La Tiranía, el Poder Popular, la Ética de la Politica y las Virtudes (II) Gustavo González Urdaneta

 La Tiranía, el Poder Popular, la Ética de la Politica y las Virtudes (II)

Gustavo González Urdaneta

Miami 19 julio 2023

La ética es la rama de la filosofía que estudia las virtudes. La ética de la política se trata de una disciplina de la filosofía y de la filosofía política que se refiere a la conducta humana y su relación con las nociones del bien y el mal, aplicado a las personas que trabajan para los demás. Su importancia radica en que fortalece un vínculo de comunicación entre los políticos y los ciudadanos, quienes tendrán la tranquilidad de que los políticos trabajarán correctamente, de que no exista, por ejemplo, corrupción y de esa forma se hará un pais mejor.

 

Aristóteles consideraba la ética y la política como dos campos de estudio relacionados pero separados, ya que la ética examina el bien del individuo, mientras que la política examina el bien de la ciudad-estado, que consideraba el mejor tipo de comunidad. Los deberes del hombre hacia la sociedad son, en realidad, deberes de ética personal, derivados generalmente de la justicia legal. La ética política no se ocupa de los deberes del individuo hacia la sociedad, sino del deber ser de los actos de la sociedad política. En Maquiavelo, la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción se amoldan a su concepción del poder y del hombre político para conformar, respectivamente, la moral del gobernante y del gobernado.  

 

Distintos filósofos, a lo largo de la historia del pensamiento occidental, trabajaron la idea de virtud. Pensadores como Platón, Aristóteles, Santo Tomás o, en la filosofía contemporánea, Alasdair MacIntyre, elaboraron distintas teorías de la virtud. Como objeto de estudio de la ética, las virtudes son consideradas acciones del ámbito de la moral, es decir, de la práctica humana. Su relación con la idea de bien varía según a qué proyecto ideal responda la misma idea de bien, ya sea la verdad, la justicia, la belleza o el bien en sí mismo.

 

Las virtudes son aquellas disposiciones o capacidades adquiridas que hacen que las personas obren a partir del bien, la justicia y la verdad. Por eso, conllevan a la rectitud de la voluntad y alejan a las personas de los vicios. La virtud es un hábito, una disposición o una actitud para elegir el justo medio, evitando el exceso y el defecto y este justo medio, según Aristóteles, es la recta razón que decide el hombre prudente. La recta razón es elegida desde una disposicion intelectual denominada Prudencia: encargada de unir el conocimiento y la acción. El término medio es una posición intermedia entre el exceso y el defecto, el cual apunta al equilibrio entre las pasiones y las acciones; se debe elegir el término medio y no el exceso ni el defecto.

 

Para filósofos como Aristóteles y Platón, las virtudes determinan las buenas acciones, conductas y hábitos en las personas. Desde la concepción teologal, en cambio, las virtudes son los valores que permiten que el ser humano se acerque a Dios actuando desde el bien. Aristóteles dice que a ser virtuoso se aprende con el ejercicio de los hábitos buenos, con formación, con experiencia y tiempo para ejercitarse en ellas, siendo la virtud un camino a la felicidad. Es, por tanto, ese modo de ser que nos hace capaces de realizar los mejores actos y que nos dispone lo mejor posible a un mejor bien u obrar, que está acorde con la recta razón. Algo que nos hace falta recuperar en Venezuela

 

La virtud se divide, primero, en natural, adquiridainfusa o teologal. La natural es la que tiene su origen de la misma condición de la naturaleza. La adquirida comprehende todas las que pueden adquirirse por nuestros actos, ya sean intelectuales, ya morales. Infusa es la que Dios por sí mismo nos infunde, como lo son las virtudes teologales. La adquirida se divide en intelectual, y moral. La intelectual perfecciona el entendimiento in ordine ad verum, y la moral la voluntad in ordine ad bonum. Esta se subdivide en las cuatro virtudes cardinales, que son Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza, llamadas así, porque sobre ellas gira toda la bondad moral y política. Omitimos otras divisiones de la virtud, por bastar las dichas para nuestras reflexiones.

 

Para la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con un uso abusivo y cruel del poder político que se ha usurpado, un poder no solo ilegítimo por su origen, sino también injusto por su ejercicio y que reprime cualquier oposición. En sentido vulgar un tirano es un rey que gobierna con violencia y sin respeto a la justicia ni a las leyes. Pero tomándolo rigurosamente, un tirano es un particular que se arroga la autoridad real sin tener derecho a ella: así entendían los griegos la palabra tiranos, y la atribuían indiferentemente a los buenos y a los malos príncipes cuya autoridad no era legítima, en cuyo supuesto tirano y usurpador son dos palabras sinónimas. El caso de Nicolás Maduro.

