La Pobreza Mental (Gustavo González Urdaneta)

 La Pobreza Mental

Gustavo González Urdaneta

Miami 20 agosto 2023

 

Eres tan pobre como tu mente lo puede creer. Uno de los nuevos paradigmas es que la pobreza no es un estado material, sino un estado mental. Hay un acuerdo entre psicólogos que la pobreza mental es una actitud, una manera de pensar que perpetúa la pobreza porque la atención se centra en lo que uno “no” tiene en vez de en lo que uno hace. Por lo que he logrado entender, básicamente, es una actitud de confianza en sí mismo y de seguridad en lugar de una de autocompasión y de envidia. Solemos preocuparnos más por lo que nos falta en vez de centrarnos en lo que nos puede alejar de la pobreza. Si nos fijamos bien, los que agradecen a diario lo que tienen y lo  utilizan bien, logran salir de la pobreza pues actúan en forma positiva con acciones enérgicas y continuas y no se la pasan envidiando a los demás.

 

Winston Churchill decía que “La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia”. Según la psicología, la actitud es el comportamiento habitual que se produce en diferentes circunstancias y que determinan la vida anímica de cada individuo. Las actitudes quedan patentadas por las reacciones repetidas de una persona. La pobreza mental empieza por el comportamiento. Es que, en psicología, el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente. Puede ser aprendido, más que innato; lo que quiere decir que nuestras costumbres influencian nuestro estado físico y emocional, además de programar nuestro comportamiento, el cual acaba por definir nuestra vida.

 

La actitud es la manifestación o el ánimo con el que frecuentamos una determinada situación, puede ser a través de una actitud positiva o actitud negativa. La actitud positiva permite afrontar una situación enfocando al individuo únicamente en los beneficios de la situación en la cual atraviesa y, enfrentar la realidad de una forma sana, positiva y efectiva. A su vez, la actitud negativa no permite al individuo sacar ningún provecho de la situación que está viviendo lo cual suele llevarlo a sentimientos de frustración, resultados desfavorables que no permiten el alcance de los objetivos trazados.

 

En ese sentido, nos ayuda mucho tratar de distinguir que momentos agradables en tu vida te han sacado una sonrisa, una carcajada, donde la pasaste tan bien que no querías que el tiempo pasara. Igualmente, ¿Cuáles han sido los momentos que te han hecho enojar, que simplemente te estresaron o desalentaron? Estos últimos seguramente fueron muchos, infinitos… no imaginas cuántos, y tal vez, externases más detalles de este suceso, que de lo bueno que te pasó.

 

El ser humano presenta una memoria selectiva, un mecanismo que le permite recordar y traer a la mente lo más significativo, las experiencias más vividas, ya sean buenas o malas. A lo largo de la historia encontramos anécdotas de personas, que han pasado momentos buenos, momentos malos y en algunos de los casos, acontecimientos que han cambiado sus vidas. Les cuento algunas que he encontrado al respecto.

 

¿Sabías que Alberto Einstein tuvo que abandonar la escuela a los 15 años? ¿Que sus profesores dudaban de él y de sus capacidades intelectuales? La infancia de Einstein no fue color de rosa, antes de lograr el éxito tuvo que pasar por un desierto llamado incomprensión, momentos oscuros para poder ver su sueño hecho una realidad.

 

¿O que Walt Disney fue ridiculizado, explotado por su padre y tuvo el infortunio de vivir en la pobreza y, para ponerle la cereza al pastel, ser tildado de loco? Pero esto no lo detuvo para años más tarde ser uno de los mayores artistas del dibujo y la animación, y alcanzar treinta y dos Oscar en su carrera artística.

 

Te cuento otra más, Oprah Winfrey es la cara más reconocida de los medios televisivos estadounidenses, su carisma, su personalidad e inteligencia han hecho que el público la ame y que a la fecha sea una de las mujeres más influyentes en los medios. Pero si te dijera que fue despedida de su primer empleo como reportera de TV, por no tener la imagen adecuada para la televisión, según sus productores…

 

Thomas Edison dijo una vez, "no fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos", por si no sabías la historia de este perseverante hombre, te cuento: gracias a él y a su perseverancia hoy tenemos el bombillo eléctrico. Te imaginas qué sería si al intento número cien, Thomas hubiera tirado la toalla, si hubiera desertado. Tal vez estuviéramos hablando de otra persona, pero no, él se empoderó y hasta la fecha lo recordamos no sólo por su gran invento, sino por su perseverancia y esfuerzo.

