Armas silenciosas para guerras tranquilas (II) Gustavo Gonzalez Urdaneta

 

Armas silenciosas para guerras tranquilas (II)

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 15 diciembre 2020

 

Aunque popularmente podemos estar poco familiarizados con su nombre, a Sylvain Timsit le debemos una valiosa aportación. Este escritor francés formuló en el año 2002 las diez estrategias de manipulación mediática de las que se valen los poderes políticos y económicos para controlar de forma masiva a los ciudadanos. Y aunque han pasado dieciocho años, su decálogo continúa siendo un argumento muy poderoso y vigente actualmente. Se considera como un ránking de maniobras de manipulación de masas. Su propósito, según su propio autor, es crear a individuos dóciles, sumisos y obedientes; así como hacer emerger el capitalismo, la desigualdad y el neocapitalismo. La publicación de Timsit se hizo viral en pocos minutos. Y, hablando de manipulación, su autoría fue atribuida erróneamente al literato estadounidense Noam Chomsky, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), aunque es cierto que existen ciertos atisbos del pensamiento de Chomsky en sus enunciados, sobre todo en lo relativo al análisis crítico del rol de los medios mediáticos en la sociedad. Empezó siendo una noticia falsa o casi falsa, al menos por la autoría, y corrió como pólvora por la red.

 

La primera estrategia es la de la distracción, conocida desde los romanos, dales pan y circo, entretenlos con cositas para que no se concentren en lo importante, la segunda es crea un problema de salud, de delincuencia y luego dales la solución, la tercera estrategia es la de la gradualidad, poco a poco, si yo impongo un cambio de forma abrupta a la gente puede que no le guste pero si lo hago despacito ya es otra cosa, esto es un comportamiento humano. Es como el cuento de la rana, si pones una olla con agua ardiendo y metes la rana, esta enseguida salta afuera pero, si pones la olla con agua fría y metes la rana, esta se queda adentro mientras se va calentando, se acostumbra y la ranita se muere dentro del agua caliente. La cuarta estrategia es la de diferir en el tiempo, cuando nosotros decimos que vamos a hacer un cambio profundo, doloroso pero necesario para el futuro, yo voy preparando a la gente para que lo asuma, entonces las personas en el fondo pensamos que el futuro va a ser mejor y nos cuesta menos aceptar hoy un cambio doloroso para el futuro y eso es como la metáfora de la dieta “la empiezo mañana”, no lo hago hoy, sino mañana que posiblemente me encontraré con más fuerza.

 

La quinta estrategia es la de mensaje sencillo, Timsit dice, habla a la población, a la masa, como si fueran niños de doce años y esto, lo hacen muy bien los políticos en campaña electoral a nivel mundial pues, unen esta estrategia con la siguiente que es, de alguna manera ponles más énfasis a las emociones y menos reflexión y esto corresponde a los slogans como la de “hagamos a America la mejor”, “tú puedes hacerlo” o como Chavez decía “votarme por amor”. La séptima estrategia es educación deficiente, interesantísima, mantén al pueblo en la mediocridad donde no se fomente el espíritu crítico, la educación controlada es el poder, la octava estrategia es la mediocridad, con que esté bien visto la incultura, la vulgaridad, con que estén presentes personajes que nos hagan gracias y de paso sean famosos y detenten estas características, la penúltima está relacionada con la autoculpabilidad, yo soy culpable de todo el mal que me ocurre de manera que no culpo al sistema y no me revelo contra él y se hacen todas las estrategias para que sea así y, la última,  es  el conocimiento de los individuos,  el sistema nos conoce mejor que nosotros mismos, todo lo que está relacionado con la inteligencia artificial, la internet, la neurociencia  que saben cómo actuamos. Este decálogo con las estrategias de manipulación mediática de Timsit es uno de los más empleados actualmente para estudiar el sistema de poderes.

