Nuestra hidra y los trabajos del hércules venezolano (Gustavo Gonzalez Urdaneta)


Nuestra hidra y los trabajos del hércules venezolano
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 27 mayo 2019

En la mitología griega clásica, como se conoce al conjunto de mitos y leyendas que versan sobre sus dioses, la naturaleza del hombre y del mundo, Hércules fue el más popular. Efectivamente, de todos los héroes de la nutrida mitología griega y romana, Heracles, más conocido como Hércules, fue el más célebre, se le atribuyeron varias cualidades: fortaleza, coraje, orgullo, virilidad, entre otras, y se le impusieron enormes retos.

Una de las leyendas más célebres en torno a su figura, es la relativa a los doce trabajos que tuvo que realizar, y dentro de esa destacada lista, encontramos la Hidra de Lerna, un terrible y espantoso monstruo formado por un cuerpo de serpiente acuática de cuya cabeza salían varias serpientes, cada una de ellas exhalaba fuego y un aliento tan pestilente y poderoso que dejaba sin vida a todo lo que se le aproximaba, así, destruía todo a su paso, hombres, plantas y animales.

Heracles, al final, mató a la Hidra con la vital ayuda de su sobrino Yolao, quien con una antorcha iba cauterizando los cuellos de las cabezas que iba cortando Hércules impidiendo el nacimiento de nuevas cabezas, librando a los habitantes de ese lugar de ese terrible mal. Finalmente, Heracles entierra la cabeza principal de la Hidra y coloca sobre ella una enorme piedra para que no se pueda reproducir bajo ninguna circunstancia.

Este mito nos ilustra sobre la lucha difícil e interminable en las dos últimas décadas del pueblo venezolano, nuestro Hércules, contra el régimen de Nicolas Maduro, la espantosa Hidra, que, por cada intento de combatirla se reproducen nuevas acciones para mantener sometida a toda la comunidad venezolana. No obstante, debemos seguir intentando acabar con ella y para eso es indispensable la unidad y el apoyo de todos, para cauterizar esas espantosas cabezas irresponsables y delictivas que nos asfixian. La ley, como las armas de Heracles, deben servir para arrancar las múltiples cabezas que tanto daño han causado al país.

Muchos son los flagelos que afectan el día-a-día de los venezolanos así que las cabezas de la hidra a arrancar por el pueblo venezolano, bajo el liderazgo actual de Juan Guaidó y su equipo y a ser continuados por el gobierno de transición, son al menos una docena que, a mi juicio, requieren prioridad, a saber:

1.      El dialogo y las negociaciones que han perpetuado al chavismo;
2.      Nicolas Maduro, cabeza principal de “La Hidra” y sus once cabezas;
3.      El Castrocomunismo con todos sus cubanos adheridos al régimen;
4.      Las fuerzas armadas soporte del Usurpador;
5.      La escasez de alimentos, medicinas y servicios públicos;
6.      El control de precios y divisas y la reducción de la hiperinflación;
7.      La corrupción galopante institucionalizada por los chavistas y sus adláteres;
8.      El narcotráfico, todos sus carteles, en particular el de “Los Soles” y el contrabando;
9.      Las guerrillas advenedizas protegidas por el gobierno;
10.  El terrorismo internacional liderizado por Hezbollah;
11.  Los colectivos, incluyendo la delincuencia general; y
12.  Los políticos tradicionales incluyendo el chavismo.

La primera cabeza para cortar de la hidra es la reincidente costumbre de la oposición (MUD y Frente Amplio) incluso del equipo Guaidó, a acordar diálogos y negociaciones – que nunca dan resultados– con el gobierno a sabiendas que no son sino artimañas del mismo para obviar y diferir decisiones y prolongar su estadía. Es increíble que aun sigamos permitiendo que esta “cabeza de la hidra” vuelva a renacer después de haberla cortado infinitas veces. Espero que la actual, llamada “Noruega”, la asfixiemos de una vez por todas al igual que al león de Nemea de Hércules.

