Reflexiones sobre el día en que naces y temas conexos (Gustavo González Urdaneta)


    Reflexiones sobre el día en que naces y temas conexos

    Gustavo González Urdaneta

    Miami 16 septiembre 2022

     

    Conversaba el día de mi cumpleaños, con un amigo y comentábamos que visto desde el momento del nacimiento el día de cumpleaños es un día más de vida pero visto desde el incierto día de la muerte es un día menos y visto desde el momento presente, es un regalo de tiempo para disfrutar el aquí y ahora. Por eso dicen  que el pasado es historia, el futuro un misterio, el hoy un regalo por eso se llama  presente.

     

    El nacimiento constituye el acontecimiento primario que da origen al hombre y en el que se generan muchas cuestiones éticas de la vida. Pero la importancia de su carácter inaugural contrasta con un aparente olvido por parte de la filosofía. Es extraño que los filósofos hayan preferido meditar más sobre el ser para la muerte, que sobre su comienzo, siendo la filosofía un saber de los orígenes. Algunos pensadores han ensayado sus razones sobre esta inclinación tanática guiando los primeros pasos de una marcha a tientas que buscará la pregunta. ¿Hasta dónde es posible el saber filosófico del ser naciente?

     

    En Occidente, la historia del pensar ha dejado en evidencia que, por alguna razón, la filosofía ha preferido meditar más sobre la muerte y la intencionalidad última de la vida hacia el final, que la filosofía y los nacidos... sobre su comienzo en el factum inaugural del nacimiento.¿ Es que la filosofía padece de algún temor o trauma estructural a ella misma que la lleva a marginar el acontecimiento del origen?

     

    De por qué los filósofos han preferido meditar más sobre el ser para la muerte o si a la filosofía le cabe un impulso tanático estructural a todas sus formas, excede las motivaciones del presente artículo. Tal vez, la evocación del nacimiento no es familiar a los filósofos simplemente porque la muerte es más patética y porque las peores amenazas parecen venir siempre del futuro. Lo cierto es que la preferencia pone al descubierto una omisión que exige la tarea histórica de subirnos a hombros de otros para esclarecer a qué se debe. En esta oportunidad aceptemos que el motivo del aparente olvido podría ser que el modelo humano sobre el que trabajan y piensan los filósofos no puede ser más que el hombre adulto, consciente y bien organizado frente al mundo, y no el recién nacido o el niño que son los protagonistas del nacimiento.

     

    El epicureísmo fue un sistema filosófico creado por el pensador griego Epicuro, que pregonaba sobre los placeres de la vida y la tranquilidad como forma de alcanzar la máxima felicidad. La búsqueda del conocimiento también era importante en este sistema, pues se creía que la ignorancia era una de las fuentes del sufrimiento humano. Lo cual es aún válido.

     

    La búsqueda de la felicidad también pasaba por controlar los miedos y aprovechar los placeres con moderación. Se partía del principio de que esto llevaría a la persona a un estado de tranquilidad conocido como "ataraxia". El miedo a la muerte podría ser controlado creyendo en la muerte como una "nada". Así, aprovechar el día era lo que quedaba del antiguo miedo a morir.

    Carpe diem se convirtió en una de las máximas de este sistema filosófico. "Aprovechar el día" adquiere un amplio sentido en este contexto de ideas, pues quiere decir vivir el momento, aprovechar los placeres que este puede ofrecer y no sucumbir ante el miedo a la muerte.

     

    La filosofía Carpe diem es un modo de lidiar con el miedo a la muerte, aprovechar la vida y no pensar ni en el mañana ni en la muerte. Carpe diem está aún más presente en la poesía pues hace parte de una tradición clasicista. Horacio fue un gran poeta que ha influido en la poesía occidental. De allí deriva el hecho también de que Carpe diem se haya convertido en un lugar común dentro de la poesía. La filosofía del Carpe diem se remonta a las Odas del poeta romano Horacio quien nos impulsaba a aprovechar el tiempo que tenemos en esta vida. De nada sirve preocuparse por lo que vendrá o lo que pasó. El presente es la experiencia y vale la pena vivirlo con toda su intensidad.

