Conversatorio sobre el COVID 19: Las vacunas, la pandemia y otras experiencias (I)
Conversatorio sobre el COVID 19: Las vacunas, la
pandemia y otras experiencias (I)
Gustavo Gonzalez Urdaneta y Roberto Martin Montilla
(Editores)
Miami 20 abril 2021
A principios de febrero 2021 lo único en lo que pensábamos era en el
momento en que existiera una vacuna para el coronavirus. Ahora, que varias de
ellas han sido aprobadas y se están distribuyendo, la pregunta parece ser: ¿qué
vacuna es mejor?
Pero no solo hay cuestionamientos en torno a la ciencia detrás de las
vacunas. El secretismo en torno a los costos, las patentes y los contratos de
adquisición, también ha generado suspicacia. El Times de New York publicó el 2
de febrero 2021 que tenían un informe completo sobre la información que
gobiernos y farmacéuticas no divulgan. La realidad es que mientras siguen
aumentando las hospitalizaciones y las muertes en varios países y han surgido
variaciones más contagiosas del virus, vacunarse es todavía un privilegio.
Y es urgente que deje de serlo: la mejor manera de detener la
propagación de las mutaciones y de prevenir que surjan otras nuevas es vacunar
a la mayor cantidad de personas lo antes posible, explicó el doctor Anthony
Fauci, asesor de siete presidentes estadounidenses en materia de salud y
director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIH por
sus siglas en inglés). Superar una crisis tan enorme, reflexionó David Jiménez
en su columna, “demanda la fuerza solidaria del colectivo, no la suma de
nuestros intereses individuales”.
Recientemente circulamos algunas solicitudes a los galenos y científicos
del grupo San Ignacio’61 requiriendo sus opiniones y comentarios profesionales
sobre la información que circulaba a favor y en contra de la aplicación de
vacunas para el Covid-19. Nos llamaba la atención la cantidad, supuestamente de
personajes de reconocida autoridad en el campo de la medicina, con videos y
opiniones en contra totalmente de las vacunas. A finales del 2020 esas dudas
existían pero dada la población afectada y fallecida por causa del virus,
resultaba difícil oponerse a cualquier medio de prevención que estuviera
disponible al público.
Mucha ha sido la información transmitida por los medios y las redes
sociales sobre el COVID-19 desde finales del 2019, poca la duda sobre su origen
pero mucha la ansiedad creada y las consecuencias sufridas y derivadas por su
permanencia. Es un virus que si consideramos las mutaciones que sufre,
aparentemente, vino para hacernos la vida difícil por un rato largo.
En sus inicios la información que circuló provenía de los esfuerzos de
la industria farmacéutica sobre sus investigaciones y desarrollos de vacunas
que permitieran controlar la pandemia. Nuestro objetivo es usar nuestro Blog Factótum
Ignacianos para divulgar lo que nuestros excelentes profesionales de la salud puedan
aportar pedagógicamente al mundo, hoy por hoy, para así contrarrestar tanta
información contradictoria y confusa que circula por los medios de comunicación
y redes sociales. Estos son los antecedentes, en resumen, que originaron este
artículo sobre la pandemia 2019/20/21.
La pregunta inicial se la hicimos a nuestro compañero Victor Marquez,
PhD y Científico Emeritus del NIH, quien si bien no es médico, ha dedicado su
vida a la investigación sobre la salud. Nadie mejor indicado para abrir este
conversatorio digital.
¿Victor Esteban, dada la cantidad de información a favor y en contra del
uso y aplicación de las vacunas para el Covid-19, y de que las mismas no
cumplen con la definición aceptada de “vacuna”, nos gustaría conocer tu opinión
con miras a orientar a las personas que dudan en vacunarse o no? A continuación
su respuesta.
“Gustavo, trataré de referirme a tus preguntas relacionadas con la
situación de las vacunas y la pandemia. Primero
que nada el mundo entero está en una situación crítica de emergencia. Es como
una guerra. En medio de tanta confusión, la confluencia de un acelerado
progreso científico, múltiples mensajes a veces contradictorios sobre cómo se
contagia el virus, si la mascarilla sirve o no, la politización del problema,
etc., han creado la tormenta perfecta para que las redes sociales con sus
mensajes de alarma y desconfianza les den la oportunidad a muchos de propagar
mensajes de conspiraciones funestas. Todo eso ha contribuido a deteriorar la
confianza en la ciencia.
Yo viví una experiencia similar en la década de los 80 con el virus del
SIDA cuando trabajaba en el NIH. Había
opiniones de científicos que no creían que el virus HIV era el causante de la
enfermedad, no se sabía si el contacto humano casual podía causar la
transmisión del virus, las primeras drogas eran muy tóxicas, y reinaba una
confusión parecida. La única diferencia era que en esa época la desinformación
de las redes sociales no existía.
