¿A dónde va Venezuela a raíz del 28 de julio y sus posibles impactos? (Gustavo González Urdaneta)
¿A dónde va Venezuela a raíz del 28 de
julio y sus posibles impactos?
Gustavo González Urdaneta
Miami
7 septiembre 2024
La
pregunta que todos nos hacemos ante los eventos posteriores a los resultados de
la elección presidencial del 28 de julio es hacia donde va Venezuela y cuál
será el posible impacto de la solución final a nivel mundial. De ella dependen
muchos principios que han estado asociados al concepto de democracia universal
hasta la fecha. Una de las posibles soluciones es que el pais siga regido por
una tiranía que lo aislaría del mundo en forma global. Pero, muchas de las
politicas adoptadas por el régimen chavista-madurista en su cuarto siglo de
poder en lo relativo a su endeudamiento y las implementadas recientemente para
honrar las deudas contraídas, no se corresponden conceptualmente con la
intención o indiferencia al posible aislacionismo del pais.
El
aislacionismo puede considerarse como una política o doctrina
institucionalizada por lideres que consideran y/o afirman que los mejores
intereses de las naciones se sirven mejor si se mantienen a distancia de los
asuntos de otros países por diferentes y variadas razones. El mejor ejemplo de
tal doctrina es la historia de la política exterior de los Estados Unidos en
las primeras décadas del siglo XX, un proceso de formidable resistencia a
integrarse como un miembro con plenos derechos al sistema internacional. El
aislacionismo, que es una de las más poderosas tradiciones de la politica
exterior norteamericana, comenzó a delinearse a partir de las palabras de
George Washington cuando expresó: "Nuestra verdadera política consiste en
no contraer alianza permanente con ninguna nación extranjera”. A partir de ese
momento, el país se mantuvo alejado por muchas décadas de las contingencias mundiales.
En
teoria, los aislacionistas abogan por no involucrarse en la política
internacional y, a tales fines, se niegan a entrar en alianzas, compromisos
económicos extranjeros, acuerdos internacionales y, en general, intentan hacer
que la economía de uno sea completamente autosuficiente; buscando dedicar todos
los esfuerzos del país a su propio avance, tanto diplomática como
económicamente, mientras permanece en un estado de paz evitando enredos y
responsabilidades extranjeras. La actitud opuesta a la formación de alianzas y
a la intervención activa en los asuntos internacionales pretende que la mejor
política exterior consiste en no implicarse en los conflictos de otras
potencias, al considerarlos ajenos a los propios intereses.
Sin
embargo, un pais se endeuda para permitir inversiones que transformen su capacidad
interna de tejido productivo, generando mejoras para su desarrollo industrial, económico
y bienestar general. No tiene mucho sentido endeudarse y buscar el
aislacionismo internacional que, va a impedir sus opciones de financiamiento. Revisemos
brevemente la historia del aislacionismo.
El
sistema sinocéntrico era un sistema jerárquico de las relaciones
internacionales que prevaleció en el Extremo Oriente antes de la adopción del
sistema westfaliano construido en Europa desde el siglo XVII y aplicado a todo
el mundo con la expansión europea, en particular a partir del siglo XIX. Antes de la Edad
Contemporánea era la forma en que China se veía a sí misma: como la única
civilización en el mundo; siendo las naciones extranjeras u otros grupos
étnicos considerados como bárbaros. En la época contemporánea, tras verse
sometida China al imperialismo europeo y japonés, esta consideración se reduce
a la búsqueda de la supremacía china frente a otras naciones.
Esta característica tradicional
del sinocentrismo durante milenios (interpretaciones de la historia de China y
de la Gran Muralla china), fue mantenida más en teoría que en la práctica por
Inglaterra durante el siglo XIX (Espléndido aislamiento) y por los EE UU (aislacionismo).
Aunque Estados Unidos tomó medidas para evitar conflictos políticos y militares
en ambos océanos, siguió expandiéndose económicamente y protegiendo sus
intereses en América Latina. Similar en cierta medida fue la doctrina
denominada "socialismo en un solo país" mantenida por la Unión
Soviética de Stalin entre 1925 y 1939 - por cuanto implicaba la posibilidad de
desarrollar la revolución sin apenas contactos con el exterior, dadas las
vastas dimensiones y recursos de su territorio, que permitían prácticamente la
autarquía- , frente a la expansionista doctrina de Trotski (la "revolución
permanente").
