Lo que vino para quedarse (Gustavo Gonzalez Urdaneta)

 

Lo que vino para quedarse

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 11 febrero 2022

 

Conversando con un amigo me sugirió la idea de escribir sobre este tema y, dada la diversidad y amplitud de cambios que se están dando por la pandemia, decidí recurrir a todos los chats amigos para que contribuyeran contando sus experiencias. Todas estan reflejadas de alguna manera en el texto a continuación y vaya mi agradecimiento para todos ellos. Y mis disculpas a nuestros lectores pues ello ha extendido un poco la longitud del artículo.

 

La idea era aportar opinión, en este caso, sobre lo que consideramos vino para quedarse así nos agrade o nó. Todos hemos sido afectados de diversas formas, pero no todas tienen porque repetirse ni mucho menos, quedarse. La mayoría de las formas en que nos afectó a nivel personal depende en gran parte de nosotros su permanencia a futuro. Partimos del principio que la pandemia no será una de ellas, como nos dice la historia. Duran, causan mucho daño, se controlan o acaban y surgen nuevas. Los males que han permanecido o repetido suelen tener otros orígenes. Lo bueno que echamos de menos, podría irse recuperando una vez la pandemia esté bajo control.

 

El Foro Económico Mundial realizó en 2017 la Encuesta Global Shapers en la que participaron millennials para conocer, según ellos, cuáles eran los problemas más graves del mundo. Aunque la encuesta fue realizada en 2017, da cuenta de la preocupación de esta generación en diversos temas de interés. En el sondeo participaron más de 31.000 jóvenes de 18 a 35 años en 186 países. Entre los problemas mundiales más preocupantes para los millennials mencionaron: Cambio climático (48.8%), guerras a gran escala (38.9%). desigualdades (30.8%). pobreza (29.2%), conflictos religiosos (23.9%), responsabilidad del gobierno y transparencia / corrupción (22.7%), seguridad alimentaria y del agua (18,2%), falta de educación (15,9%), seguridad / seguridad / bienestar (14.1%) y falta de oportunidades económicas y de empleo (12,1%).

 

Todos ellos corresponden a problemas que se originaron en algún momento en la historia de la civilización y, por su permanecía milenaria, no clasifican como pandemias pues el virus que, en su mayoría las causa es el ser humano. El final de una pandemia se logra cuando se logra tener la enfermedad bajo control. Ustedes dirán cuando los problemas milenarios tendrán fin. De todas maneras ese no es el tema de este artículo.

 

A principios de diciembre 2020 escribi un artículo en el cual consideraba que la pandemia nos estaba enseñado a ampliar nuestra mente, a ver la vida desde una optica totalmente diferente al pasado y consideraba que la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 no solo dejaría problemas relacionados a la salud, sino que la sociedad se vería afectada en distintas áreas como laborales, sociales y económicas y que vendría lo que podemos llamar una nueva normalidad. Pero ¿en qué consiste?

 

La pandemia de la COVID-19 aceleró la revolución digital y disparó muchas de las transformaciones que estaba experimentando el mundo laboral en los últimos años, como es el caso de la emergencia de las plataformas digitales y las nuevas formas de trabajo asociadas a los compras (e-commerce), reparto (delivery), teletrabajo (trabajo en casa), educación (virtual) y de prácticamente todas las necesidades (salud, familia, amigos, entretenimiento, etc.) de la sociedad.

