Evangelio (Lc 21, 5-19) correspondiente al 33vo Domingo del Tiempo Ordinario [C]: El Templo de Jerusalén
A continuación, podrán
leer nuestro comentario al Evangelio (Lc 21, 5-19) correspondiente al 33vo
Domingo del Tiempo Ordinario [C]:
De acuerdo con el relato del
evangelista San Lucas, los discípulos de Jesús se sentían orgullosos del
magnífico Templo que había en Jerusalén en aquellos tiempos. La fachada era de
mármol, adornada con objetos preciosos ofrecidos a Dios; entre ellos una gran
vid de oro encima de la puerta, donada por Herodes el Grande. Ellos se lo
mostraban a Jesús, resaltando la belleza de su construcción y el valor de los
materiales utilizados. Pero la respuesta de Jesús ante esa observación debió
ser bastante desalentadora: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra
de todo esto que están admirando: todo será destruido”. De manera que, si ellos
habían puesto su confianza y seguridad en las piedras y fortaleza del Templo,
ahora caían en cuenta que ese maravilloso recinto podía ser destruido, como en
verdad sucedió en el año 70 dC, bajo la acción del ejército romano comandado
por Tito Flavio.
Ante la perspectiva de que el
santuario principal de los judíos y único lugar donde se podía ofrecer
sacrificios iba a tener un drástico final, entonces los discípulos preguntaron
“¿Cuál será la señal de que estas cosas están a punto de suceder y entonces
podremos estar preparados?”. Lo estudiosos de las Escrituras han señalado que
en este capítulo se hace referencia tanto a dicho acontecimiento como al
regreso del Hijo del hombre y al final del mundo. No está de más recordar que
también Jesús vivió en su tiempo un clima de expectativa escatológica y que la
llegada del Reino de Dios ocupó un lugar importante en su enseñanza.
San Lucas reproduce las palabras de
Jesús sobre guerras y revoluciones que habrían de ocurrir, así como terremotos,
epidemias y hambre: “pero antes de esto, a ustedes [mis discípulos] le echarán
mano y los perseguirán. Los llevarán a juzgar en las sinagogas, los meterán en
la cárcel y los presentarán ante reyes y gobernadores por causa mía”. Finalmente
les dice: “Si se mantienen firmes [ante las dificultades de la vida, con
entereza, aguante, perseverancia, y resiliencia…] conseguirán la vida” o “Con
vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.
Comentario:
Agustin Coll
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