REMEMBRANZAS CRIOLLAS DEL SIGLO XX
Reseña del primer choque en Caracas :
choquesito" en la misma esquina de las Gradillas y se llama:
"Encontronazo en el ombligo de Caracas".
"El primer choque en Caracas"
Crónica del Diario El Universal, hace nada menos que ochenta y ocho años!
Dice así:
“UN PROBLEMA QUE NECESITA SOLUCION.- (Editorial de “El Universal” del 12 de julio de 1913).
Nosotros lo habíamos predicho. Tarde o temprano iba a suceder lo inevitable. Ayer, por desgracia, Los hechos nos dieron la razón.
A las once y media de la mañana, cuando el Dios Febo estaba en su esplendor, dos de esos vehículos de motor, que llaman impropiamente automóviles, y que andan en por esas calles a 15 y hasta 20 kilómetros por hora, tuvieron un encontronazo nada menos que en el ombligo de la ciudad, en la propia esquina de Las Gradillas.
El vehículo manejado por el joven Gustavo Zinng “chocó” (si se nos permite utilizar este galicismo) con el otro que conducía el ingeniero alemán que fue traído con este objeto por la casa Blohm de esta ciudad.
Este espectáculo, casi terrorífico, no se había visto jamás en la Capital y puede afirmarse, sin cometer pecado, que todo Caracas desfiló por Las Gradillas para ver el estado en que, en justo y merecido castigo, quedaron los dos coches. A tal punto llegó la marea humana, que el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Caudillo de Diciembre, siempre vigilante de la tranquilidad colectiva, tuvo que sacar la caballería y ocupar las cuatro bocacalles de la Plaza Bolívar.
Y ahora nos preguntamos nosotros. Es esto civilización? Podemos seguir tolerando toda una ciudad, que corran por sus calles, como alma que lleva el Diablo, flamíceros aparatos de hierro? Y todo porque un Gran Millonario de la Gran Nación del Norte, que según informa el cable Francés se llama Enrique Ford, se le ha metido en la cabeza hacer dinero de esta forma.
Pero todavía hay tiempo para ponerle fin al mal.
Debe aceptarse nuestra reiterada proposición que estos aparatos solo se puedan usar en los caminos y que se les marquen zonas de llegada y de salida en los extremos de la ciudad. Así se evitarían catástrofes mayores y Caracas podría seguir conservando su aspecto de ciudad seria, en donde los coches de caballos van y vienen sazonando la vía con los agudos dichos del cochero y las travesuras fisiológicas de las nobles bestias.
Y no solo la Prensa, el cuarto poder como acertadamente la llamaba el Libertador, sino también la Iglesia, suprema guardiana de las buenas costumbres, ha dejado oír su voz contra estos aparatos. El joven e inspirado Pbro. Jesús María Pellín, fustigó el domingo pasado, en misa de 11, a los que llamó, con toda propiedad “amicis rerun rovarum” (amigos de las cosas nuevas), como estos aparatos satánicos que comparó al carro de fuego en que el profeta Elías desapareció con dirección al cielo.
Que hablen los otros. Que hable la ciencia. Que hable el Dr. Luis Razzeti y diga si un organismo puede desplazarse a 20 kilómetros por hora. Que hable el Dr. Delgado Palacios, nuestro más eminente químico y explique si con el ingrediente tan peligroso que llaman gasolina, no puede inflamarse y producir una reacción en cadena que acabe con la ciudad. Que hablen los jóvenes doctores Pepe Izquierdo y Enrique Tejera. Que hablen todos. Que no se callen, que la ciudad y la Patria están en peligro.
Nuestra consigna: Atrás automóviles, sigue siendo la voz del patriotismo y del buen sentido venezolano. La posteridad sabrá de agradecernos haberla liberado de esta tremenda amenaza..
(ENVIADO DESDE ESPAÑA POR CONSTANTINO "TANCHO" ZABALA 'INSIGNE IGNACIANO,LOYALTARRA')
RECUERDOS DE VENEZUELA DEL SIGLO PASADO*
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