Nadie nace aprendido (Gustavo González Urdaneta)
Nadie nace aprendido
Gustavo González Urdaneta
Miami 6 junio 2025
Nadie nace aprendido, esta expresión quiere decir que todo lo que aprendemos lo hacemos a través del estudio o de la experiencia. Esta frase se suele decir a una persona que lleva poco tiempo haciendo algo y que, por tanto, no es un experto en lo que hace y comete fallos. Dicen que el aprendizaje empieza desde el vientre materno y en los primeros años de vida y es el proceso a través del cual se adquieren y modifican habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores, por el cual la persona se apropia del conocimiento en sus distintas dimensiones. Aprendemos unidos a los hechos naturales . Esta postura respecto al aprendizaje en general tiene que ver con lo que llamamos la realidad y se adquiere a partir de las cosas que nos suceden en la vida diaria, de este modo se adquieren conocimientos, habilidades, etc. Esto se consigue a través de tres métodos diferentes entre sí, la instrucción, la experiencia y la observación; el ambiente físico y social ejerce una influencia importante en el aprendizaje.
El aprendizaje es un conjunto de conocimientos, prácticas, habilidades, actitudes y valores fundamentales que contribuyen sustancialmente al crecimiento integral del estudiante, los cuales se desarrollan específicamente en la escuela y que, de no ser aprendidos, dejarían carencias no fáciles de compensar en la vida. Una de las causas de lo anterior es que enseñar a aprender no se trata sólo de pasar el conocimiento que se tiene, no es únicamente transmitir un saber. Es ayudar a que el alumno, ávido de conocimiento y con muchas preguntas, aprenda por él mismo. Más que transmitir información, se trata de contagiar el amor por el conocimiento, de motivarlos y guiarlos.
El principal objetivo de la educación es el desarrollo integral de la persona. ... Además de sus evidentes beneficios para una vida más plena y mejor, la educación puede contribuir a la mejora de la sociedad en su conjunto; una sociedad en la que la gente sea consciente de sus derechos y deberes. El fin último de la educación es el bienestar del ser humano. Hay dos formas, por medio de las cuales se puede lograr el bienestar. Una por la escogencia de un camino adecuado de acciones y la otra por el descubrimiento de las acciones que conducen, por el camino ideal, hacia el propósito diseñado.
En el pasado, la enseñanza se basaba mucho en la teoría y poco en la práctica. ... Se trataba de “captar” datos, memorizar pero sin necesariamente comprenderlos o interiorizarlos, ahora la educación es más participativa y la enseñanza es más avanzada y práctica, y se basa en el método científico, ya que se busca que los alumnos aprendan no solo a pensar, sino también a actuar, predecir y resolver, tener pensamiento crítico, para lo cual es básico el trabajo en equipo para intercambiar ideas y fomentar la cooperación.
Nadie nace enseñado, son los propios estudiantes los responsables de su propio proceso de aprendizaje. Es cada uno quien construye el conocimiento, quien aprende. La enseñanza se centra en la actividad mental constructiva del alumno, no es sólo activo cuando manipula, explora, descubre o inventa, sino también cuando lee, escucha y escribe. Una de las cosas básicas que nos enseña la filosofía es a cuestionar, a no aceptar las cosas sin profundizarlas y por eso siempre he creído que deberían enseñarla desde la primaria. Hay que enseñar a los niños a pensar y cuestionar como parte intrínseca de su educación y personalidad y no sólo esa curiosidad espontánea de la infancia pues esa se pierde en la vida por diferentes motivos.
Escribía Pío XII, anticipándose a su tiempo: “Es de suma importancia formar cuidadosamente el sentido crítico de los jóvenes, a la edad en que se abren a la vida cívica y social. No ciertamente para halagar el gusto por la crítica a la que dicha edad está excesivamente inclinada, ni para favorecer su espíritu de independencia. Se trata de enseñar a pensar y vivir como hombre, en un mundo en que los medios de difusión de las noticias y las ideas han adquirido una fuerza de penetración tan apremiante. Saber leer un periódico, juzgar una película, criticar un espectáculo, saber, en una palabra, conservar el dominio del juicio y de los propios sentimientos contra todo cuanto tiende a despersonalizar al hombre, esto se ha convertido en una exigencia de nuestro tiempo”. Profecía luminosa.
Por medio de la instrucción, la observación y la experiencia es que aprendemos a conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, a respetar los derechos humanos, así como el pluralismo propio de una sociedad democrática; a desarrollar hábitos de trabajo individual y de equipo y adquirir habilidades para la resolución pacífica de conflictos y la prevención de la violencia para desenvolvernos con autonomía en el ámbito familiar, así como en los grupos sociales con los que nos relacionamos. Toca conocer, comprender y respetar las diferentes culturas y las diferencias entre las personas, la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres y la no discriminación de personas por motivos de etnia, orientación o identidad sexual, religión o creencias, discapacidad u otras condiciones. Es importante conocer y utilizar de manera apropiada la lengua castellana y adquirir, al menos, una lengua extranjera con la competencia comunicativa básica que nos permita expresar y comprender mensajes sencillos y desenvolverse en situaciones cotidianas. La lista es larga y continua creciendo con la experiencia y la observación hasta el día de la partida final/
Lamentablemente, las nuevas tecnologías nos instan a buscar, pero no a reflexionar. Internet desincentiva el pensamiento profundo. Internet consigue que nos desentendamos del pensamiento crítico acerca de lo que está haciendo internet, porque dedicamos todo el tiempo a los placeres, a picotear informaciones o interactuar socialmente. Por otro lado, vivimos “prisioneros” de la manipulación de los políticos, intelectuales y líderes religiosos respecto a la interpretación del mundo en que vivimos, el cual, lógicamente, es imperfecto. Platón consideraba que “socialmente vivíamos escondidos entre las sombras”. Eso nos impide ver o discernir pues estamos “encadenados” a las ideas falsas de otros y las propias, incluyendo la superficialidad. Consideraba Platón que la fuerza de la filosofía nos empuja a salir de la caverna. Cuando abrimos nuestra mente al “mundo exterior y libertario”, nos integramos al paraíso de la verdad y, volvemos a comunicar, lamentablemente ni nos escuchan, ni nos entienden, Un círculo vicioso.
