El trastorno narcisista de la personalidad (Gustavo Gonzalez Urdaneta)

 

El trastorno narcisista de la personalidad

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 15 enero 2021

 

La mitología griega alude al Mito de Narciso que trata una historia moral y existen varias versiones de esa leyenda o mito. Narciso era un joven con una apariencia bella, hermosa y llamativa. Todas las mujeres y hombres quedaban enamorados de él, pero este los rechazaba.

En la historia helénica, el joven Aminias ama a Narciso quien lo rechaza cruelmente y Aminias utiliza la espada que le había regalado Narciso para suicidarse ante las puertas de la casa de Narciso, mientras suplica a la diosa Némesis que Narciso un día conozca el dolor del amor no correspondido. Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en un estanque. En una contemplación absorta, incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.

El relato más conocido sobre el mito de Narciso es el que Ovidio relató en su tercer libro de Las Metamorfosis en el año 43 a. C. La tragedia comienza a gestarse ya desde la concepción del niño Narciso, puesto que él es fruto de la violencia sexual. El dios-río Cefiso, después de raptar y violar a la náyade Liriope, engendró en ella a un joven de espléndida belleza, a quien dieron por nombre Narciso. Preguntado sobre si el recién nacido tendría una larga vida, Tiresias, el sabio capaz de predecir el futuro, contestó crípticamente: «Sí, siempre y cuando nunca se conozca a sí mismo».

Ovidio cuenta que la ninfa Eco se enamora de Narciso y, un día lo sigue a través de los bosques, pero Narciso la rechazó y le dijo vanidosamente que lo dejara en paz, y se marchó repudiándola. Por lo que se refiere a Narciso, un día engañado por Némesis, se acercó a un arroyo. Al verse reflejado en las aguas, la visión de su vanidad y lozanía lo atrapó en un castigo sin fin: por miedo a dañarlo no lo tocaba y era incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente, se dice que Narciso se suicida al no poder tener el objeto de su deseo. E igualmente, donde su cuerpo yacía, creció una flor que llevaría su nombre: el narciso.

El narcisismo es el amor que se dirige un sujeto a sí mismo. Si bien se puede aludir a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, el narcisismo puede también manifestarse como una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad como el Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP), en que el paciente sobrestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación.

Tener una buena autoestima es importante en muchos aspectos de nuestras vidas. Este factor facilita que nos involucremos en proyectos importantes capaces de llevarnos a mejorar nuestra calidad de vida, nos facilita las cosas a la hora de socializar, y contribuye a que las crisis y las pequeñas derrotas del día a día no nos hundan del todo anímicamente. Sin embargo, como prácticamente cualquier factor psicológico vinculado a la personalidad, un exceso de autoestima puede traer problemas… tanto para uno mismo como para quienes le rodean. Cuando estos altos niveles de amor propio llegan a convertirse en narcisismo, todo cambia.

En el ámbito social los narcisistas naufragan. Las demás personas solo cuentan para ellos como posible fuente de gratificación, devolviendo la imagen de sí mismos cuya carencia les atormenta y que anhelan insaciablemente. Por ello suelen elegir profesiones que les proporcionen notoriedad social, reconocimiento o incluso fama. Se trata de un elemento de personalidad que puede estar presente en diferentes grados de intensidad, de manera que cuanto más extremo resulta, más probable es que se encuadre en uno de los grupos de síntomas de un trastorno mental. De todas formas, no todas las personas con un elevado nivel de narcisismo tienen una alteración mental que dañe significativamente su calidad de vida.

Según los profesionales de la salud mental, hay varios criterios a seguir para diagnosticar un trastorno narcisista de personalidad. Por ejemplo, reaccionar de forma airada a las críticas, en lugar de hacerlo constructivamente, porque la persona afectada se siente avergonzada y humillada. La relación con los demás se basa en la explotación, porque se da prioridad a la función del otro: "lo importante no eres tú sino la función que desempeñas para mí”. Además, la persona narcisista tiene un ego sobredimensionado, se siente única y maravillosa.