Como segundo trabajo, a Hércules se le encargó matar a la hidra de Lerna que en nuestro caso es el primer objetivo de Guaidó, sacar al Usurpador. Mas allá de su gran tamaño y maldad, la hidra venezolana no tiene ninguna otra habilidad más que proveer el elixir de la libertad que nos permitirá acabar con el resto de sus cabezas ya que la hidra venezolana ha superado a su predecesor ficticio. No hay ningún Heracles, semi dios, que luche contra su poder, sino más bien un pueblo que con su líder Guaido y su equipo, trabajan duro para extirpar la cabeza principal. La extirpación de las otras cabezas de la hidra venezolana no puede quedar inmunes al paso del tiempo. Puede que sea un sueño, pero lo que una vez empezó como una fantasía, el socialismo del siglo 21, ha acabado en el mito de la hidra venezolana que se ha vuelto real y tenemos que continuar arrancando y cauterizando todas sus cabezas con el elixir de la libertad. Es imperativo, al igual que en el caso de Heracles, enterrar la cabeza principal y el resto de forma que no puedan reproducirse.

El tercer trabajo que se le encomienda al Heracles venezolano es liberar al país del secuestro que el castrocomunismo le ha hecho al país y erradicar todas sus raíces de las instituciones que han penetrado en el país. Así como Hércules debió utilizar una forma de lucha adecuada para vencer a la Hidra, se debe utilizar hoy una estrategia adecuada para enfrentar al castrocomunismo.

Lo que más sorprende es ver cómo el G2 va aniquilando a la oposición y al líder del momento con medicinas diferentes. Y cómo la gente va cayendo. Es increíble. A la MUD la fregó cuando logró imponer la matriz de que todos eran colaboracionistas. A Capriles lo malogró cuando hizo pensar que había regalado la presidencia por no ir a la calle, es decir, cuando le puso la etiqueta de cobarde y vendido. Ahora empezaron con Guaidó. Están empleando distintos venenos para ver cuál pega. Uno de esos venenos es tratar de imponer la matriz de que como Guaidó no quiere pedir el 187 esto significa que no quiere pedirle a Trump la intervención militar y que como esa es la única forma de que Maduro caiga, la dictadura permanece por su culpa. En ese veneno estamos ahorita. La negociación de Noruega es solo para ganar tiempo, como siempre han sido.

El cuarto trabajo de Hércules tiene que ver con el Ejército de Venezuela que desempeña en estos días un papel decisivo en la crisis política del país. La irrupción del chavismo en 1999 fue acompañada de una profunda renovación de las Fuerzas Armadas. Se convirtieron en un garante de la revolución. Los militares han ejercido como agentes de una política de represión donde el uso excesivo de la fuerza ha sido la norma y ha generado muertes, La guardia nacional es la encargada de distribuir comida subsidiada. Esto ha funcionado como un control social, los alimentos son destinados a quien el Gobierno elige que sean destinados.
El llamamiento a la movilización de los militares realizada el pasado martes 30 de abril por el presidente interino Juan Guaidó tras la liberación del opositor Leopoldo López puso en evidencia las discrepancias dentro de las Fuerzas Armadas, una institución que tradicionalmente ha mantenido estrechos lazos con el Gobierno venezolano y que pese a los esfuerzos de modernización de la etapa chavista ha sufrido en los últimos años las consecuencias de la crisis económica que azota el país.
El Quinto trabajo de Hércules-el gobierno de transición- es reducir la escasez de alimentos, medicinas y el caos de los servicios públicos. No es fácil, pero existe una alta disposición de los organismos e instituciones financieras de aportar financiamiento a corto plazo para los fines de cubrir la escasez y, a más largo plazo, para la reconstrucción y modernización del sector energía (hidrocarburos y electricidad) y otros servicios. En este caso no se trata, como en el mito, de exterminar a los pájaros de la laguna Estinfalia, sino de recuperar bienes y servicios de primera necesidad para el pueblo.

Ni siquiera un semidiós como Hércules pudo vencer el solo al monstruo mítico de las leyendas griegas, necesitó la ayuda de Yolao, una especie de fiel colaborador que cauterizaba el cuello de las cabezas cortadas por Hércules para que no salieran dos nuevas. El control de precios, el sexto trabajo del Hércules venezolano es como esa bestia, cuando lo impones y crees que haces un bien, dos cabezas surgen en el corte, la escasez y el mercado ilegal.

Un simple estudio en la historia de los controles de precios demuestra su ineficacia a mediano y largo plazo, por cortos periodos de tiempo puede ser necesario, pero siempre hay alternativas a este en la economía en tiempo real, sin embargo, el gobierno insiste una y otra vez en esta medida, aunque trata de suavizarlo llegando a precios acordados de los que después nadie se acuerda.