 

A principios de 2020, se inició la crisis de coronavirus a nivel mundial y cada pais dispuso que todas las personas deberían permanecer en sus domicilios habituales, solo pudiendo realizar desplazamientos mínimos e indispensables para aprovisionarse de artículos de limpieza, medicamentos y alimentos. Desde este momento empezó el incremento de la actividad de reparto y empezó a ser considerada como esencial para toda actividad comercial y de servicios incluyendo salud, pagos y hasta los restaurantes,

 

Haciendo historia del reparto en particular, me recordaba uno de mis compañeros ignacianos que cuando era adolescente, hace 65 años. en su casa se pedía el abasto y les llevaban la compra. Pasaba todos los días el camioncito del marchante (vendedor ambulante) con verduras y frutas. Todos los días a las 6 am, pasaba igualmente otro en una moto con sidecar que les llevaba el pan y el periódico. Otro me mencionó las bicicletas con cesta y armadura para estacionarse. Con el tiempo ese servicio se fue ampliando y transformando y era común, hasta poco antes de la pandemia, encontrar en sitios específicos de algunas urbanizaciones en Caracas las camioneticas con verduras, frutas, quesos y algunas refrigeradas con pescado. Hasta llegar la pandemia que ha intensificado las compras en linea y nuevas formas de reparto adoptadas por el comercio en general. Em Miami hasta las medicinas las envían las farmacias a domicilio previa solicitud del médico (Primary care) para las que así lo requieran y a él también se las pides virtualmente.

 

El cierre obligatorio de muchas tiendas físicas y la cautela presente en la sociedad por la posibilidad de contagio al exponerse al contacto con otras personas llevaron a que los consumidores se volcaran al comercio electrónico (e-commerce). El fuerte aumento del comercio en línea, impulsado no solo por los grandes comercios, sino también por los pequeños comercios en la cercanía, ha generado una oportunidad de crecimiento para el trabajo de mensajería y reparto realizado a través de plataformas digitales. Si bien ya con anterioridad a la pandemia se había observado que las plataformas digitales de reparto introducían novedades significativas las oportunidades que ofrece este modelo de negocio cobraron una dimensión especial en el presente contexto de pandemia, pues los comercios, grandes o pequeños, han visto en estas plataformas de reparto la única solución para poder continuar comercializando sus productos.

 

La mayoría de los negocios ahora se hacen en linea, y así vemos, que la valoración de Amazon en los últimos meses se catapultó y vienen varias plataformas que serán súper aplicaciones con buenas ofertas de productos y sin costos extendidos. Habrá negocios que se convertirán 100 por ciento online. Existe un ahorro, por ejemplo en gasolina y el tiempo en trasladarte, que ha traído el e-commerce. Hemos llegado al caso que muchas consultas médicas que no requieren la presencia en los consultorios médicos, se realizan a través del teléfono y/o por videoconferencia.

 

Una situación que a su vez ha estimulado la pandemia, consiste en la creación por parte de estas plataformas de sus propios centros de distribución, por ejemplo, supermercados o centros de venta minorista destinados en exclusiva o mixta a la venta online con reparto, denominados por lo general como tiendas fantasmas (dark stores), o a funcionar en asociación con establecimientos de comida únicamente dedicados a la preparación de comidas para reparto, conocidos como cocinas fantasmas (dark kitchens).

 

Las plataformas digitales introducen novedades significativas con respecto a la actividad de reparto tradicional, contribuyendo de manera considerable a la cantidad y la variedad de la oferta. De hecho, los establecimientos que no ofrecían el servicio de reparto a domicilio tuvieron la posibilidad de expandir su negocio y encontrar nuevas oportunidades de ventas mediante las plataformas digitales, sin la necesidad de realizar inversiones de capital, contratar personal, tener experiencia en soluciones informáticas o desarrollar una presencia online, pues todo esto se obtiene mediante la tercerización de todo el segmento a través de cualquiera de las aplicaciones de reparto.

 

Se trata de fenómenos que plantean la interrogante acerca de cómo será la evolución de este modelo de negocio en el futuro cercano y en qué medida estas tendencias observadas durante la pandemia se instalarán como parte de las prácticas o actividades comerciales de las plataformas digitales que participan de las cadenas de comercialización y distribución de productos.

