Los primeros cien días de la reconstrucción del sector eléctrico venezolano Gustavo Gonzalez Urdaneta
Los primeros cien días de la reconstrucción del sector eléctrico venezolano
Gustavo Gonzalez Urdaneta
Miami, 14 febrero 2019
La crisis energética que afecta a
la sociedad venezolana es resultado de un modelo del sector energía inviable,
gestado por decisiones tomadas desde 1999 que lo transformaron en un sector
politizado, desprofesionalizado, burocrático y plagado de irregularidades
administrativas.
Con este modelo la seguridad
energética del país y la situación de insuficiencia seguirá creciendo, por lo
que no será posible la reactivación del aparato productivo. La solución a la
crisis energética, por tanto, pasa por un cambio político que revierta los
factores que caracterizan el actual modelo de sector energético venezolano.
Pero, el cambio político, por sí solo, no es garantía de solución de la crisis
energética.
Parto del principio que los
“intereses” del próximo Gobierno con el sector eléctrico responden a todo lo
pautado en la Ley del Servicio Eléctrico de 1999 y aquellas mejoras que, de las
posteriores versiones, convenga admitir. El tema del futuro del negocio es
complejo y la complejidad es, simplemente, un análisis multivariable.
Esta crisis, en continuo
crecimiento y deterioro, es consecuencia de la destrucción operativa y
financiera de las dos empresas estatales que tienen el control total de la
energía en el país: PDVSA (Hidrocarburos) y CORPOELEC (Electricidad). La crisis
es energética, tanto de hidrocarburos como de electricidad y son
complementarias pues PDVSA le suministra los combustibles a CORPOELEC y esta a
su vez le suministra el servicio de electricidad a PDVSA.
Lamentablemente, con este régimen,
PDVSA se trasformó en una empresa con una deuda de 72 G$ y Corpoelec raciona
diariamente entre 2000 a 2500 MW a nivel nacional y cada una de ellas genera su
propia crisis interna.
El predominio político interno en
PDVSA ha disminuido sus recursos con el subsiguiente incumplimiento de planes,
lo cual, aunado a la ausencia de mantenimiento y la atención a negocios
no-medulares, ha conducido al gran endeudamiento. Igualmente, el predominio político
en Corpoelec llevo a la sobreexplotación del rio Caroní que juntamente con la ausencia
de mantenimiento ha originado una indisponibilidad del 87% de la energía termoeléctrica
que deberia ser complementaria a la estacionalidad de la hidroelectricidad
originando un racionamiento diario continuo. Tampoco ayuda el fuerte subsidio y
el abrupto incremento de las perdidas no técnicas que afectan la facturación y recaudación
del servicio eléctrico.
En 1999 el sector eléctrico
venezolano disponía de una planificación a 25 años de su servicio y
mantenimiento basada en la capacitación continua, conocimiento y experiencia de
su personal profesional y técnico que informaba diariamente al público de su gestión
operativa horaria y suministraba un servicio continuo y confiable. En el 2007,
cuando el gobierno estatizo el resto del servicio privado de electricidad,
reinaba en el sector publico la improvisación, la falta de conocimiento y
experticia traducida en una pésima ejecución del servicio con grandes pérdidas
no técnicas que aunado al subsidio tarifario y el endeudamiento acumulado con
proveedores y contratistas condujo a una condición límite de interrupciones
frecuentes. Para el 2018, la excesiva burocracia, la corrupción, la
inviabilidad financiera, la opacidad en la información desde el 2010 arrastró a
todo el sector al suelo con un déficit permanente donde prevalece el racionamiento
continuo de 2000 a 2500 MW.
La generación se ha caracterizado
por una carencia casi absoluta de mantenimiento, una alta obsolescencia del
equipamiento agravados por dos factores críticos: el mal manejo del valor agua
en un sistema hidrotermico con alta participación de la hidroelectricidad y la
ingente corrupción que ha habido en la compra de unidades de generación con
sobreprecios elevadísimos y de ñapa, usados.