Los narcisistas patológicos tienen fantasías permanentes con el éxito, el poder, el brillo y la belleza sin límites. También con el amor ideal. Se exigen mucho a sí mismos y al mundo que los rodea. Esperan obtener atención y admiración permanentes. Si esto les falla, entran en crisis. A los narcisistas les falta comprensión por los demás, aunque este es un tema controvertido y debatido. Los narcisistas patológicos puede que muestren empatía por otras personas, pero no para sentir emoción de forma conjunta, sino para saber en qué estado se encuentra la persona que tienen delante. Por último, los narcisistas patológicos son extremadamente envidiosos.

De acuerdo con la psicóloga Bärbel Wardetzki el concepto de narcisismo no es sencillo de definir y ella lo ve como una forma de relacionarse con el mundo que abarca desde el narcisismo positivo hasta el enfermizo. Si alguien dice: "Me veo estupendo”, tiene sencillamente un sentimiento positivo de autovaloración. Son personas que saben lo que es tener dudas sobre sí mismas, pero que son capaces de reorganizarse internamente y darse consuelo y apoyo. Conocen sus cualidades y también sus límites. Muchos creen que eso ya es narcisismo en sentido negativo, pero no, se trata de algo positivo. El narcisismo patológico reside precisamente en un sentimiento de autovaloración gravemente distorsionado, cuyas carencias deben ser compensadas por un "yo” sobredimensionado.

El narcisista es una persona que puede ser muy exitosa, en cuanto al brillo externo se refiere. Él no se plantea dudas en cuanto a la realidad de sus ideas, sean estas brillantes o no. Así vemos cómo personas con una inteligencia mediocre y una cultura pobre, escalan posiciones sorprendentes, para ellas el recapacitar no existe. Aún las más insulsas ideas son expresadas con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Estos últimos logran capitalizar a una horda de narcisistas depresivos que creen, ingenuamente, en la verdad expresada por el pseudo-maestro. Y si además tiene poder, ellos lo seguirán fielmente, no importa cuán errado esté.

Al preguntarle a la Dra. Wardetzki si Donald Trump sufre un trastorno narcisista de la personalidad, responde que es difícil emitir un diagnóstico ya que no lo conoce y lo único que puede hacer es interpretar su comportamiento. Según ella, es posible que tenga otro tipo de trastorno psicológico, pero lo que salta a la vista es la parte narcisista pues su forma de comportarse, su manera de relacionarse con otras personas y su forma de dividir el mundo en buenos y malos son típicas de ese trastorno.

En su libro “Desórdenes de la personalidad en la Vida Moderna”, Theodore Millon y Roger Davis afirman que el narcisismo patológico está reservado a «los nobles y los ricos», y que «parece haber ganado prominencia sólo en el siglo XX». De acuerdo con ellos, el narcisismo podría estar asociado con niveles superiores en la escala de necesidades de Maslow. Según ellos, «los individuos de naciones menos adelantadas... están demasiado ocupados tratando (de sobrevivir) ... para comportarse de una forma arrogante y grandiosa». Sin embargo, en opinión de Sam Vaknim (Malignant Self Love: Narcissism Revisited (1999), el narcisismo es un fenómeno ubicuo debido a que cada ser humano, independientemente de la naturaleza o la cultura, desarrolla un narcisismo sano tempranamente en su vida. El narcisismo sano se convierte en patológico cuando se produce el abuso, y el abuso es un comportamiento humano universal. Por "abuso" entiende el rechazo a reconocer las fronteras emergentes del individuo.

En la opinión de Vaknim, los narcisistas han perdido su " verdadero yo ", el núcleo de su personalidad, que ha sido reemplazado por delirios de grandeza, un " falso yo ". Por lo tanto, él cree que no se pueden curar, porque no existen como personas reales, solo como reflejos: "El Yo Falso reemplaza al Yo Verdadero del narcisista y está destinado a protegerlo del dolor y la herida narcisista mediante la omnipotencia autoimputable ... El narcisista finge que su falso yo es real y un número desproporcionado de narcisistas patológicos está trabajando en los sectores más influyentes de la sociedad, como la medicina, las finanzas y la política”.

