta-, pero no para cubrir toda la
demanda.
La
"mezcla óptima" dista mucho de darle el monopolio a la energía
hidroeléctrica, porque tiene que combinar, de una manera específica a cada
momento, varias energías primarias y varias tecnologías en función de su
estructura de costos. En 1993, se elaboró un modelo de optimización con
base en la disponibilidad de agua a cinco años, bajo criterios de riesgos, lo
que le dio a Opsis el instrumento técnico para determinar cada mes, semana, día
y hora la cantidad de agua disponible y su valor, y así elaborar un despacho
económico hidro/termo con orden de mérito.
Queda
por dar el siguiente paso, la eliminación del doble precio de la
hidroelectricidad (contratada y de sustitución), porque en un momento dado
el agua tiene un valor único. Esta unificación del precio de la energía hidro
permitirá eliminar la distorsión en la utilización del parque de generación, en
detrimento de la hidroelectricidad, por lo cual el funcionamiento del sistema
se alejó mucho del menor costo. Y también corregirá la distorsión existente en
la repartición de los beneficios de la interconexión entre los actores, en detrimento
de la antigua Edelca
Los
modelos usados por Opsis a partir de 1993, le dan la capacidad técnica de
determinar la mezcla óptima termo/hidro, pero la distorsión entre los precios
incentiva las empresas a programar su despacho de manera bien diferente y Opsis
no tenía capacidad jurídica ni peso político para imponerles su programación.
Nada cambiará mientras no exista un verdadero despacho económico, con
transparencia en la determinación de los respectivos costos.
La
optimización del sistema interconectado no es solamente un problema técnico,
sino directamente político. Edelca supuestamente tenía un enorme poder de
mercado y sin embargo no lograba siquiera cubrir sus costos, por un nivel de
ventas inferior a lo que sería una mezcla óptima, por precios insuficientes,
por problemas de cobranza (deudas del sector público). Por otra parte, Elecar y
Cadafe sabían aprovechar la situación, cada una según su lógica. Se puede
hablar de comportamientos oportunistas, que el modelo institucional de la
interconexión no tenía la capacidad de superar. Sin embargo, en esa época, el
contrato de interconexión y sus incentivos no explicaban sino una parte del
fenómeno, los otros nos remiten al sistema de precios, y a la falta de una política
energética global y coherente.
“La
privatización no significa nada si no se cuenta con el Estado de Derecho. ¿De
qué vale privatizar si no se cuenta con seguridad sobre su propiedad o si no la
puede usar como se quiere?” Milton Friedman
“Existen
importantes precondiciones que deben ser satisfechas antes de que la
privatización pueda contribuir al crecimiento económico. Y el modo en que se
privatice cuenta mucho” Joseph Stiglitz
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