La transmision, puente entre la
fuente y la demanda, se ha visto afectada por insuficiencia en su capacidad lo
que ha ocasionado una continua violación de los límites de transmision
permitidos acarreando un incremento en las fallas aunado a la falta de
mantenimiento.
La distribución, responsable del
suministro de electricidad al cliente final, ha sufrido igualmente los
problemas derivados de la falta de capacidad firme y de mantenimiento que
aunadas a la obsolescencia de las redes se ha traducido en un servicio
deficiente, con bajos voltajes y sobrecargas que ocasionan continuos
racionamientos al cliente. El area de comercialización y servicios al cliente a
nivel nacional, con muy escasa capacidad de atención al cliente, tiene como eje
principal del negocio unos sistemas de gestión obsoletos que han contribuido al
incremento de la energía no facturada y, por consiguiente, en una merma muy
significativa de los ingresos de las empresas.
Vale la pena destacar que desde
1999, la paralización de planes, un mantenimiento deficiente, el crecimiento
bajo de la demanda y la creciente indisponibilidad térmica dejo al sector eléctrico
sin reserva operativa y con un déficit permanente. Llama la atención que desde
el 2009, con un incremento de capacidad de 11.000 MW y solo 1.000 MW más de
demanda, el déficit persiste pues la indisponibilidad crece pareja con la
capacidad instalada.
Las cifras lo demuestran, el
crecimiento de capacidad instalada 2009-2015 (11.309 MW) se ha visto opacado
por el incremento de su indisponibilidad (9.947 MW) con la particularidad de
que el 94.5% del incremento de capacidad es térmico, parte de los “dineros eléctricos’
de la corrupción, y el déficit es producto de la altísima indisponibilidad de
la generación térmica (> 80%). Es evidente que la prioridad de un nuevo
gobierno debe ser recuperar la generación indisponible antes de pensar en nueva
generación.
Guri se apaga. El problema de hoy
no es agua ni culpa del Niño pues la cota actual del embalse ha llegado a su
nivel máximo de 271 msnm y desde julio 2018 están aliviando agua con
inundaciones en Bolívar, Monagas y Delta Amacuro. El Gobierno no habla sobre
las limitaciones de la central y menos sobre su recuperación donde 9 de 20
turbinas están paradas y de una capacidad instalada de 10.350 MW solo hay entre
3.500 a 5.010 MW (48% disponible) por causa de falta de mantenimiento y
repuestos. Valga recordar que la capacidad disponible promedio en 1998 era
mayor del 90%.
El déficit de generación se
oculta por la reducción de la demanda industrial en la zona de Guayana, pero en
periodo de hidrología desfavorable y cota menor a 261 msnm, las 11 máquinas
restantes mermarán su generación y aumentara el déficit. A esto se suma el
pésimo estado del parque térmico (80% indisponible) y que recuperar las nueve
turbinas de Guri puede tomar un periodo de tres años, a 90 días por cada
unidad.
¿Que se requiere para solventar
la crisis además del cambio político?
Hay que empezar por recuperar toda la
infraestructura eléctrica, cubrir la insuficiencia de gas/combustible líquidos
para la generación, erradicar la corrupción, la burocracia y partidización
instauradas que permitan solventar la insuficiencia de ingresos y gerenciar la
quiebra financiera aparte de erradicar la desmotivación y suplir las carencias
del recurso humano profesional y técnico idóneo para la reconstrucción y administración
de un nuevo sector eléctrico venezolano.
La recuperación debe empezar con
una primer fase de emergencia inicial que podría tomar un año para
recuperar y asegurar la gobernabilidad
del sector y la integridad física y continuidad operativa del servicio e incluye
la recuperación de la infraestructura
que realmente sea recuperable, asi
como asumir el control de los procesos
medulares y llegar a acuerdos con PDVSA
para el suministro de combustibles que permitan reducir el racionamiento y
reestablecer el clima organizacional y un
ambiente laboral adecuado.
