La inteligencia artificial y la revolución digital Gustavo Gonzalez Urdaneta


La inteligencia artificial y la revolución digital
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 14 julio 2018

El debate sobre los efectos de la inteligencia artificial y la revolución digital ha estado dominado por dos temas. Uno es el miedo a una singularidad, un evento en el que una inteligencia artificial (IA) excede la inteligencia humana y escapa al control humano, con consecuencias posiblemente desastrosas. El otro es la preocupación de que una nueva revolución industrial permita que las máquinas interrumpan y reemplacen a los humanos en todas -o en casi todas- las áreas de la sociedad, desde el transporte hasta las fuerzas armadas y la sanidad.

También hay una tercera forma en que la IA promete remodelar el mundo. La IA ofrecerá a los países autoritarios una alternativa plausible a la democracia liberal, la primera desde el final de la Guerra Fría. Eso provocará una competencia internacional renovada entre los sistemas sociales. China ha comenzado a construir un estado autoritario digital mediante el uso de herramientas de vigilancia y aprendizaje automático para controlar las poblaciones inquietas. Varios países de ideas afines han comenzado a comprar o emular los sistemas chinos. Así como la competencia entre los sistemas sociales liberal-demócratas, fascistas y comunistas definió gran parte del siglo XX, así la lucha entre la democracia liberal y el autoritarismo digital está destinada a definir el vigésimo primero.

Lo innegable es que el mundo está cambiando y no hay forma de evitarlo. Todavía no sabemos cuál será su magnitud, profundidad y complejidad ni cómo evolucionará, pero el cambio será diferente a todo lo anterior y transgredirá todo el ámbito político incluyendo los sectores público, privado, académico y la sociedad civil. La Cuarta Revolución Industrial o Revolución Digital (RD) está en curso y no hay ninguna duda pues conceptos como automatización, aprendizaje automático, computación móvil e inteligencia artificial, ya no son futuristas, forman parte de nuestra realidad.
La IA generalmente se define como la capacidad de una máquina para realizar funciones cognitivas que asociamos con las mentes humanas, como percibir, razonar, aprender, interactuar con el entorno, resolver problemas e incluso ejercitar la creatividad. Ejemplos de tecnologías que permiten a la IA resolver problemas comerciales son la robótica, los vehículos autónomos, visión por computadora, el lenguaje, los agentes virtuales y el aprendizaje automático.

La primera revolución Industrial utilizó la energía del agua y el vapor para mecanizar la producción. La segunda usó energía eléctrica para crear producción en masa. La tercera utilizó electrónica y tecnología de la información para automatizar la producción. Ahora la revolución digital, la cuarta, es una extensión de la tercera que se viene produciendo desde mediados del siglo pasado. Se caracteriza por una fusión de tecnologías en las esferas física, digital y biológica.

Es de esperar que la revolución digital será la mayor revolución geopolítica en la historia de la humanidad. La Revolución Industrial cambió el mundo, y todo lo que hizo fue reemplazar el músculo humano. Los cerebros humanos seguían siendo necesarios para construir, operar y mantener las máquinas y eso produjo muchos trabajos bien remunerados para todos. Pero la revolución digital reemplazará el cerebro humano. Por definición, cualquier cosa que un humano pueda hacer, la IA a nivel humano también podrá hacerlo, pero mejor. Los robots inteligentes tendrán tanto el músculo para hacer el trabajo como la capacidad mental para funcionar ellos mismos. Dejando de lado los ingeniosos argumentos filosóficos sobre si una máquina puede realmente pensar, para el propósito práctico harán que el Homo sapiens quede obsoleto.

Hay tres razones por las que las transformaciones de hoy representan no solo una prolongación de la tercera revolución industrial, sino más bien la llegada de una cuarta y distinta: velocidad, alcance e impacto de los sistemas. La velocidad de los avances actuales no tiene precedentes históricos. Cuando se compara con las revoluciones industriales anteriores, la cuarta evoluciona a un ritmo exponencial en lugar de lineal. Además, está alterando casi todas las industrias en todos los países. Y la amplitud y la profundidad de estos cambios anuncian la transformación de sistemas completos de producción, gestión y gobernanza.