 

El teletrabajo (trabajo en casa) irrumpió en los mercados laborales de América Latina y el Caribe como una manera de enfrentar las consecuencias de la pandemia COVID-19 y las estimaciones preliminares de la Organización Internacional del Trabajo indican que, en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, unos 23 millones de personas teletrabajaron en la región. Esto representa entre el 20 y 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando. Antes de la pandemia, esa cifra era inferior al 3%. La reducción de la ocupación entre el primer y segundo trimestre de 2020, llegó a ser superior a los 43 millones de empleos y su recuperación hasta el primer trimestre de 2021 fue de alrededor de 29 millones. El 70% de los recuperados fueron ocupaciones informales. Poco trabajo y baja calidad.

 

Si bien el teletrabajo ha amortiguado los impactos negativos de la crisis en los mercados de trabajo contribuyendo a la preservación de millones de empleos y que, actualmente se considera que seguirá siendo una opción y generando nuevas oportunidades, aún está pendiente responder a desafíos tanto para los trabajadores como para las empresas que debieron implementarlo rápidamente.

 

El análisis de la agencia de la ONU señala que si bien ya antes de la pandemia existía el trabajo desde el domicilio, este abarcaba principalmente a trabajadores por cuenta propia, o en situaciones especiales se combinaba con trabajo en el establecimiento, pero en el contexto de cuarentena pasó, en mucho casos, a ser la modalidad exclusiva de trabajo. Aunque es muy temprano para predecir el alcance efectivo es posible asumir que es una solución que vino para quedarse, al menos, como una forma hibrida que combinen trabajo presencial con trabajo desde el hogar.

 

Dado esto, las ciudades serán diferentes, trabajaremos más lejos de nuestras oficinas, pasaremos más tiempo con la familia, más calidad de vida. Si bien los almuerzos de empresa están prohibidos no impide que puedan celebrarse en la distancia. Hay empresas de eventos que han ideado su kit de comidas de empresa para teletrabajadores, que permite que varios empleados coman juntos de manera virtual desde sus hogares.

 

Si bien la pandemia exige distancia física tenemos recursos para evitar que se convierta en distancia social. Ha dependido de nosotros. En el sector educación, tanto las universidades como los colegios, se han visto en la necesidad de implementar virtualmente sus cursos normales y de posgrado e igualmente han proliferado los Webinar y se estan dando cursos virtuales de todo tipo en los cuales una gran cantidad de profesionales participan con sus ponencias y han aprendido las tecnicas para grabar videos y como desenvolverse en las horas síncronas en que interactúan con sus alumnos. De continuar lo virtual deben mejorase las evaluaciones para minimizar trampas. Las mismas tecnologías nos permiten realizar reuniones familiares con los hijos y nietos para interactuar con quienes no vemos con frecuencia por otras razones. Podemos celebrar el amigo invisible evitando los encuentros presenciales usando los servicios de delivery de todas las tiendas y hasta la posibilidad de que los jóvenes participen en carreras y maratones virtuales.

  

Entre las opciones que me han informado por los chats con los amigos, algunas ya citadas que se realizan por Internet, estan las consultas médicas, cursos para mejoramiento profesional, mejoramiento personal, de oficios, de nutrición, de idiomas; todo tipo de pagos, entrevistas de trabajo, juicios en la corte, obras de teatro, cine, citas y, que con todo esto, Amazon se puso las botas. Personalmente asisto a misa los domingos por Instagram en la capilla de mi alma mater de primaria y bachillerato.

 

La telesalud y la telemedicina son dos diferentes tipos de servicios de atención médica a distancia. La telemedicina se refiere específicamente a las visitas al médico en línea, mientras que la telesalud también incluye servicios de educación relacionados con la salud, como clases de control de la diabetes o cursos de nutrición u otra capacitación relacionada con la salud. La telesalud utiliza videollamadas y otras tecnologías para poder consultar con el médico u otro proveedor de atención médica desde el hogar en lugar de hacerlo en un centro médico. Ambas son particularmente útil para las personas mayores con movilidad limitada y para quienes viven en áreas rurales, así como para los familiares que cuidan a sus seres queridos ya sea directamente o a distancia.