Una segunda fase de transición
que llevara otro año para la mejora de la calidad del servicio y minimizar
costos para finalizar la recuperación de la infraestructura y el mantenimiento
con la reposición de inventarios y dotación de equipos, instalación de medidores
y mejora de la gestión comercial y de la estructura de costos para incrementar
las eficiencias y llegar a un ajuste gradual tarifario.
La tercera fase será de tres años
para la implantación de un nuevo modelo del sector que permita incrementar la
disponibilidad de generación y minimizar los cortes de servicio, reducir las pérdidas
no técnicas e incrementar la recaudación con tarifas basadas en costos
eficientes que permitan cubrir los costos operativos y obtener ingresos para
invertir en la expansión del sector y, de esa forma, lograr el saneamiento y
reestructuración integral del mismo.
Para los primeros cien días se
proponen, al menos, doce objetivos para las áreas prioritarias de
infraestructura de los procesos medulares del servicio de electricidad, los
recursos humanos idóneos asociados con la operación, control, mantenimiento del
sistema y la administración de los gastos operativos asociados asi como para
los sistemas de información oportunos y pertinentes para el control de gestión
diaria del sistema eléctrico nacional. Si se trabaja con empeño, decisión y se
dispone de los recursos apropiados, deben lograrse al menos diez metas de
resultados medibles para el suministro de energía, seguridad y seguimiento y
control del plan de recuperación y mejoramiento del SEV.
Los objetivos y metas que se
presentan inciden directamente en dos de las seis prioridades de corto plazo
planteadas en el Plan País relativos a “reactivar nuestra industria petrolera y
asegurar acceso universal a servicios públicos de calidad” pero inciden
indirectamente en el resto de ellas.
Dentro de los objetivos debe ejecutarse
el plan de resguardo y protección de las instalaciones eléctricas, asumir el
control de los procesos medulares del servicio eléctrico, acordar con PDVSA las
acciones que permitan aumentar el suministro de combustible, especialmente gas, en las
centrales térmicas. asegurar los recursos necesarios para cubrir los gastos
operativos esenciales e imprescindibles y designar funcionarios con solido
conocimiento de la problemática eléctrica, de
reconocida trayectoria profesional y de comprobado desempeño ético para
ocupar los cargos de dirección, gerencia y supervisión.
Como parte del diagnóstico
inicial se requiere realizar auditorías de la situación financiera,
administrativa, legal y laboral de Corpoelec y tomar los correctivos necesarios
para su saneamiento y validar el diagnóstico previo para confirmar las
prioridades para recuperar la infraestructura que esté operando con
limitaciones o restricciones.
Es imprescindible activar, de
inmediato, un plan prioritario de mantenimiento correctivo del equipamiento e instalaciones que sean
recuperables y que se encuentren inoperativa o
mal atendidas y asegurar que los puestos de trabajo, en lo posible, sean
ocupados por las personas más idóneas. Reunir los requisitos de idoneidad
necesarios consiste en mostrar una conducta
personal, comercial y profesional que no arroje dudas sobre la capacidad
para desempeñar una gestión sana y prudente de la empresa (honorabilidad),
poseer la formación y experiencia adecuada para el ejercicio de su función
(conocimientos y experiencia) y tener la capacidad para llevar a cabo las
funciones correspondientes.
Progresivamente debe crearse un
clima organizacional y laboral propicio para la recuperación del sector en un
entorno de colaboración, motivación y paz laboral hasta restaurar un clima y
ambiente favorable y en sintonía con el plan de recuperación del sector.
Paralelamente debe realizarse el levantamiento de inventarios esenciales y
acometer, de forma urgente, un programa de adquisiciones para reponer dichos
inventarios asi como restablecer el sistema abierto de información de la
operación del sstema eléctrico nacional e informar del avance del plan de
recuperación y modernización del sector.
