Peregrinación a la Soledad (Gustavo González Urdaneta)

 

Peregrinación a la Soledad

Gustavo González Urdaneta

Miami 15 enero 2025

 

La soledad es una emoción que forma parte de la experiencia humana y ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia. La soledad no sólo surge su concepto en el siglo XVIII, sino que a través de esos años anteriores nos mostraron que la soledad es ese dolor de perdida, de desasosiego a la vida, de euforia a las circunstancias y de odio al destino, pero como todo, nunca nada es igual y actualmente la soledad se ha convertido en un  “miembro familiar” que es incontrolable, es la llamada peste del siglo XXI y para entenderla debemos saber cómo la tecnología nos ha influenciado y ahora solo somos esclavos del sistema.

 

El sentimiento de soledad puede aparecer en diferentes situaciones a lo largo de nuestra vida, incluso puede aparecer cuando estamos rodeados de otras personas. Es decir, la soledad es un sentimiento interno que hemos experimentado todos en algún momento de nuestras vidas. Las relaciones y la integración sociales son fundamentales para nuestro desarrollo a lo largo de la vida. Como seres sociales, los humanos tenemos una necesidad básica de vincularnos a personas significativas y pertenecer a un grupo. Sentirse solo no significa necesariamente estar solo, ni estar solo significa necesariamente sentirse así. La soledad se define como una vivencia subjetiva de falta de conexión con los demás, tanto en cuanto a la cantidad de relaciones sociales como la calidad de estas. La presencia física de personas importantes para nosotros no es una condición suficiente para no sentirse solo, necesitamos sentirnos conectados con ellos. Hay una soledad que llega con los años, caminemos la soledad en el tiempo de vida….

 

La formación del yo y el mundo interior en los niños de entre 3 y 6 años es fundamental para su desarrollo emocional y cognitivo. Durante esta etapa, los niños comienzan a explorar su identidad y a construir una comprensión básica de sus emociones, pensamientos y relaciones con los demás. Fomentar este proceso a través de la Filosofía para niños proporciona herramientas para la reflexión, la autoexpresión y el diálogo, aspectos esenciales para su bienestar y crecimiento personal.

 

La soledad infantil se refiere a la experiencia de sentirse solo o aislado durante la infancia. Esta situación puede tener diversas causas, como la falta de compañeros de juego, la limitación en las interacciones sociales debido a circunstancias familiares o personales, o incluso el abuso o negligencia. La soledad infantil puede tener efectos significativos en el desarrollo emocional y social de un niño. Los niños que se sienten solos pueden tener baja autoestima, pensar que los demás los rechazan, perder la confianza en sí mismos, sentirse tristes, desconectados y preocupados y experimentar sentimientos de malestar, aburrimiento y alienación. La soledad en la infancia puede predecir la soledad en la edad adulta. La soledad puede afectar a los niños de diferentes maneras, por ejemplo: Ocultando su tristeza y alejándose de los demás, enojándose y portándose mal, actuando de forma arriesgada. Los niños solos pueden ser más vulnerables al abuso o la explotación. En esta etapa es sumamente importante que los padres, cuidadores y educadores estén atentos a las señales de soledad en los niños y tomen medidas para brindarles apoyo y fomentar sus interacciones sociales.

 

Durante la adolescencia (10 a 19 años) los niños y niñas maduran sexualmente y se producen numerosos cambios en los diferentes contextos sociales. Se da un proceso de autonomía y distanciamiento respecto a los padres y la relación con los iguales adquieren una elevada importancia y se vuelven más complejas. Las dificultades para adaptarse a todos estos cambios aumentarán el riesgo de experimentar sentimientos de soledad. Por otra parte, los compañeros de colegio y universidad jugarán un papel importante en el desarrollo emocional y de habilidades sociales y suele ser la etapa donde se establecen amistades para toda la vida.