En concreto, la literatura ofrece una clasificación de tipos de narcisismo que nos puede ayudar a comprender mejor todos los matices de este elemento de la personalidad: Dependiente (busca la validación por parte de otros y suele ser obsesivo); Poderoso (disfruta sometiendo a otros); Fantasioso (se aíslan en un mundo imaginario); Corporal (atención al propio cuerpo); Embaucador (rasgos típicamente psicopáticos); Amante (orientado a la pareja y al amor); Salvador (capaz de transformar vidas);  Furioso (umbral de frustración muy bajo) y Mártir (más digno y se sacrifica).

El Narcisismo Maligno es un síndrome psicológico, definido por Erich Fromm en 1964, no incluido en la clasificación anterior, que comprende una mezcla extrema de narcisismo, comportamiento antisocial, agresión y sadismo. Grandioso, y siempre dispuesto a elevar los niveles de hostilidad, el narcisista maligno socava a las familias y organizaciones en las que se involucra y deshumaniza a las personas con las que se asocia. El narcisismo maligno es una categoría de diagnóstico experimental hipotética. Como síndrome hipotético, el narcisismo maligno podría incluir aspectos del trastorno de personalidad narcisista junto con una mezcla de rasgos de trastorno de personalidad antisocial, paranoide y sádico.

¿Quiénes son los narcisistas más infames de la historia? Si nos circunscribimos al siglo XX, que es el período histórico del que más datos fidedignos tenemos, y en el que se da la mayor "cosecha" de genocidas narcisistas, podemos destacar a Hitler, Stalin, Franco, Mussolini, Pinochet, Videla, Pol Pot, Mao Zedong y Karadzic.

Tal vez el primer personaje histórico que nos viene a la mente, y que arrastra un fuerte halo de narcisismo, es Adolf Hitler. Fue el responsable del Holocausto y muchas atrocidades más. En total, 17 millones de víctimas. Aunque, no perdamos de vista a Stalin. Creo que ambos, en el tema del narcisismo, estaban a la par. Stalin era un narcisista abierto extremo y sin empatía alguna. Estaba enfermo de poder y quería ser admirado por todos. Tiene en su haber la cifra de 23 millones de víctimas. Pero así, "al peso", ni Hitler ni Stalin. El "campeón" de los genocidas narcisistas fue, sin duda, Mao Zedong. El presidente de la república popular china y del partido comunista chino desde sus inicios hasta 1976, fecha de su muerte, fue el responsable de una hambruna que acabó con la vida de 78 millones de personas. Y sorprendentemente, no tiene tan mala fama como los anteriores.

Otra variante no citada es el Narcisismo Colectivo y se refiere a los sentimientos de grandeza o supremacía de un grupo de personas organizadas por raza, etnia, religión o alguna otra distinción. Los miembros del grupo están unidos por su sentido de derecho y empoderamiento. El narcisismo colectivo conduce a actitudes negativas y hostilidad de represalia contra otro grupo que se percibe como amenazante. También se presta a teorías de conspiración sobre la severa malevolencia del grupo competidor. El narcisismo colectivo es un fenómeno que ha sido impulsado y dinamizado, por ejemplo, por Hugo Chavez y Donald Trump. Es tan malsano y destructivo como el narcisismo maligno individual. Si algo hemos aprendido en los últimos cuatro años en EE. UU. y las dos últimas décadas en Venezuela es que el narcisismo colectivo es insidioso y peligroso. Y crece en intensidad y negatividad si no se controla. Es un cáncer que hace metástasis.     