 

En un futuro no muy lejano, las salas de operaciones van a tener dispositivos que transformarán la cirugía para los pacientes y los médicos. La aplicación "Surgery of the Future" ("Cirugía del futuro") permite ver un modelo tridimensional de la sala de operaciones del futuro. Esta aplicación fue creada por el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería (NIBIB, por sus siglas en inglés) y muestra más de una docena de tecnologías quirúrgicas. Todas las tecnologías están en proceso de desarrollo y son subvencionadas por el Instituto. Las operaciones son un componente crítico de la atención médica y los avances en tecnologías quirúrgicas podrían mejorar mucho la atención al paciente.

 

Otros amigos han citado algunos nuevos beneficios y/o problemas aportados por todos estos cambios y trasformaciones como los ahorros producto de las reuniones de trabajo por videoconferencias en hoteles, alquiler de salones y otros servicios asociados; el descongestionamiento de las ciudades producto de la centralización de actividades de los grandes edificios de oficinas, la reducción de las sedes de las grandes organizaciones, el cambio y retos del liderazgo al tener mínimo contacto entre los equipos de trabajo, el cambio en los hogares al incorporar áreas de trabajo y el sedentarismo al minimizar las salidas de los hogares. Como me dijo un amigo, ven a visitarme a Canadá si no quieres oler a guardado.

 

Es evidente, como me dijo una amiga, que la pandemia lo que ha hecho, en algunos casos como la tecnología, es acelerar la llegada de cambios que indefectiblemente iban a ocurrir. Eso no lo detiene nada, aparte de que nada es absoluto ni imperecedero. Es natural preocuparnos por nuestros jóvenes pues se estan transformando en lo que se define como avatar con sus posibles implicaciones en la salud, pero será aún más intenso a medida que se desarrolle e implemente lo llamado metaverso o meta universo. Algo difícil de evitar.

 

Es cierto que algunos gustos y placeres han ido quedando atrás y no vuelvan pero eso dependerá no sólo de nosotros sino de los que los proveen. Coincido totalmente que era un placer ir a la Casa del Libro en plena Gran Vía en Madrid, tomarse un café con un libro en una librería, ir a un buen restaurante e interactuar con el maître por las especialidades del día y, para las mujeres, ir de compras con sus amigas. Personalmente creo que esos pequeños gustos no desaparecerán del todo y dependerá de la clásica relación oferta-demanda. Muchos de los cambios que se quedaran será para nuestra propia comodidad y ello debe provocar igualmente un cambio en el ejercicio del profesional o del servicio brindado. El catálogo de los sectores que estan cambiando ya hemos visto que es grande pero algunos aun estan por definir y dependerá de sus propietarios.

 

Otro amigo considera que la pandemia lo ha afectado física y psíquicamente; ha interrumpido su gimnasia habitual, siente que está envejeciendo, echa de menos sus reuniones con los amigos, sus viajes de turismo. Al mismo tiempo ha aumentado su pesimismo existencial pues lee más, tiene mayor acceso a las redes sociales y no todo lo que lee es bueno. Considera que pierde algo que es escaso, como el tiempo y ha comprobado la vulnerabilidad e incertidumbre del ser humano en carne propia. Diferimos en que duda que la pandemia nos cambie y yo considero que es más bien un problema de adaptabilidad. El mundo va a ser diferente al anterior a la pandemia, así no queramos y uno decide que hacer. Muchas de los eventos que se repiten los originamos nosotros mismos.