 

Una de las causas más sobresalientes generadora de rebeldía adolescente es el descuido de los padres para con sus hijos por dedicarse a sus actividades diarias y olvidando la formación de estos. La rebeldía surge en la pubertad (12-14 años) como mecanismo de defensa de una personalidad insegura que necesita autoafirmarse. Nace del miedo a actuar tras salir de la dependencia de la infancia. Los momentos de ingenua prepotencia se alternan con los de reclusión en sí mismo. Gran parte del comportamiento rebelde de los adolescentes es la consecuencia de la búsqueda de independencia, necesitan distanciarse de la relación de dependencia y protección que han tenido con sus padres para adentrarse en el mundo adulto y encontrar su identidad personal.

 

Existe lo que se conoce como el síndrome de Hikikomori que es un trastorno que se caracteriza por el aislamiento social voluntario y prolongado de jóvenes y adolescentes: Se aíslan en sus casas y evitan relacionarse con los demás, descuidan su higiene personal y salud, duermen de día y comen a deshoras, rechazan la comunicación y se refugian en las nuevas tecnologías. Pueden experimentar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. El término "Hikikomori" proviene del japonés y se traduce como "estar confinado" o "recluirse". El psiquiatra japonés Tamaki Saito lo describió por primera vez en 1998.

 

Vivimos en un mundo cada vez más interconectado. Pero, paradójicamente, la soledad laboral  se ha convertido en un problema para los empleados a nivel mundial. Un estudio reciente de Gallup revela que el 20% de los empleados a nivel global experimentan una soledad diaria. Una estadística alarmante que merece toda la atención de los líderes de equipo. Aunque la soledad no discrimina por edad, las personas menores de 35 años reportan niveles más altos de soledad que sus colegas mayores y los empleados que trabajan completamente a distancia declaran tener niveles significativamente más altos de soledad (25%) que aquellos que trabajan en de forma presencial (16%). Para seguir explicando con números, una investigación entre la población americana destaca que más del 40% de las personas que trabajan en empresas con muchos empleados, declaran sentirse solos; y del mismo modo, el 50% de los CEO y directivos, también dicen sentirse solos en su rol.

 

La soledad laboral puede surgir debido a varios factores, como la estructura del trabajo, la cultura corporativa y las interacciones (o la falta de ellas) entre los empleados, límites entre vida personal y laboral difusos, tecnología como barrera, menor apoyo emocional  y tiene implicaciones notables en el clima laboral, la motivación, la satisfacción y el desempeño de los equipos. En el trabajo híbrido, donde se combinan modalidades presenciales y a distancia, la soledad laboral puede manifestarse en ambas situaciones. Por lo tanto, para las empresas es importantísimo medir y reconocer la soledad entre sus empleados y tomar medidas proactivas para abordarla.

 

Es posible que exista soledad matrimonial, aunque el matrimonio se asocia comúnmente con la compañía y el apoyo mutuo, muchos matrimonios pueden experimentar períodos de soledad. Algunas razones que pueden contribuir a la soledad en los matrimonios incluyen: La falta de comunicación efectiva, cuando las parejas dejan de comunicarse de manera abierta y honesta, pueden sentirse desconectadas y solas. Igualmente por diferencias en intereses y valores, las parejas pueden sentirse solas en su relación. Los problemas de salud o el estrés pueden afectar la calidad de la relación y hacer que una o ambas parejas se sientan solas. La falta de intimidad emocional o física puede hacer que las parejas se sientan desconectadas y solas y los cambios en la vida, como la llegada de hijos, el cambio de trabajo o la mudanza a una nueva ciudad, pueden afectar la dinámica de la relación y hacer que las parejas se sientan solas. Asi mismo, el estrés y las responsabilidades de la vida diaria pueden llevar a una sensación de agotamiento y soledad.