Las revoluciones industriales anteriores nos han demostrado que, si las empresas y las industrias no se adaptan a las nuevas tecnologías, tendrán dificultades y, peor aún, no prosperan. El cambio para introducir la cuarta revolución industrial es inevitable, no opcional y las posibles recompensas serán asombrosas: un mayor nivel de vida, mejor seguridad y protección y gran aumento de la capacidad humana. A muchas personas, estos cambios le dan terror, pero creo firmemente que estas innovaciones harán que la industria y el mundo tendrán mayor resilencia y serán mejores. Lo confirma la historia.

En general, la RD tiene cuatro efectos principales en los negocios: las expectativas de los clientes, la mejora de los productos, la innovación colaborativa y las formas de organización. Ya sean consumidores o empresas, los clientes se encuentran cada vez más en el epicentro de la economía, que se trata de mejorar la forma en que se atiende a los clientes. Los productos y servicios físicos, además, ahora se pueden mejorar con capacidades digitales que aumentan su valor. Las nuevas tecnologías hacen que los activos sean más duraderos y resistentes, mientras que los datos y análisis están transformando la forma en que se mantienen. Un mundo de experiencias de los clientes con servicios basados ​​en datos y rendimiento de los activos a través de análisis requiere nuevas formas de colaboración, en particular dada la velocidad a la que la innovación y las mejoras se llevan a cabo. Y la aparición de plataformas globales y otros nuevos modelos de negocios, finalmente, significa que el talento, la cultura y las formas de organización tendrán que ser repensados.

Los gobiernos enfrentarán cada vez más presión para cambiar su enfoque actual de compromiso público y formulación de políticas, ya que su papel central de conducir políticas disminuye debido a nuevas fuentes de competencia y la redistribución y descentralización del poder que las nuevas tecnologías hacen posible. En última instancia, la capacidad de los sistemas gubernamentales y las autoridades para adaptarse determinará su supervivencia. Si demuestran ser capaces de abrazar un mundo de cambios disruptivos, sometiendo sus estructuras a niveles de transparencia y eficiencia que les permitan mantener su ventaja competitiva, perdurarán. Si no pueden evolucionar, enfrentarán problemas crecientes.

Esto será particularmente cierto en el ámbito de la regulación. Los procesos en los sistemas actuales de política pública y toma de decisiones fueron diseñados para ser lineal y mecanicista, siguiendo un estricto enfoque "de arriba hacia abajo". Los reguladores deben adaptarse continuamente a un entorno nuevo y cambiante, reinventarse a sí mismos para que puedan comprender realmente qué es lo que están regulando. Para hacerlo, los gobiernos y las agencias reguladoras deberán colaborar estrechamente con las empresas y la sociedad civil. La RD también tendrá un profundo impacto en la naturaleza de la seguridad nacional e internacional, afectando tanto la probabilidad como la naturaleza del conflicto.  

Hasta la fecha, los que más lo han aprovechado han sido los consumidores: Ordenar un taxi, reservar un vuelo, comprar un producto, hacer un pago, escuchar música, mirar una película o jugar un juego, cualquiera de estos ahora se puede hacer de forma remota.  La RD cambiará no solo lo que hacemos sino también lo que somos. Afectará nuestra identidad y todos los problemas asociados con ella: nuestro sentido de privacidad, nuestras nociones de propiedad, nuestros patrones de consumo, el tiempo que dedicamos al trabajo y el ocio, y cómo desarrollamos nuestras carreras, cultivamos nuestras habilidades, conocemos a las personas, y nutrimos las relaciones. Ya está cambiando nuestra salud, pero la lista es interminable porque está limitada solo por nuestra imaginación.