 

Personalmente siento que con el confinamiento hemos ampliado nuestra mente y aprendido a usar mejor nuestro tiempo: a diario celebramos videollamadas, video reuniones y vermús virtuales con amigos y familiares. A través de los chat, Skype y zoom compartimos viernes sociales y, en oportunidades, uno de los amigos nos sirve de DJ y todos disfrutamos de su extenso y magnifico repertorio con el trago de nuestro gusto y recordamos vivencias compartidas a lo largo de una amistad invencible por la pandemia. La pandemia ha acrecentado la diáspora pero la tecnología nos permite seguir usando los servicios profesionales tanto para la educación como en consultas virtuales. Hemos continuado acticos en ONG’s y Grupos de Opinión aun estando en diferentes países y ciudades. Al igual con los cursos académicos a nivel nacional e internacional.

 

Esta pandemia sin duda nos ha enseñado varias lecciones de vida que debemos meditar sobre aspectos que ya estaban y permanecerán sino actuamos para ser mejor que antes y producir un renacimiento. Ha aflorado a la luz pública toda la porquería y pensamientos de muchos políticos y de líderes de otro tipo con intenciones subliminales, de supuestos benefactores sociales aun por verificarse, la proliferación de teorías conspirativas con poca o ninguna base, la gran división de la sociedad en países que eran ejemplos de democracia e iconos del orden mundial. Han quedado en evidencia los regímenes dictatoriales que aun imperan en Latinoamérica, la falta de solidaridad en las instituciones internacionales y en nuestros países y no pare de contar pues hay muchas lecciones esenciales aun por aprender.

 

Han surgido igualmente nuevas exigencias que aún no se sabe su permanencia en el tiempo. Por ejemplo, para asegurar que una persona esté sana, algunos países podrán pedir un carnet médico al momento de ingresar a su territorio, con el fin de evitar la propagación de enfermedades. Seremos como mascotas cuando van a viajar te piden el historial médico: revisarán vacunas, entre otros requerimientos. Esto puede ir para largo y vamos a tener que confiar en las personas, probar que estamos bien y obtener los respaldos médicos que nos permitan ser parte de la fuerza laboral. Pero cuidado con los datos privados. Éticamente puede ser peligroso, es como si le das tu historial médico a Facebook. Esto se puede manipular y no solo referente al COVID, sino que se extenderá para nuevas enfermedades.

 

No obstante creo, como muchos de ustedes, que la pandemia nos ha ayudado a incrementar nuestra creatividad, a administrar mejor nuestro tiempo, a cumplir metas establecidas, a superarnos con cursos en línea, a leer buenos libros, a retomar trabajos manuales que nos ayudan a la serenidad, a convivir en los juegos de mesa, a tener una rutina de ejercicios, a aprender a cocinar, a comer más sano e incluso a cortar el cabello, a revalorar la amistad, entre otras cosas más. Estas son cosas que han venido para quedarse.  Reflexionen sobre estas lecciones a nivel personal y consideren si la pandemia no les ha ayudado a recuperar vuestra armonía y equilibrio. Es verdad que ha habido perdidas familiares y de amistades pero…no todo es malo ni han sido los peores año de la vida.

 

En días de más preguntas que respuestas, la sensación de que la sociedad resultante de esta crisis será diferente a la que conocemos hasta ahora es cada vez más fuerte. Y en esa sociedad surgirán o se consolidarán (esperamos) nuevos liderazgos. Y en la memoria colectiva permanecerá la imagen de las compañías que fueron más parte de la solución que del problema. No será de sorprender que ese “día después” venga acompañado de una rendición de cuentas sobre lo que hizo y lo que no se hizo. Nuevos líderes serán los encargados de reactivar la locomotora de la sociedad.

 

Por esto, en tiempos como esté, trabajar con un propósito es determinante. Seguramente se acelerarán algunos procesos que el mundo ya venía experimentando, cómo es la transformación digital o la flexibilidad en materia laboral. Surgirán nuevos jugadores, se transformarán algunos y desaparecerán otros. Pero la oferta y la demanda seguirá existiendo, fiel a la teoría económica. Depende de las personas, de nosotros, poder reaccionar y adaptarnos lo más rápido posible al mundo “nuevo” a una nueva “normalidad”. En esa locomotora de cambios, estos nuevos líderes estarán a la cabeza. Otros, los que no lo percibieron, verán el tren pasar y con suerte podrán saludar nostálgicos con la mano. Insisto, la sensación de que la sociedad resultante de esta crisis será diferente a la que conocemos hasta ahora es cada vez más fuerte. Estos son solo algunos ejemplos de lo que ha venido para quedarse y cómo se irá modificando la manera de vivir a raíz y después de la pandemia causada por el COVID-19.

