La nueva gerencia del sector electrico venezolano (IV): La transformacion gerencial y la gestión del cambio organizacional
La nueva gerencia del sector electrico venezolano
(IV): La transformacion gerencial y la gestión del cambio organizacional
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami 26 junio 2022
En el ámbito académico, en particular el relacionado
con la temática de las organizaciones sociales centradas en la producción, es
muy fácil encontrar literatura sobre el tema del cambio. Se habla sobre sus
consecuencias, sus causas y mucho sobre los mejores procedimientos para
llevarlo a cabo. No obstante, es tangencial la atención al concepto propiamente
dicho del cambio organizacional. Se habla de cambio en las empresas pero poco
se precisa sobre las dimensiones: del qué, el por qué, el cómo
transcurren internamente los cambios. Las propuestas más frecuentes se
focalizan en el para qué y en el cómo lograrlo. En tal sentido,
aquí se tratará de explorar brevemente y
en conjunto las cuatro preguntas pero con mayor énfasis en las referentes al
cambio requerido en el sector eléctrico venezolano (SEV) al recuperar el
régimen democrático. Bajo el régimen actual no hay capacidad ni actitud de
cambio de nada.
Entre los múltiples
factores que a lo largo del periodo 1999-2022 originaron y aún continúan
deteriorando la operación del Sistema Electrico Nacional (SEN) se encuentran:
1) Ausencia
total de una planificación coherente
y ausente del factor subjetivo;
2) Incapacidad
e ineficiencia total en la ejecución de
las obras en general;
3) Olvido
total del mantenimiento requerido en
sistemas tan complejos, como el eléctrico;
4) Ignorancia
irresponsable del valor del agua y de la operación
de un sistema hidrotérmico con una alta participación de la hidroelectricidad;
y
5) Despilfarro
de la ingente cantidad de recursos asignados
al SEN.
Lo ocurrido en las últimas dos décadas así como el
despilfarro y la corrupción dentro de los llamados ”dineros eléctricos” ha sido
plenamente denunciado y esta igualmente documentado. No requerimos dedicarle
más líneas a la situacion actual de deterioro del SEN ni a lo que debe hacerse
para recuperar la infraestructura pues existen igualmente valiosos documentos
elaborados por diferentes instancias de especialistas al respecto.
Podríamos preguntarnos inicialmente ¿Qué ha cambiado con
CORPOELEC, la única empresa existente en Venezuela? Ante tan
atrevida y amplia pregunta, cada quien puede plantear una forma de responder
distinta aunque en el fondo se podrían bosquejar unos elementos comunes sobre
los cuales se producen los cambios. Se puede concluir, en general, que los
cambios se producen en todas las áreas funcionales, en las unidades de negocios
en la mayoría de los procesos como
también se producen en la totalidad de la organización. Y no es que sean muy
distintos estos cambios, sino que cada propuesta ve la organización desde un
enfoque diferente. Por eso se puede comenzar diciendo que el cambio
organizacional ocurre en la totalidad de la organización o en sus estructuras,
en los procesos, las áreas o las dimensiones (política, de funcionamiento
interno, de relaciones exteriores, etc.). Para una respuesta mejor documentada
repasemos brevemente lo planteado por diferentes especialistas antes de
plantear nuestro punto de vista al respecto.
Keith Davis propone que no es posible hacer cambios parciales en las organizaciones
sino que cualquier cambio, por pequeño que sea, hay que verlo desde los efectos
directos sobre las unidades vecinas y desde las repercusiones en las unidades
lejanas. Así el cambio que se produce en unas unidades repercute, con mayor o
menor intensidad, en otras áreas. Stephen Robbins dice que el cambio
organizacional según la magnitud, es de primer orden cuando es lineal y
continuo, en el cual no se producen cambios fundamentales en las suposiciones
que los miembros tienen acerca del funcionamiento de la organización, mientras
que es cambio de segundo orden si es multidimensional, multinivel, discontinuo,
radical, si involucra nuevas formas a las suposiciones sobre las organizaciones
y el mundo en el cual operan. Agrega que los cambios se producen en la
estructura, la tecnología, la ubicación física y la gente.
