SISTEMA NACIONAL DE SALUD Gustavo Gonzalez Urdaneta, PhD

SISTEMA NACIONAL DE SALUD

Gustavo Gonzalez Urdaneta, PhD

Warren Buffet, el segundo hombre más rico del mundo, le dijo a Judy Woodruff de PBS NewsHour que un seguro universal, es decir, un sistema con un único pagador, es la manera de reducir los costos de atención médica. Dice Buffet que, con su limitado conocimiento, el cree que probablemente sea el mejor sistema, porque somos un país tan rico, que en cierto sentido, podemos permitirnos el lujo de hacerlo y en casi todos los campos del negocio estadounidense, vale la pena bajar los costos.

Lamentablemente, en el sector de salud tan fragmentado, hay tal gran cantidad de personas involucradas que no hay incentivos ni interés para reducir los costos: Hospitales, equipos médicos, médicos, drogas, lobistas y seguros. El último eslabón en la cadena del negocio que es el cliente no tiene arte ni parte en el costo de los mismos. Carece totalmente de información para poder reducir sus costos.

En países con un PIB mucho más reducido que el de EE UU, funciona a la perfección y estamos hablando del Reino Unido, Francia, España, Italia y Canadá por nombrar algunos. En un artículo anterior les comentaba que los Estados Unidos es el país del mundo que más invierte en salud. Destinó 2,9 trillones de dólares, el 17,1% de su PIB (2015), mucho más que quienes le siguen, Suecia, Suiza y Francia, que no llegan al 12 por ciento. A pesar de tener una población de 324 millones de personas, ostenta el tercer mayor gasto sanitario per cápita, 9.403 dólares al año, apenas por debajo de Suiza (9.674) y Noruega (9.522), que tienen menos de 10 millones de habitantes. El sistema de atención médica de EE UU corresponde al noveno PIB más grande del mundo. Cambiarlo, es como decir que tienes que cambiar la economía de Francia.      

El sistema de único pagador o sistema nacional de salud (NHC), por sus siglas en inglés, no es la panacea ni una solución celestial para reducir los costos pero deberia ser más efectivo y las estadísticas de gasto medico per cápita,  así lo confirman.

Dice Buffett, que la salud en 1960 era 5 por ciento del PIB y como sólo hay 100 centavos en el dólar, ha pasado de 5 centavos - 5 por ciento a 17 por ciento. Y sigue subiendo mientras que los impuestos corporativos han bajado del 4 por ciento al 2 por ciento, siendo mucho menos un factor en la competitividad de América - hablando de negocios en general - que los costos médicos. Él no sabe qué hacer con el Obamacare, pues esta fuera de su círculo de competencia, pero no es sustentable tener que ir de 5 a 17 y pasar a 20 y 22 o 24 por ciento, porque hay sólo 100 centavos de dólar y el cuidado de la salud se está ingulliendo más de $ 3 billones al año. Es casi lo mismo que federal - el presupuesto federal va creciendo igual.

Nadie dice que vaya a resolver todos los problemas que tiene el Obamacare o peor, los que trae el Trumpcare, pero es bueno revisar al menos la experiencia de uno de los países que ya lo tienen y que es vecino.

En Canadá, todo el mundo tiene una tarjeta de Medicare para usar un sistema que es simple, asequible, completo y universal. Casi no ven una factura. Tienen mejores resultados en la salud, cubren a todos y gastan menos de la mitad per cápita que los Estados Unidos dominado por las empresas que excluyen a decenas de millones de seres humanos de la asistencia sanitaria. Los canadienses no tienen las ansiedades, temor o temor de perder todos sus ahorros personales o traer la ruina financiera a sus familias, como les pasa a muchos estadounidenses.

En Canadá, nadie tiene que decidir si tomar o no tomar otro trabajo basado en factores de seguro de salud. Ellos son libres de elegir cualquier médico u hospital - no hay redes estrechas, con cargos ocultos, en ese país. En Canadá, hay financiación pública y en la prestación privada de la asistencia sanitaria, los beneficios no son el rey, la gente viene primero. La gran mayoría de los ciudadanos, liberales y conservadores, aman su sistema de salud, especialmente cuando se enteran de los horrores que ocurren al sur de su frontera en los EE.UU.

Alrededor de 35.000 estadounidenses, sin seguro de salud, mueren cada año; muchos más permanecen enfermos o lesionados porque no pueden pagar el seguro para ser diagnosticados y tratados a tiempo. Alrededor de 30 millones de personas caen en esa categoría indefensa e hiriente. Aquellas decenas de millones más de estadounidenses que tienen seguro insuficiente apenas pueden saber en qué están cubiertos y cuánto tienen que pagar para poder ir y ser atendidos. Para los más vulnerables de estos estadounidenses, la elección es mórbidamente clara: pagar o morir.

La mayoría de los estadounidenses, incluyendo un número significativo de conservadores, están a favor de un solo pagador, Medicare completo para todos. Lo mismo ocurre con la mayoría de los médicos y enfermeras, actualmente sometidos a dictámenes corporativistas. Medicare-para-todos está en la mesa política nacional a pesar de la oposición política bipartidista a ella, sin embargo, muchos de los endosos, las resoluciones y los patrocinadores de un solo pagador son simbólicos. Así que lo que necesita suceder es que aquellos que apoyan a un solo pagador, necesitan promulgarlo. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero mientras Trump vuelve a atacar y el Congreso decide qué hacer a continuación, hay una apertura.

Como opción, en un país que gasta más de 3 billones de dólares al año en "asistencia sanitaria", solo nos ofrecen, hasta la fecha, los diversos proyectos de ley propuestos por el Partido Republicano que dejan a millones de familias temiendo la pérdida de seguros, reducción de la cobertura, mayores deducibles, co-pagos inasequibles e inescrutable seguro y multas. Esto está produciendo miedo, ansiedad, depresión y en muchos casos terror absoluto para los niños enfermos y los padres enfermos. Evidentemente no es una opción valida y, si la llegaran a aprobar, tendrán un costo político muy grande en las lecciones del 2018.

GEGU/14.8.17





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