 

“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo” Peter Drucker

 

“Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado” Miguel de Unamuno

 

“No puedes escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy” Abraham Lincoln

 

 

 

 

Comments

  1. Las circunstancias cambian, que duda cabe.
    La Condicion Humana cambia por una pandemia ???

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  2. Excelente artículo Gustavo. Muy bueno e interesante tanto para aprender, como para consolidar.
    Te comento ciertos temas, más por lo vivido :
    1 Deportivo : Soy aún, practicante activo y deportista amateur. En la actividad del running inicialmente se comenzó a salir de las restricciones, utilizando las llamadas carreras virtuales en casa, que te permitían correr en NY, Londres, o cualquier ruta que escogieras. Otorgaban incluso medallas, premios etc. Pero eso no duró mucho. Se pasó a la calle,  con muchas restricciones de distancias, tapabocas, etc. Hoy en día ya se ha llegado a correr en las calles, con mínimas medidas y con menos participantes.
    Y así, ya se ha avanzado al retorno, poco a poco de la anterior normalidad. El último evento realizado a nivel mundial fueron los jjoo de Beijing, desde mi punto de vista bastante abiertos, aunque fueran en China.
    2. Salud y Bienestar :
    Al menos acá, las consultas a distancia, para quienes aún pueden trasladarse han disminuido bastante. Por, supuesto, para personas incapacitadas, es una bendición que eso haya venido para quedarse. En el área de bienestar, si es cierto que ahora por las redes puedes asistir y participar en conversatorios excelentes, también es verdad que muchos no lo son.
    3. Tele trabajo.
    Al menos acá hay una especie de mixto, pero cada día aumentando el presencial. Incluso en Alemania, donde trabaja mi hijo, y acá donde trabajan los otros dos,  muchos prefieren asistir presencialmente, por razones sólo de cambiar el ambiente y la rutina.y la imprescindible relación social.
    4. Educación
    Creo que a niveles de post grados la educación a distancia pudo haber venido para quedarse, por la razón más inmediata de poder tener un instructor de altísima calidad en cualquier parte del mundo. Eso es invalorable.
    Me parece que para niveles de pre escolar, primaria y bachillerato y con las limitaciones de Internet en nuestro país y en muchas partes , es cuesta arriba. Además que la presencia del profesor ideal como modelo para el alumno, es algo de mucho valor y que debería ser estudiado, antes de aplicarlo de una manera masiva y permanente.
    5. Valoración de la Naturaleza.
    Hasta ahora, pienso que masiva mente, se le ha dado el valor que realmente tiene. Se ve mucha, gente, por decir lo menos, disfrutando el aire, el sol, la montaña, los parques.
    Ojalá haya venido para quedarse.

    Finalmente me parece,  en lo personal que vino para quedarse, el disfrute de las cosas más sencillas, comenzando con la respiración. Hoy día hay muchas alternativas de practicar la disciplina de la Meditación.
    Así también la familia, los nietos, las buenas amistades, atender el jardín, cantar, reír, etc también, cosas que nunca debieron olvidarse .
    Pero, en definitiva como tú lo explicas dependerá de cada uno de nosotros, tomar todo lo bueno que nos deja la pandemia, habida cuenta y ésto lo agrego, llegaron las vacunas y rápidamente y éso hace que siempre seamos optimistas, acerca de la naturaleza propia de los seres humanos de amar sobre todas las cosas, la libertad.
    Un abrazo Gustavo y gracias por éste super interesante tema.
    Edgar Pelayo.

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