La Participación en la Politica (III): La tolerancia, la dignidad y otros principios y valores (Gustavo González Urdaneta)

 La Participación en la Politica (III): La tolerancia, la dignidad y otros principios y valores

Gustavo González Urdaneta

Miami 20 octubre 2021


Una pregunta en la que vale la pena profundizar es ¿Por qué son importantes la dignidad y la tolerancia en la participación politica? Entre otras muchas razones porque al violarse sus límites dejan de ser virtudes. Sobran hechos, en las últimas dos décadas en Venezuela, que demuestran que hemos sido muy necios respectos de cosas fácilmente predecibles y hemos elegido pasarlas por alto o malinterpretado lo que iba a ocurrir.

El término tolerancia, desde sus inicios, ha tenido diversos significados en el contexto histórico-filosófico. Etimológicamente tiene su origen en el verbo latino “tollerare”, cuyo significado es “soportar o llevar con paciencia” lo que muestra es una connotación negativa, si utilizamos este significado para referirnos al otro. 

El tolerar a alguien se convierte en “soportar” o “aguantar” sus ideas, pensamientos o acciones. Pero existe un significado distinto con respecto a este término y es el que proviene del término griego “tálanton” – “balanza”, el cual indica la búsqueda del equilibrio y, en nuestro caso particular, el equilibrio entre las ideas, creencias o discursos de los distintos miembros de una comunidad política, aun cuando vayan en contra de nuestras propias creencias o concepciones de verdad.

La tolerancia hoy en día es propuesta dentro del debate político como la virtud propia de las sociedades pluralistas modernas. Cuando nos referimos a la tolerancia hablamos del acercamiento al otro, su reconocimiento y el respeto a su dignidad. 

El reacomodo del mundo global, las crecientes diferencias socioeconómicas entre los países ricos y pobres, las sociedades multiétnicas y multireligiosas que poseen un gran antagonismo social, van tejiendo un entramado de actitudes que desencadenan conductas intolerantes. Todos estos factores promueven que se replantee el concepto de tolerancia y que se vuelva necesario incluirlo como virtud en el ejercicio político cotidiano para lograr adaptarlo a la nueva realidad política y social presente en las naciones.

Da la impresión de que conforme ha avanzado el siglo XXI se ha ido enraizando una idea que siempre ha estado presente en el pensamiento democrático y es que el fundamento del Estado democrático hay que situarlo en la dignidad de la persona. La persona se constituye en centro de la acción política. No la persona genérica o una universal naturaleza humana, sino la persona, cada individuo, revestido de sus peculiaridades irreductibles, de sus coordenadas vitales, existenciales, que lo convierten en algo irrepetible e intransferible, en persona.

Cada persona es sujeto de una dignidad inalienable que se traduce en derechos también inalienables, los derechos humanos, que han ocupado, cada vez con mayor intensidad y extensión, la atención de los políticos democráticos de cualquier signo en todo el mundo. En este contexto es donde se alumbran las nuevas políticas, que pretenden significar que es en la persona singular en donde se pone el foco de la atención pública, que son cada mujer y cada hombre elcentro de la acción política.


En conclusión, la tolerancia y la dignidad son consustanciales a la democracia. 

Si la democracia presupone el pluralismo de opiniones, preferencias y proyectos políticos, y además aporta un procedimiento institucionalizado y pacífico para dirimir esas diferencias en el marco de la igualdad de derechos ciudadanos, entonces la tolerancia y la dignidad tienen en la democracia su mejor hábitat. 

En efecto, ¿cómo concebir, por ejemplo, el diálogo, el pluralismo, la legalidad o la representación y la participación política sin ellas?

Este cambio en el sentido de la vida política se ha producido a la par que una reflexión sobre el sentido y las bases del Estado democrático. Esta reflexión ha venido obligada no solo por los profundos cambios a los que venimos asistiendo en nuestro tiempo: Cambios geoestratégicos que han modificado el marco ideológico en el orden político vigente; Cambios tecnológicos que han cambiado las vías de comunicación humana; Cambios en la percepción de la realidad que permiten augurar, sin riesgo excesivo, que nos encontramos en las puerta de un cambio de civilización. 