El
modelo sinocéntrico no fue desafiado en serio hasta el contacto con las potencias europeas,
especialmente a partir de la Guerra del Opio. Esto fue debido parcialmente a
que había muy poco contacto directo entre el Imperio Chino y los otros imperios
de la Edad Moderna. A mediados del siglo XIX la China imperial había dejado
atrás la cúspide de su poder y se encontraba al borde del colapso. Su
transición a la fecha actual necesita otra narrativa que está fuera del
contexto de este artículo. Han pasado ya más de treinta años desde que cayó la
URSS: una caída que nadie previó ni imaginó, porque su existencia –arraigada en
el planeta desde hacía 69 años– parecía ser parte estructural de la realidad
planetaria, una parte absoluta e inmutable que perduraría para siempre. Sin
embargo, la implosión de ese “otro mundo” llegó el 26 de diciembre de 1991 y
cambió por completo la anatomía y la fisiología de las relaciones
internacionales. Veamos el endeudamiento y aislacionismo de Venezuela en
períodos recientes.
El
Estado venezolano, según noticias de agosto 2023, no ha publicado cifras
oficiales de su deuda en los últimos cinco años. Los cálculos más prudentes
estiman que la deuda externa del país es de 120.000 millones de dólares, pero
expertos creen que puede acercarse a $200,000 millones. El nivel de endeudamiento
externo del país no es un asunto de cifras unánimes, sin embargo, el Banco
Central de Venezuela (BCV) no publica esos datos desde 2018. La respuesta a la
pregunta de cuánto debe el Estado venezolano depende de a quién se consulte,
pero la ubican en un rango de 120,000 a 200,000 millones de dólares
norteamericanos. No es un diagnóstico positivo para una economía que apenas da
muestras muy modestas de mejoría tras una década de crisis, de acuerdo con
especialistas consultados por las redes sociales. En ese rango de cifras, independiente
de la verdad, el aislacionismo no representa una solución para el pais.
¿A qué
países les adeuda Venezuela? En agosto de 2024 el economista y especialista en
temas petroleros, Francisco Monaldi expresó que “Venezuela le debe alrededor de
US$ 15.000 millones a China y la experiencia de éstos en el sector petrolero
venezolano ha sido muy mala, por eso, ellos no han invertido desde hace casi 12
años de manera relevante”. Moscú ha actuado como prestamista de último recurso
para Caracas, con el gobierno de Rusia y el gigante petrolero Rosneft
proporcionando al menos 17.000 millones de dólares en préstamos y líneas de
crédito desde 2006. Venezuela viene pagando al BNDES un banco de Brasil desde
2002 un aproximado de 1,500 millones de dólares entre principal e intereses y
le estaba debiendo aproximadamente para 2018 unos 1.000 millones de dólares,
producto de préstamos a constructoras brasileñas para realizar nueve obras públicas,
entre las empresas se encuentra Andrade Gutiérrez ($1,503 millones), Odebrecht
($1,466 millones) y Camargo Correa ($369 millones). Deuda de la cual Venezuela
se mantiene insolvente desde finales de 2020.
En
febrero de 2024 el economista Hermes Pérez dijo que el manejo de la deuda
externa de Venezuela «ha sido muy irresponsable», y la deuda soberana de
Venezuela se ubica en US$ 56.000 millones, mientras que la deuda de Petróleos
de Venezuela S.A. (PDVSA) es de US$ 46.000 millones. Es decir la deuda impaga
solo en bonos es de USD 102 mil millones y las reservas internacionales
líquidas de la nación descendieron en el año 2023 y «se ubican en sus mínimos
históricos», de forma muy peligrosa por debajo de mil millones de dólares. Además
hay que considerar, entre otras, la
deuda interna y deudas en tribunales internacionales por empresas expropiadas.
Según Bloomberg, para el 26 de abril 2024, Venezuela les adeuda US$154.000
millones a acreedores extranjeros y ha contratado a una firma para tener
asesoría en estos compromisos financieros. Un pais que tiene estas intenciones
no debe estar buscando el aislacionismo.
Nicolás
Maduro ha dado el primer paso para tratar de reestructurar la gigantesca deuda
externa contraída por el chavismo y que Venezuela no paga desde noviembre de
2017, acumulando una pesada mora de capital e intereses que la mantiene
desterrada del crédito internacional. En las redes salió Bloomberg reportando
que el gobierno contrató como asesor al banco de inversión Rothschild en lo que
será un intricado proceso por la cantidad de acreedores, la legalidad de la
deuda, diversidad de contratos, las relaciones rotas con el Fondo Monetario
Internacional desde enero 2019 y las sanciones de Estados Unidos. En vista de
que no puede pagar, la meta ideal para Venezuela sería lograr una reducción del
monto de la deuda, plazos más largos, apoyo de los organismos multilaterales y
nuevo financiamiento para iniciar la reconstrucción del país. Cuando Hugo
Chávez llegó a la presidencia en 1999 la deuda externa sumaba 28 mil millones
de dólares. Hoy, en vista de la opacidad de las cifras, hay distintas
estimaciones pero todas arrojan que la carga, al menos, se cuadruplicó. La
deuda pública es un obstáculo grave en cualquier intento de aislacionismo que
intente o persiga el régimen de Maduro en Venezuela.