Con esta amplia variedad de narcisismos no es de extrañar lo que he oído en varias ocasiones de que “todos somos narcisistas”. En una sociedad tan narcisista como la nuestra es posible que muchas personas asientan y digan que sí… Lo que si es cierto es que nuestra cultura tiende a favorecer el narcisismo por varios motivos: la sobreprotección a los niños; la ausencia de límites en la educación; el excesivo refuerzo de la apariencia exterior y de nuestros logros, la excesiva identificación con la imagen que proyectamos hacia el exterior por aquello que nos dice que somos lo que parecemos, el culto a la imagen, etc. Estos y otros factores pueden favorecer que nuestra cultura sea una fábrica de personas, en mayor o menor medida, narcisistas.  

Volviendo a esa afirmación de “todos somos narcisistas”, no me parece que realmente haya tantas personas así. Todos conocemos a buenas personas, capaces de escuchar, empatizar, sentir dolor por el sufrimiento ajeno, ser capaces de responder a necesidades de otras personas, etc. Si todo el mundo fuera narcisista es posible que el mundo se viniera abajo en cualquier momento.

Otra cuestión para tener en cuenta sería lo que podemos llamar un “narcisismo sano”, que se manifestaría, por ejemplo, en la sensación de que es agradable gustar a otros, lograr algún tipo de reconocimiento por nuestros logros y percibir que somos queridos por otras personas. Pero en el caso del narcisismo sano no se sufre cuando no se es el centro de atención, ni se busca admiración ni reconocimiento constante, y se es capaz de mirar hacia la realidad personal de otros. Quizás en todos nosotros haya diversos grados de narcisismo sano y patológico, según los momentos.  

Los profesionales de la salud mental llevan tiempo preocupados por el desolador estado mental de Donald Trump. Ya en febrero 2018, treinta y tres psiquiatras y psicólogos advirtieron en una carta publicada por el New York Times del peligro que, en su opinión, supone el presidente de EE. UU. Hacia pocos meses vio la luz el libro “El peligroso caso de Donald Trump”, en el que 27 autores certificaban los graves trastornos de personalidad del magnate. El diagnóstico más habitual es el de trastorno narcisista de la personalidad.

Seamos o no narcisistas, intentemos mirar más allá de nosotros mismos con humildad y veamos la realidad ajena como una realidad tan digna e importante como la propia, que también es fundamental que nos atrevamos a mirar en profundidad, para conocernos mejor. Quizás así podamos irnos vacunando de una realidad que puede ser tan dañina para muchos, tanto para quienes lo padecen como para quienes sufren el relacionarse con alguien que está tan perdido y desconectado de sí mismo… Tengamos también empatía hacia esas personas que por estar tan incompletas y dañadas necesitan ser amadas incondicionalmente, pero pongamos los límites para que esa voracidad de ser del vacío del narcisista no nos dañe. Respetemos también nuestra propia dignidad y construyamos un amor sano a nosotros mismos, para no depender del reconocimiento o la atención ajenos.

 

“El ser humano es el único animal cuya existencia es un problema que tiene que resolver” Erich Fromm

 

 

 

 

 

Comments

  1. Estimados lectores, me adelanto a cualquier comentario pues al releer el articulo ya publicado, y recordando algunos comentarios en el artículo previo de la lógica y la politica, caí en cuenta de que debía precisar que, en ningun momento se ha hablado ni juzgado la gestión de Donald Trump en sus cuatro años de presidencia. Es un tema aun no analizado a profundidad. Es preciso mencionar que, aunque en este momento no hay una investigación científica clara que logre responder la cuestión del grado en el que el narcisismo logra ser productivo, se suele estar de acuerdo en que los gerentes o directivos narcisistas pueden liderar organizaciones con gran éxito.

    Tenemos ejemplos claros de narcisistas productivos Steve Jobs, Jack Welch de General Electric. Son guerreros talentosos y con gran inventiva que tenían en su cabeza el horizonte universal. Son de esas personas que se atreven a asumir riesgos en un mundo en constante movimiento y siempre se enfrentan a nuevos retos. Los narcisistas productivos son muy demandados sobre todo en momentos de transformación porque son los únicos que tienen la valentía de llevar a las organizaciones a través de procesos de transformación fuertes y con una gran habilidad de elocuencia y atractivo.

