Evangelio (Lc 14, 25-33) correspondiente al 23vo Domingo del Tiempo Ordinario [C]: Estableciendo prioridades
A
continuación podrán leer nuestro comentario al Evangelio (Lc 14, 25-33)
correspondiente al 23vo Domingo del Tiempo Ordinario [C]:
Estableciendo prioridades
En el Evangelio correspondiente a este domingo, San Lucas nos relata dos parábolas diferentes con un propósito similar. Las parábolas son alegorías basadas en la naturaleza o en la vida humana, formuladas en forma de relato para evocar y transmitir alguna idea moral o religiosa. En ellas el pensamiento no es expresado por conceptos, sino a través de imágenes. Las parábolas son sobre todo características de la predicación y enseñanzas de Jesús, quien las usaba con el objeto de facilitar a sus oyentes la percepción del reinado final de Dios y los invitaba a obrar en consecuencia.
En esta ocasión, las dos parábolas que nos relata el evangelista pretenden animar a las personas a reflexionar bien antes de tomar una decisión tan comprometedora como la que implica el seguimiento responsable a Jesús. En la primera parábola, Jesús dice: ‟Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que los vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: “Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar”. En otras palabras, que cada uno piense seriamente sobre las exigencias morales, sociales, económicas, familiares y religiosas de seguir a Jesús y se pregunte si calculó bien las condiciones antes de tomar la decisión de emprender ese exigente camino.
La pregunta que Jesús formula en la segunda parábola es: Si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz.” En aquellos tiempos, las guerras eran como la competitividad comercial entre las empresas de hoy que luchan para obtener más beneficios. Un verdadero discípulo no se limita simplemente a ir a la deriva a través de su vida, sino que está consciente de la seriedad de su compromiso y actúa en consecuencia.
Autor:
Comments
Post a Comment