Para limpiar los establos de Augias, Hércules decidió cambiar el curso del río Alfeo para que el agua corriese a través de los establos y quedasen limpios. En nuestro caso se trata de revitalizar la producción de bienes y servicios que permitan recuperar la economía.

El séptimo trabajo del Hércules venezolano no es capturar al toro de Creta sino acabar con lo que representa la corrupción institucionalizada, que como el viento penetra en toda la sociedad y que genera una comunidad corrupta, que afecta a todos los niveles sociales, ricos y pobres, letrados e ignorantes, jóvenes, adultos, campesinos, obreros, burócratas y autoridades, en síntesis, gobernados y gobernantes y tratar de regresar los dineros sustraídos para ayudar a recuperar el país.

Ante esta nano descripción de la realidad, la buena ley exige buenos aplicadores de esta. El combate a la corrupción debe tener dos momentos importantes: la prevención y la sanción. De estos dos, la prevención es la más importante y para lograrla me permito señalar cuando menos estas primeras seis fases ya sugeridas en artículos anteriores: 1. Designación de personas cuya hoja de vida esté exenta de actos de corrupción; 2. Con amplios conocimientos sobre la materia y función que se les encomiende; 3. Actualización permanente de las disciplinas que van a aplicar; 4. Reforzamiento de su conducta ética a través del reconocimiento público; 5. Supervisión permanente de la función y 6. Rendición de cuentas.

Durante el régimen chavista ha aparecido una nueva Hidra. La Hidra rediviva comete toda clase de desaguisados. Fuerzas autóctonas y extranjeras tratan sin éxito de destruir al monstruo. Se le cortan cabezas a diestra y a siniestra, pero éstas no cesan de reproducirse. Más aún, parecen fortalecerse. La violencia se ha agudizado y el sufrimiento es inmenso.

El narcotráfico y el contrabando –la octava Hidra venezolana– se caracteriza por algunos hechos notables. Primero, por generar ganancias extraordinarias, las cuales lo han convertido en un emporio económico y militar. Y segundo, por su gran capacidad de reproducción, la captura o eliminación de narcotraficantes y contrabandistas no impide su rápida sustitución por otros que mantienen la actividad.

Desde este punto de vista, la represión a la oferta de estupefacientes como principal estrategia de lucha contra el narcotráfico ha sido infructuosa mundialmente. Otra estrategia es la que han adoptado países como Estados Unidos, Colombia y algunos más, y que consiste básicamente en negociar con ese tipo de delincuencia.

En el caso del narcotráfico esa solución puede no ser aplicable en Venezuela ya que no existe una sola Hidra, sino varias cada una de ellas representa un reto mayúsculo para el gobierno en turno. De hecho, es materialmente imposible exterminar al narcotráfico mediante el uso de la fuerza armada y los métodos violentos, pues el principal Cartel de “Los Soles” está bajo el control de los militares y se señala al propio Diosdado Cabello como su cabecilla. Igual sucede con el contrabando de oro minero, coltán, diamantes y otras riquezas naturales. Incluir la rapiña de Maduro con las reservas de oro del país. Se puede pensar que la solución es entonces matar la hidra por la cabeza y sacar al Usurpador y todos sus adláteres de forma de erradicar el tráfico de drogas, el contrabando y la rapiña en y a través de Venezuela y controlar los daños directos y colaterales. Sobre esta opción le tocará reflexionar el gobierno de transición-nuestro Heracles-profunda y serenamente, sin atavismos ni prejuicios que les impidan ver las cosas con claridad.
En el mito griego, el octavo trabajo de Hércules consistió en llevar hasta Tirinto las yeguas de Diomedes. Se caracterizaban por su salvajismo producido debido a que su amo las alimentaba con carne humana. Para domarlas, Hércules les dio de comer la carne de su propio amo. Después las trasladó hasta la corte de Euristeo, quien le encargó otro trabajo más. En nuestro caso, además de “cortar” las cabezas del narcotráfico, nos toca reconducir a las Fuerzas Armadas de vuelta al papel establecido en la Constitución.