    El gran peligro es que el narcisismo se convierta en destructivo produciendo improductividad. Es aquí dónde empieza la ensoñación, el caminar hacia el fracaso irreal y culpabilizan a sus enemigos y a las circunstancias de sus fracasos. Es entonces cuando este estilo de liderazgo se convierte en destructivo. Como consecuencia, la inclinación hacia la grandeza, suposiciones y delirios sigue siendo el telón de Aquiles de los narcisistas cualquiera sea el cargo que desempeñe y que, cuanto más brillantes sean, pequen de imprevisibilidad, paranoia y egoísmo desmedido.


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  2. Creo que es un poco desproporcionado incluir a Franco dentro de la lista de los "narcisistas más infames de la historia". Las circunstancias en las que Franco llega al poder y luego lo consolida son bien especificas. Ganarle al comunismo la única guerra que ha perdido en la historia del mismo, no es poca cosa, mantener a España al margen de la segunda guerra mundial (luego de pensarlo mejor), a pesar de la deuda con Hitler y Mussolini tampoco fue poca cosa y luego negociar con Eisenhower comida por bases militares de EEUU en España (que implicaba quitar a España el bloqueo impuesto por la ONU por ser Franco “fascista”) para hacer frente la unión soviética, tampoco fue poca cosa. Muy útil le fue Franco a Occidente después de 1950, tanto así que lo dejaron morir de viejo en el poder.
    En mi opinión el gallego Fidel Castro fue más infame que el gallego Francisco Franco.

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  3. Muy pertinente y apuntada reseña sobre el narcisismo. Por supuesto que da contexto para entender lo que nos ha traido al hoy narciso de la política y sus protagonistas. Sobre Trump, está el libro de su sobrina Mary Trump, PhD en psicología clínica. Ahí, desde la intimidad de una familia mal avenida, se plasma cruentamente su enfermedad antipática. Avasallar a ultranza con su narcisismo malévolo, su despotismo calloso, su mentir sádico. Hasta zambullirse estrellando a un pais contra su imagen.

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  4. El hombre que seguro de si mismo, con confianza arrolladora en sus capacidades y la virtud de encantar a sus seguidores y exitoso en sus empresas, seria un Narciso ? Y si estas empresas benefician a la sociedad, seria malo ser Narciso ?

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  5. Querido Gustavo: Ante todo, muchísimas gracias por esa excelente explicación sobre el Mito de Narciso, el cual era totalmente desconocido por mí y que me resultó sumamente provechoso, para mi acervo cultural.
    Ahora bien, sin ser un defensor a ultranzas de Trump, no puedo estar de acuerdo contigo, cuando usas el concepto de Narciso, endosándoselo a Trump y equiparándolo con Chavez, ergo, con Hitler, Stalin, Franco, Mussolini, Pinochet, Videla, Pol Pot, Mao Zedong y Karadzic, y para ello te vales de la pregunta a la Dra. Wardetzki ¨si Donald Trump sufre un trastorno narcisista de la personalidad, responde que es difícil emitir un diagnóstico ya que no lo conoce y lo único que puede hacer es interpretar su comportamiento. Según ella, es posible que tenga otro tipo de trastorno psicológico, pero lo que salta a la vista es la parte narcisista pues su forma de comportarse, su manera de relacionarse con otras personas y su forma de dividir el mundo en buenos y malos son típicas de ese trastorno¨, y a continuación citas a los otros respetados profesionales, pero ligar a Trump con El Narcisismo Patológico o El Narcisismo Maligno, es decir, cuando el narcisismo se convierte en una Psicopatía, la cual conduce a esos personajes. como Hitler, Stalin, Pinochet, Chavez, etc., a cometer esos repudiables y demoníacos crímenes, ya conocidos por todos.
    En efecto, como tu muy bien lo sabes, ni soy psicólogo, ni puedo opinar sobre el narcisismo de Trump, quien indudablemente, según muchos profesionales de esa ciencia, así lo determinan, y no soy nadie para dudarlo, pero lo que si me atrevo a señalar, porque me parece contradictorio de esas opiniones es tratarlo como un narciso psicópata o maligno, en vista que, un personaje como Trump, que no sigue las reglas tradicionales de la política, es decir, lo “políticamente correcto”, ni de la alta diplomacia, ni las negociaciones sin principios, ni ha conducido a su nación a una guerra, después de ser nombrado con el premio Nobel de la Paz como Obama, y otras muchas triquiñuelas, de las cuales ya el mundo esta cansado, y por el contrario, dice las verdades descarnadamente y se enfrenta con decisión a lo que considera inadecuado o dañino.
    Por esas razones y muchas más. considero que llego la hora de que existan lideres que llamen al pan, pan y al vino, vino, a pesar de que los llamen narcisistas por su frontalidad. .
    Como siempre, , seguimos conversando