La oposición, tras fracasar en su
intento de derrocar a Maduro durante tres oleadas de grandes manifestaciones en
2014, 2017 y 2019, ha depositado su fe en las urnas del 28 de julio 2024. Las
elecciones fueron de las más pacíficas de la historia reciente, lo que refleja
las esperanzas de muchos de que se podría evitar la violencia y poner fin a 25
años de gobierno de partido único. El viernes 23 de agosto, once países del
continente americano firmaron un comunicado conjunto en contra del fallo del
Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, que ratificó la victoria de Nicolás
Maduro en las elecciones del 28 de julio. Los países, entre los que se
encuentra Estados Unidos, exigen la publicación de las actas electorales para
reconocer la victoria del mandatario. El pronunciamiento llega en medio de las
denuncias de fraude electoral por parte de la oposición, días de
multitudinarias protestas y cuestionamientos por parte de organizaciones como
la ONU y el Centro Carter sobre la falta de independencia de las instituciones
venezolanas. Entretanto, la Fiscalía ha citado al excandidato opositor Edmundo
González por una causa penal en su contra, por sus vínculos con una página de
internet que contiene actas electorales según las cuales obtuvo
significativamente más votos que Maduro en los comicios.
¿Al final, qué dicen los
diferentes actores sobre el fraude electoral en Venezuela? Un grupo de 22
países de la OEA y la Unión Europea (UE) pidió a las autoridades venezolanas
“la inmediata publicación” de las actas de las controvertidas elecciones
presidenciales, cuyos resultados hasta la fecha no se han dado a conocer por
mesa de votación. Los líderes opositores venezolanos prometen mantener la
presión sobre el presidente Nicolás Maduro para que deje el cargo de inmediato
o en enero, pero también exhortan a la comunidad internacional a estar a la
altura de las circunstancias y reconocer de inmediato al excandidato presidencial
de su facción como ganador de las elecciones de julio. La oposición venezolana
ha reafirmado su compromiso de negociar incentivos y garantías que puedan
conducir a una transición pacífica del poder, pero pidió que actores
internacionales implementen medidas para responsabilizar a funcionarios del
gobierno de Maduro por los abusos desatados después de la votación.
En paralelo, todo el aparataje
judicial a las órdenes de Maduro mantiene firme la orden de aprehensión en
contra del excandidato Edmundo González como parte de una investigación penal
por la publicación de las actas electorales, a pesar de que la defensa del
ganador de las elecciones del 28 de julio, le entregara un documento, en el que
el opositor explicaba las razones por las que se abstuvo de comparecer a
declarar. Ambos mantienen firme su posición respectiva, uno de acusación y el
otro de defensa e intereses del presidente electo.
En criollo diríamos que el juego
está trancado, por los momentos, cuando a la oposición le toca competir “con
las reglas de una tiranía”, que controla todas las instituciones del pais en
que su representante busca la reelección para un tercer mandato. Si el mundo o
algún gobierno está pensando en mirar para otro lado, imagínense dónde terminan
la voluntad soberana y la soberanía popular en el mundo occidental y la
democracia universal. Significaría que las elecciones no valen nada.
Se ratifica la necesidad de un análisis
crítico y general de los sistemas políticos de Occidente, recalcando la crisis
grave y definitiva que atraviesan las democracias representativas y sus
principales instituciones (el sufragio universal, la clase política, el sistema
de los tres poderes, las elecciones, los partidos políticos, la opacidad y las
constituciones políticas). Para superar la irreversible decadencia de las
actuales formas de gobierno, se requiere una propuesta de un modelo alternativo
de democracia que renueve sus principios y valores (meritocracia,
transparencia, definición de nuevos poderes del Estado), y en el que se revise
lo nocivo y obsoleto: partidos políticos, elecciones y hasta las constituciones.
Se hace imprescindible reflexionar sobre la futura transición politica de
Venezuela en busca del bienestar mundial.
“La diferencia entre una
democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes
de obedecer las órdenes”
Charles Bukowski
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