     

    La sociedad de los poetas muertos es una película de 1989 que cuenta la historia de un profesor de literatura llamado John Keatin. Este profesor usa medios innovadores para enseñar poesía en una escuela tradicional y estricta. Sus métodos no sólo pretendían enseñar poesía sino lograr que los jóvenes pensaran distinto en el contexto de un sistema rígido. El lema inspirador de la película es, justamente, Carpe diem. Debido a las expectativas que los padres poseen para sus hijos en el marco de una clase social alta, los jóvenes viven preocupados por su futuro. Para hacerlos comprender la vida de un modo diferente, el profesor les enseña el concepto de "aprovechar el día" y buscar los placeres sin preocuparse por el mañana. El filme puso una vez más sobre la mesa la frase del problema esencial de la experiencia humana: ¿Vale la pena acaso dejar de vivir intensamente el presente para preocuparse por el futuro que es, siempre, una posibilidad incierta?

     

    La astrología debe verse en sus orígenes como una religión basada en los astros. La astrología encontró apoyo filosófico en la ética fatalista de los estoicos, que creían que el destino del hombre estaba preordenado. A la hora que un astrólogo interpreta tu carta, se entiende de qué estamos hablando: quién vive dentro, quién está ahí. La astrología es el instrumento para aclarar la manera en que cada individuo segmenta la realidad, cómo se estructura la interioridad, da cuenta de la manera en que eso que llamamos conciencia de estructura. No de qué está hecha, sino cómo está hecha. Qué privilegia determinado sujeto, cómo organiza lo real para incorporarlo, cómo segmenta la realidad para apropiarse de ella. Nos sugiere qué tipo de bestia vive dentro de uno.

     

    En los años 70, el famoso astrónomo estadounidense Carl Sagan se dió a la tarea de recolectar las firmas de aproximadamente 70 ganadores del Premio Nobel y publicar un desplegado en diarios influyentes de Europa y Estados Unidos en el que se pedía la cárcel para los astrólogos. Sin embargo, tras la defensa del austriaco Paul Fereyabend, filósofo de la ciencia, la iniciativa se detuvo, acaso por el gran parecido que guardaba con las cacerías de brujas de la Edad Media.

    “Sagan era el combatiente astrológico por excelencia”, explicó el astrólogo Federico Samaniego. “Su actitud era inexplicable. En el sentido de combatir la charlatanería puede estar bien, sí, pero el nivel de charlatanería en este mundo, en todas las disciplinas, es tan vasto, que si se trata de cazar charlatanes, no daría tiempo de llegar a los astrólogos”.

     

    Fue Samaniego quien hizo la aclaración: “Nadie deplora al politólogo que yerra tres veces en la elección presidencial, pero al astrólogo sí. La sociología sigue siendo fiable aún si yerra tres veces y la astrología no, incluso al primer error. Le pedimos a la astrología que cumpla lo que no puede ninguna otra disciplina del saber social. Exigimos que otorgue lo que las demás ciencias no otorgan”.

     

    Desde hace décadas, la astrología se ha convertido en una pseudociencia que llama la atención de hombres y mujeres, quienes creen en el propósito de cada signo zodiacal, sobre todo de su lectura para conocer predicciones relacionadas al futuro y cómo afectará en su persona. Entre sus componentes también se encuentra la carta astral, también conocida como carta natal. También hay a quienes les interesa el horóscopo maya: qué animal soy, según mi fecha de nacimiento. Para todos ellos basta con tener a la mano los datos de tu llegada al mundo: como día, hora, mes, año y lugar de nacimiento. Al igual existe la numerología.

     

    Según la astrología el día de tu nacimiento es un dato clave que les permite realizar un diagnóstico de tus cualidades fundamentales. Lo que tenemos que saber. Según dicen no es lo mismo nacer un lunes o un sábado que un miércoles porque cada uno de ellos vibra de manera diferente, determinando algunos aspectos de tu vida. La astrología revela qué significa el día de tu nacimiento. Cada día está asociado a un cuerpo celeste, por eso, al nacer durante uno u otro, canalizas mucha de la energía astrológica que éste libera al Universo. Yo nací en septiembre y    todos, dentro de un periodo que va del 22 de agosto al 21 de septiembre, somos Virgo.