Otros autores ofrecen distintos puntos de vista. Unos dicen que lo que
cambia en las organizaciones es el todo o alguna de sus partes y que para
cualquiera de los dos, habrá un énfasis. Según Judith Gordon dependiendo del enfoque, el cambio se produce
como sigue: si se cambia en conocimientos, capacidades, interacciones y
actitudes de los miembros, si hay mejora en la comunicación, el comportamiento
del grupo, las capacidades del liderazgo, las relaciones de poder y la cultura
organizacional, estaremos frente a un enfoque conductual. Si el cambio
refiere al rediseño de las organizaciones, los empleos o las situaciones
laborales entonces el enfoque será estructural. Mientras que si se
requiere cambiar el equipo y los métodos, los materiales o las técnicas, por
ejemplo, mediante el rediseño o el trabajo de reingeniería y la automatización
de los procesos laborales, entonces estaremos frente a un enfoque
tecnológico. Más adelante Gordon, amplía su enfoque y dice que los cambios
se producen en los sistemas “técnicos, sociales, administrativos o
estratégicos”.
James Gibson, desde el
desarrollo organizacional, propone que las intervenciones para el cambio se
localizan en “destrezas, actividades, instrumentos o técnicas”. No obstante,
más adelante, expone que para cambiar hay que escoger la mejor alternativa
“tanto si se trata de una mejora en las destrezas, en las actitudes, en el
comportamiento o en la estructura de la organización”. Leonardo Schvarstein
señala que el cambio organizacional aunque se produce en las estructuras
implica una “expansión semántica” en la cadena sintagmática y por lo tanto, el
cambio organizacional, es un cambio de significados. Y si cambian los
significados entonces es un cambio de la cultura.
En conclusión, en una visión panorámica y a la vez sintetizando lo dicho
por los autores consultados, se puede decir que la organización es un sistema
abierto y que, en tal sentido, el cambio organizacional es (1) una
respuesta a los cambios externos y (2) un acomodamiento interno. Así pues no se
trata de una acción aislada sino que, ubicado en la especificidad de un área o
de un cargo, el cambio repercute en las demás unidades de tal sistema y puede
ocurrir a nivel superficial como también afectar las estructuras profundas de
la organización. También, se puede decir, en términos de dimensiones
específicas, que el cambio organizacional se puede localizar en las
estructuras, la tecnología, el comportamiento humano y la cultura.
Nuestro punto de
vista sobre el proceso de transformación que requiere iniciar
el sector eléctrico venezolano (SEV), como parte del proceso de reconstrucción
de la infraestructura, implica no solo cambios a nivel de los valores, las
creencias y los supuestos sino que debe perseguir un cambio fundamental en la
conducta personal y empresarial y en los sistemas y las estructuras
organizacionales. Una manera distinta de ser al adefesio de Corpoelec creado en
el 2007.
Para ilustrar los cambios
básicos que se requieren me permito referirme a la necesidad de recuperar sus
capacidades técnicas de planificación, organización, dirección y control de la
infraestructura, recursos y procesos medulares con el propósito de lograr los
objetivos y metas que se propongan de manera eficiente y eficaz y permitir
implementar nuevas estrategias. Tan sencillo como recuperar la administración
del negocio eléctrico reincorporando al sector privado.
Es muy difícil sostener ventajas basadas únicamente en el producto, el
precio o la imagen; a la larga cualquiera de estas ventajas puede ser alcanzada
y superada por la competencia mediante una buena inversión. Ahora bien, si una
empresa adopta una perspectiva de servicio, su ventaja consiste en desarrollar
relaciones con los clientes, una ventaja que puede ser más duradera. Adoptar
esta perspectiva no implica restar importancia a las otras tres fuentes de
ventajas (producto, precio e imagen) sino dedicar mayores esfuerzos al
desarrollo de una oferta integral de servicios capaces de generar valor para el
cliente y adoptar la perspectiva de servicio como una filosofía de
negocio para el desarrollo de competencias específicas.
Hay tres razones fundamentales para enfocar a una empresa hacia el
desarrollo de servicios que generen valor agregado al cliente: La importancia
del tiempo, la presencia de la competencia y la tecnología.