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  6. Querido Gustavo: Ante todo, muchísimas gracias por esa excelente explicación sobre el Mito de Narciso, el cual era totalmente desconocido por mí y que me resultó sumamente provechoso, para mi acervo cultural.
    Ahora bien, sin ser un defensor a ultranzas de Trump, no puedo estar de acuerdo contigo, cuando usas el concepto de Narciso, endosándoselo a Trump y equiparándolo con Chavez, ergo, con Hitler, Stalin, Franco, Mussolini, Pinochet, Videla, Pol Pot, Mao Zedong y Karadzic, y para ello te vales de la pregunta a la Dra. Wardetzki ¨si Donald Trump sufre un trastorno narcisista de la personalidad, responde que es difícil emitir un diagnóstico ya que no lo conoce y lo único que puede hacer es interpretar su comportamiento. Según ella, es posible que tenga otro tipo de trastorno psicológico, pero lo que salta a la vista es la parte narcisista pues su forma de comportarse, su manera de relacionarse con otras personas y su forma de dividir el mundo en buenos y malos son típicas de ese trastorno¨, y a continuación citas a los otros respetados profesionales, pero ligar a Trump con El Narcisismo Patológico o El Narcisismo Maligno, es decir, cuando el narcisismo se convierte en una Psicopatía, la cual conduce a esos personajes. como Hitler, Stalin, Pinochet, Chavez, etc., a cometer esos repudiables y demoníacos crímenes, ya conocidos por todos.
    En efecto, como tu muy bien lo sabes, ni soy psicólogo, ni puedo opinar sobre el narcisismo de Trump, quien indudablemente, según muchos profesionales de esa ciencia, así lo determinan, y no soy nadie para dudarlo, pero lo que si me atrevo a señalar, porque me parece contradictorio de esas opiniones es tratarlo como un narciso psicópata o maligno, en vista que, un personaje como Trump, que no sigue las reglas tradicionales de la política, es decir, lo “políticamente correcto”, ni de la alta diplomacia, ni las negociaciones sin principios, ni ha conducido a su nación a una guerra, después de ser nombrado con el premio Nobel de la Paz como Obama, y otras muchas triquiñuelas, de las cuales ya el mundo esta cansado, y por el contrario, dice las verdades descarnadamente y se enfrenta con decisión a lo que considera inadecuado o dañino.
    Por esas razones y muchas más. considero que llego la hora de que existan lideres que llamen al pan, pan y al vino, vino, a pesar de que los llamen narcisistas por su frontalidad. .
    Como siempre, , seguimos conversando

