La modernización y el futuro del negocio eléctrico en Venezuela Gustavo Gonzalez Urdaneta
La modernización y el
futuro del negocio eléctrico en Venezuela
Gustavo
Gonzalez Urdaneta
Desde el
punto de vista conceptual el futuro de los negocios eléctricos en Venezuela
todavía está por definirse en los actuales momentos. Tal vez en un par de años,
varias de las incertidumbres e intangibles vigentes a esta fecha de crisis
energética estén más claras y valoradas, por lo tanto, mi intención es
compartir con ustedes algunas ideas, preocupaciones y esperanzas sobre el
futuro del negocio eléctrico.
Parto
del principio que los “intereses” del próximo Gobierno con el sector responden
a todo lo pautado en la Ley del Servicio Eléctrico de 1999 y aquellas mejoras que,
de las posteriores versiones, convenga admitir. El tema del futuro del negocio
es complejo y la complejidad es, simplemente, un análisis multivariable.
Como
primera necesidad para este análisis es preciso definir lo que se entiende por
negocio, y de acuerdo con las versiones normalmente aceptadas: “Se entiende por
negocio todo proceso económico que tenga un propósito definido, mediante el
cual se utilizan recursos productivos para generar bienes y servicios que
puedan satisfacer necesidades de la sociedad y que resulte en la creación de
valor”.
Pensando
en forma virtuosa, este concepto de negocio requiere de una regulación
transparente, no-discriminatoria ni restrictiva que promueva la libre
competencia de generación y la liberalización del mercado, que incentive la
inversión para garantizar un suministro confiable y de calidad respetando el
equilibrio de los agentes cerrando de esta forma lo que llamaríamos el “circulo
virtuoso” de la regulación. Debemos
evitar que el proceso de regulación se convierta en un “Vía Crucis” de más de
14 estaciones.
Por otra
parte, la misión de una empresa es “crear valor” para los accionistas, los
clientes y la sociedad en general. La
creación de esta riqueza está orientada a financiar el futuro y remunerar al
accionista. En realidad, la remuneración
del accionista no es un objetivo sino una consecuencia, orientada a mejorar la
calidad de vida del colectivo, a dar un producto calidad-precio competitivo y
por último a revertir a la sociedad dicho producto.
Para
tener éxito en esta misión debemos volver al concepto de que la complejidad es
simplemente, un análisis multivariable y, por lo tanto, para hablar del futuro
del negocio eléctrico en Venezuela deben analizarse, al menos, seis aspectos:
*Seguridad
del suministro en la próxima década,
*Visión
de los retos del futuro ¿cómo diseñarlo?,
*Tendencias
sociales y de consumo del servicio,
*La
gestión de clientes en el presente y en el futuro,
*Adaptación
de las futuras empresas al cambio, y
*Los
desafíos en recursos humanos.
La
economía venezolana tiene un elevado contenido energético, nuestra ventaja con
respecto a la Unión Europea, es que nuestros recursos son abundantes
considerando la cartera total de combustibles disponibles. Sin embargo, el Mercado Eléctrico Venezolano
(MEV) presenta ciertas características, en su oferta de electricidad que
requieren particular atención a la hora de analizar la seguridad del suministro
en la actual década, por ejemplo:
*Un alto
componente hidráulico con un único embalse de regulación trianual,
*El régimen
especial de reserva, por parte del estado, del desarrollo futuro de los grandes
recursos hídricos, Alto Caroní, Paragua y Caura;
*La
dudosa contribución de un parte térmico con muy alta indisponibilidad y
obsolescencia y muy ineficiente;
*La
dudosa competencia de las instalaciones térmicas futuras ante la actual
incertidumbre del sector gasífero y la no existencia de un mercado libre de
“energías primarias”;
*La poca
atención del gobierno a la diversificación de la matriz energética con nuevas
fuentes de energías renovables; y
*El
desarrollo insuficiente de la red con grandes restricciones de transmisión que
originan altos costos de generación con combustibles líquidos y un sistema de
distribución totalmente deteriorado.
Estas
características de la oferta de generación son la base de las reglas mínimas
particulares que debemos considerar para diseñar el futuro de la seguridad del
suministro, por ejemplo:
*Incorporar
la energía eléctrica como un elemento prioritario en la política energética a
futuro del país y en particular en el desarrollo de la industria del gas;
*La
confiabilidad del suministro a largo plazo requiere la presencia de unidades
térmicas cuya función principal sea proveer reserva y disminuir el riesgo de
racionamiento en años secos, deben crearse incentivos al respecto;
*el
desarrollo de una red de transmisión nacional sin restricciones que a su vez
minimice las necesidades de energía redespachada; y
*por
otra parte, los “costos de conexión de las distribuidoras” a la red, para garantizar
confiabilidad y seguridad del suministro, son costos de transición que deben
ser reconocidos por el Regulador en el régimen económico.