La importancia del tiempo: Independientemente de sus ingresos, los clientes disponen de menos tiempo
y lo valoran más. Por ello, la importancia de cumplir con los tiempos ofrecidos
para los diferentes servicios integrales prestados por el área comercial de la
empresa, por ejemplo, la entrega de la factura, la notificación, la cobranza (oficinas
comerciales e internet) y la atención de quejas y reclamos
La presencia de la competencia: Los clientes se vuelven más exigentes debido a la opción de cambiar si no
están satisfechos y esto, a su vez es lo que hace más difícil sostener una
ventaja competitiva basada en producto técnico, precio e imagen.
La tecnología: Hoy en día
las redes inteligentes (integración de nuevas tecnologías digitales de
información y comunicación a las redes eléctricas tradicionales) permiten
incorporar nuevas herramientas de medición y control del fluido eléctrico y
permiten agregar más valor a los clientes y relacionarse de manera más sencilla
y personal con ellos. Aparte de aumentar la eficiencia de los servicios hacer un
mejor uso de las bases de datos, por ejemplo, para cambios en la
evolución de los usos y los modos de consumo para disminuir o evitar consumos
innecesarios y concientizar y educar sobre el uso responsable y eficiente de la
energía.
El buen servicio no es una idea romántica más de quienes investigan y
enseñan sobre gerencia. En el mundo
cada vez más competitivo en que se desarrollan hoy los negocios, el servicio
es, frecuentemente, lo que le permite a una empresa ganarles en el mercado a
otros competidores, por muy grandes que sean.
En otras palabras, la buena atención al cliente es parte de una
constelación de rasgos culturales organizacionales que caracterizan las buenas
relaciones humanas: honestidad, respeto, comunicación, consideración del punto
de vista del otro, justicia. La alineación de nuestros valores personales con
los valores corporativos que conforman la cultura organizacional es el objetivo
que se persigue con la complementación dada por una gerencia basada en
valores a la perspectiva de servicio adoptada por la empresa para el
desarrollo de competencias específicas.
Uno de los mayores retos de este proceso de cambio organizacional y
transformación gerencial es entender que, si bien los cambios en los elementos
tangibles pueden introducirse con relativa rapidez, alinear la cultura
organizacional con las variables de satisfacción de los integrantes de la
cadena de servicios requiere más tiempo. La perseverancia, la capacidad de
escuchar, la paciencia y la prédica con el ejemplo, son cualidades esenciales
en los encargados de liderar estos procesos de cambio. Quizás el mayor reto
tiene que ver con el liderazgo y los cambios de sus comportamientos
individuales, para modelar con su desempeño lo que se exige a otros. En efecto
el proceso requiere esfuerzos importantes en el área de recursos humanos:
alinear el proceso de selección, desarrollo y evaluación de competencias con
objetivos claros de empleados, clientes y proveedores.
En articulos previos hacía referencia a que la solución a la crisis
energética que azota a Venezuela pasa por un cambio político que revierta los
factores que caracterizan el actual modelo del sector, pero advertía, al igual
que otros amigos, que el cambio político por sí solo no es garantía de solución
de la crisis energética. Dentro de los objetivos para la etapa inicial, está el
asegurar que los puestos de trabajo sean ocupados por las personas más idóneas.
Enfatizaba que reunir los requisitos de idoneidad necesarios consiste en
mostrar una conducta personal, comercial y profesional que no arroje dudas
sobre la capacidad para desempeñar una gestión sana y prudente de la empresa
(honorabilidad), poseer la formación y experiencia adecuada para el ejercicio
de su función (conocimientos y experiencia) y tener la capacidad para llevar a
cabo las funciones correspondientes (productividad).
Mencionaba que la incertidumbre es si, ante un cambio político, los nuevos
actores tomaran las decisiones acertadas pues según una encuesta mundial
realizada por el consultor Deloitte, la falta de compromiso de los empleados es
el problema principal que enfrentan el 87 % de las empresas.
Adicionalmente está el problema de la productividad, es decir, el grado de eficiencia
en la producción de bienes y servicios. Al incremento de la productividad nos
obligan tanto nuestra propia satisfacción profesional como el cumplimiento de
las metas fijadas y las expectativas de los supervisores respecto a nosotros. A
todos los que estamos interesados en desempeñarnos con eficiencia nos debe
motivar el revisar continuamente nuestra perspectiva acerca de la
productividad.