Por otra parte, varios economistas han señalado que la RD podría generar una mayor desigualdad, el desplazamiento neto de los trabajadores por las máquinas podría exacerbar la brecha entre el rendimiento del capital y el rendimiento del trabajo. Por otro lado, también es posible que el desplazamiento de los trabajadores por tecnología genere, en conjunto, un aumento neto de empleos seguros y gratificantes. Aunque la historia sugiere que sea una combinación de tecnología y empleos, es casi seguro que, en el futuro, el talento, más que el capital, representará el factor crítico de la producción. Esto dará a su vez lugar a un mercado laboral cada vez más segregado (calificación/salario) con una fuerte demanda en los extremos alto y bajo, pero un vacío en el medio.

El mundo siempre necesitará la brillantez, el ingenio y las habilidades humanas. El software y la tecnología tienen el potencial de empoderar a las personas en un grado mucho mayor que en el pasado, liberando la creatividad latente, la percepción y la imaginación de los seres humanos en todos los niveles de cada organización. Esa es la misión en el futuro: combinar el poder de los datos y el poder de las personas en las industrias globales.
Pongamos un ejemplo: las locomotoras ferroviarias. Ellas funcionan con motores complejos que al descomponerse ocasionan perdidas por horas fuera de servicio. Según la vieja manera de actuar, los motores se llevan a un mecánico que tiene que hacer pruebas de diagnóstico que consumen tiempo y tienen que tomar las lecturas de los diagnósticos. En el futuro, un software ha hecho pronósticos sobre sus probables fallas mediante análisis predictivos utilizando grandes cantidades de datos disponibles a través de sensores instalados en máquinas similares, aportados por expertos, por normas de la industria e incluso el clima.
Un mecánico con un iPad identifica lo que está a punto de averiarse con el historial de la máquina y las condiciones bajo las cuales ha estado operando y puede usar su tiempo para hacer lo que mejor hacen: arreglarlo, utilizando su experiencia, juicio y habilidad. Y las decisiones y acciones de la mecánica se convierten en datos que retroalimentan el software, mejorando los análisis y las predicciones para el próximo problema.
En resumen, cuando el mecánico y la tecnología trabajan juntos, el trabajo se hace más rápido, con menos errores y mejores resultados. Multipliquemos esto en todas las industrias: aviación, energía, transporte, ciudades inteligentes, fabricación, recursos naturales y construcción. Tendremos el conocimiento, el talento y las herramientas para resolver algunos de los problemas más grandes del mundo: el hambre, el cambio climático, las enfermedades. Las máquinas nos proporcionarán la información y la perspectiva que necesitamos para alcanzar esas soluciones. Pero no proporcionarán el juicio o el ingenio. Las personas lo harán.
No hay duda de que los robots pueden mejorar nuestra calidad de vida en la casa, el trabajo y en el juego lo cual nos permitirá concentrarnos en lo que consideremos realmente prioritario. Sin embargo, el objetivo de la robótica no es reemplazar a los humanos mecanizando y automatizando tareas; es encontrar formas para que las máquinas ayuden y colaboren con los humanos de manera más efectiva. Los robots son mejores que los humanos al machacar números, levantar objetos pesados y, en ciertos contextos, moverse con precisión. Los humanos son mejores que los robots en la abstracción, la generalización y el pensamiento creativo, gracias a su capacidad para razonar, extraer de la experiencia previa e imaginar. Al trabajar juntos, los robots y los seres humanos pueden aumentar y complementar las habilidades de los demás.
Aún así, existen brechas significativas entre los robots actuales y la promesa de una era futura de "robótica generalizada", en la que los robots se integrarán en la vida cotidiana, convirtiéndose en algo tan común como las computadoras y los teléfonos inteligentes en la actualidad. Y a menudo operando lado a lado con los humanos. Las investigaciones actuales apuntan a mejorar la forma en que se fabrican los robots, cómo se mueven y manipulan objetos, cómo razonan, cómo perciben sus entornos y cómo cooperan entre sí y con los humanos.