Para tranquilidad de todos pienso que lo que yo describiría como “hard
science” es confiable. En primer lugar,
la confianza en los métodos de detección. Aunque comenzaron poco a poco, los métodos
actuales son muy confiables. Luego el
desarrollo de las vacunas en donde varias tecnologías que comenzaron a ser
estudiadas desde los años 90 confluyeron para producir una serie
de vacunas muy efectivas. Las vacunas que usan el adenovirus para
insertar el DNA (el gene del virus) que codifica la producción de la proteína
de la espícula y lograr así que el organismo receptor fabrique anticuerpos
contra el COVID-19 es efectiva. Esta tecnología la usó Johnson & Johnson
para su exitosa vacuna contra el Ébola. Nadie en ese momento contradijo su
efectividad.
Las más nuevas son las vacunas de mRNA que logran el mismo efecto pero
con más eficiencia ya que se saltan la conversión de DNA -> RNA. Esta vacuna
no hubiera sido posible sin el desarrollo de las nanopartículas de lípidos que
protegen al mRNA y facilitan su liberación en el plasma. En fin, todo un
progreso increíble. Ahora bien, estas vacunas en realidad no se adaptan a la
definición convencional de las vacunas tradicionales. Sin embargo, la ciencia
progresa y las definiciones tienen que adaptarse.
En cuanto a riesgos, siempre los ha habido cuando se ensaya una nueva
tecnología. Por eso la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus
siglas en inglés) de EE. UU. dio aprobación de emergencia, justamente porque
estamos en una emergencia. ¿Debemos esperar dos años para cumplir todos los
protocolos estándar cuando la gente se está muriendo? Es una decisión que
conlleva a un riego, pero creo que como ocurrió con el SIDA y el Ébola la
ciencia triunfará. Siempre ha habido personas opuestas a todo tipo de vacunas y
las incertidumbres antes mencionadas le dan una oportunidad perfecta para
difundir sus mensajes”.
Se recibieron comentarios de varios compañeros del Chat SIg’61 sobre la
exposición de Victor Marquez, manifestando su solidaridad con lo enviado por
Victor como Eduardo Rivero, Luis Enrique Palacios y otros tantos. Armando
Cubillán nos dijo: “Bravo Víctor. Excelente exposición y creo en ella. Pienso
que los que se oponen a las vacunas están errados, gracias a ellas, como señaló
Luis E. Palacios que hubiera ocurrido con la parálisis infantil, el sarampión,
viruela, el tétano etc. Cuestionar el avance de la ciencia de esa manera no la
comparto”.
Le agradecimos públicamente a Victor su respuesta tan profesional y
sencilla que nos permite descartar tanto “bodrio” que ha circulado por las
redes sociales y que confunde y levantan dudas sobre la recepción de las
vacunas a diferentes estratos sociales que no ayuda a avanzar en la solución
final de la pandemia.
Paralelamente a nuestra solicitud particular de opinión a Victor, hicimos
un llamado general en los chat de San Ignacio’61solicitandoles participar con
sus comentarios, opiniones y reflexiones que informaran y orientaran a la
población en general sobre el tema de las pandemias, las vacunas, su desarrollo
y el Covid-19 en particular. Afortunadamente, para esos momentos creemos que la
totalidad o la mayoría de los miembros de la promoción SIg’61 en Florida ya
habíamos recibido las dosis de Pfizer o Moderna y estábamos convencidos que
hacía falta vacunar todo el planeta. Uno
de los primeros en atender nuestra convocatoria general fue el mismo Victor
Marquez quien en esta oportunidad nos envió un documento titulado “COVID-19:
La carrera de las vacunas” que, con su permiso, compartiremos en forma resumida
con ustedes.
Como Introducción nos decía Victor que “El adelanto científico para el desarrollo
de estas vacunas ha sido increíble; sin embargo, no ha sido producto de una
carrera improvisada. Los conocimientos que han contribuido a su éxito han
venido acumulándose desde la década de los ’90. Además de las vacunas, el
desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico ha sido igualmente impresionante. Este
rápido desarrollo desafortunadamente ha sido caldo de cultivo para los grupos
anti-vacunas que han llenado irresponsablemente las redes sociales de falsas
teorías conspirativas que no tienen base científica. Es natural que cuando
aparece una nueva enfermedad existan opiniones diversas y
aún contradictorias entre grupos diversos de investigadores. Esto forma
parte del aprendizaje que poco a poco se va depurando con nuevos experimentos e
investigaciones.
Nos recuerda Victor Esteban “Yo viví una experiencia similar durante la
década de los ’80 con el virus del SIDA (HIV), con la única diferencia de que
en aquella época no existían las redes sociales que causan pánico en el público
y que además reportan falsamente la existencia de métodos curativos que no han
sido comprobados. Espero que con esta breve exposición ustedes puedan llegar a
sentir admiración por este logro tan admirable de la ciencia”.