La motivación para reflexionar, dentro de la recuperación del SEV, sobre la
forma en que hacemos nuestro trabajo y el de nuestros colaboradores nace, de haber
observado durante mis veintiocho años en Cadafe, un exceso de burocracia en
algunos trámites rutinarios y consultas internas con muy poca iniciativa y
creatividad en aportar nuevas ideas y soluciones dada una actitud muy marcada a
“protegerse la espalda” y no tomar ningún riesgo. Pérdida de la oportunidad en
la eliminación de obstáculos para solucionar problemas con poca profundidad en
el manejo de los detalles y eliminación de los cabos sueltos así como falta de
coordinación con los supervisados para obtener su cooperación. Lideres con poca
capacidad para negociar y persuadir y un muy limitado contacto con el entorno
externo para ampliar el mundo profesional. Los pobres resultados logrados por
Corpoelec desde el 2007 deben haber agravado aún más mis percepciones del
pasado.
A todo el personal que, producto de un riguroso y estricto proceso, se
seleccione para liderizar la reconstrucción del SEV le tocará analizar su actividad
diaria de forma que, al estar conscientes del perfil de su desempeño en áreas
claves del negocio, puedan reestructurar y mejorar en forma significativa su
capacidad general. Dado que cualquier mejora en la productividad debe empezar
por un análisis personal, la ingeniería del trabajo que plantea Drucker deben
empezarla levantando un perfil de sus aptitudes para procedimientos
administrativos, relaciones de trabajo y habilidades personales y presentárselo
a quienes le toque dicha selección. No me extrañaría encontrar que muy pocos
saben a qué me refiero.
Uno de los objetivos de tomar estas precauciones y medidas es erradicar de
la cultura corporativa los procedimientos y prácticas causantes de los síntomas
que observe en el pasado en el sector público y que pueden haberse agravado
durante los quince años de vida de Corpoelec. Un primer acercamiento,
imperativo, es hacer un estricto proceso de selección para quienes tendrán a su
cargo la reconstrucción y actualización del SEV y aplicar un proceso similar
para los empleados actuales que, por múltiples razones, les ha tocado
permanecer en Corpoelec. Con toda seguridad hay gente muy valiosa que no debe
descalificarse por la simple razón de aun prestar sus servicios en un sector
cien por ciento público, pero si analizar con especial atención el proceso de
promoción a cargos superiores por aquellos múltiples principios gerenciales de
promoción debida e indebida que es conveniente tener presente (Principios de
Dilbert y Peter relativos a la incompetencia, la ley de Parkinson, la
procrastinación, la meritocracia y otros).
Como ejemplo basta recordar lo que enuncian las tres leyes fundamentales de
Parkinson: "El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone
para su realización; los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos y el
tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su
importancia" (Parkinson la llamaba ley de la trivialidad).
Los expertos en ciencias del
comportamiento señalan que las organizaciones que cuestionan sus suposiciones –
o permiten que así se haga – y someten las ideas a la crítica, alcanzan una
perspectiva distinta y más amplia de las cosas, lo que a su vez se traduce en
innovaciones muy provechosas.
Nos toca vivir una etapa crítica del SEV relacionada con la estrategia de
reconstrucción, modernización, crecimiento y expansión. La única manera de
crear un gran SEV es hacer hoy lo que lo fortalezca mañana. Se trata de una
idea simple, poderosa...y difícil de describir. Requiere lograr un delicado
equilibrio entre un desempeño financiero a corto plazo aceptable y permanente,
una inversión necesaria a largo plazo en el futuro del sector y un
comportamiento congruente con los valores que vuelva emocionalmente rica la
experiencia de esa larga y difícil travesía. Corpoelec es como un iceberg, tiene
ocho novenas partes de su masa de hielo bajo la superficie del mar, más allá de
lo visible
“El problema en la mayoría de los
cambios es que se choca con ellos por la parte que no está a la vista.” Richard Beckhard
Excelente artículo. Debo mencionar que las malas prácticas a las q se acostumbro a la fuerza laboral, muchos de ellos q venían de culturas organizaciones muy diferentes, los han contaminado. Revertir el proceso va a ser muy laborioso.
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