Hace seis meses, Bill Gates de Microsoft propuso un impuesto al robot, con el argumento de que, si los trabajadores pagan impuestos, también deberían hacerlo las máquinas que toman sus trabajos. Tal política, en palabras de Gates, "ralentizaría la velocidad" de la automatización, permitiendo así a las sociedades "gestionar el desplazamiento" de los trabajadores. La idea habla en sentido amplio de que el mercado laboral no está funcionando como solía hacerlo.
Desde que Gates hizo su declaración, unos han notado que un impuesto de robot sería imposible de estructurar y controlar. Si un robot es, como lo dice el diccionario, algo que "es capaz de llevar a cabo automáticamente una compleja serie de acciones", entonces, ¿qué es un lavaplatos, una lavadora de ropa? Gravar algunas máquinas y no otras sería un embrollo reglamentario. Por otra parte, los robots pueden reducir y aumentar la demanda de mano de obra humana. Los algoritmos de búsqueda redujeron la necesidad de agentes de viajes, pero Uber aumentó la demanda de conductores. Es imposible determinar ex ante qué robots gravar.
Finalmente, mientras que Gates vio un impuesto a los robots como una forma de abordar los efectos secundarios negativos del rápido cambio tecnológico, también es un impuesto a la inversión de capital, inversión que todos los países están tratando de fomentar. No es de extrañar que, cuando se le preguntó si apoyaría un impuesto sobre robots, el funcionario europeo a cargo de asuntos digitales dijo: "De ninguna manera, de ninguna manera".
Propuestas como el impuesto al robot son atractivas porque algunos países se enfrentan al estancamiento de los salarios y al rápido cambio tecnológico, produciendo reacciones populistas. Y parece que los robots son al menos parcialmente culpables. Sin embargo, el trabajo académico reciente en macroeconomía sugiere que el actual estancamiento salarial tiene menos que ver con los robots y más con el mercado inmobiliario y el poder del mercado. El crecimiento del salario real es una función de dos cosas: cambios en la productividad y cambios en la participación del producto nacional atribuido al trabajo. Si la proporción del PIB que va a los trabajadores no cambia, entonces los salarios reales simplemente reflejan la productividad. Lo que sí es seguro es que la robótica producirá una mayor segregación del mercado laboral con cambios en la estructura calificación/salario.
¿Cuándo la IA se hará realidad dentro de la RD?
La IA ha sido una obsesión de los tecnólogos prácticamente desde que se inventaron las computadoras. Para hacerla real hoy dia lo que necesita es un hardware que sea tan poderoso como el cerebro humano y el software que pueda pensar de manera competente.
El lado del hardware está casi listo: las computadoras más poderosas del mundo ya son tan poderosas como el cerebro humano. Desafortunadamente, son del tamaño de las salas de estar, cuestan más de $ 200 millones y generan facturas de electricidad anuales de alrededor de $5 millones. Lo que se necesita ahora es una combinación de microprocesadores más rápidos, microchips personalizados mejorados, una mayor capacidad para realizar cálculos múltiples en paralelo y algoritmos más eficientes que cerrarán la brecha en un par de décadas más. El lado del software es inherentemente más confuso, pero el progreso en la última década ha sido fenomenal.
En una encuesta de expertos en IA publicada en 2017, dos tercios de los encuestados predijeron una probabilidad del 50 por ciento de que la IA pudiera realizar todas las tareas humanas para 2060, y los encuestados asiáticos creen que podría hacerlo más cerca de 2045. Un análisis de 2017 de la firma auditora PwC predijo que el 38 por ciento de todos los empleos en Estados Unidos están "en alto riesgo de automatización a principios de la década de 2030". En el 2013 ese porcentaje era 47 en un estudio de la Universidad de Oxford. En un mundo donde el diez por ciento de desempleo cuenta como una gran recesión y el 20 por ciento sería una emergencia global, los robots bien pueden realizar una cuarta parte o más de todo el trabajo y la pérdida de empleos durante la revolución digital se acelerará en solo décadas. Hay que tener presente que estamos en un mundo de corporaciones multinacionales altamente sofisticadas que persiguen las ganancias sin piedad. Y la IA será la tecnología más rentable que el mundo haya visto jamás.