Es una reflexión obligada también por la insatisfacción que se aprecia en los países desarrollados de occidente ante los modos de vida, las expectativas existenciales, las vivencias personales de libertad y participación. Y es una reflexión que nos conduce a participar en la recuperación del sentido de la vida y del sistema democrático contaminadas por experiencias totalitarias del siglo pasado, particularmente en Europa.

Si bien la tolerancia y la dignidad son indispensable para la democracia, no cubren, por sí solas todo el espectro de esta última. Ambas son parte de la familia de valores, principios, procedimientos, instituciones y prácticas políticas que dan vida a la democracia. Así, junto a ellas están, de manera destacada, la libertad, la igualdad política, la soberanía popular, el pluralismo, el diálogo, la legalidad, la justicia, la representación política, la participación, el principio de mayoría y los derechos de las minorías. 

La articulación de este cúmulo de principios y valores es lo que conforma el complejo sistema en el que la democracia cobra forma y operatividad y que no se están dando en el ámbito venezolano desde la llegada del chavismo.

La importancia y la necesidad de la tolerancia y la dignidad en el mundo actual se hacen evidentes cuando observamos el resurgimiento de diversas manifestaciones de intolerancia y deshonra que atentan contra los derechos básicos de las personas. 

Por eso, hoy más que nunca se requiere revisar, ampliar su presencia y normar las relaciones entre los actores políticos y la sociedad civil. 

La recuperación de la tolerancia y la dignidad es una necesidad imperiosa enVenezuela: sólo ellas pueden asegurar la convivencia social y política civilizada, y ser una garantía para evitar la continuación de la experiencia autoritaria y represiva de nuestras dos últimas décadas.

Lamentablemente, hoy, por lo que se ve, el horizonte en Venezuela no vislumbra cambios por parte de los actores políticos que no se atreven a pensar en el bien general, en el progreso real de los ciudadanos: todo lo más, aspiran a estar y permanecer a como dé lugar en la poltrona, como sea. Defender sus espacios. Con la excepción de unos pocos comprometidos con sus principios y fieles en la lucha contra la usurpación a expensas de altos riesgos personales.

Quiero evitar intencionadamente, usar ejemplos específicos sobre la grave situación de la dignidad y la tolerancia en Venezuela por varias razones: porque incluso una recopilación superficial podría llenar miles de páginas, porque cada caso posee una historia propia y unadiversidad individual; porque para los hechos del pasado puede haber desacuerdos en las explicaciones históricas y en cuanto a las situaciones más recientes, en muchas surgen conflictos de opinión, posición o interés. 

Así, incluso cuando estén bien elegidos, los ejemplos pueden difuminar, antes que aclarar, la sustancia de una afirmación general.

Pero ha habido casos concretos que quizás vale la pena tener presente, pues resultan tan claros y porque implican a los dos grupos representativos de la situación venezolana: el régimen y la oposición y, que como ya indicáramos, hemos elegido pasarlas por alto o malinterpretado lo que iba a ocurrir.

Los sucesos de Puente Llaguno, también conocidos como la Masacre de El Silencio, es un término acuñado por los medios de comunicación venezolanos haciendo referencia a los hechos ocurridos en el centro de Caracas durante una marcha digna  multitudinaria de la oposición hacia el Palacio de Miraflores y como resultado perdieron la vida diecinueve ciudadanos venezolanos, entre simpatizantes de Hugo Chávez y opositores. 

De ese lunes 11 de abril ya se han cumplido 19 años y aún quedan dudas pues solo sentenciaron a personas de la oposición aplicando una subjetiva concepción de la justicia: “Todos los señalados, son culpables aunque los hechos demuestren lo contrario”. 

