Privatización del sector eléctrico venezolano(VIII): Opción para Distribución y Comercialización (Gustavo González Urdaneta)
Privatización del sector eléctrico
venezolano(VIII): Opción para Distribución y Comercialización
Gustavo González
Urdaneta
Miami 23
diciembre 2024
Entre
las opciones más utilizadas en Latinoamérica y el Caribe (ALyC) para el
desarrollo de infraestructura están las Asociaciones Público-Privadas (APP),
metodología que en Venezuela ha sido
utilizada más en el sector petrolero que en el eléctrico. Según la Corporación
Andina de Fomento (CAF), para el 2014, los países de la región con mayor
capacidad para movilizar inversión privada en infraestructura a través de APP
estaban Chile, Brasil, Perú, México y Colombia, en ese orden.
El
Banco Mundial define la Asociación Público-Privada como “un contrato a largo
plazo entre un ente público y un ente privado, para el desarrollo y/o la
gestión de un bien o servicio público, en el que la parte privada asume un
riesgo significativo y la responsabilidad de la gestión en la vida del
contrato, y su remuneración está vinculada significativamente a su rendimiento
y/o la demanda o utilización del bien o servicio". Falta por definir
igualmente como se adjudican los contratos.
Los
principales cambios regulatorios comenzaron en el sector eléctrico
latinoamericano a finales de la década de 1980. En este periodo, la mayoría de
los países de la región tenían graves problemas en el servicio eléctrico por
falta de inversión y mantenimiento de las infraestructuras, lo que provocó
malestar en la población y aceleró la petición de reformas. Se separaron los
segmentos de actividad de la generación, transmisión, distribución y
comercialización eléctrica. Esa no era la situacion de Venezuela. La
transformación del sector eléctrico de América Latina combinó la privatización
de los activos estatales con una reforma regulatoria que modificó el marco y el
proceso de APP. Con el Decreto-Ley de 1999 en Venezuela se instituyo la
separación jurídica de las actividades del negocio electrico, pero hasta allí
llegó pues la Ley nunca fue ni ha sido aplicada.
La
CAF publicó en el 2017 un documento titulado “Asociación Publico-Privada en
Infraestructuras Energéticas-Experiencias Latinoamericanas” en el cual
establece en sus conclusiones que las APP involucran distintas disciplinas
(p.ej. política, judicial, institucional, fiscal, etc.) que las hacen
complejas. Por ello, un marco adecuado para las APP debe estar compuesto por un
conjunto de marcos específicos (política pública, jurídico, institucional,
fiscal, y soporte) y un proceso de APP que los articule y permita establecer la
gobernanza.
Según
la CAF, las APP deben considerarse una opción en un país con un marco
regulatorio y un proceso de APP suficientemente desarrollado que minimice
riesgos. Sólo así las APP pueden facilitar oportunidades de financiación,
mejorar la contratación, optimizar la construcción y la O&M, y ajustar los
pagos por la infraestructura construida. Adicionalmente, las APP ofrecen
ciertas limitaciones observadas en su práctica que hacen que no sean una
panacea. Aunque esa no es evidentemente la situacion de Venezuela no debe
descartarse pues es imperativa la participación privada para la recuperación
del sector energía.
Es
importante destacar dos características del sector electrico venezolano,
primero, que empezó por iniciativa del sector privado a finales del siglo XIX y
que el actual sistema interconectado se construyó en las cuatro décadas de
democracia de 1958 a 1998. La actual crisis empezó a inducirse desde 1999.
La
privatización no hay que verla como un proceso para desmantelar y extinguir el
Estado, sino para regresarlo a sus funciones originales: garantizar y regular
las libertades individuales lo que, conforme a la concepción liberal equivale a
ocuparse exclusivamente de los bienes públicos, a propiciar el buen
funcionamiento de asuntos como la infraestructura, la educación o la
preservación ambiental y a controlar monopolios naturales, o simplemente cubrir
las fallas del mercado, como consideran los economistas neoclásicos y
desarrollistas.
En
otras palabras, las transformaciones que se buscan no se vislumbran como un
proceso de eliminación del Estado, están sustituyendo ideologias, mecanismos,
quizá modelos, que no habiendo sido aplicados con eficiencia y eficacia han
llevado al deterioro actual del servicio de electricidad, simplemente ya no son
eficaces. Pero la desaparición de unos mecanismos implica la presencia de otros
nuevos, que igualmente van a ser regulados por el Estado. No se trata, en
estricto sentido, de eliminar la rectoría económica del Estado, ésta seguirá
existiendo, sólo que ahora son indispensables un conjunto de ajustes para que
la rectoría del Estado se aplique a una economía abierta y no a una economía
cerrada.