Los dos acontecimientos más importantes del siglo XXI serán el desempleo masivo impulsado por la IA y el cambio climático impulsado por los combustibles fósiles, y la IA bien podría resolver el problema del cambio climático si evoluciona rápido. Después de todo, el mundo ya tiene la mayor parte de la tecnología necesaria para producir energía limpia eólica y solar, aunque se requiere un enfoque más sistemático para integrar las fuentes de energía renovables en una red inteligente global y, en poco tiempo, los niveles de IA superiores a los humanos podrían ayudar a los científicos a desarrollar finalmente el santo grial de la energía limpia: la fusión nuclear.
Nada de esto sucederá de inmediato. La tecnología de hoy es para la verdadera IA como lo era Wright Flyer para el transbordador espacial. Durante las próximas dos décadas, los movimientos globales más importantes serán todos los sospechosos habituales, pero después de eso, la IA comenzará a hacer que parezcan triviales. Puede ser imposible detener el desarrollo de la tecnología, pero es posible entender lo que viene y prepararse para una respuesta inteligente.
En la reunión anual del Foro Economico Mundial en enero en Davos (Suiza), uno de los temas que dominó la reunión fue el de la IA. Para Sundar Pichai, el jefe de Google, “la IA nos va a salvar, no a destruir. Es probablemente lo más importante en lo que la humanidad jamás ha trabajado. Creo que la IA tendrá un efecto más profundo que la electricidad o el fuego”. Casi nada.
El optimismo de Pichai no fué compartido por Jack Ma, el fundador de AliBaba, la empresa china rival acérrimo de Amazon. En Davos, Ma dijo “La IA y el big data son una amenaza para la humanidad. La IA debe apoyar a los seres humanos. La tecnología siempre debe hacer cosas que empoderen a la gente, no que la inhabiliten”. Google y AliBaba son dos de las empresas líderes de este campo y están entre las que mas invierten en el desarrollo de la IA.
Una de las sorpresas de la reunión fué George Soros pues para él las empresas de tecnología de información constituyen una grave amenaza contra la cual los Gobiernos deben actuar de manera firme e inmediata. Criticó duramente a las empresas mineras y petroleras por la explotación que hacen de su entorno físico y a las de medios sociales por su influencia y engaño en las personas y su alcance en el funcionamiento de la democracia y en la integridad de las elecciones. Habló sobre el control de los ingresos por publicidad de empresas como Facebook y Google que no pagan por el contenido de sus plataformas con la excusa de que solo distribuyen información y que, dado que casi son monopolos, deberían estar sometidas a regulaciones mas estrictas para preservar la competencia, la innovación y el acceso universal, justo y abierto. Algo que no creo le preocupa a Soros.
Muchos reaccionaron contra estas denuncias de Soros y otros las aplaudieron. Un ejecutivo de una de las mayores empresas en este campo dijo que, en su opinión, Soros exagera, aunque reconoció que algunos problemas que mencionó son reales. “Pero nosotros mismos los vamos a solucionar” afirmó, “y si no lo hacemos nosotros lo van a hacer los Gobiernos y eso será peor para todos”.
¿Cómo deben prepararse los países y las sociedades para la IA y la RD?
Deben limitar la vigilancia y la manipulación domésticas, regular los gigantes tecnológicos y garantizar que empresas como Facebook y Google no reduzcan la pluralidad de los medios de comunicación. Financiar la radiodifusión de los servicios públicos y regular la publicidad política para adaptarse al mundo en línea. Restringir la recopilación de datos personales, impedir la explotación de estos incluso limitar su uso a los gobiernos a circunstancias especiales como el terrorismo.
En segundo lugar, influir como los Gobierno implementan la IA y los sistemas de big data, ayudar a desarrollar la infraestructura física y reglamentaria para evitar el mal uso de dichos sistemas y promover normas internacionales que respeten la privacidad individual y la soberanía del estado asi como demarcar su uso en asuntos de seguridad nacional y supresión de derechos humanos.
Finalmente, los países occidentales deben prepararse para presionar contra el corazón autoritario digital. Ganar el concurso con gobiernos autoritarios digitales no será imposible, siempre y cuando las democracias liberales puedan reunir la voluntad política necesaria para unirse a la lucha.
El impacto de las tecnologías digitales se va a acentuar y expandir. Antes las empresas necesitaban capital financiero, capital humano y buena reputación. De aquí en adelante también necesitaran de capital digital. Esta también es una tecnología. Pero, a la fecha, sus usos y consecuencias son aún muy inciertos y queda mucho por decir, hoy y a futuro
.