Las metas alcanzables y medibles
en el programa de cien días deben considerar, recuperar el control del 100% de
las actividades medulares del servicio eléctrico, sensibilizar a los empleados
del sector y la sociedad sobre realidad del sector e instaurar un clima
organizacional y laboral favorable y en sintonía con plan de recuperación. La mejora
del 25% del alumbrado público, ejecutar el 12.5% del plan de mantenimiento
correctivo prioritario, incrementar en 12% la generación termoeléctrica
operativa para reducir el racionamiento y aprobar el plan para culminar o diferir
proyectos en ejecución. Es necesario acordar el plan para solventar pasivos
legales y legítimos, aprobar el plan para la reducción de pérdidas y reestablecer
el 100% del sistema de información y disponible para acceso libre.
Sin la recuperación y
complementariedad de las industrias petrolera y eléctrica no hay recuperación
ni desarrollo posible en el país. Para volver a tener seguridad energética,
entendida ésta como la disponibilidad ininterrumpida de fuentes de energía a un
precio asequible, se requerirán de acciones coordinadas entre ambas industrias
que conduzcan a disponer y desarrollar un sistema energético eficiente, que
garantice el abastecimiento confiable de energía a la sociedad venezolana.
El plan propuesto, para los primeros
cien días, establece las acciones y metas, que se consideran factibles de
acometer y alcanzar para lograr la recuperación y posterior modernización del sector
eléctrico venezolano en el menor tiempo y con la menor cantidad de recursos
financieros posibles. La propuesta incluye las mejores estimaciones que el
conocimiento y entendimiento de la realidad que el sector permite dada la
opacidad existente sobre el mismo desde el 2010. Por ello, será necesario, de entrada,
precisar y afinar el diagnóstico preliminar del mismo. Se estiman US$ 15.000
millones para que luego de 5 años el sector pueda alcanzar su autonomía
económica y financiera y a partir del quinto año el sector debe ser
autosostenible económica y financieramente.
Desde el punto de vista conceptual
el futuro de los negocios eléctricos en Venezuela todavía está por definirse en
los actuales momentos. Tal vez en un par de años, varias de las incertidumbres
e intangibles vigentes a esta fecha de crisis energética estén más claras y
valoradas, por lo tanto, mi intención ha sido compartir con ustedes algunas
ideas, preocupaciones y esperanzas sobre el futuro del negocio eléctrico.
Bibliografía
1.La crisis eléctrica, una
tragedia que une a los venezolanos, Grupo Ricardo Zuloaga, Julio
2010
2.A la Nación Venezolana, La
crisis del sector eléctrico, Grupo Ricardo Zuloaga, Junio de 2012
3.Historia del Desarrollo del
Servicio Eléctrico en Venezuela 1888 a 1998, Rodolfo Tellería
Villapol, Julio 2014
4.La crisis eléctrica y su
necesaria solución para la reactivación económica de Venezuela,
Center for International
Development (CID), Harvard Kennedy School, Miguel Lara
Guarenas, Abril 2016
5.Situación actual y futura de la
electricidad en Venezuela, “Realidades Globales de la Energía
y Petróleo”, CELAUP, UNIMET,
Miguel Lara Guarenas, Marzo 2018
6.Acciones para la recuperación y
modernización del servicio eléctrico en Venezuela, “Una
guía aplicable después de un
cambio político positivo en el país”, Noviembre 2018, Grupo
Ricardo Zuloaga.
7.Las dos caras de la Crisis
Energética en Venezuela: Hidrocarburos y Electricidad,
VenAmerica-La voz de la Diáspora,
Diario Las Américas, Gustavo Gonzalez Urdaneta,
Noviembre 2018.
8.La modernización y el futuro
del negocio eléctrico en Venezuela, Blog Factotum Ignacianos,
Gustavo Gonzalez Urdaneta, Noviembre 2018.
Muy bueno el artículo. Me voy a permitir hacer un comentario, más de estilo. En los primeros párrafos hablas de recuperar TODA la infraestructura. Ese detalle, me llamó la atención. Después dices que debemos recuperar aquella infraestructura que valga la pena. Estoy más de acuerdo con esta última opinión. Hay "cadáveres" en el sistema eléctrico que solo han servido como fuente de corrupción: planta centro, la vueltosa, ect. Debemos hacer un diagnóstico inicial para ver qué unidades vale la pena recuperar, mediante un análisis costo-beneficio. Hasta la misma Ramón Laguna y Tacoa habría que ver si vale la pena salvar
ReplyDeleteSiempre he pensado que la palabra "privatizar" crea inmediato rechazo entre los venezolanos. Si ese es el camino les prevengo que es un "campo minado".