En cuanto al virus del COVID-19, nos refiere Victor que, sin profundizar
mucho en materia de virus, el causante de esta enfermedad es un virus cuyo
genoma es un RNA mensajero (mRNA) de sentido positivo: (+) RNA. Esto significa
que el mRNA puede ser directamente traducido por el ribosoma de la célula infectada
para fabricar las proteínas virales. El ribosoma en el citoplasma es la
factoría que fabrica proteínas de acuerdo con el mensaje del mRNA. Los virus
que son (-) RNA, por el contrario, necesitan un paso extra de una enzima, la
RNA polimerasa, para entonces fabricar el (+) RNA.
Nos recuerda el Dr. Marquez la cronología de las vacunas de mRNA desde
diciembre 2019 a mayo 2020: El 31 de diciembre 2019 se reportan 27 casos de una
pneumonia atípica en Wuhan, China; el 10
de enero 2020 se publica la secuencia entera del genoma del COVID-19; el 13 de
enero 2020 la farmacéutica Moderna (el nombre viene de “mode-RNA”) anuncia su
plan de desarrollar una vacuna basada en el mRNA, y el 16 de marzo comienza
estudios clínicos fase I y el 5 de mayo 2020 Pfizer comienza estudios clínicos
fase I con una vacuna similar basada en mRNA.
Nos cuenta que ambas vacunas utilizan sólo una parte del mRNA mensajero
con la secuencia necesaria para que el ribosoma del paciente fabrique la
proteína de la espiga del virus. Estas son las espigas que el virus utiliza
como ganchos para acceder el interior de la célula. De esa manera el sistema inmune
fabrica anticuerpos en contra de las espigas superficiales del virus y así
evita la penetración intracelular. El tamaño completo del genoma del virus es
de 29,811 nucleótidos (cadenas de las letras A, C, G, U) pero las vacunas usan
solamente 3,819 (Moderna) ó 4,284 (Pfizer) que son las secuencias que
corresponden al código mRNA de la espiga.
Su documento original contiene una descripción de cierto detalle de como
la conformación espacial de la espiga del virus cambia para una mejor respuesta
inmune más estable, de la colaboración del NIH con Pfizer y Moderna y de la
preparación más complicada del mRNA que por sí mismo no puede ser utilizado por
su inestabilidad y es necesario encapsularlo en una nano-partícula de lípidos
para protegerlo. Tecnología que comenzó antes del año 1995, fecha en la cual el
FDA aprobó el primer producto de RNA (Patisiran) para el tratamiento genético
de una enfermedad hereditaria.
Continua el Dr. Marquez con la cronología de las vacunas; el 18 de mayo
2020 Moderna anuncia resultados de la fase I demostrando que su vacuna es
segura e induce la producción de anticuerpos; el 9 de noviembre Pfizer presenta
resultados de fase III demostrando que su vacuna tiene una eficacia de 95%; el 11
de diciembre el FDA autoriza el uso de emergencia de la vacuna de Pfizer y el 18
de diciembre el FDA aprueba una autorización igual para la vacuna de Moderna
que tiene una efectividad de 94.5%. Nos informa que estas vacunas son muy
versátiles y en caso de que se requiera una nueva versión en contra de un virus
mutante, sólo se requiere cambiar fácilmente la secuencia del mRNA. El resto de
la fabricación es igual.
En cuanto a Vacunas de adenovirus, el 27 de febrero 2020 el FDA aprueba
el uso de emergencia de la vacuna Johnson & Johnson que tiene una
efectividad de 72%; el 24 de marzo 2020 el FDA aprueba el uso de emergencia de
la vacuna AstraZeneca que tiene una efectividad de 76% y el 11 de agosto 2020
Rusia aprueba el uso de su vacuna sin estudios fase III.
Nos explica Victor que los virus son los vectores más eficientes para
transportar e insertar genes en las células. Desde hace cuatro décadas los
virus han sido estudiados para el desarrollo de nuevas
Vacunas y que las vacunas de AstraZeneca, Johnson & Johnson, la rusa
Sputnik, y las chinas utilizan un adenovirus —el causante de la gripe común. En
su documento original describe igualmente en cierto detalle la metodología para
la fabricación de vacunas y que la misma había fracasado en intentos anteriores
de fabricación de vacunas para el HIV (SIDA) y la malaria. Sin embargo, tuvo un
gran éxito para la vacuna contra el ébola elaborada por Johnson & Johnson.
Para finalizar, Victor nos dice que si estas vacunas no se adaptan a la
definición tradicional de “vacuna”, que muchos las califican como medicamentos
transgénicos, entonces simplemente hay que modificar la definición de lo qué es
un vacuna. Esto es simplemente una modificación semántica. Nuestro agradecimiento de nuevo al compañero Victor Marquez
por su excelente documento y que perdone cualquier error u omisión cometida en nuestra
edición.
https://www.globalresearch.ca/vaccines-mainstream-media-has-become-a-shocking-exhibit-of-intellectual-bigotry-and-thought-coercion/5434385
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