 

Pues bien todas estas estrategias son cuestionables, pero lo que en su origen parecía noticia falsa por la adjudicación errónea del autor, entonces, aparece Timsit diciendo que él se basa en un documento top secret de inteligencia que encontró en una fotocopiadora usada que además estaba en reventa y era del ejército norteamericano que se llamaba Armas silenciosas para guerras tranquilas. Ahora si se conforma todo lo que caracteriza a una Fake news: primero, lo dice o se le atribuye a  alguien famoso como Noam Chomsky, segundo, trata de temas de conspiración misteriosas, de morbo que tanto nos gustan, tercero, atrae la atención de grupos de interés de la sociedad que lo transmiten en las redes sociales, después, tratan de temas sencillos para problemas comunes que todos tenemos y, de ultimo, una noticia falsa se convierte en noticia falsa cuando te hace vibrar dos emociones universales, la ira enfado y el miedo, cuando una noticia provoca en el ser humano enfado o miedo, ya tenemos muchos ingredientes ganados para que se convierta en una auténtica noticia falsa.

 

La difusión de noticias falsas con el objeto de influir en las conductas de una comunidad tiene antecedentes desde la antigüedad, pero dado que su alcance está relacionado directamente con los medios de reproducción de información propios de cada etapa histórica, su área y velocidad de propagación resultaba escasa en las etapas históricas previas a la aparición de los medios de comunicación de masas. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación permitió que la dispersión de noticias falsas y su utilización para fines políticos se transformara en una preocupación global. Otro tema relacionado con todo lo anterior es la manipulación del lenguaje como arma politica.

 

Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y social. Sin embargo, no hay que olvidar que estos elementos ya aparecen en la novela rusa Nosotros (1920) de Zamiatin, en la que se inspiró Orwell, y que se considera la novela fundadora de la novela distópica contemporánea. La novela 1984 es, sin embargo, mucho más popular y el término «orwelliano» se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela.

En 1984, el Estado suprime todo derecho y condena a una existencia poco más que miserable, con riesgo de perder la vida o sufrir vejámenes espantosos, a aquellos que no demostrasen suficiente fidelidad y adhesión a la causa nacional. Para ello se organizan numerosas manifestaciones, donde se requiere la participación de los miembros, gritando las consignas favorables al partido, vociferando contra los supuestos traidores y dando rienda suelta al más desaforado fanatismo. Solo con fervor fanático se puede escapar a la omnipresente vigilancia de la policía del pensamiento.             

 

Literariamente, la novela 1984 era extraordinaria y analizaba con un estilete cortante la realidad politica e, incluso, analizaba lo que podría ser la realidad politica futura y que casi nadie quería publicar sencillamente porque la crítica al sistema socialista ingles era tan evidente que no se podía negar. Orwell sabia de lo que estaba hablando en cuanto a la manipulación del lenguaje, podía expresar de una manera que si uno no leía el resto de la novela resultaría cómico como se manipulaba a la población simplemente desde los cuatro Ministerios que formaban el gobierno decente futuro de la Inglaterra socialista en la que vivia el protagonista de su novela. De esta manera bien significativa el Ministerio de la Verdad, se dedicaba a las noticias, a los espectáculos, la educación y las bellas artes que no eran más que canales indiscutibles de mentira y manipulación. El Ministerio de la Paz, era precisamente el que se dedicaba a la guerra. El Ministerio del Amor, se ocupaba de la ley y el orden, indudablemente importantes pero no parece que sea lo que más encaje con el amor. Y el Ministerio de la Abundancia, en una población cruel y conscientemente muerta de hambre, era al que correspondían los asuntos económicos. Sus nombres en neolengua: Miniver, Minipax, Minimor y Minindantia. En ese sentido la manipulación del lenguaje era tan absolutamente clara que Orwell se permitió inventar palabras como la famosa “doble lengua” que permitía manipular el lenguaje para que el lenguaje dijera exactamente lo contrario de lo que se suponía decir.