Una participación que dejó en claro la intolerancia del régimen a manifestaciones no violentas y dignas de la oposición.

En 2015 la oposición de Venezuela obtuvo una amplia e histórica victoria digna de participación convencional en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo 6 de diciembre. 

La oposición venció al chavismo por primera vez en 16 años de Revolución Bolivariana en Venezuela. Lamentablemente la oposición no supo aprovechar dicha victoria y la sociedad civil no reaccionó sino que fue excesivamente tolerante con sus líderes. Salvo aquella derrota sufrida en el referendo de 2007 para hacer una reforma constitucional, el oficialismo siempre se había impuesto en las urnas desde que llegó al poder. 

Una crisis económica sin precedentes –marcada por la alta inflación, la recesión y la escasez– llevó a muchos venezolanos a ejercer el voto castigo contra el gobierno de Nicolás Maduro en estas elecciones y el venezolano actuó en respuesta con una dignidad aún vigente en el 2015.

Otro ejemplo representativo de la dignidad prevaleciente en 2016 fue la consulta de Venezuela también llamada plebiscito nacional y producto de la consulta popular convocada por la Asamblea Nacional la cual se celebró el 16 de julio de 2017. 

Este proceso electoral se diferenció de procesos anteriores debido a que se trató de un acto de desobediencia civil, en el contexto de la aplicación de los artículos 333 y 350 de la constitución venezolana, en el cual se desconoce al Consejo Nacional Electoral y al Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, debido a lo que laoposición consideró la «ruptura del hilo constitucional» generada por ambos poderes, según las declaraciones de la Asamblea Nacional.

En un artículo reciente me enteré de los diferentes grados de aceptación a negociar con el régimen que los venezolanos pueden sentir, y de una posible clasificación de estos: La oposición radical, los alacranes, las guabinas, los franciscanos, los nostálgicos, aspirantes a presidentes, izquierda de corazón, los empresarios amigos de los negocitos, los quebrados y los silenciosos.

Los ejemplos más reciente que han terminado por dejar claro la pérdida de las virtudes de la dignidad y la tolerancia por parte de la oposición oficial son su permanencia en la mesa de negociación en Mexico y su opacidad ante la extradición de Alex Saab. Sin embargo, a los representantes del régimen no les tembló el pulso para suspender las negociaciones en protesta y como voto de apoyo en contra de la extradición de Alex Saab. 

Cada quien puede dejar sus comentarios al respecto.

Es innegable que en Venezuela hace rato superamos los limites en que la tolerancia y la dignidad dejan de ser una virtud. 

De acuerdo con Consecomercio se han perdido más de 500.000 empresas (Comercicidio). 

Venezuela ha sufrido igualmente un Industricidio, desaparecieron el 80 % de las industrias de Venezuela en 20 años de chavismo. 

En 1999 había 13.000 y 20 años después, la cifra llega a las 2.600. Y las que aún trabajan lo hacen con solo 19% de su capacidad instalada.

Son tres las situaciones que hoy asfixian a las empresas en Venezuela: alta inflación, nulo acceso a materias primas y controles estatales desmedidos. 

Ya tenemos tres años en hiperinflación y el Producto Interno Bruto del país presenta los niveles de contracción más graves de su historia.

La lista de empresas de capitales nacionales e internacionales expropiadas por los gobiernos de Chávez y de Maduro abarcan petróleo, agro, alimentos, siderúrgico, centrales azucareros, hotelería, turismo, ganadería, agricultura, bancos, telecomunicaciones, electricidad, industria, comercio. 

Ningún sector escapó de la intervención. A cada uno corresponde un sector-cidio, la suma es el Nacioncidio.

Por descontado, estos son sólo unos pocos ejemplos que todos podemos poner sobre la mesa, los cuales son a gran escala y nos afectan a todos. 

Otros, difundidos masivamente en las redes sociales, sólo afectan a los directamente implicados pero que, en su cantidad infinita, se combinan de numerosas formas para multiplicar, difundir e incrementar el apabullante poder de la estupidez.