Para alcanzar la inmortalidad y limpiar algunos de sus pecadillos laicos, el héroe griego Hércules tuvo que conseguir el cinturón de Hipólita como noveno trabajo, lo cual consiguió mediante enfrentamiento sangriento con las amazonas a costa de muchas vidas, incluyendo la de Hipólita.

En nuestro caso, al Hércules venezolano de turno le tocará, como noveno trabajo, lidiar con los grupos guerrilleros que se han instalado en el país. La militancia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio de Venezuela es producto del denominado Plan de Defensa de la Revolución, promovido por el chavismo con el respaldo del régimen cubano frente a una eventual “invasión” o “intervención militar” que pudiera acometer el Gobierno de Estados Unidos, acompañado de algunos países de la región.

Cuba sigue siendo la mano que mece la cuna, donde se realizarían reuniones entre Nicolás Maduro, cabecillas de las FARC y también del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con representantes de la dictadura castrista, y de ahí es que salen todas las directrices de lo que debe hacerse en Venezuela. Es de esperar que terminar con la Usurpación de Nicolas Maduro, objetivo prioritario de Juan Guaidó, nuestro actual Heracles venezolano, debe facilitar el “cortar” la presencia de las FARC y el ELN de Venezuela. La cabeza de las FANB actuales también debe ser rebanada.

El décimo trabajo de Hércules fue que llevase los toros rojos de Gerión, un rebaño que se encontraba en una isla en los confines del mundo conocido. Además, allí se encontraba él, un monstruo gigante que tenía tres cuernos y contaba con la ayuda de un temible pastor, Euritión, y de Orto, un perro de dos cabezas y con cola de serpiente. Logró acabar con Eurition y Orto, pero la batalla con Gerión fue larga hasta que logró acabar con él.

El terrorismo se parece mucho a la Hidra de Lerna. Cada vez que recibe un golpe, aparecen más cabezas nuevas. Podemos presagiar que tampoco le será fácil a nuestro Heracles erradicar el terrorismo instalado en Venezuela cuyo máximo representante es el Hezbollah.

El terrorismo, de la mano de Hezbollah, más toda una cadena de hechos delictivos vinculados al relacionamiento y apoyo a otros movimientos terroristas de América Latina llegó en la década del 90, y no se fue nunca. Además de Hezbollah, miles de tropas cubanas están hace muchos años en cada estamento de la vida policial y de seguridad en Venezuela y desde hace un tiempo, se agregó Rusia. Las intenciones de la organización son: generar fondos, porque Hezbollah mantiene tropa permanentemente en Siria y Afganistán, que es carísimo; lavar dinero de actividades en la zona y estar preparado para atacar a Israel en una nueva posible guerra.

¿Cómo podemos tolerar que varios de los países que siguen apoyando a Maduro se rasguen las vestiduras con una supuesta invasión militar cuando saben perfectamente que Venezuela ya está ocupada por Irán, Cuba y Rusia, y además está asociada al terrorismo? ¿Qué están alentando realmente los que dicen que hay que negociar con la narco dictadura ocupada por potencias que han introducido armas de todo calibre? ¿Hasta dónde quiere llegar la ceguera política, y ni hablemos de lo moral? La historia tiene sus tiempos. Pero a la larga registra y juzga. Emular a Chamberlain y Daladier además de nefasto, es vergonzoso.

El undécimo trabajo del Hércules griego consistió en llevar manzanas del jardín de las Hespérides y para lograrlo buscó a Nereo que le dio su localización y a Atlas quien lo ayudó matando la serpiente que vigilaba el jardín y le consiguió las manzanas. Algo similar le tocará hacer al Heracles venezolano para acabar con los colectivos, los pranes de las cárceles y la delincuencia en general.

Desde su primera presidencia en 1999, Hugo Chávez promueve las "esquinas calientes", zonas de las ciudades en la que a los disidentes y opositores se les prohibía el paso, eran acosados, insultados y a veces agredidos con palos o piedras. En los años 2000 y 2001 promueve los "Círculos Bolivarianos" y posteriormente vienen y trabajan en Venezuela el vivero de lo que después será el partido Podemos quienes utilizaban la denominación de "colectivos” en el escenario español y comienza a usarse en Venezuela. Se crea en el 2003 el Frente Francisco Miranda en Cuba, entre Fidel Castro y Chávez. Un tercer elemento son los movimientos sociales como los Tupamaros y el grupo La Piedrita, ambos asentados en la popular y siempre revoltosa parroquia "23 de Enero" del oeste de la capital.