 

Es conveniente destacar que Orwell más que inventar sobre el futuro describía la realidad de lo que había vivido en España. La tortura que relata al final de la novela era una tortura que se aplicó en España y la aplicaron los agentes de Stalin. George Orwell imaginaba el futuro pero nunca se imaginó que la manipulación del lenguaje fuera un arma politica, ahí no trazaba el futuro sino que describia un pasado que él había vivido en 1937 donde estuvo a punto de ser fusilado, no por el ejército de Franco al cual combatía, sino, por los agentes de Stalin en Barcelona y, por supuesto, estaba marcando algo real, una de las grandes armas desde el siglo XX para conseguir controlar la gente es la manipulación del lenguaje. Hay unos principios orwellianos que se ven claramente reflejados en los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela: Primero, la guerra es la paz, segundo, la miseria es la justicia de los pobres y, tercero, las tinieblas son la luz. El problema se ha agudizado por la penetración de las redes sociales. No hay que olvidar que la manipulación del lenguaje es responsable de dos guerras mundiales. Para concluir, tengan presente que si renunciamos a pensar, al uso de la razón y la crítica estamos condenados a ser esclavos, el desarrollo y uso continuo de ellas son útiles para conservar la libertad.

 

¿Cuál de las categorías entre dictadura, totalitario y autoritario sería más pertinente para caracterizar lo que rige en nuestro país?  No es una diferencia semántica, sino de sustancia. Los regímenes totalitarios, como el fascismo, el nazismo o el comunismo, tienen un objetivo positivo. Quieren unos ciudadanos comprometidos con la causa. Para ello montan sistemas propagandísticos, como el Ministerio de la Verdad descrito por Orwell, que transmiten sus mentiras. Los líderes totalitarios necesitan la credulidad de los súbditos. Consecuentemente, tratan de controlar los intercambios de información. Por el contrario, los líderes autoritarios tienen un objetivo negativo. No quieren que los ciudadanos crean noticias falsas, sino que no crean nada. Ni sus mensajes ni los de la oposición. Anhelan que los ciudadanos desconfíen de cualquier fuente de información y así no abracen causa política alguna. Para ello es bueno que la información circule de forma contradictoria y descontrolada. En Venezuela sucede que no creemos las mentiras del régimen, pero tampoco las verdades de la oposición. Así consiguió Franco durar más que todos los dictadores totalitarios de entreguerras. Y morir en la cama. Preocupa, al igual que con los sesenta años de los Castro en Cuba.

 

Comparto el punto de vista de que, Venezuela no es una dictadura, tampoco un régimen totalitario, más bien estamos en una situación o escenario en la cual un sistema democrático que ha estado en permanente tensión y conflicto ha derivado en acciones de fuerza, violencia por parte de aquellos sectores en pugna, léase oposición y oficialismo y en este último caso con un claro abuso de autoridad e intolerancia; lo anterior ha significado que el gobierno asumiera posiciones cada vez más duras e intransigentes, algunas de ellas producto de las acciones desestabilizadoras de la oposición, pero sobre todo a consecuencia de una concepción del poder, la cual está sustentada en un fuerte autoritarismo y militarismo. Nuestra lucha no es entre régimen y oposición, es entre verdad y mentira. No les venceremos intentando persuadirnos de las bondades de un mundo democrático, abierto y liberal, sino confrontando sus mentiras con verdades neutras y asépticas.

 

¡Conoceirés la verdad y la verdad os hará libres! 

 

 

 

 

 

Comments

  1. Mares tempestuosos navega Gustavo en este articulo. La manipulación del lenguaje, que sirve para enaltecer, edificar, mentir, engaňar. Para construir estructuras filosóficas luminosas y narrativas esclavizantes. Ahora potenciado por la irrupción indetenible, avasallante, de la Media Social, con sus cámaras de resonancia, sus mensajes dirigidos a grupos escogidos, su inmediatez. Umberto Eco en El Nombre de la Rosa describió magistralmente el poder del lenguaje y sus simbolos. La distopia de Orwell se repite casi cien años después con las teorías conspiratorias de QAnon, el control social via la vacuna, el Estado Profundo, el Gobierno Mundial. Ocurrio lo mismo con la Peste Negra y la historia de los judíos envenenado los pozos. Ciertamente a nivel tecnológico volamos, a nivel social reptamos.
    Esto pone un profundo cuestionamiento a los sistemas de Gobernanza actuales basados en la confianza en el mensaje, mensaje este que muy a menudo sirve a los intereses de grupos de poder con cuantiosos recursos a su disposicion.
    Es tarea hercúlea luchar contra esto. Requiere un ciudadano informado, interesado, preocupado, que a Diogenes le costaría mucho encontrar. Y la civilización actual enfrenta problemas existenciales cuyos horizontes de decisión se acercan peligrosamente.
    Gustavo introduce juicios de valor en temas críticos, juicios estos que no comparto, como atribuir a la Fundacion Rockefeller y a la Universidad de Harvard un proyecto para controlar a la sociedad norteamericana, o considerar que el objetivo de la investigación económica es el establecimiento de una economía totalmente previsible y manipulable.
    Tampoco comparto su posición en cuanto a que el origen de los sistemas de gobernanza se deban al deseo subconsciente de los ciudadanos de perpetuar la relación de dependencia de su infancia o a la obtención de seguridad sin responsabilidad.
    Un comentario como este, los elementos de la sociedad deben ser llevados a un control total, la célula familiar debe ser desintegrada, la calidad de la educación dada debe ser la más pobre, conlleva la pregunta de quienes pretenden esta sociedad orwelliana.
    Concluye Gustavo con el dictum la verdad os hará libres.
    Cual verdad ?