ReplyDeleteNingun plan en empresa pública tendrá un fin distinto al actual, SALVO QUE SE RESTAURE EL EFECTO DE CONTROL QUE EJERCE LICITACIONES LIMPIAS, CONTRALORÍA INTERNA, Y UN SISTEMA JUDICIAL DEPURADO CON PROFESIONALES ETICOS, INCLUYENDO EL TRIBUNAL DE SALVAGUARDA.
Los venezolanos sentimos que las empresas públicas son rentables, provistas de tarifas justas, cobro efectivo, y gerencia honesta.
O es que acaso el capital privado está dispuesto a arriesgarse en áreas no rentables?
Un ejemplo de lo expuesto lo constituyó la PDVSA de la MERITOCRACIA que nos colmó de orgullo al convertirse en la tercera mayor y mejor empresa petrolera del mundo.
Gustavo, no me siento tan optimista en los lapsos de recuperación que indicas en tu artículo. Creo que el obstáculo a vencer es el personal calificado. No creo que un profesional que este ya insertado en una nueva sociedad, con sus hijos en el colegio, ya avanzado en edad, vaya a venir a Venezuela a bivir sin luz, sin agua, con un salario de 920 $ al mes. En mi opinión, habría que considerar el tiempo de la preparación y adiestramiento del personal, no solamente del nuevo sino también del personal que sigue dentro de las empresas.
ReplyDeleteArmando Vargas
Mi estimado Armando “unknown Vargas”, me alegro haber reiniciado nuestro contacto y agradezco tus valiosos comentarios sobre el artículo. Deberia estar claro que no me refiero al sector público que ambos compartimos sino en el que se convirtió, sobre todo después del 2007, es decir bajo el actual régimen desde Chávez y ahora Maduro. Son dos sectores incomparables. Por otra parte, insisto en que se debe recuperar soló lo recuperable, tal vez es más practico desparecerla/vender algunas como chatarra y sustituirlas por ciclos combinados mas eficientes y demandar menos gas, que no existe. Es muy cierto que hay que actualizar los diagnósticos que se tienen de toda la infraestructura, pero creo que hay conocimiento de cuales vale la pena recuperar en primera instancia y tratar de reducir el racionamiento lo antes posible para bien de ambas partes, clientes y nuevo gobierno.
ReplyDeleteHay empresas publicas eléctricas muy rentables, una de ellas EDF en Francia, pero no es la regla y en el caso de Venezuela no creo que haya ninguna pues las que lo eran fueron estatizadas en estos últimos veinte años. Esta sobreentendido que no volverá la inversión privada nacional ni internacional sino se recuperan las garantías jurídicas mediante leyes orgánicas que dan trabas para no aplicarlas. Sin embargo, te recuerdo que a veces no es necesario “privatizar” sino que con el simple cambio de inversionistas privados puede ocurrir iguales desgracias. Para ejemplo esta el caso de nuestra Electricidad de Caracas (EdeC). Basto la OPA hecha por AES con la aprobación de HChF en el 2000 para que en el 2007 al estatizarla nos entregaran una empresa que adquirieron con el único objetivo de recuperar la inversión y multiplicarla. Sobran ejemplos con lo que han hecho desde el 2000 hasta dia de hoy.
Es posible que algunos tiempos luzcan optimistas, pero eso es lo mejor que han podido estimar quienes le han hecho seguimiento al sector, como son los amigos y compañeros del Grupo Ricardo Zuloaga, considerando la opacidad de Corpoelec desde el 2010. No obstante, amigos del sector petrolero estiman que el sector eléctrico se recuperara antes que el petrolero.
Gracias de nuevo por tus comentarios y ojalá podamos vernos pronto, asi lo espero. Un gran abrazo.