Los desafíos de la justicia transicional y la rendición de cuentas en Venezuela
Los desafíos de la justicia transicional y la rendición
de cuentas en Venezuela
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 23 febrero 2020
El 9 de enero
2018 me referí en este mismo blog al tema de la involución de los valores políticos
y le recordaba, en particular, a mis coterráneos Rosales y Barboza que Venezuela
necesitaba recuperar la cultura de los valores pues ellos están siempre muy por
encima del comportamiento y les indicaba que la mayoría de nuestros políticos
alinean sus valores con sus comportamientos y son esos valores los que muestran
a la sociedad. Les decía que lo que había que hacer y el país requería, era
impedir que esos comportamientos, faltos de ética y moral ciudadana, calaran en
nuestra sociedad y que debíamos oponernos y rechazarlos pues no llevaban al
pueblo en la dirección correcta.
En esa
oportunidad me refería, y aun mantengo como válida la involución, en estos
últimos 20 años, en los cuales se ha cambiado la democracia por la tiranía, la Justicia
por Impunidad, la tolerancia por la intransigencia, el respeto por la irreverencia, la honestidad
por la corrupción, la producción por la escasez, el bienestar por la miseria,
el conocimiento por la ignorancia, la armonía por el odio y la habilidad por la
improvisación. Mantuve las mayúsculas en Justicia e Impunidad pues es el tema
por tratar en esta oportunidad. Antes quiero pasar tangencialmente sobre un
paso previo a la justicia transicional y rendición de cuentas: El cese de la Usurpación.
En oportunidades
anteriores he planteado algunas preguntas que estoy seguro todos nos hemos hecho
en relacion a la tragedia que vive Venezuela y la usurpación del poder.
Por
ejemplo, ¿Desde el punto de vista del derecho internacional no hay un derecho a
la intervención de todos los países dirigidos por la ONU, cuando se llega a
estos extremos de violencia de un régimen como el de Nicolás Maduro en contra
de la población? ¿A los venezolanos se les va a seguir matando sin que se tome
alguna medida efectiva que los defienda? ¿Los venezolanos continuaran
muriéndose de hambre y por falta de medicinas y el mundo entero tiene que
someterse al principio de la-no-intervención y permitir semejante atrocidad?
¿Es eso lógico? Eso va en contra de los principios fundamentales del derecho
natural en la Carta Internacional de Derechos Humanos.
El pueblo de
Venezuela no cuenta con ninguna forma militar o institucional para defenderse
y, menos aún, para hacer respetar sus derechos. Esta es la premisa básica que
justifica la ayuda de la comunidad internacional, no se trata de una
intervención militar para ocupar el país sino para el rescate de los derechos
humanos de sus ciudadanos. Un pueblo víctima de su propio gobierno e
intervenido, entre otros, por Cuba, Rusia y China. Lo que se pide es que nos
ayuden a recuperar lo que nos han quitado. La comunidad internacional debe
intervenir en forma directa y cuanto antes mediante una fuerza multinacional
para el rescate de la democracia venezolana, cuyo fracaso se convierte en una
amenaza para el resto de los países de la región. Hay que concentrarse en lo
que se debe hacer, declarar ante la ONU a Cuba como Invasor y el Estado de Necesidad
en Venezuela ya que, de seguir así, no hay mañana para los venezolanos. Está
muy claro que este régimen no sale sino por la fuerza. ¡Se cansa uno!
Son dos las
razones que me motivan a conversar con ustedes sobre un tema que varios
consideran posterior a etapas no cumplidas pero sobre el cual considero muy
pertinente que cada uno debe fijar y aclarar su posición en este momento. Antes
del gobierno de transición. Por una parte, están mis compañeros del sector
eléctrico al cual le hemos dedicado toda nuestra vida profesional y nos da
dolor su estado actual y toda la corrupción implícita en lo que hemos llamado “los
dineros eléctricos” y, por la otra, todos los venezolanos que han sufrido en
carne propia los desmanes y desatinos de este régimen en las últimas dos
décadas. Ambas bajo un paraguas común: Todo Auschwitz tiene un Nuremberg, no es
rencor ni venganza sino JUSTICIA!
La referencia a
Auschwitz surge a raíz de que el pasado 27 enero la ONU conmemoró los 75 años
de la liberación de dicho campo de concentración y, conversando con mi entrañable
amigo y compañero ignaciano, Victor Poleo, me decía que “Auschwitz parece lejos
en el tiempo, ya casi es posteridad.
Auschwitz es hoy nuestro espacio: un Auschwitz a cielo abierto es la Venezuela.
del socialismo XXI. Las muertes en
Birkenau nos ocurren en cámara lenta, huyen 7 millones. Nuremberg caracterizó primero los
crímenes: crímenes contra la Humanidad y
crímenes contra la Nación; crímenes judiciales (jueces del horror), crímenes de
guerra y organizaciones criminales.”