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    1. Querido Gustavo: excelentes tus análisis y reflexiones sobre cada tópico que tratas en tu artículo y, aunque estoy de acuerdo con tu conclusión, en el sentido que es una lucha entre la verdad y la mentira, discrepo de ti, cuando textualmente expones que: ¨Comparto el punto de vista de que, Venezuela no es una dictadura, tampoco un régimen totalitario, más bien estamos en una situación o escenario en la cual un sistema democrático que ha estado en permanente tensión y conflicto ha derivado en acciones de fuerza, violencia por parte de aquellos sectores en pugna, léase oposición y oficialismo....¨, ya que para mi el régimen representa y forma parte del crimen organizado y su engaño y manipulación, conceptos estos, que tu muy bien analizas en tu artículo, consiste justamente en dar una apariencia democrática , en la cual ha caído la oposición oficial y algunos miembros de la comunidad internacional, confundidos, no se porque razones, así como por la prensa dedicada a la manipulación del lenguaje, tal como tu mismo lo indicas.
      Sobre estas consideraciones, podemos hablar con mas detalles personalmente, ya que son para comentarlas extensivas y detalladamente.
      Ahora bien, lo importante de tu conclusión, es que es una guerra entre la verdad y la mentira, y creo que no la podemos circunscribir únicamente para Venezuela, ya que se está presentando como la Tercera Guerra Mundial con, (¨Armas silenciosas para guerras tranquilas¨) tal como lo estamos viendo diariamente en todas partes y, en pocas palabres, todos tus análisis y reflexiones que le atribuyes al problema venezolano, lo podemos aplicar mutatis mutandi al problema mundial

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  2. Interesante exposición y desde que aparecioren el smartphone, las apps y las redes sociales a regímenes totalitarios se les hace más sencillo ejercer control sobre la gente, porque el nivel de desmovilización que las redes sociales causan sobre las personas ayuda a los dictadores a que la gente este enfocada en otra cosa. Hace 20 o 30 años la situación actual con el tema de la gasolina en Venezuela hubiese desembocado en protestas masivas. Hoy la gente drena su frustración en Facebook, Instagram y Twitter, mientras se muelen dentro de sus carros haciendo horas de cola para poner gasolina. Como le digo a mi esposa: " Bolívar hizo una revolución porque no tenia smartphone ni Facebook". No es un secreto que Facebook, Instagram, Twitter y demás mantienen en sus nóminas a psicólogos expertos en comportamiento humano y a neurocientíficos. Las redes sociales son las grandes aliadas de los gobiernos del mundo.

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  3. Por lo general, no suelo expresar juicios de valor sobre los hechos que presento como parte de la investigacion sobre el tema del articulo, en algunos casos puedo expresar, si existe, coincidencia en pensamiento u opinión, pues prefiero invitarles a que den su opinión sin restricción bajo el concepto de que, el desacuerdo es una de las fuentes mayor de generación de conocimiento; puedo no estar de acuerdo con tu opinión pero, defiendo a capa y espada tú derecho a expresarla. No habría mundo más aburrido que aquel en que todos estuviéramos de acuerdo en todo. ¡Se lo imaginan! Muchos de los hechos los narro, como los encuentro en la investigación de los temas y pueden interpretarse como juicios de valor, pero en esos casos mi error está en no saberlo expresar claramente.

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