Al Maestro con Cariño (Gustavo Gonzalez Urdaneta)

 

Al Maestro con Cariño

Gustavo Gonzalez Urdaneta

Miami 15 febrero 2022

 

Este es un pequeño homenaje para quien en vida fue un excelente Maestro, Eduardo Colmenares Finol, que supo llegar a sus estudiantes, que comprendió que cada uno de nosotros es diferente y que tenemos distintos talentos. La muerte forma parte de la vida y, así como un día disfruté de tus clases en la universidad, de tus consejos en el trabajo y tu amistad incondicional, hoy estoy aquí buscando las palabras, ideas o imágenes para darte el último adiós a sabiendas de que nos veremos en una próxima reunión.

 

El dilema es encontrar las palabras que logren expresar la profundidad de sentimientos que ha representado tu conocimiento y experiencia en la hoja de ruta de mi vida. Jamás olvidaré tus enseñanzas y todos aquellos buenos consejos que me diste tanto en el trabajo como a través de tu amistad. Me invade un gran dolor al estar aquí escribiendo para despedir a un gran hombre, amigo y excelente Maestro a quien he de recordar siempre por esa gran sonrisa que en todo momento tenías, por esa manera de enseñar con amor y por el inmenso aprecio que me manifestaste en todo momento. Nunca olvidaré al Maestro con Cariño!

 

A tus alumnos nos duele saber que ya no te volveremos a ver y que no podremos disfrutar más de tu bonhomía, tus amenas tertulias y sabios consejos, pero sabemos que sigues viviendo en nuestros corazones y que ninguno de nosotros te va a olvidar porque te queremos mucho y sentimos una profunda gratitud por todo lo que hiciste por nosotros y nunca hemos olvidado sus enseñanzas.

 

Aunque los años han pasado jamás podré olvidar tu llegada al Departamento de Redes de Alta Tensión de Cadafe, nombre que creo tu acuñaste pues sucedió al de Líneas y Subestaciones al que entré en 1966. Te encontraste con un grupo de jóvenes ingenieros dedicados todos al proyecto y ejecución de dichas obras en todo el territorio nacional, desde la elaboración de especificaciones hasta la puesta en marcha. Eso, si bien nos permitió conocer todos los niveles de tensión y diseños adecuados a la variada orografía nacional, no era eficiente, parámetro de primerísima importancia dado el volumen de obras que la empresa hizo en las décadas del ’60 y ’70. 

 

Apenas entrar supiste ver, en ese equipo de jóvenes, el inmenso potencial por desarrollar y apostaste a la división y especialización del trabajo con la idea de formar especialistas que cubrieran todos los componentes tanto en líneas como en subestaciones. Hiciste un plan de formación para cada uno y a mí me asignaste el área de tu especialidad: protección de sistemas eléctricos. Todos hicimos cursos en el exterior en nuestra asignada especialidad y pasantías en las principales fábricas. Al regresar todos hiciste la reestructuración oficial del Departamento por secciones especializadas y allí comenzó la normalización de subestaciones que hizo mucho más eficiente el trabajo del Departamento. Personalmente me permitió adquirir gran experiencia tanto en protecciones como en el análisis e investigación de las fallas del sistema interconectado y del propio sistema de la empresa. Esa capacidad de análisis, investigación y desarrollo me fue muy útil en el doctorado. Si bien recuerdas, tuve la ventaja de que tú, mi jefe directo, y tú jefe eran profesores de la materia en que me formaron. Inolvidables los análisis entre los tres cada vez que la gravedad de una falla lo ameritaba.

 

Algo que supimos desde el principio es que eras un profesional honesto a carta cabal, con el trato y el tiempo nos beneficiamos de tu maestría en el arte de transmitir conocimientos y que eras de los jefes que enseñas, como debe ser, con tu ejemplo. Apenas empezó tu jefatura en Cadafe recuerdo que recibiste a un delegado de todos los contratistas que tenía el encargo, en nombre de todos, de proponerte si querías seguir con el acuerdo establecido con la jefatura departamental o querías hacerle algunos cambios. Tu oficina era vecina a la mía y oí claramente tu respuesta. Esos valores son principios comunes a cada uno de los hermanos Colmenares Finol, defensores de lo que se debe hacer.