Respecto al
propio Auschwitz, recordaba Victor que, Henri Donnedieu de Vabres, magistrado
francés que sirvió como juez titular del tribunal de Juicios de Núremberg
después de la Segunda Guerra Mundial, encargado de juzgar a los líderes nazis y
sus organizaciones, sentenció que “los crímenes y atrocidades de los imputados
no eran el eje del juicio ni la violación de todos los principios jurídicos y
morales… el agredido es la Civilización”. Igualmente señalaba que, Robert H.
Jackson, Fiscal General de los Estados Unidos, Corregidor de la Corte Suprema
de los Estados Unidos y Promotor Federal Fiscal durante el juicio principal de
los Procesos de Núremberg, había sentenciado que “la responsabilidad de los
imputados no se hallará en consideraciones de índole política, se hallará
principalmente en la destrucción de la Sociedad”. En Venezuela, el actual
régimen, ha agredido y destruido a la sociedad civil en las últimas dos
décadas. Como expone el dicho popular, “A buen entendedor, pocas palabras”.
Entrando en el
tema que nos ocupa, la Justicia Transicional (JT) se refiere a aquellos
procesos de transición de una dictadura/tiranía a una democracia o de un
conflicto armado a la paz, en los que es necesario equilibrar las exigencias
jurídicas (garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, justicia,
reparación y garantía de no repetición) y las exigencias políticas (la necesidad
de paz) que requieren dichas transiciones. Los procesos de JT se caracterizan
por una combinación de estrategias judiciales y no judiciales, tales como la
persecución de criminales, la creación de comisiones llamadas de la verdad y
otras formas de investigación del pasado violento, la reparación a las víctimas
de los daños causados, la preservación de la memoria de las víctimas y la
reforma de instituciones tales como las dedicadas al servicio secreto, la
policía y el ejército, con el firme propósito de prevenir futuras violaciones o
abusos.
Aunque probablemente sus orígenes se remonten a épocas
muy distantes, como en Atenas, después de la derrota con Esparta en el 404 a.C.
y su posterior restauración democrática en el 403 a.C., el origen del término
actual se remonta al período de postguerra de la segunda guerra mundial
(1945-1947) con la creación del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg y
los juicios de los soldados japoneses, concepto que ganó fuerza y coherencia en
las décadas del ’70 y ’80 en adelante, comenzando con los juicios de ex
miembros de las juntas militares en Grecia (1975) y Argentina (Juicio a las
Juntas, 1983) y principios de los 90 (Chile y Sudáfrica), y más
recientemente, Perú y Túnez.
El enfoque de la JT en los años 1970 y 1980 fue en la
justicia penal con énfasis en la promoción de los derechos humanos y el derecho
humanitario. Estos sucesos provocaron el aumento progresivo de defensa de los
derechos humanos que culminaron en el establecimiento de convenciones
internacionales. A finales de 1980 y principios de 1990 se produjo un giro en
el enfoque de la JT alimentado por la ola mundial de democratización, surgiendo
como un nuevo campo de estudio de la democratización. La JT amplió su ámbito de
aplicación del estrecho campo del derecho a las consideraciones políticas de
desarrollo de instituciones democráticas estables y la renovación de la
sociedad civil.
Hay muchos patrones
para lograr la JT, cuyo propósito más amplio es ayudar a una sociedad a
reconocer un legado de abusos de los derechos humanos después de una dictadura/tiranía
asociado con el secuestro de un país por mafias como es el caso de Venezuela.
Estos esfuerzos pueden tomar la forma de un juicio penal, una comisión de la
verdad o un programa de reparaciones, en un esfuerzo por documentar violaciones
horribles, entre otros y contar con ellos.
Los objetivos específicos de la JT, ya mencionados, han
evolucionado con el tiempo. Las primeras iniciativas enfatizaron la justicia
penal, siendo el ejemplo más conocido los juicios de criminales de guerra
alemanes y japoneses posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Más
recientemente, sin embargo, el propósito de la misma comenzó a expandirse para
enfocarse en la reconciliación, la curación y la reforma social. En la era
posterior al apartheid, la comisión de la verdad y la reconciliación de
Sudáfrica valoraban, por ejemplo, la información y la resolución sobre la
justicia.
La realidad es que gran parte de América Latina
todavía está lidiando con las atrocidades cometidas por los regímenes
autoritarios que dominaron el continente desde la década de 1960 hasta la
década de 1980. Los esfuerzos para entregar justicia a las víctimas de esos
regímenes han sido mixtos. Y las iniciativas más recientes, como un acuerdo de
paz en Colombia diseñado para sacar al grupo rebelde del frío y provocar una
reconciliación a nivel nacional, también están fallando.
