Amor a la Patria: Ser y sentirse ciudadano (Gustavo González Urdaneta)
Amor
a la Patria: Ser y sentirse ciudadano
Gustavo
González Urdaneta
Miami
23 febrero 2025
Por
muy diversas y diferentes razones a una gran mayoría de nuestros hijos y sus actuales familias les ha tocado emigrar de Venezuela y
decidir, a futuro, cual es la nacionalidad que sus miembros más jóvenes quieren
adoptar y servirles de consejero y guía en tal decisión. Una gran mayoría no saben
lo que es serlo ni se sienten venezolanos pues fue el propio gobierno de su
pais quien llevó a emigrar a sus padres y abuelos. Con frecuencia, muchos
jóvenes se preguntan ¿Qué es ser venezolano? La mayoría sólo nacieron en
Venezuela pero su educación primaria transcurrió en otro pais e igual la
secundaria y la universitaria. No se
sienten venezolanos para nada pero quieren aprender a ser y sentirse ciudadanos
del pais que habitan, a amar la nueva patria.
Generalizando,
ser y sentirse ciudadano de un pais en particular es “formar parte de la
identidad nacional, ser participante y decisorio en las instituciones politicas y ser portador tanto de derechos como deberes
sociales con su comunidad. Es parte de la determinación del espíritu humano”.
Eso no lo pueden ser ni sentir nuestros nietos aún, pues son muy jóvenes. Toma
tiempo y llega pero no hay necesidad de tener prisa en lograrlo. Hay que
convivir con el pais y con tus conciudadanos como hicimos con quienes
consideramos nuestra familia. Muchos llegan a nacionalizarse por razones muy
diferentes y sin haber hecho introspección alguna de los deberes y derechos que
adquieren y se benefician con el juramento que harán o ya hicieron.
"Ser"
y "sentirse" son dos conceptos relacionados pero distintos que se
refieren a la experiencia y la percepción de uno mismo. Ambos implican una
cierta autoconciencia, es decir, la capacidad de reconocerse y reflexionar
sobre uno mismo y se refieren a la experiencia subjetiva de la persona, es
decir, cómo se experimenta y se percibe a sí mismo. Tanto "ser" como
"sentirse" pueden influir en la identidad y la autoimagen de la
persona.
"Ser"
se refiere a la esencia o la naturaleza fundamental de una persona, mientras
que "sentirse" se refiere a la experiencia emocional o sensorial de
la persona en un momento determinado. "Ser" implica una cierta
estabilidad y consistencia en la personalidad o la identidad, mientras que
"sentirse" puede variar dependiendo del contexto y las
circunstancias. "Ser" implica una conciencia más profunda y reflexiva
de uno mismo, mientras que "sentirse" puede ser más superficial y
emocional. "Ser" se refiere a la identidad fundamental de la persona,
mientras que "sentirse" puede influir en la identidad pero no la
define necesariamente. En resumen, "ser" se refiere a la esencia o la
naturaleza fundamental de una persona, mientras que "sentirse" se
refiere a la experiencia emocional o sensorial de la persona en un momento
determinado. Ambos conceptos están relacionados pero son distintos, y pueden
influir en la identidad y la autoimagen de la persona.
El
amor a la patria es un sentimiento profundo y complejo que puede manifestarse
de diversas maneras en el contexto de una "patria nueva", es decir, de
un país que poco conocen de su historia, política o sociedad. Ese amor se
refiere al sentimiento de lealtad, devoción y orgullo hacia un país y su gente.
Este sentimiento debe estar basado en la historia, la cultura, la identidad y
los valores compartidos. Algo que estos jóvenes deben aprender si realmente se
sienten ciudadanos de esa nueva patria.
Hay
características del Amor a una Patria Nueva que pueden ayudar a estos jóvenes a
amar a su nueva patria como es la renovación y la esperanza de un futuro mejor
y el hecho que, después de un período de cambio significativo, la gente puede
necesitar reconstruir su identidad y sentido de pertenencia a la patria. En una
patria nueva, el amor a la patria puede estar asociado con la reconciliación y
la justicia, especialmente si su país natal ha experimentado conflictos o
injusticias en el pasado y puede ser vista como una oportunidad para innovar y
progresar, lo que puede generar un sentido de orgullo y amor a la nueva patria.
Hay
varios ejemplos de Amor a una Patria Nueva como fue Alemania después de la
reunificación. Después de la caída del Muro de Berlín, Alemania experimentó un
período de renovación y reconciliación y el amor a la patria se manifestó en la
forma de un sentido de orgullo y unidad nacional. Después del fin del
apartheid, Sudáfrica experimentó un período de transición y reconciliación y el amor a la patria se manifestó en la
forma de un sentido de esperanza y unidad nacional. Después de la independencia
de Croacia, el país experimentó un período de renovación y reconstrucción y el
amor a la patria se manifestó en la forma de un sentido de orgullo y unidad
nacional.