 

Algunos signos de soledad en matrimonios es sentirse desconectado de la pareja y de la relación; perder interés en la vida y los intereses de la pareja; sentirse triste y deprimido debido a la falta de conexión y satisfacción en la relación; tener dificultades para comunicarse de manera efectiva con la pareja. Las principales consecuencias de la soledad en matrimonios: Puede llevar a un deterioro de la relación y a una mayor distancia emocional; la soledad crónica puede contribuir a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad; la soledad y la falta de satisfacción en la relación pueden llevar a la infidelidad y en casos extremos, la soledad y la falta de conexión pueden llevar a la decisión de divorciarse.

 

Es importante destacar que la soledad en los matrimonios no necesariamente significa que la relación esté condenada al fracaso. Sin embargo, es importante abordar estos sentimientos y trabajar juntos para fortalecer la relación y mejorar la comunicación. Dado que cada relación es única, es importante abordar los problemas de manera personalizada y con empatía. ‎

 

La peregrinación a la soledad de los adultos empieza cuando empiezan a sentirse excluidos del día a día, de las conversaciones familiares  que se tienen en reuniones y en las sobremesas, y de esta manera se aíslan cada vez más. Porque el aislamiento social puede ser objetivo y subjetivo: puede bastar únicamente con sentirse solo. El sentimiento y la sensación subjetiva de soledad son tan importantes como estar físicamente solos, sin contacto real con otro ser humano. Esta diferencia marca un cambio de paradigma sobre el enfoque y la manera de tratarla. De un modo u otro, la ciencia actual considera que el riesgo de muerte aumenta hasta un 30% en aquellos individuos que viven sin compañía, y alcanza el 50% en quienes se auto perciben y sienten solos. Por una u otra razón, hoy en día hay una gran dispersión familiar y sólo la tecnología permite mantener el contacto continuo que prevaleció en épocas anteriores.

 

Todos debemos enfrentarnos, en algún momento, a situaciones que suponen una adaptación física, mental y/o social. Si entendemos que un proyecto de vida es un camino en permanente construcción, que sigue cierta continuidad pero que se adapta a las distintas etapas de nuestra existencia; es preciso afirmar que tener un “para qué” alarga la vida. Que las personas mayores cuenten con un proyecto de vida implica que estén dispuestas a cuidarse más, a tener motivaciones, a realizar actividades. Por el contrario, el aislamiento social empuja hacia un círculo vicioso: más soledad no deseada, menos movimiento, menos entusiasmo, menos contención psicosocial. Son numerosos los casos de personas mayores que se ahogan en la soledad porque sienten que molestan o perturban a sus seres queridos. El nuevo enfoque para encarar la soledad como problema público está basado en la idea de que debemos hacer lo posible para que hombres y mujeres continúen desarrollando su proyecto de vida.

 

Para todo aquel que tenga la suerte de recorrer el maravilloso camino de envejecer (claro que maravilloso, significa que estamos vivos), es importante estar estimulado por la vida social, no quedarse quieto, dar con el camino para nuevos encuentros, rutinas y prácticas. Hay una gran cantidad de personas mayores que tienen mucho para dar, para enseñar, incluso desde su casa, porque su imposibilidad de moverse fuera no significa que estén limitados a compartir algo valioso.

 

Saber disfrutar la soledad en su peregrinación en nuestra vida puede es algo positivo, ya que ayuda a conocerse a uno mismo y es una oportunidad para explorar pensamientos y emociones, y comprender mejor quién eres. Al alejarte de las distracciones, la soledad puede facilitar la generación de ideas innovadoras y ayudar a regular las emociones, lo que puede tener un efecto relajante. Al estar rodeados de gente todo el tiempo, se desarrolla muy poco de la propia opinión mientras que la soledad brinda la oportunidad de desconectarnos del ruido externo, reflexionar sobre nuestras experiencias y emociones, y recargar las energías. Sobran evidencias para demostrar que valorar la soledad no daña realmente tu vida social, de hecho, podría aportar a ella. El tiempo a solas es fundamental para mantener un equilibrio mental. Nos brinda la oportunidad de desconectar del ruido...

 

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