 

Pensando en la creacion de un archivo técnico que registrara y atesorara el know how del departamento, al estilo japonés, creaste un formato particular de Informe para el Departamento de Redes de Alta Tensión en el cual cada sección debía presentar sus resultados de análisis, investigación y desarrollo. El informe de análisis e investigación, de hoja cuadriculada, era el principal instrumento de comunicación entre las secciones del Departamento. Se elaboraba al final del análisis; aunque, durante el proceso, se iban confeccionando piezas del documento (marco teórico, introducción, gráficos…).

 

Este informe debía cumplir una serie de directrices y estructura que garantizaran su correcta lectura y comprensión. Una primera premisa, no escrita, era que la información debía aparecer jerarquizada, de modo que la persona que consultara el informe tuviera claro cómo se había estructurado el proceso de investigación y qué datos corresponden a cada uno de los apartados, de acuerdo con su relevancia y la relación que mantienen entre ellos.  Se convirtió en una herramienta clave para mantenernos a todos actualizados del trabajo de todas las secciones.

 

Durante tu estadía con nosotros en Cadafe insistías siempre en que el primer requisito para lograr un óptimo desempeño laboral consistía en aplicar la ingeniería del trabajo individual para alcanzar una eficiencia máxima. En pocas palabras, la clave radica en el trabajo y en la manera en que éste se ejecuta. Tus consejos y guía al respecto iniciaron un proceso que nos condujo hacia un desempeño mejor. En los siguientes años, me fueron muy útil en Cadafe y Eleval.

 

Recuerdo con aprecio y cariño tu preocupación permanente por la situacion de remuneración del ejercicio profesional en Cadafe, regida por un escalafón inflexible de la administración pública, que no contemplaba la posibilidad de tener especialistas después del mayor grado de ingeniero. Cincuenta años después, eso aún no ha cambiado. Creo que al final eso influyó algo en tu decisión de irte para permitir el ascenso de una nueva generación. De hecho en 1971, cuando te fuiste a Tecnoconsult, yo subí a jefe del Departamento de Inspección de la Gerencia de Obras Electromecánicas. Algo que creo ya ustedes, los jefes, habían conversado pues me mandaron antes a Inglaterra a inspeccionar en fábrica las celdas para tres subestaciones y a mi regreso fue tú despedida y mi ascenso a jefe de Departamento.

 

En los años compartidos en Cadafe nos diste a conocer el valor de lo que en gerencia se conoce como la técnica del consejero, que viene a ser el diálogo privado que se establece entre supervisor y colaborador. Muchas fueron las oportunidades de darme consejos pues, aparte del trabajo, contigo compartí la decisión de casarme por primera vez, la experiencia de irme a Inglaterra a especializarme, el valor de la motivación y productividad, por poner algunos ejemplos. Varios fueron los momentos en que los papeles se invirtieron tratando de explicarte los cambios de actitud nuestros, la pérdida de desempeño, la irritabilidad y el exceso de susceptibilidad o la continua provocación de problemas. Me diste la oportunidad de conocer la teoría de las expectativas permitiéndome incursionar en tecnologías de punta en mis áreas de experticia, y conversar sobre la satisfacción laboral y saber actuar oportunamente ante las fuentes de tensión. ¡Son muchos recuerdos plenos de cariño Maestro!

 

Siempre te recordaré por esa gran paciencia que tuviste con todos nosotros, eras un verdadero ejemplo de la dedicación al trabajo, pero nunca te diste por vencido frente a la adversidad y sobre todo por el gran amor que siempre tuviste por la enseñanza; no solamente cumplías con una obligación, estabas haciendo lo que más te gustaba en este mundo. Inolvidables nuestras charlas  y tus escritos sobre la reinstitucionalización del pais.  

 

Debo confesarte que desde el momento en que recibi la noticia de tu accidente entré en shock emocional, aún no superado, pues resulta increíble de creer pues no hacía mucho nos acompañaste en el Diplomado del IESA con una conferencia magistral sobre tu experiencia tanto en el sector eléctrico como en Tecnoconsult y hace no más de seis meses nos visitaste en Miami con Lucy. Y habíamos quedado en vernos este año.

 

¡Nuestra gratitud estará siempre contigo Maestro! Descansa en la gloria de Dios.

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