 

Dado que el tirano controla una sociedad haciendo caso omiso a las leyes que, justamente, le prohibirían hacerse con el poder a la fuerza y manejarlo como le venga en gana, se trata de una forma de gobierno ilegítima e ilegal, en la que el bien común suele subyugarse a la voluntad del tirano. Así, la injusticia, la arbitrariedad, la crueldad, la represión y el abuso  acompañan al tirano y a sus secuaces, quienes ejercen el miedo y el dolor como mecanismos de control político y social. La lista de las virtudes más importantes del ser humano que debemos asumir ante la tiranía sobrepasa las veinte, en el sentido cómo estas se reflejan en nuestra vida diaria. Para contrarrestar las cinco señaladas como atributos del tirano, debemos elegir las más apropiadas para ellas: la paciencia, la perseverancia y la valentía y su sinónimo coraje.

 

La paciencia es la virtud que nos ayuda a sobrepasar aquellos momentos difíciles, con fortaleza y sin perder la calma. La persona paciente sabe esperar porque es consciente de que hay cosas que no dependen directamente de nuestros actos, sino de elementos ajenos a nosotros. La perseverancia es una virtud que nos permite ser constantes en el seguimiento de nuestras metas, opiniones o actitudes. La perseverancia nos acerca a nuestros objetivos y a seguir adelante, más allá de las dificultades. La persona perseverante mantiene su mejor esfuerzo, voluntad y certeza de querer alcanzar algo. ¡Sigue hasta el final! La valentía o coraje, es una virtud que se relaciona con la fuerza de voluntad para decidir y enfrentar con valor las circunstancias difíciles. La persona que aplica la valentía actúa desde la autodeterminación de que es capaz de superar el miedo y las dificultades que se le antepongan. Puede decirse que el coraje es necesario para dejar atrás, además del miedo, el dolor físico, a la muerte, al fracaso, a las críticas y un largo etcétera.

 

La política es la única de las “artes”, que no purifica a nadie; porque su “arte” es la de hacer tontos a los demás, acorralarlos para que se inhiban de pensar; separarlos de su voluntad, conducirlos a falsear todo, reducirlos sólo a la apariencia, a la medianía de la apariencia, y a hacerlos negadores de sus propios miedos. Algunas de las virtudes más importantes en nuestras relaciones con los políticos son la honestidad, la integridad, la responsabilidad, la bondad, la humildad y el respeto. Todas estas virtudes nos ayudan a enfrentar los retos de la vida de manera más eficaz y a lograr nuestras metas.

 

La honestidad es una de las virtudes más importantes que podemos tener. La honestidad nos ayuda a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. También nos ayuda a ser respetuosos de los demás y a tratarles con justicia. La honestidad es crucial para llevar una vida plena y feliz. La integridad es otra de las virtudes importantes. La integridad nos ayuda a ser coherentes con nuestros principios y valores. También nos ayuda a ser responsables de nuestras acciones y a cumplir con nuestras obligaciones. La integridad es fundamental para llevar una vida honorable y digna. La responsabilidad es otra virtud importante. La responsabilidad nos ayuda a asumir las consecuencias de nuestras acciones. También nos ayuda a ser cuidadosos con nuestras palabras y acciones. La responsabilidad es esencial para llevar una vida exitosa y satisfactoria.

 

La bondad es otra virtud importante. La bondad nos ayuda a ser amables y considerados con los demás. También nos ayuda a ser compasivos y solidarios. La bondad es también esencial para llevar una vida plena y feliz. La humildad es otra virtud importante. La humildad nos ayuda a reconocer nuestras limitaciones. También nos ayuda a ser modestos y a evitar el orgullo. La humildad es esencial para llevar una vida modesta y honesta. El respeto es otra virtud importante. El respeto nos ayuda a mostrar consideración hacia los demás. También nos ayuda a ser tolerantes y aceptar las diferencias. El respeto es esencial para llevar una vida plena y feliz.

 

En conclusión, las virtudes son cualidades positivas que nos ayudan a llevar una vida mejor y más plena. Las virtudes de una persona son aquellas cualidades positivas que la hacen ser buena y justa. La honestidad, la integridad, la responsabilidad, la bondad, la humildad, la perseverancia y el respeto son algunas de las virtudes más importantes. Todas las virtudes citadas  nos ayudan a enfrentar los retos de la vida de manera más eficaz y a lograr nuestras metas y relaciones con los políticos. 

 

“La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso” Miguel de Cervantes

 

“Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo” San Francisco de Sales

 

“La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto” Aristóteles

 

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