     

    La astrología promueve que la posición de los astros en el cielo en el momento de su nacimiento puede influir en tu personalidad, en tu comportamiento y por ende en todo lo que ocurre a tu alrededor. Específicamente, los signos zodiacales traducen la posición del Sol el día en que una persona nace. Ya que visto desde la tierra el sol ilumina una constelación en particular durante 30 días. Una amiga, que comparte el mismo signo zodiacal, me envió lo ateniente a los nacidos bajo “Virgo” y la verdad es que somos una maravilla 👇🏼, modestia aparte.

     

    Virgo es un signo mutable y de tierra; representado por una virgen, es un signo caracterizado por su espíritu crítico, precisión, reserva, paciencia y convencionalismo. También es lógico, metódico y aplicado, le gusta aprender y es capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa. Como es el perfeccionista del zodíaco, de vez en cuando cae en obsesiones de todo tipo: desde la obsesión por el orden, pasando por la limpieza, hasta llegar incluso a la obsesión por los detalles. Su sentido de la responsabilidad está muy desarrollado, por eso odia la improvisación y la frivolidad, además, para desarrollarse plenamente necesita sentirse seguro. Los Virgo son amigos de sus amigos; si necesitas su ayuda, pídesela y hará todo lo que esté en sus manos por ayudarte. Además, su visión seguramente sea la más acertada, así que puedes estar seguro de que te servirá de algo. Igual sucede con el amor, el romanticismo y en su calidad de padre.

     

    La Carta Astral se puede definir como una especie de fotografía e historial de cómo estaba el cielo en el momento que nacimos. Las características que brindan pueden describir parte de nuestra personalidad, sobre todo rasgos que no conocemos, lleva a conocer a profundidad aspectos de tu personalidad, capacidades y talentos que son importantes de tener en cuenta para tomar decisiones futuras. Por otro lado existe la numerología que es el estudio de la relación que existe entre los números, letras y patrones, de manera que estos definen las vibraciones de los seres vivos, influyen sobre las personas y objetos que les rodean de manera positiva. Por lo tanto, los números ayudan a entender la forma de actuar de las personas, y también a predecir su futuro. Dentro de la numerología, existen números que pueden determinar distintos rasgos de tu vida. Por ejemplo, el número de nacimiento; número de misión de vida y el número de destino y cada uno tiene su metodología para llegar a un número del 1 al 9 que tiene su significado particular.

     

    Con frecuencia nos preguntamos  ¿Por qué hay mayor divulgación pseudocientífica en los vehículos culturales dirigidos al género femenino?

     

    La primera respuesta que se nos ocurre es simplemente que la mujer es más crédula que el hombre. Bien, eso es verdad, pero no es toda la verdad. En Francia, más del 50% de las francesas creen en la astrología contra cerca del 35% de los hombres. En los EE.UU., el 39% de las mujeres -contra el 32% de los hombres- cree que la astrología puede ser considerada una ciencia. En Brasil, más de 300 estudiantes universitarios, un 54% de los que declararon creer en los fenómenos paranormales eran de sexo femenino.

     

    De hecho, ese resultado corrobora el sentido común. La pseudociencia esparcida por la cultura femenina es bien típica: astrología, tarot y prácticas adivinatorias en general, mediumnidad, cromoterapia, aromaterapia, Feng-Shui, radiestesia, cristales y similares. Son todas prácticas que tocan el universo femenino de manera bien evidente, directamente relacionadas con los temas abordados en las revistas femeninas, tales como belleza, decoración y relaciones afectivas. Difícil distinguir si es por afición propia, explotación de las revistas o receptividad al mito. Pero la cuestión es un poco más complicada. El porcentaje de hombres que cree en la astrología, aunque menor que el de las mujeres, no es pequeño; tal vez hasta es mayor del que revelan las encuestas ya que puede presumirse que, por una serie de argumentos machistas, los hombres son más reticentes que las mujeres para admitir que consultan el horóscopo diariamente o se han hecho la carta natal alguna vez. Mucho gira alrededor del día en que nacemos.

     

    “Los dos días mas importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué” Mark Twain

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