Bibliografía
Nicholas Wright, “How artificial intelligence will reshape the global order”, Foreign Affairs, Snapshot July 10, 2018
Kevin Drum, “Tech World-Welcome to the digital revolution”, Foreign Affairs, Vol 97 #4, July/August 2018
Brad Keywell, “The fourth industrial revolution is about empowering people, not the rise of the machines”, World Economic Forum, June 2017
Klaus Schaw, The fourth Industrial revolution (book), January 2017
Moisés Naim. “La angustiada euforia de Davos”, Noticia Venezuela, enero 2018
Hi, Robot, Foreign Affairs, Vol 94 #4, July/August 2015
Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson, “Human Work in the Robotic Future-Policy for the Age of Automation”. Foreign Affairs, July/August 2016
Sahi Mathani y Chris Miller, “Don’t blame the robots-How housing prices and market power explain wage stagnation”. Foreign Affairs, Snapshot, August 30, 2017








Comments

  1. El problema de la inteligencia artificial o tecnología produjo una escisión muy productiva y en general aceptada por la comunidad entre la cotidianeidad cultural y social, por un lado, y el funcionamiento de sistemas técnicos por otro La distancia frente a una interpretación de la sociedad utilizando el modelo de un organismo o una máquina, faculta a la sociología para hacerse parte del giro lingüístico y reformular sus consideraciones respecto a la materialidad.

    Mundo simbólico y mundo material, una dualidad que actualmente se muestra extremadamente rígida frente al dinamismo del problema tecnológico. La distinción analítica entre cultura y técnica se expandió al punto en que el arte es también ciencia cuando la creación acude a las herramientas para forjar el artificio, y la sociología terminó por perder el lugar en las ciencias del espíritu.

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    1. Mi querido Alejo, es evidente que la IA y la RD van a cambiar, están cambiando, nuestras sociedades, la geopolítica mundial, e incluso nuestra manera de concebir la humanidad y nuestras maneras no ya de hacer, sino de pensar.
      La palabra “Robotica” fue acuñada por Isaac Asimov, un terreno en el que convergen la física, la mecánica, la electrónica y la informática, las matemáticas y habrá que sumar la biología porque ya se han creado robots con células dirigidas por señales luminosas. Es un campo donde convergen varias disciplinas: la economía, la sociología, la política, sin olvidar la filosofía y la ética.
      No hay un acuerdo entre los ingenieros, no digamos ya entre los sociólogos y filósofos, sobre qué es un robot. Estamos pasando de lo automático a lo autónomo. Hay que aludir tanto a lo que sabemos, la ciencia, como a lo que no sabemos, la nesciencia, o a lo que sabemos que no sabemos. En la RD entran, interactuando y potenciando unas a otras, los avances en robótica, genética y biotecnología, nanotecnología, IA e impresión 3D.
      No caigamos en la pura distopia, más si hay que reflexionar sobre el futuro. Klaus Schaw, el impulsor del Foro Económico Mundial de Davos advierte que no solo está cambiando el qué y el cómo de hacer las cosas, sino también quiénes somos. Para Heidegger, uno de los que mejor reflexiono sobre el tema, el cambio tecnológico a menudo implica una pérdida de humanidad. Aun hay mucho que decir y conversar.