Es
inminente que el sector eléctrico venezolano, con una nueva o adaptada Ley del
Servicio Eléctrico (LSE), experimentará un proceso de transformación en la
nueva democracia venezolana de la siguiente década y producto de esa
transformación nos tendremos que enfrentar a nuevos retos, en un futuro no muy
lejano.
El
primer reto del futuro del negocio eléctrico es, como ya lo mencioné, el reto
de “Crear Valor” para los accionistas, los clientes y la sociedad en
general. El reto en sí es la búsqueda de
un equilibrio entre accionistas, empleados, clientes y sociedad.
Los
avances en tecnología en los sistemas eléctricos modernos han sido muy
particulares y nos obligan a un proceso de cambios que nos harán enfrentar en
el futuro a los retos de una “nueva economía”, es decir al reto de crear valor
en una “era de intangibles”:
*una
economía basada en el conocimiento y en el talento,
*una
economía que opera con tecnologías de la información, comunicaciones e
inteligencia
artificial; y, por último
*una
economía en que la velocidad (tiempo) de la acción es clave.
Las
herramientas básicas para enfrentar estos retos de la nueva economía son las
tecnologías de la información indispensables para ir adoptando nuevas formas de
hacer negocios a medida que, la tecnología se desarrolle, la competencia se
incremente, las barreras caigan y los mercados se abran. La Tríada, compuesta por conocimiento,
organización e información, más el uso adecuado de la tecnología y la
retroalimentación oportuna de los resultados de programas de atención al cliente,
es lo que nos permitirá mantenernos e ir adoptando nuevas formas de hacer
negocios en el futuro próximo.
Otro
reto que afrontar en el futuro del negocio eléctrico es el reto de la
“Liberación del Mercado”. Creo que
deberían hacerse coincidir la liberación de sectores relacionados y graduar el
proceso a fin de evitar lo que ha pasado en Europa, donde la liberación se ha
venido traduciendo en la promulgación de un sinfín de reglas que lejos de
simplificar y beneficiar al cliente lo que ha hecho es añadir mayor complejidad
a la desregulación.
Existen
un gran número de condiciones necesarias para el correcto desarrollo de un
proceso de liberalización, por ejemplo: La libertad de contratar, el acceso
libre garantizado, la eliminación de barreras, y, esencial, la planificación
gradual del sistema de liberación. Adicionalmente, este reto de liberalización
plantea, a su vez, el reto del “equilibrio entre liberalización y garantía del
suministro”
Un reto
imprescindible de enfrentar en el corto plazo, pero con una programación
creciente en el mediano plazo, es el reto de “la eficiencia y la
competitividad”. Las empresas deben
establecer programas de reducción de los costos de operación y mantenimiento y
los costos de distribución y comercialización.
En este sentido contribuirán, principalmente, los esfuerzos y logros que
se adelanten en tecnología de la información, atención al cliente y eficiencia energética.
Ahora, más que nunca, se requiere que los profesionales, operadores y quienes
tomen las decisiones, cuenten con la formación y orientación pertinente que les
permita lograr un alto grado de asertividad en sus relaciones con el cliente y
los agentes de su entorno.
Será
necesario tener habilidades gerenciales para manejar altos riesgos y será
esencial, para las empresas, tener una alta capacidad comercial, porque los
beneficios de la industria se determinarán, por decisiones tomadas
principalmente en el terreno comercial.
Por otra
parte, después de haber sufrido durante la última década de un mercado
monopólico regulado, y en situación de crisis técnica-económica-financiera permanente
a pesar de la ingente cantidad de recursos dedicados, el sector eléctrico
venezolano deberá enfrentarse por ley, en un futuro cercano, a la competencia
en generación, a incertidumbres sin precedentes en su mercado y a la
posibilidad de riesgos financieros sustanciales. La forma en que las futuras
empresas y agentes manejen estos riesgos determinará en gran forma cuáles de
ellas sobrevivirán y prosperarán en la nueva era de democracia venezolana.
Antes de
1999, las empresas de electricidad usaban el sobreequipamiento como una forma
de seguro, pasando el costo a los clientes y manteniendo también suficiente
capital disponible para manejar las obligaciones financieras rutinarias. Usar estos métodos tradicionales de la
gerencia de riesgo para hacerle frente a un futuro mercado incierto de energía
eléctrica es sin embargo el equivalente de apostar la casa en un negocio.
