Evangelio del próximo Domingo (3/8/2025) 18vo del Tiempo Ordinario [C]:El necio terrateniente
A continuación podrán leer nuestro comentario
al Evangelio del próximo Domingo (3/8/2025) 18vo del Tiempo Ordinario [C]:
El necio terrateniente
En la Galilea de la época de Jesús, donde
prevalecía la agricultura como motor de la economía de la época, era muy
patente la división social entre dos grupos: uno minoritario pero muy poderoso
constituido por los terratenientes; y el otro mayoritario formado por los
campesinos que eran explotados sin piedad por los dueños de las tierras cultivables,
sometidos a trabajos forzados y resignados a obtener jornales de hambre. Dicho
sea de paso, esta situación no ha variado demasiado en muchos países
subdesarrollados de nuestro mundo actual.
La cosecha en aquella ocasión, según la
narración del evangelista San Lucas, había sido extremadamente generosa y el
terrateniente del relato, antes que compartir las ganancias con los
trabajadores de la tierra, sólo pensaba en sí mismo y pensaba: “Ya sé lo que
voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar
en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes
muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la
vida”.
Es tan insensato el rico propietario que en su
horizonte no aparecen ni padres, ni esposa, ni hijos, ni vecinos. Tampoco
piensa en los campesinos que labraron sus tierras y cosecharon el fruto de su
riqueza. Sólo vive para almacenar, acumular, guardar y aumentar su bienestar
material. Está tan obcecado con su ganancia que decide derribar los graneros
existentes para construir otros más grandes, capaces de almacenar toda la
cosecha, en vez de agregar otros depósitos a los actuales. La lógica con la que
actúa, además de equivocada, está desprovista de toda dignidad. Pero, frente a
este panorama, Jesús hace intervenir al mismo Dios, quien le dice: “Necio, esta
misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿Para quién será?” La
parábola no sólo desenmascara la realidad de Galilea sino del mundo actual,
donde los ricos (hombres y países) acaparan cada vez más bienes y los pobres se
hunden progresivamente en la miseria.
Comentarista: Agustín Coll
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