Este conglomerado de estructuras políticas, formación ideológica, territorios controlados, apoyo y recursos, armas de fuego y una "marca" de identificación serán el germen de los "colectivos armados", grupos de choque que se convertirán en los "tonton macoute" de Nicolás Maduro.

Como duodécimo y último trabajo, al Hércules del mito se le encargó enfrentarse, sin armas, a la mismísima muerte y que le llevase ante su presencia a Cerbero, un perro con tres cabezas y cola de serpiente que se encargaba de custodiar la entrada al Inframundo. Hércules, a través de sus amistades, logró que le prestaran a Cerbero y finalmente le concedieron la libertad al héroe tebano.

Como duodécimo trabajo del Heracles venezolano, preferiría tener que enfrentar al perro Cerbero mitológico que lidiar con la clase política actual. Ante la generalizada debacle de los partidos políticos y el juego al que se han prestado durante todos estos años sus máximas dirigencias y sus timoratas militancias, avalando la legitimidad de un régimen tiránico y espurio, cabe la pregunta acerca de nuestro reservorio político, académico y moral con el que enfrentar la resolución final de esta gravísima crisis, que supone el colapso de doscientos años de esfuerzos republicanos.

¿Con quiénes contamos para hacer frente al futuro inmediato que se abre ante nosotros?  

Dejo la pregunta abierta para que cada uno piense sus opciones, las analice teniendo presente que los problemas a resolver son, en primerísimo lugar, de orden ético y moral. Nuestra crisis es, ante todo, una crisis espiritual. Nadie pretende desvirtuar los loables esfuerzos de unión y lucha que se hallan tras los esfuerzos recientes de las fuerzas dirigentes, pero soslayar la discusión sobre sus verdaderos propósitos y evadir la discusión sobre lo que nos une y nos divide es un crimen de lesa irresponsabilidad ante el imperativo categórico de unirnos para salir de estos trágicos tiempos.
Ante este volver a las viejas prácticas de dilatar el enfrentamiento final con la dictadura y alimentar falsas ilusiones de cambio es necesario llamar la atención sobre la necesidad de unirnos tras el único objetivo impostergable: desalojar al régimen al menor tiempo posible y correr en auxilio de nuestros compatriotas demandando una masiva y definitoria intervención humanitaria. La verdadera unidad está ante nosotros. Es nuestra asignatura pendiente.

Comments

  1. El artículo - que me atrevo a calificar como ensayo - nos lleva al mito griego de las cabezas de la hidra, tema que Carlos Fuentes desarrolló como novela. Cuando hablas de maduro ya advertimos al monstruo de mil cabezas, vistas desde la perspectiva del ejercicio ilegítimo y cruel de la política.
    En la obra de Fuentes se nos cuenta en clave negra la destrucción de la economía de México. Allí vemos situaciones y personajes semejantes a los demonios del chavismo. Muerte sin justificación, enigmas que enrarecen a la sociedad que no encuentra asiento de paz y desarrollo.
    Al leer tus reflexiones advierto en Venezuela el mayor crimen y expoliación de la comunidad. Es depredación, saqueo, latrocinio... Y muerte a plena luz por grupos criminales.
    Sigamos luchando contra la amargura que nos abate. En la libertad está la vida.
    Un gran abrazo.
    alejo

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  2. El artículo - que me atrevo a calificar como ensayo - nos lleva al mito griego de las cabezas de la hidra, tema que Carlos Fuentes desarrolló como novela. Cuando hablas de maduro ya advertimos al monstruo de mil cabezas, vistas desde la perspectiva del ejercicio ilegítimo y cruel de la política.
    En la obra de Fuentes se nos cuenta en clave negra la destrucción de la economía de México. Allí vemos situaciones y personajes semejantes a los demonios del chavismo. Muerte sin justificación, enigmas que enrarecen a la sociedad que no encuentra asiento de paz y desarrollo.
    Al leer tus reflexiones advierto en Venezuela el mayor crimen y expoliación de la comunidad. Es depredación, saqueo, latrocinio... Y muerte a plena luz por grupos criminales.
    Sigamos luchando contra la amargura que nos abate. En la libertad está la vida.
    Un gran abrazo.
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