En la
implantación de los mercados eléctricos mayoristas (MEM) en los distintos
países, el mismo se ha dividido, en general, en: Un mercado spot manejado a
través de un control centralizado y un mercado de largo plazo que involucra
acuerdos realizados libremente entre las partes. En realidad, uno – el mercado
a largo plazo – es producto de la variabilidad del otro – el mercado spot. La volatilidad registrada en los precios
“spot” se debe a una serie de factores, tales como: Estacionalidad de la demanda, variaciones
hidrológicas, disponibilidad instantánea, variabilidad geográfica, costos de
combustibles y carencia de embalses. En la mayoría de los países en donde se ha
implementado un MEM, esta volatilidad de los precios spot se maneja a través de
la firma de contratos a largo plazo.
Esto nos
lleva a considerar dentro del tema del futuro del negocio eléctrico en
Venezuela, cuáles son las tendencias sociales y del consumo de servicios
esenciales, como la electricidad. Las dos primeras tendencias son la “creación
de valor” y los “valores intangibles”, aspectos a los que ya me referí
anteriormente.
El
negocio eléctrico está en el mundo de fabricar un producto que es la
“experiencia del servicio”, en el cual debemos entender el doble juego de la
percepción y las expectativas, basado en tres componentes: el juego de
prestación-precio, la capacidad de respuesta y, por último, la capacidad de
iniciativas personalizadas al cliente. Esto nos lleva a la necesidad dentro del
negocio eléctrico de desarrollar el concepto de “imagen de marca”.
Tenemos
que preocuparnos por el “nivel de satisfacción del cliente”. El “marketing” o relación con los clientes es
una de las tendencias sociales que influirá fuertemente en el futuro del
negocio eléctrico en Venezuela. Ahora
bien, captar clientes no basta, hay que retenerlos. De la misma forma que el
marketing trabaja en el mercado para generar nuevas cuentas el “clienting”
opera en las cuentas ya obtenidas, para mantenerlas a través del tiempo. Partiendo de la base de que los consumidores
no son leales a una marca si ésta no se lo merece, el clienting se enfoca al
desarrollo de servicios complementarios, a fin de que los consumidores perciban
un mayor valor agregado y se establezca con ellos una relación de fidelidad.
Cuando
creamos vínculos con el cliente se generan barreras de entrada a la competencia
y creamos valor a través de lo que se conoce como “economías de lealtad”. Si se
le presta mayor atención al marketing (nuevos clientes) que al clienting (los
que ya están) se corre el riesgo de contar sólo con mercenarios que como llegan
se van. Por otra parte, nuestra misión pedagógica con los clientes debe estar
relacionada con el uso racional de la energía.
Por lo
tanto, el gran reto de la gestión de clientes en el presente y en el futuro, es
velar por el “modelo del negocio” conceptualizado como un sistema de creación
de servicios sostenibles entre la empresa y el consumidor. El gran problema en
este aspecto es tener “mentalidad de commodities” y pensar que el negocio
eléctrico nos es más que tecnología y precio.
Esto requiere de un gran esfuerzo de gestión interna para evitar el
“Síndrome Ruso”: las empresas hacen como que pagan y los empleados hacen como
que trabajan.
Nos
referiremos brevemente a los cambios requeridos en las aptitudes personales y
profesionales, es decir, a los desafíos del futuro en recursos humanos. En
primer lugar, estos desafíos son desafíos de la organización y la misión de la
función de recursos humanos es “facilitar a los líderes de la organización las
herramientas y sistemas para el desarrollo del personal de la empresa”.
¿Qué
Retos o Tendencias debemos afrontar?: En un principio, la aceleración de los
cambios, la instalación de la incertidumbre y cómo aportar claridad y retener a
los mejores. Debe buscarse un equilibrio entre accionistas, empleados, clientes
y sociedad y crear una cultura que respete por igual a todos los grupos de
interés de la empresa y cómo gestionar las alianzas con proveedores, asociados
o competidores. Internamente, cómo encontrar y extender las mejoras prácticas
en la organización, cuales parámetros de gestión utilizar para tener una mayor
capacidad de reacción ante los cambios y, por último, la gestión del talento en
la era de la incertidumbre y el desarrollo del liderazgo. Hacen falta lideres para convertir valores en
prácticas. Como ven dichos retos requieren de un gran esfuerzo de la empresa y
del área de recursos humanos y no hay fórmulas únicas para su solución.
Con
relación a la adaptación de las nuevas empresas, al cambio implícito en el
futuro del negocio eléctrico, deberán considerar cuatro temas sobre los cuales tendrán
que transitar para adaptarse, a saber: La gestión del conocimiento; la
integración y optimización de los recursos; la gestión de recursos humanos y,
por último, la ética y la estrategia empresarial.