En un artículo reciente, El Sindrome del Silencio, les comentaba que en los últimos años el hobby por la lectura ha ido en declive y eso creo que, conjuntamente con la tecnología, ha llevado a un deterioro y pérdida del lenguaje que se traduce en la escasa disposición de la gente a escribir, incluso a comentar sobre lo que leen bien sea en libros, en chats y en las redes sociales. Y alli les preguntaba ¿Por qué dejamos de comentar lo poco que leemos? ¿Por qué no escribimos en los blogs que nos invitan? ¿A qué se debe el síndrome del silencio? Les cuento. un poco en extensión al citado artículo, sobre las aficiones de leer y escribir.
Es a Francis Bacon a quien se le adjudica la cita ‘La lectura hace un hombre completo, una conferencia un hombre listo; Y escribir, un hombre exacto’. Un complemento a esa cita del mismo Bacon es ‘Lee, no para contradecir y confundir, ni para creer y dar por sentado, ni para tener conversación y labia, sino para sopesar y considerar’. Para descubrir la verdad, responder y/o escribir algo autentico, hay que detenerse, buscar con intención y cambiar el ángulo de visión; actuar como dice Bacon, sopesando y considerando. Lo auténtico es tan puro que no creo tenga nada de superficial. No se trata de subestimar a nadie, lo que sucede es que muchas veces los que se inhiben de participar, lo hacen con sus conocimientos.
Un aprendizaje para escribir para el blog lo puedo resumir en un aforismo que pueden tomar como primer consejo: “Escribe lo que sabes”. Este es un consejo empático; es un consejo sobre los sentimientos, emocional para hacer que alguien más se preocupe por eso, . . . ¿Has conocido la felicidad? ¿Alguna vez has estado realmente triste? ¿Alguna vez has anhelado algo? Y ese es el punto, recuerda, por ejemplo, que fue lo que más anhelaste cuando tenías doce años, y si lo has conocido, cualquiera que pudo ser, entonces puedes escribirlo. Y ese es el conocimiento detrás de "escribe lo que sabes" ". Les advierto que el consejo de muchos escritores profesionales es todo lo contrario “No escribas de lo que sabes”,
Lo primero que debes hacer para poder usar ese primer consejo es “como definir lo que sabes”. Yo empecé escribiendo todas las cosas que he hecho por primera vez en mi vida: Mi nacimiento, mi infancia, la primera escuelita primaria, como aprendí a nadar en el lago de Maracaibo, la mudanza a Caracas, mi primera bicicleta, el inicio de la educación jesuita y un largo etcétera que aún no termino. Una vez que me sentí cómodo haciéndolo, entonces empecé a tratar de desarrollar el segundo consejo: “dispara tu imaginación y descubre tu posible potencial de escritor".
El tercer consejo es que no escribas exclusivamente sobre cosas que te han sucedido, es considerado hasta un error. De hecho, el mandato es solo para saber; el asunto de cómo se obtiene su conocimiento queda bastante abierto. Si bien podemos minar nuestra propia vida, también podemos observar con simpatía las experiencias de otras personas. Podemos leer, investigar y usar nuestra imaginación. Hablar con especialistas. Lo que los buenos escritores saben acerca de sus temas generalmente se extrae de alguna combinación de estas fuentes. De hecho, estas reflexiones se nutren en poco de mi propia experiencia y en gran parte de lo escrito, dicho y recomendado por grandes escritores.
Un cuarto consejo, derivado del anterior, y que siempre he seguido y copiado de los grandes escritores, es escribir sobre temas variados que estan fuera de mi formación y perfeccionar mi conocimiento a través de su investigación y análisis. Un poco a lo Dan Brown, escribir algo sobre lo que necesites aprender. Hacer del proceso de escritura un proceso de aprendizaje para uno. Para quien piense “no sé qué escribir”, pregúntate ¿qué es lo que siempre has querido saber? Apréndelo y deja que tu proceso de aprendizaje sea el catalizador para que lleves a otras personas tu proceso de aprendizaje, a través de tus escritos.
Un consejo a los nietos para el viaje en su vida: el deseo de escribir es una utilísima y práctica alforja de la que cualquier viajero -joven o viejo, profesor o escritor- podrá extraer, cuando así lo considere oportuno y necesario, alimento y líquido con que saciar su hambre y sed temporales de aprender o enseñar a conjugar el verbo escribir. Lo cual, en tiempos de reclusión forzada es estimulante. En nuestro blog Factótum Ignacianos, que funciona casi como un baúl de recuerdos de los ignacianos, familiares y amigos, se recogen testimonios valiosos de que el viaje mereció la pena.
Los invito a dejar sus comentarios en el enlace de Google al final del artículo.
“Escribe que algo queda” Kotepa Delgado
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