El fracaso de Brasil
en aceptar su pasado de dictadura allanó el camino para el ascenso al poder de
Jair Bolsonaro, es decir, en Brasil, las heridas de la era de la dictadura
nunca se curaron realmente.
Vale preguntarse ¿Por qué los esfuerzos para lograr
justicia para las atrocidades cometidas durante las guerras civiles de la era
de la guerra fría en El Salvador y Guatemala enfrentan nuevos obstáculos;
buscan justicia por crímenes de guerra o intentan encubrirlos? ¿Por qué las
propuestas para reformar el mecanismo de justicia de transición de Colombia han
hundido prácticamente el acuerdo de paz del país y amenaza, por la justicia
transicional, una paz frágil en Colombia?
De por sí, las violaciones de derechos socavan la
confianza que los ciudadanos pudieran tener en la capacidad del Estado para
salvaguardar sus derechos y su seguridad. Y será frecuente que las comunidades
estén destrozadas y muy debilitadas las organizaciones sociales y políticas. La
necesidad de responder con legitimidad a esas violaciones de derechos masivas,
cuando su propia magnitud y la fragilidad social actúan como condicionantes, es
lo que define a la JT y lo que la diferencia del fomento
de los derechos humanos y, en general, de su defensa.
Este proceso tiene efecto mientras se lleva a cabo el
tránsito de un período de conflicto violento u opresión hacia la paz, la
democracia, el Estado de derecho y el respeto de los derechos individuales y
colectivos. Todas las formas de abordar las violaciones de derechos y sus
causas son complejas. Exigen un tiempo y unos recursos que en Venezuela serán
escasos. No existe un único consejo fiable que sirva para todas las
situaciones. Lo importante es que las medidas de justicia se desarrollen cuando
más probable sea su aplicación, de preferencia de inmediato y no a más a largo
plazo.
He reservado de
ultimo, como cierre del artículo, el inequívoco predicamento de Gustavo Coronel
(Junio 2016), el cual suscribo y lo invito a Usted lector a suscribir:
“Venezuela nunca
podrá regenerarse como sociedad si no lleva a cabo un ejemplar castigo de los
principales responsables de la tragedia venezolana del siglo XXI. Borrón y
cuenta nueva, pasar la página, reconciliarnos, dialogar, perdonar, son términos
que se escuchan con frecuencia para hablar de la solución a la crisis
venezolana. Si esa llega a ser la decisión final, el país barrerá la basura
debajo de la alfombra y al cabo de poco tiempo tendremos otro bárbaro
analfabeto en el poder. Si hay negociación con la pandilla de gánsteres que ha
arruinado al país y prostituido a buena parte de nuestro pueblo habremos
descendido como sociedad al nivel de esos criminales execrables.
No sé cuántos
piensan como yo, si es una mayoría o una minoría, pero cualquiera sea la
distribución de opiniones en torno a este dilema fundamental, considero como un
imperativo moral insistir sobre la necesidad de aplicar la justicia en
Venezuela, como condición necesaria (si no suficiente) para regenerar un país
destruido material y espiritualmente”.
La llamada "justicia transicional" es una forma de impunidad para delincuentes que luego vuelven a sus andadas como se ha comprobado con el "plan de paz" negociado por el Presidente Santos de Colombia. La Justicia debe ser aplicada por igual para todos si se quiere tener un pais que progrese con una sociedad civil robusta y competetnte.
ReplyDeleteEn1919, Laureano Vallenilla Lanz publicó un polémico libro, de historia y filosofía del derecho, titulado Cesarismo Democrático. Este texto comienza con un análisis de la destrucción que la Guerra de la Independencia produjo en todos los órdenes y de las crisis políticas que provocó dicha destrucción en el transcurso del resto del siglo XIX, para concluir en la tesis de que solo la figura de un “gendarme necesario” convertiría esta situación de inestabilidad en una de paz, de orden y progreso.
ReplyDeleteHay mucha semejanza con lo que ocurrido en nuestra América del Sur: Perón y el caudillismo que se extendió por el Continente, y cuando estaba afixiado se vino a Venezuela que lo recibió para protegerlo.
Añado un aspecto de importancia: El propósito explícito de Laureano Vallenilla es “contribuir a la elaboración de un sentimiento nacional”, Es la continuación de las dictaduras proclamadas por Vallenilla Lanz, padre del que luego fue guardián de Pérez Jimenez.
ReplyDeleteLa Justicia vuela, la Ley se arrastra.
ReplyDeleteDificil contemplar un ecsenario donde los ideales de la Justicia se cumplan.
La Historia, salvo casos exepcionales ocurridos luego de la Segunda Guerra Mundial,
llevados a cabo estos por los vencedores, no tiene muchos mas ejemplos.
Y habra justicia en aquellos casos donde se invade y luego se anarquiza un pais en nombre
de una mentira ?