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  2. Excelente artículo y muy buen comment de AU

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    1. Mi querido Roberto, agradecidos todos los ignacianos alumnos y egresados por la oportunidad que nos brindas para opinar y expresar libremente nuestros pensamientos, ideas y reflexiones. Conozco el esfuerzo y dedicación tuya para mantener activo el blog Factotum Ignacianos y me permito aprovechar estas líneas de agradecimiento para motivar al resto de los amigos y companeros para que lo usen tanto con sus propios articulos como con sus comentarios a los de otros. Como dijera en el artículo anterior…..Tal vez, en cierta manera, este blog ignaciano sea una huella de nosotros mismos, de que existimos y sentimos...

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  3. Estimado Herr Gustav
    Tu articulo sobre AI y la RD es extraordinario.
    Te felicito. Con tu permiso lo voy a enviar a mis relacionados. Es un tema q siempre me ha interesado y fascinado y sobre el cual he leido. En California existe un instituto q estudia the Singularity. Muchos preveen distopias. SHawkings planteaba q la especie tendria q emigrar a otros planetas para sobrevivir. En estos dias estoy leyendo una novela de SF q describe un universo cuasi dominado por la AI. Estos temas deberian ser objeto de un conservatorio. No has pensado en organizar algo similar aqui ?? Escribe, escribe q algo queda.

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  4. Muchas gracias Don Mario, mi audiencia es inversa a la del Gocho pero lo prefiero porque me sería muy difícil responderles y sin motivación. Total libertad para circular el artículo. Hay una revista de Foreign Affairs “Hi, Robot” que tiene 5 artículos sobre el tema y uno cubre “The coming robot Dystopia”. (July/Aug 2015, Vol 94 #4).
    Un tema muy relacionado que le he pasado a mi hijo es “How to be a leader in the Fourth Industrial Revolution” pues la RD necesita un tipo de liderazgo diferente y más humano. Emocionalmente inteligentes y capaces de modelar y defender el trabajo cooperativo. Gente que no puedes ver, como medir y recompensar en un lugar de trabajo virtual y como conectar habilidades virtualmente.
    Tu comentario de SH me recordó una novela de Asimov en donde hubo que encontrar un universo totalmente nuevo para solucionar el problema de la energía limpia.
    En cuanto a escribir, Francis Bacon decía que la lectura hace a un hombre completo, una conferencia un hombre listo; Y escribir, un hombre exacto. Termina tu libro sobre tu familia.

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  5. Muy buen artículo Gustavo. Extenso y esclarecedor de las ideas sobre el futuro como consecuencia del desarrollo de la IA en la RD en marcha.

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    1. Mi querido Edgar, Bill Gates suele alertar de que solemos “sobreestimar el cambio que se producirá en los próximos dos años y subestimar el cambio que se producirá en los próximos diez”. En 1992 cuando Bill Clinton reunió a los mejores pensadores para hablar de la marcha de la economía, nadie menciono Internet, que, sin embargo, ya existía.
      Ya no somos conscientes de la presencia de las nuevas tecnologías, estas se vuelven invisibles. El “software” se está comiendo el mundo. Es un software el que nos contesta cuando llamamos a un servicio al cliente. Están en nuestros carros regulando muchas cosas.
      Martin Wolf, comentarista economico del Financial Times, señala que un romano de la antigüedad hubiera entendido nuestro modo de vida en 1840 bastante bien, pero el de 1940 ya quedaba mas allá de su imaginación y el de del 2018, no digamos. A nosotros mismos nos podrá resultar difícil entender el de 2035…cuanto más el del 2050.

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