Como es obvio, esto no se refiere sólo a los problemas o peligros que, aun siendo predecibles, no se evitan antes de que empeoren. Aquí volvemos a la noción básica de que, con frecuencia, la estupidez es impredecible, o que sus efectos pueden sentirse de modos imprevistos.

Tradicionalmente la tolerancia no ha sido considerada bajo un proyecto de coexistencia entre diversas formas de vida, en que cada una reconoce la legitimidad y justificación de las otras, más bien, fue visto como un proyecto de moderación respecto a creencias y prácticas consideradas falsas o equivocadas. En este sentido, entrada la modernidad se tolera lo diferente, lo molesto o, en otras palabras, aquello que nos importa, lo cual puede ser pernicioso e indeseable y que no queremos que exista. El hecho de pasar hambre vuelve intolerante y violento a cualquiera. 

La vigencia de la tolerancia exige políticas de integración social, de medidas de redistribución firmes que permitan la compenetración de los distintos sectores de la sociedad civil.

La estupidez, la miopía y la ceguera mental rigen el mundo. Visto por un observador del espacio remoto, podría ser muy divertido. Pero como habitante de este planeta, no consigo verle la graciay, menos aún, como venezolano al tener que añadirle la pérdida de las virtudes de la dignidad y la tolerancia. 

En ese sentido, a los venezolanos nos está pasando lo que a la infancia, esa emoción de las primeras experiencias que se destiñen con el tiempo.



“Hay un límite en que la tolerancia deja de ser virtud” EDMUND BURKE.


"CUALQUIER HOMBRE O INSTITUCIÓN QUE TRATE DE DESPOJARME DE MI DIGNIDAD, FRACASARÁ"  NELSON MANDELA

Comments

  1. En algunas de mis lecturas sobre el tema del articulo surgió el cuento de Kafka, llamado Comunidad, que me recordó a Venezuela y permite relacionarlo con aquello que los discursos filosóficos, políticos y religiosos sobre la convivencia humana han tratado de recoger para explicar: la tolerancia. En el cuento cinco amigos viven juntos en una casa (locus propio) donde la vida seria pacifica si no se injiriera continuamente un sexto. La idea del “locus propio” es un espacio en el que circulan las retóricas que versan sobre el Estado, la Nación, la democracia, deliberación, libertad e igualdad, etc. y desde donde se construyen los límites y las distinciones propias de la comunidad que conocemos.

    Lo verdaderamente interesante del cuento es que desde ese lugar, espacio también de la convivencia y la tolerancia, se hace necesario el intento de responder a las preguntas del “sexto” que en la historia de las comunidades imaginarias llegará a ser el marginado, pues habita en el margen, en la escasez, en la penuria, el no contado, lo obliterado, el humillado, quien, en nuestro país ha perdido las virtudes de la tolerancia y la dignidad. El 80% de la sociedad civil.

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  2. En cuanto a la opacidad de la mayoría de los políticos opositores sobre la extradición de Alex Saab, muchos opinan en las redes que, como siempre y como es su costumbre, estan desconectados de la realidad y la gente. Por cosas como esas el pueblo le tiene sin cuidado lo que dicen o dejan de decir. Se preguntan ¿Cómplices, estrategia del zorro o falta de estrategia? Vaya Usted a saber. Otros comentan que es lógico, su “mundo” es estar pendientes de las trampas que les ponen compañeros y adversarios, de ponerlas, de conservar posiciones, y lo más importante, cuidar en beneficio propio y del partido posiciones políticas y economicas que disfrutan. Y otros advierten que puede haber un “nerviosismo” generalizado de estos políticos de la oposición silentes, por cuanto pudiera suceder que de las averiguaciones del affaire Saab puedan aparecer como más que implicados. Sin embargo, a los representantes del régimen no les tembló el pulso para suspender las negociaciones en protesta y como voto de apoyo a la extradición de Alex Saab.

