Evangelio (Mt 26, 14, 27. 66) correspondiente al Domingo (02/04/2023) de Ramos de la Pasión del Señor: (Agustín Coll)

 A continuación podrán leer nuestro comentario al Evangelio (Mt 26, 14, 27. 66) correspondiente al Domingo (02/04/2023) de Ramos de la Pasión del Señor:

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗼𝘀 𝘆 𝗣𝗮𝗹𝗺𝗮𝘀

𝗟𝗮𝘀 𝗽𝗮𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗲𝗿𝗮𝗻 𝘀𝗶́𝗺𝗯𝗼𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗶𝗾𝘂𝗲𝘇𝗮 𝘆 𝗳𝗲𝗰𝘂𝗻𝗱𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗽𝘂𝗲𝗯𝗹𝗼 𝗷𝘂𝗱𝗶́𝗼.

El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa y el final de la Cuaresma. La entrada de Cristo en Jerusalén coincide con la entrada de los cristianos en este tiempo fuerte de la Iglesia católica. Atrás quedaban todos los encuentros y desencuentros experimentados por Jesús en el camino de subida a la ciudad santa, por donde pasó haciendo el bien y predicando las bondades del Reino de Dios. Aunque es aclamado por la multitud al pasar cabalgando un humilde burrito, Él sabe que se aproxima al momento último y final de su tránsito por la historia.

A este día se le da el nombre de Domingo de Ramos precisamente porque Jesús fue obsequiado con ramos de olivos y palmas por centenares de seguidores, principalmente por peregrinos llegados de Galilea y otras regiones para celebrar la Pascua, quienes lo aclamaban diciendo: ¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!

Estos ramos de oliva y palma constituyen hoy el signo por excelencia de la renovación de la fe en Dios. Estas dos plantas tenían un gran valor en los pueblos del Medio Oriente, porque con ellas elaboraban pan, vino, vinagre y miel. De las palmas, que eran símbolo de riqueza y fecundidad para el pueblo judío, también obtenían fibras para tejidos y carbón de los troncos para conservar el fuego. La tradición cristiana celebra el Domingo de Ramos reconociendo al Hijo de Dios como el que posee y da la verdadera riqueza que no acaba. Al terminar la misa de este día se acostumbra llevar las palmas benditas al hogar y colocarlas en forma de cruz, como una forma de recordar que Jesús es el Rey mesiánico y que debe siempre dársele la bienvenida en nuestras casas, como un testimonio de nuestra fe en Cristo y en su victoria final.

𝗟𝗮𝘀 𝗽𝗮𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗲𝗿𝗮𝗻 𝘀𝗶́𝗺𝗯𝗼𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗶𝗾𝘂𝗲𝘇𝗮 𝘆 𝗳𝗲𝗰𝘂𝗻𝗱𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗽𝘂𝗲𝗯𝗹𝗼 𝗷𝘂𝗱𝗶́𝗼.

Comentarista: Agustín Coll