 

Es posible que en alguna etapa de la carrera de la vida, has tenido ganas de tirar la toalla de salir corriendo y dejar todo tirado. Y es normal somos seres humanos, con sentimientos y emociones, defectos y virtudes. Lo que marcará la diferencia en lo que hagamos, será nuestra actitud. 

 

La actitud es uno de los factores más importantes para ayudarnos a superar los altibajos de la vida. Dado que la actitud explica cómo se las arregla una persona, cualquier perspectiva que uno tenga tendrá invariablemente un efecto en el desempeño de uno y en la forma en que uno maneja el rechazo. La importancia de la actitud radica en que es la forma en la que hablamos, nos comportamos, pensamos hacia las personas que nos rodean, por esto es muy importante trabajarla. Tu actitud te convierte en la persona excelente que eres o en la persona mediocre que también puedes llegar a ser.

 

La pobreza mental es el resultado de patrones vividos, conductas aprendidas, y pensamientos limitantes aprendidos de generación en generación. La mentalidad pobre es aprendida, de dos formas en su mayoría: Inculcado y Visual. La primera inculcado, en parte, por nuestros padres, maestros y hasta el mismo gobierno. Gobiernos que acostumbran a sus ciudadanos a darles dinero y comida gratis. Nuestros padres, que nos enseñan a trabajar y no a empezar un negocio, y en nuestra educación que nunca nos hablan de metas y salud financiera. Desde que nacemos, somos educados para trabajar. la meta es estudiar, graduarse y conseguir un trabajo.

 

La segunda, la Visual, desde la infancia nos enseñan e ilustran en las películas a envidiar; vemos constantemente muchos estereotipos de “personas ricas” rodeados de un entorno donde privan los carros lujosos, ropa de marca, joyas y su vida desenfrenada. Eso es a lo que en vida muchas personas aspiran cuando dicen que “quieren ser ricos”. Y luchamos por cumplir estas metas sociales: nos graduamos, trabajamos y ganamos dinero, nos hacemos dependientes de una sola fuente de ingreso, mientras adquirimos más gastos: una casa, un carro, y una familia. Trabajamos lo mismo, ganamos lo mismo, pero queremos gastar más. Empezamos a envidiar a quienes sí usan bien su dinero mientras que sufrimos por llegar a fin de mes.

 

Fue Adam Smith quien dijo que “la verdadera tragedia de los pobres es la pobreza de sus aspiraciones." El desarrollo humano es el proceso de ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, ingreso y empleo e incluso tiene que ver con el total de opciones humanas, desde un entorno físico en buenas condiciones hasta libertades políticas y económicas. Estamos viviendo en una era de alta tecnología y en el despertar de la inteligencia artificial, sin embargo, la brecha entre ricos y pobres se amplía cada vez más, a pesar de que la data y los reportes demográficos de los organismos internacionales aparentan predecir que existe una disminución en los valores de la pobreza mundial.

 

La pobreza mental es un estado de nuestra mente que nos dice que no tenemos nada de valor Y peor aún, que no podemos conseguir nada de valor. Pues resulta que muchas veces tenemos los recursos y habilidades para tener riquezas pero nuestra mente nos hace un total saboteo interno  Se comenta como un refrán popular, cuando alguien se refiere a la pobreza mental, el tener “un rancho en la cabeza”. Esto tiene un significado mayor, cuando el estado físico y el entorno de una familia por ejemplo, están ubicados en un lugar de bajo nivel social, pero sus pensamientos y acciones sigue patrones aún peores, por lo cual no logran salir de donde viven y si lo hacen, sus actitudes siguen siendo las misma, sin ningún cambio positivo para avanzar en la vida. Se llama círculo vicioso de la pobreza, las etapas donde los individuos se pasean constantemente, sin poder salir de ella. 