    De acuerdo a connotadas personalidades del mundo político opositor real, desde septiembre, el Informe de la CPI obligaba a los representantes oficiales en las negociaciones de Mexico a suspender el dialogo pues “ahora es oficial que Maduro es reo de delitos de Lesa humanidad” y consideran que deben usarlo para “forzar un quiebre dentro del Chavismo, que conduzca a un pronto cambio de gobierno en Venezuela”.







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  3. Para: Factotum Ignacianos
    De: Alvaro Rotondaro

    Querido Gustavo:
    No me cabe la menor duda, que este es uno de los artículos más didácticos y ejemplarizantes escritos por ti, por muchísimas razones, las cuales escribírtelas triplicarían tu excelente análisis y por ese motivo, solo me limitaré a la siguiente:
    En efecto, al combinar los conceptos de Tolerancia y Dignidad y darles la importancia fundamental en conjunto con otras nociones, tales como la Libertad, la Legalidad, la Justicia, etc., nos llevas irreductiblemente a todos los seres humanos y en especial a los venezolanos, por la tragedia que actualmente estamos viviendo, a la idea de la Dialéctica de Hegel (Tesis, Antítesis y Síntesis), con la finalidad de conseguir el derrotero, para lograr una convivencia social digna y humana, rechazando como es debido, que todo lo que haga el régimen y la ¨oposición oficial en contra de esos conceptos, le demos una aceptación a lo ilegal como normal, y a sus trampas como inevitables, consiguiendo de esa manera, convertirnos en un rebaño de idiotas sumisos a ellos, lo cual es una circunstancia Intolerable, y como sentenció Umberto Eco ¨Aceptar lo intolerable pone en cuestión nuestra misma identidad¨, por lo que indefectiblemente debemos todos reaccionar en contra de esta situación.
    En pocas palabras, muchísimas gracias por dejarnos muy claro, que es nuestra obligación actuar, no solo para no sucumbir en esta crisis, sino para lograr una mejor calidad de vida para nuestros hijos, nietos, para nosotros mismos y para nuestra sociedad.
    Álvaro Rotondaro Gómez

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  4. Densa, didactica, la trilogia que Gustavo nos ofrece y como siempre, vinculada a su pasion por nuestro pais, Venezuela. Valores de dignidad, tolerancia, justicia, estan presentes en su analisis.
    En cuanto al Homo Politicus, cuan dificil es encontrarlo. Este requiere, amen de los valores destacados por Gustavo, de informacion, disciplina, valor y tiempo. La sociedad actual, con sus multiples exigencias aunadas a los medios de diversion, no en el sentido de entretenimiento sino de dispersion, de alternativas, hace dificil la participacion en la polis. Y algo fundamental, para que esta participacion sume y de resultados se necesita organizacion. Y es alli donde son necesarios los politicos 'gerentes', a tiempo completo, pues la logistica de una organizacion politica moderna es harto complicada. Y aparece un tercer factor de enorme importancia: recursos, financieros, humanos, comunicacionales. Los proveedores de recursos influyen en la agenda politica de la organizacion, persiguiendo sus propios intereses, que no coinciden siempre con el bien comun. Con esto quiero decir que no basta con el Homo Politicus comprometido, actuante. La realidad actual es demasiado compleja, agobiante, peligrosa, donde compiten grupos de poder con diferentes visiones, necesidades, ideologias. Muy lejos estamos del ideal de la democracia griega, que en la practica no era una democracia, pues era una sociedad patriarcal, esclavista, no necesariamente el gobierno de los mejores. Ellos si plantearon la dificultad del arte de la gobernanza. Y quedan las dificiles preguntas, que camino tomara Venezuela ante la crisis sistemica que nos agobia ? Que camino tomara la Humanidad ante los problemas existenciales que enfrenta ? Es capaz la democracia, como sistema de gobierno, capaz de enfrentarlos ?

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