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  7. Querido Gustavo: Ante todo, muchísimas gracias por esa excelente explicación sobre el Mito de Narciso, el cual era totalmente desconocido por mí y que me resultó sumamente provechoso, para mi acervo cultural.
    Ahora bien, sin ser un defensor a ultranzas de Trump, no puedo estar de acuerdo contigo, cuando usas el concepto de Narciso, endosándoselo a Trump y equiparándolo con Chavez, ergo, con Hitler, Stalin, Franco, Mussolini, Pinochet, Videla, Pol Pot, Mao Zedong y Karadzic, y para ello te vales de la pregunta a la Dra. Wardetzki ¨si Donald Trump sufre un trastorno narcisista de la personalidad, responde que es difícil emitir un diagnóstico ya que no lo conoce y lo único que puede hacer es interpretar su comportamiento. Según ella, es posible que tenga otro tipo de trastorno psicológico, pero lo que salta a la vista es la parte narcisista pues su forma de comportarse, su manera de relacionarse con otras personas y su forma de dividir el mundo en buenos y malos son típicas de ese trastorno¨, y a continuación citas a los otros respetados profesionales, pero ligar a Trump con El Narcisismo Patológico o El Narcisismo Maligno, es decir, cuando el narcisismo se convierte en una Psicopatía, la cual conduce a esos personajes. como Hitler, Stalin, Pinochet, Chavez, etc., a cometer esos repudiables y demoníacos crímenes, ya conocidos por todos.
    En efecto, como tu muy bien lo sabes, ni soy psicólogo, ni puedo opinar sobre el narcisismo de Trump, quien indudablemente, según muchos profesionales de esa ciencia, así lo determinan, y no soy nadie para dudarlo, pero lo que si me atrevo a señalar, porque me parece contradictorio de esas opiniones es tratarlo como un narciso psicópata o maligno, en vista que, un personaje como Trump, que no sigue las reglas tradicionales de la política, es decir, lo “políticamente correcto”, ni de la alta diplomacia, ni las negociaciones sin principios, ni ha conducido a su nación a una guerra, después de ser nombrado con el premio Nobel de la Paz como Obama, y otras muchas triquiñuelas, de las cuales ya el mundo esta cansado, y por el contrario, dice las verdades descarnadamente y se enfrenta con decisión a lo que considera inadecuado o dañino.
    Por esas razones y muchas más. considero que llego la hora de que existan lideres que llamen al pan, pan y al vino, vino, a pesar de que los llamen narcisistas por su frontalidad. .
    Como siempre, , seguimos conversando

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  8. Mis queridos amigos, agradecido por sus nutridos comentarios sobre el contenido del artículo y, como siempre, los desacuerdos, son una buena fuente de información y conocimiento. Que aburrido seria un mundo en el que todos estemos de acuerdo.
    La clasificación de cualquier tipo de trastorno de la personalidad, narcisista o no, se la dejamos a los profesionales de la salud mental, y solo podemos, aceptarla, o no estar de acuerdo con lo expresado por ellos y estamos en nuestro derecho.
    El narcisismo maligno fue definido por Erich Fromm en 1964, quien lo describió como una condición en la que una persona se caracteriza por un comportamiento grandilocuente, antisocial y hostil.
    A Fromm le parecía que era la ‘quinta esencia del mal’ y como testigo de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, este psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judío alemán, quiso asentar las bases de lo que, según sus propias creencias, podía alzarse como la patología más grave de todas. Esa donde uno es capaz de cometer actos violentos.
    Una persona con narcisismo maligno tiene el potencial de destruir familias, comunidades, naciones y entornos laborales. Esta condición refleja un híbrido o mezcla de trastornos narcisistas y antisociales de la personalidad. A menudo ven el mundo a través de una lente binaria primitiva (por ejemplo, ganador/perdedor; inteligente/tonto; rico/pobre; bonito/feo; negro/blanco).
    Aunque muchos especialistas coinciden en calificar a Trump con trastorno narcisista de la personalidad, incluyendo un familiar directo, ninguno, que yo sepa, lo ha clasificado como narciso maligno ni comparado con quienes si han sido considerados genocidas infames de la humanidad e incluso, entre ellos, no todos son igual de malignos.

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