SAN IGNACIO DE LOYOLA (31 de Julio)






Toma y recibe Señor, mi memoria, entendimiento y mi voluntad. Todo cuanto tengo y poseo. Tu me lo diste y a ti te lo devuelvo, todo es tuyo. Dame tu amor y mi gracia, que esto me basta. Amén. San Ignacio de Loyola.


Los cinco minutos del Espíritu Santo. 

Es hermoso recorrer la vida de los santos para percibir lo que puede hacer el Espíritu Santo en la vida de un ser humano, para ver cómo el Espíritu Santo puede cambiar completamente la vida de una persona y llevarla a lo más alto. Hoy recordamos lo que hizo el Espíritu Santo en san Ignacio de Loyola. 

Después de una batalla, defendiendo la ciudad de Pamplona, el valiente Ignacio quedó herido. Allí el Espíritu Santo aprovechó para hacer de las suyas. Durante el tiempo de reposo Ignacio se dedicó a la lectura, y este providencial acontecimiento hizo que leyera la vida de Cristo y algunas vidas de santos, con lo cual se encendió en él la llama de la entrega apasionada al Señor. 

En el altar de la Virgen de Monserrat dejó su espada y comenzó una peregrinación vestido de mendigo. Al poco tiempo alcanzó una gran profundidad espiritual que expresó en sus _Ejercicios espirituales_. 

Luego de una adecuada preparación, se ordenó de sacerdote y formó un pequeño grupo con fuertes inquietudes evangelizadoras. De allí surgió después su fecunda Compañía de Jesús. Sus obras y las de su Compañía son incontables. A la muerte de Ignacio, en 1556, la Compañía había llegado a la India y a Japón, con un inquebrantable entusiasmo y creatividad evangelizadora. Ciertamente la tarea evangelizadora de la Iglesia le debe muchísimo. 

Pasó los últimos tiempos de su vida disfrutando de altísimas experiencias místicas, cargadas de llamativa ternura y de místico gozo, que aparecen reflejadas en su diario íntimo. Para Ignacio Dios debía ser el principio y el fundamento de todo. Por eso, lo primero de la vida cristiana consiste en aceptar con amor que la propia vida haya sido creada para amar, adorar y servir a Dios. Aceptando eso con sinceridad, entonces sí es realmente posible dejarlo todo y entregarlo hasta el fin, sin reservas. De hecho, la vida de Ignacio estuvo consagrada a buscar la mayor gloria de Dios, y todas sus obras eran realizadas con esa finalidad. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nuestra vida no transcurra en la mediocridad, que nos transforme hasta el fondo y nos lleve a vivir en profundidad, entregándolo todo. No podemos hacerlo solos; pero el Espíritu Santo puede hacerlo, si cooperamos con él.



“ORACION A SIg*
     *SAN IGNACIO DE LOYOLA*
 *PARA PETICIONES URGENTES*

_*Glorioso Patriarca San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la fe y la virtud, que te pido con esta oración, alcánzamelas del Señor; y si no, acomoda mi solicitud con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre el emblema de vuestras heroicas empresas: “para mayor gloria de Dios”.*_

_*Santísimo san Ignacio, por la devoción que tuviste al inefable misterio de la Santísima Trinidad te suplico me prestes tu ayuda en este momento de desaliento y por tu inmensa virtud y bondad intercede ante el Altísimo y solicítale presto me conceda:*_

(hacer la petición)

_*San Ignacio de Loyola, te pido también tu especial protección, y que me guíes por los caminos del bien, para que pueda vivir conforme a la voluntad de Dios, y que después de esta vida encuentre la bienaventuranza en la otra, para poder estar contigo en el cielo para toda la eternidad.*_

_*Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad, como era en el principio, ahora y siempre, por todos los siglos de los siglos. Amén.*_

Fundador sois ignacio y general de la compañía real
que jesús con su nombre distinguió
la legión del Loyola con fiel corazón
Sin temor enarbola la cruz por pendón
Lance, lance a la lid fiero luzbel
a sus mounstros en tropel
Del luzbel las legiones se ven ya marchar
y sus negros pendones el sol ha de enlutar
Compañía de Jesús corre a la lid, a la lid
Del infierno la gente no apague su ardor
que ilumina la frente de Ignacio, el valor
y a voces escúchance de tropas bélicas
y lanza sus lábados en la batalla campal
fiel presagio, del auro bélico y de la paz
del auro y de la paz


(COLABORACIÓN,ENVÏOS DE IGNACIANOS: CONSTANTINO DE ZABALA, JOSE A. TROCONIS, GUSTAVO GONZALEZ U. Y OTROS)

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