En
resumen, el amor a una patria nueva puede estar asociado con la renovación, la
esperanza, la reconciliación y la justicia. La gente puede necesitar
reconstruir su identidad y sentido de pertenencia a la patria, y el amor a la
patria puede manifestarse en la forma de un sentido de orgullo y unidad nacional.
Amar la patria es algo grande. Comprende el amor a su territorio y naturaleza;
a su historia y cultura; a costumbres y variadas tradiciones; y, en particular,
nos llama a respetar y querer el bien de nuestros compatriotas, sin distinción
de culturas, clases, grupos, ideologías, religión.
Mantener
la historia de una Patria nueva es necesario, conocerla reviste gran
importancia para los jóvenes que les toca y quieren aprender a querer su nueva
nacionalidad y para ello deben partir de
saber quiénes son, de dónde vienen y hacia dónde van. Para ellos la historia de
su nueva Patria debe tener un rol fundamental como conjunto de conocimientos,
legados, realidades históricas compleja del ser humano a lo largo del tiempo y
a través de las regiones. Conocer la propia, la nueva así como la de otras
civilizaciones, culturas y sociedades, contribuye a su crecimiento como
personas capaces de comprender y lograr racionalizar la información y de tomar
esos datos para seguir construyendo día a día una nueva realidad. Podemos decir
que la historia de la nueva Patria debe abordar la temática que va desde sus
orígenes hasta los días de hoy, conocer el proceso de formación y desarrollo
hasta la actualidad de la nueva nación, el papel desempeñado en la formación de
las ideas que hoy sustenta asi como la ideología de su formación, independencia
y desarrollo: conforma el proyecto de justicia social que deben absorber fundamentado
a lo largo de la creación de la nueva Patria.
Los
valores históricos son el conjunto de cualidades que va adquiriendo con el
tiempo un evento histórico, sea cultural, social o político; lo cual lo hace
apreciable y que caminos llevaron a su independencia. Por otra parte conocer
las batallas para lograr la libertad que se libraron y donde se pelearon
hombres reconocidos como héroes de la Patria. Es necesario sembrar las esencias
de la nueva Patria en los jóvenes, con el conocimiento, que se abracen ideas
devenidas, convicciones, razones y argumentos, que se concienticen para que
sean y formen parte del comportamiento de niños, adolescentes y jóvenes, ya que
entendieron las razones que llevaron a realizar ese largo camino de
conformación de la historia de su nueva Patria.
Los
padres y abuelos deben ser partícipes de inculcar en sus hijos y nietos que la
enseñanza de la historia es una síntesis de ciencia, arte y pasión; hay que
cultivar la memoria, las esencias, la historia misma en vínculo e interacción
disciplinaria con el resto de las manifestaciones de la vida. Es necesario
lograr que la enseñanza de los valores históricos sea una obra de infinito amor
con compromisos y conocimientos. Hoy más que nunca es necesario vivir,
analizar, estudiar sus procesos, pasados y presentes y la intencionalidad de
cada momento.
Para
cerrar, diría que vivimos un patriotismo light con bocinas sobrecargadas de sonoridad
sin valores ni buenas costumbres, cada vez más alejados de un compartimiento
ético y de respeto a las leyes. Cuando éramos niños solíamos ver cómo los
asuntos patrios eran sagrados. En las escuelas, la izada de la bandera y el
canto del himno eran momentos extremadamente solemnes. La educación patriótica
era sagrada y en primer orden en escuelas y hogares. Estamos siendo esclavos de
las vanidades, del consumismo, de las marcas del materialismo, del hedonismo,
de la globalización, del clientelismo, de la cháchara y el individualismo, del
bocinaje de los políticos de turno. Ninguna sociedad que no tenga respeto ni
amor por sí misma ni por su patria, merece haber tenido patricios dadores de
libertad como nuestros héroes de la independencia.
Los
jóvenes necesitan recuperar sus sueños, la sociedad necesita volver a creer en
la patria, las autoridades políticas han matado las esperanzas y la fe; se han
robado las oportunidades de la gran mayoría de los venezolanos y hoy más de ocho
millones viven como exiliados económicos y otros millones más se quieren ir si
no hay cambio de gobierno.
¿Qué
nos ha pasado? ¿Por qué hemos perdido el amor a la patria y a los símbolos de
nuestra identidad?
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