 

La desigualdad presente en el desarrollo de nuestras facultades convierte la desigualdad en un problema social y no puede observarse meramente como un fenómeno natural.  Esa desigualdad proviene de asimetrías en el acceso a los recursos naturales, bienes económicos, información general y conocimientos. Hay que ver en qué medida el aumento de las desigualdades erosiona la legitimidad de la democracia y la relación de este fenómeno con una actitud cada vez más crítica y disconforme de la ciudadanía respecto a las instituciones democráticas. Si las desigualdades continúan creciendo, como parece que va a suceder, en qué medida los sistemas democráticos podrían encontrarse con dificultades o riesgos que hace décadas que no experimentan. En principio, si aumentan las desigualdades, crece la actitud crítica de la opinión pública que también se ha manifestado particularmente en los últimos tres o cuatro años.

 

Actitud crítica, reflexión, decisión… Qué complicado es a veces tomarse el tiempo para reflexionar sobre algo que nos preocupa, ¿verdad? Es imprescindible aprender a desarrollar un espíritu crítico que nos capacite para tomar decisiones acertadas. Cuando hablamos de actitud crítica nos referimos a aquella que nos lleva a analizar al “objeto de crítica” de una forma consciente, más allá de lo superficial o inmediatamente accesible y de lo supuesto o dogmático. Con esta actitud pretendemos llegar a un juicio razonado, analítico, imparcial, en un intento de acercarnos a la verdad.

 

Una actitud crítica implica inquietud, debate, controversia o polémica. Sin embargo, creemos que es necesaria, imprescindible para progresar, crecer, desarrollarse. Supone una vacuna contra las verdades establecidas o el conocimiento replicativo. Es una defensa ante cualquier intento de instruir, influir o inculcar opiniones o conocimientos de forma interesada o sesgada. La duda, la incertidumbre, el derecho al cuestionamiento deben formar parte del capital de toda disciplina científica. Por tanto, dudemos, preguntemos, cuestionemos, razonemos, pensemos, reflexionemos, poco o mucho. Pero seamos conscientes de que si no lo hacemos corremos el riesgo de convertirnos en componentes indefensos de la comunidad. Esclavos de la pobreza mental.

 

En los últimos años, Venezuela se ha convertido en un hervidero de grandes preguntas, desde cómo conseguir una paz estable y duradera, cómo lograr un clima de esperanza  que está cargado, paradójicamente, de incertidumbre; los efectos políticos de las primarias y la campaña electoral que se avecina, el diálogo con el régimen, la crisis en el sector energía (hidrocarburos y electricidad), y, entre otros, el resurgimiento de las acusaciones por corrupción entre todos los actores dentro y fuera del régimen.

 

En este contexto, complejo y convulso, vale la pena preguntarse por el papel de la crítica como herramienta para enfrentar estas problematizaciones emergentes, así como para solucionarlas. Se trata de cuestionarse por el carácter estratégico de un ejercicio de pensamiento en el marco de las exigencias que traza esta convergencia problemática.

 

Vivimos “prisioneros” de la manipulación de los políticos, intelectuales y líderes religiosos respecto a la interpretación del mundo en que vivimos, el cual, lógicamente, es imperfecto. Platón consideraba que “socialmente vivíamos escondidos entre las sombras”. Eso nos impide ver o discernir pues estamos “encadenados” a las ideas falsas de otros y las propias, incluyendo la superficialidad. Consideraba Platón que la fuerza de la filosofía nos empuja a salir de la caverna. Cuando abrimos nuestra mente al “mundo exterior y libertario”, nos integramos al paraíso de la verdad y, volvemos a comunicar, lo triste es que, lamentablemente, ni nos escuchan, ni nos entienden, Un círculo vicioso.

 

El verdadero problema de las personas y los países es la pereza por cuestionar, por buscar respuestas y soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia y el principal peligro para las democracias en el año 2023 tal vez sea la superficialidad. Según Maquiavelo, “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.”. Venezuela estará mejor, cuando saquemos el rancho de la cabeza y acabemos con la pobreza mental.

 

“Nos pueden quitar todo excepto una cosa, una última libertad humana, elegir qué actitud adoptamos ante las circunstancias” Viktor Frankl

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