Para
finalizar quiero tocar el tema de la “Ética y la Estrategia Empresarial”. Hay quienes sostienen que dirigir una empresa
es más arte que ciencia y que en esto de estrategia, el corto plazo es el
“negocio” y el largo plazo es el “concepto empresarial”. Por otra parte, con relación al otro
componente del binomio ética-estrategia, el corto plazo es la “estética” y el
largo plazo es la “ética”. La “Ética” necesita Visión, Misión y Valores
Compartidos (confianza, transparencia, claridad, etc.). La responsabilidad social de la Empresa es un
mejor negocio y un mundo mejor. Es
imprescindible para el futuro del negocio un mínimo de ética y responsabilidad
en las decisiones.
Para concluir
creo que las cuatro grandes preocupaciones del sector sobre el futuro del
negocio eléctrico venezolano versan sobre:
*La
seguridad del suministro
*La
incertidumbre del sector gasífero
*La
evolución del proceso de regulación; y
*La
modernización de su infraestructura
Gustavo he leído con atención este artículo tuyo y me ha parecido muy acertado en lo que planteas en relación al Sistema Eléctrico de Venezuela.
ReplyDeleteComparto 100% lo que indicas en él.
Recibe un abrazo.
Joel Vasquez
Me parece muy acertada su reflexión sobre "La modernización y el futuro del negocio eléctrico en Venezuela".
ReplyDeleteTengo la preocupación que en un futuro muy cercano tendremos que ir hacia la generación de energía a través de procesos limpios que no influyan en el "Cambio Climatico" que estamos padeciendo. Es por ello que a mi juicio la generación termo-eléctrica debe ir siendo cada vez menor para colaborar favorablemente con este Cambio, razó por la que se debe pensar en nuevas fuentes de generación y en mejorar la eficiencia en la generación hidro-electrica, muestra principal fuente de generacion.
Estoy claro que en estas primeras de cambio se debe trabajar con lo que hay a la mano y diría que para recuperar los sistema de generación actual debe darse prioridad a los hidro-eléctricos que requieren de una inversión menor en su reparación porque solo transforman energía hidraúlica en energía electrica mientras que en las termoelectricas se transforma la energía calórica a mecánica y luego a eléctrica además que el suministro de combustibles fósiles no estaría garantizado de inmediato.
Todo lo anterior podrá llevarse a cabo en un tiempo óptimo solo si y solo si se cuenta como dice usted con personal con ética y valores que se puedan transmitir agua abajo.
Muchas gracias
Ing. Antonio Badillo
Hay un tópico implícito en el futuro del negocio eléctrico venezolano sin el cual es cuesta arriba se tenga éxito. Me refiero a la productividad, es decir, el grado de eficiencia en la producción de bienes y servicios. A todos los que les toque enfrentar el reto de modernizar e ir esculpiendo el futuro de nuestro sector eléctrico, tienen que estar comprometidos e interesados en desempeñarse con eficiencia y los debe motivar el revisar continuamente su perspectiva acerca de la productividad.
ReplyDeleteMi motivación para reflexionar sobre la forma en que hacemos nuestro trabajo y el de nuestros colaboradores nace de haber observado, a lo largo de medio siglo de ejercicio profesional, ciertas actitudes recurrentes que afectan gravemente la productividad, entre las cuales destacan el exceso de burocracia en los tramites y consultas internas en algunas organizaciones acompañada con muy poca iniciativa en aportar nuevas ideas y soluciones. En el sector publico es muy marcada la actitud a “protegerse la espalda” y no tomar ningún riesgo, con poca profundidad en los detalles y en no cerrar los cabos sueltos. La productividad requiere coordinación estrecha con los supervisados para obtener su cooperación y gran capacidad para negociar y persuadir y ampliar el entorno externo individual para ampliar tu mundo profesional.
Peter Drucker señala que “el primer requisito para lograr un óptimo desempeño laboral consiste en aplicar la ingeniería del trabajo individual para alcanzar una eficiencia máxima”. En pocas palabras, la clave radica en el trabajo y en la manera en que éste se ejecuta. Si aceptamos la proposición de Drucker estaremos en mejor posición para darle inicio al proceso de modernización del sector eléctrico venezolano que nos conduzca hacia un desempeño mejor en un futuro con nueva democracia.
Nadie ha dicho que será fácil, como Goethe decía cuando uno toma una decisión todo comienza a actuar a nuestro favor, el gran enemigo de nuestra decisión es la inercia.