Estamos
asistiendo a nivel global a un cambio de tendencia hacia el modelo de APP en el
sector servicios con un mayor grado de involucramiento de las empresas privadas
tanto en el riesgo financiero y técnico como el de operación. Si analizamos la
situación, podemos destacar cuatro factores que, según el Grupo Ricardo Zuloaga
(GRZ), empujan al sector público y
privado a encontrarse para desarrollar la solución:
§ El
sector público tiene que atender una mayor demanda del servicio y con mayores
estándares de calidad, como consecuencia de un crecimiento de la población y
del progreso en los niveles de vida;
§ El
sector público está afectado por una crisis financiera y energética que deriva
en presupuestos cada vez más estrechos, menores niveles de inversión en
infraestructuras y mayor inversión en servicios sociales debido a una población
cada vez más envejecida;
§ El
sector privado está mejor cualificado para asimilar riesgos de una forma más
eficiente y con unas mejoras tecnológicas que permiten mayores niveles de
competitividad; y
§ El
sector financiero tiene un exceso de liquidez y busca nuevos nichos con mejores
retornos garantizados a largo plazo.
Todos
estos factores hacen que los sectores vayan adaptándose poco a poco a un modelo
de contratación público-privado (APP) que permita una distribución de riesgos
más repartida para así optimizar el proyecto. La metodología de financiación
sin recurso de proyectos (project finance) con sus diferentes variantes (BOT,
BOOT, BOO, BLT, BOOMT, etc.) se adapta muy bien a este escenario.
El
Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV), el ente oficial responsable de la
privatización de empresas estatales adjudicó el 14 de septiembre de 1998 el 70%
de las acciones de SENECA (Sistema Electrico de Nueva Esparta) a través
de un contrato de concesión. Este es el primer complejo eléctrico venezolano en
privatizarse. El contrato de concesión era por 50 años y comprometía al
Concesionario a efectuar inversiones por más de 210 millones de dólares en un
plazo de diez años. También contemplaba un régimen tarifario con las normas de
calidad del servicio que entraría en vigor a partir del 1 de enero de 1.999.
Entre las primeras decisiones que debía tomar el grupo ganador estaba la opción
tecnológica para el suministro de energía a largo plazo. Esa ha sido la única
experiencia de privatización del sector eléctrico y, en términos generales, fue
un éxito.
Las
Asociaciones Público-Privadas (APP) son un modelo de colaboración entre el
sector público y el sector privado para la provisión de servicios y la ejecución
de proyectos. A continuación, se presentan algunas de las Fortalezas y Debilidades
de las APP:
Fortalezas
1.
Inversión privada: Las APP permiten la inversión privada en proyectos públicos,
lo que puede aumentar la eficiencia y la calidad de los servicios.
2.
Eficiencia y productividad: Las empresas privadas pueden aportar su experiencia
y experticia para mejorar la eficiencia y la productividad de los proyectos.
3.
Riesgo compartido: Las APP permiten compartir el riesgo entre el sector público
y el sector privado, lo que puede reducir la carga financiera para el Estado.
4.
Innovación y tecnología: Las empresas privadas pueden aportar innovaciones y
tecnologías para mejorar la calidad de los servicios y reducir costos.
5.
Acceso a financiamiento: Las APP pueden proporcionar acceso a financiamiento
privado para proyectos que de otra manera no podrían ser financiados.
Debilidades\1.
Riesgo de dependencia del sector privado: Las APP pueden crear una dependencia
del sector privado para la provisión de servicios públicos.
2.
Falta de transparencia y rendición de cuentas: Las APP pueden ser criticadas
por la falta de transparencia y rendición de cuentas en la toma de decisiones y
la gestión de los proyectos.
3.
Conflicto de intereses: Las APP pueden crear conflictos de intereses entre el
sector público y el sector privado.
4.
Costos y tarifas: Las APP pueden generar costos y tarifas más altos para los
usuarios finales.
5.
Limitaciones en la participación ciudadana: Las APP pueden limitar la
participación ciudadana en la toma de decisiones y la gestión de los proyectos.
6.
Riesgo de corrupción: Las APP pueden ser vulnerables a la corrupción y el
soborno.
7.
Limitaciones en la flexibilidad: Las APP pueden ser inflexibles y difíciles de
cambiar una vez que se han establecido.
En
resumen, las APP pueden ser una herramienta útil para la provisión de servicios
públicos, pero también presentan desafíos y debilidades que deben ser
considerados cuidadosamente. Es importante evaluar las fortalezas y debilidades
de las APP en cada contexto específico para asegurarse de que se están
utilizando de manera efectiva y sostenible.
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